Apr 15, 2008 22:28
Porque la guerra ha terminado, y forman parte del bando vencedor, deberían considerarse afortunadas; y sin embargo, siguen teniendo que esconderse por las esquinas; no sólo porque está prohibido, sino porque está mal.
Harry Potter, el niño que sobrevivió, murió, y salvó el mundo, no entendería jamás que su flamante esposa se metiese la lengua, y otras cosas que no son la lengua, con la señora de su hermano, que a parte, es su mejor amiga.
Pero ellas lo hacen; en silencio, a escondidas, se besan suave, con mucha lengua. Porque hay cosas que los hombres nunca entenderán, y ellas necesitan algo más que sexo desbocado y esa virilidad inherente que todo Gryffindor macho lleva impresa en la piel.
Ginny necesita esa suavidad de los labios de Hermione descendiendo por un escote plagado de pecas; y la ex-prefecta necesita los minúsculos y suaves mordiscos de su cuñada por la cara interna del muslo.
Así que, cuando Harry y Ron se van al trabajo, o siempre que tienen un minuto o dos, se esconden de cualquier lugar en el que nadie las vea, y se besan con suavidad, con prisas, para que nadie se de cuenta.
Si tienen más tiempo, se pasean las manos por debajo de la ropa, mutuamente, entre susurros y más besos, que aumentan la temperatura; y en el más absoluto silencio, los dedos caen por debajo de la cintura, y exploran profundidades ajenas que conocen como propias.
Y siempre ha sido así, antes de la guerra, y también después. Porque nunca nadie lo entendería. Por eso es siempre a escondidas y con prisas.
autor: thaly_black,
reto: epilogo,
fandom: harry potter