Título: Let it be.
Fandom: Magic Knight Rayearth.
Claim: Latis/Lucy.
Palabras: 570 palabras.
Latis no puede evitar sentirse vulnerable cada que sueña con eso. Incluso en sueños aquellos pensamientos no le permiten dormir en paz, ni siquiera teniéndole al lado es capaz de espantar a los fantasmas del pasado. El recuerdo de su hermano sigue siendo una constante en su vida, el no haber podido hacer nada, por dejarle solo, por ser un cobarde, por huir.
Porque una parte de Latis se siente terriblemente culpable de todo lo sucedido, cuando su hermano más le necesitaba él no había estado. El mismo hermano que le había protegido de pequeño, enseñado a pelear de adolescente y dado su cariño y apoyo durante toda su vida. Le había traicionado por miedo. No miedo al repudio de la gente, ni a la inminente muerte en cuando las Guerreras Mágicas llegasen (porque Esmeralda siempre tuvo complejo de mártir y tarde o temprano terminaría llamándolas), tampoco a la pérdida que el pilar significaría para Céfiro.
No para nada.
Tuvo miedo de tener que elegir entre el mundo que amaba y su hermano en una misión suicida. No había elegido. Había huido, usando la salida más fácil, no quería ser partícipe de la matanza de miles que estaban en contra de su hermano y mucho menos tenía deseos de matar a su hermano, ni a la princesa Esmeralda.
Es que simplemente no había podido. A pesar de que siempre se había sentido capaz de dar su vida por su hermano (además de que el otro lo habría hecho sin dudar por él) cuando llegó el momento, se había quedado helado y le había dejado. Y la peor parte es que sabía que su hermano no le había culpado. Hubiera sido más llevadero que le hubiese odiado por su traición; pero no, porque le conocía y jamás lo hizo.
Y eso le atormentaba día y noche, cualquier cosa era capaz de hacerle recordar su traición. No pudo despedirse de su hermano y todavía no era capaz de plantarse en frente de su tumba, sentía que si lo hiciese, se le terminaría cayendo la cara de la vergüenza o que terminaría llorando como nunca lo había hecho.
Poco ayudaba a sanar la herida que escocía más que nunca durante esas fechas, cuando el pueblo cefiriano celebraba un año más de cuando se había librado del tirano de Zagato y lloraban la muerte de Esmeralda, el mejor pilar que alguna vez hubiese tenido. Esas fechas no hacían más que meter el dedo en llaga y poco había para consolarle. Excepto ella.
Latis siente unos delgados brazos abrazarle el torso y no puede evitar sonreír levemente.
-Déjalo estar, Latis- ella le murmura. Latis se pregunta a veces cómo había tanta sabiduría en una persona que parecía no darse cuenta de nada.
-Pensé que estabas dormida- le dijo él, sacando ese tema y buscándole los cabellos en la oscuridad de su cuarto. En cuanto los encuentra, ella suspira y le besa suavemente.
-No va a dejar de dolor hoy, ni mañana, ni el año que viene; pero necesitas pasar de capítulo.
Latis acaricia la mejilla de Lucy y busca más contacto con ella.
-Sólo te necesito a ti- murmura aun a sabiendas de que no tiene mucha coherencia lo que le responde según lo que ella dice; pero no le importa. Porque al fin y al cabo la vida de traidor es más llevadera cuando tienes a Lucy para consolarle.
¿Qué había hecho para merecerla?