(no subject)

Aug 12, 2010 20:58

Hola!

Voy bastante justa para el reto de esta quincena de crack_and_roll asi que no me enrollare mucho. Sólo decir que llevaba mucho tiempo queriendo escribir algo sobre Eric y Vincent, los chicos de Entourage, y que por fin se ha presentado la oportunidad, espero qeu os guste y que aquellos que no hayais visto la serie os animeis y le deis un vistazo.

Titulo: Disfraces
Autor: cloe2gs
Fandom: Entourage
Claim: Eric/Vince
Reto: Flash Back
Extension: 1836
Ranting: PG-13
Advertencias: SLASH (relacion chico/chico).
Nota: Completamente Pre-serie

Puso el reproductor en marcha y encendió un cigarrillo. Se sentó en el marco de la ventana y dejo salir el humo despacio, mientras su pie golpeaba el marco de la ventana al ritmo del último disco de Three Doors Down. Desde donde estaba veía a los niños pequeños corretear de un lado a otro de la calle con sus disfraces de monstruos, brujas y esqueletos, llamando a las puertas una tras otra y exclamando ese “truco o trato” que no hacía mucho tiempo Vince, Tortuga y él habían gritado sin parar.

La puerta se abrió y Eric tiró el cigarrillo recién encendido por la ventana. Si era su madre no quería otro discurso sobre la buena salud y los peligros del tabaco acompañado de un monumental castigo, no cuando esa noche era la fiesta en casa de Ted Green, famoso porque sus fiestas no acababan hasta que la policía no llegase. Por fortuna para él no fue su madre la que entró, sino Vince, su mejor amigo, vestido tan normal como cualquier otro día, vaqueros y una camiseta, con la excepción de esas falsas gafas de pasta negra que tanto desentonaban en él.

―Tío pensé que eras mi madre y he tirado el cigarro.
―Mejor, porque luego te apesta el aliento ―respondió el recién llegado como si nada sentándose en la cama.

Eric sacó la cajetilla del bolsillo de los vaqueros rotos y manchados que llevaba. La miro durante unos segundos intentando decidir sobre si valía la pena sacar otro o si lo mejor sería dejarlo pasar. Al final, tras soltar un suspiro, volvió a guardar la cajetilla y se levanto para sentarse en la cama al lado de Vince.

―¿Y Tortuga? ―le preguntó Eric dejándose caer.
―Dijo que nos veríamos allí ―comento encogiéndose de hombros―. ¿Nos vamos?
―Aun tengo que terminar de vestirme ―dijo Eric sin moverse de donde estaba―. Y tú empezar a hacerlo.
―¿Hacerlo? Yo ya estoy ―dijo poniéndose en pie y girándose para que su amigo viera su disfraz.

Eric no vio disfraz alguno. Lo único que veía mientras Vince giraba como si fuera un modelo de Ralph Laurent era que esos pantalones le hacia un culo demasiado atractivo al que le daban ganas de pellizcar, que su espalda parecía más ancha de lo normal y que esas gafas le daban un aire intelectual; pero que le prefería mil veces más sin ellas. Ninguno de ellos pensamientos que tuviera que tener sobre su mejor amigo, por mucho que últimamente pasaran por su cabeza. Y ninguno de ellos relacionados con el consabido disfraz que este decía llevar.

―¿Es un disfraz invisible? ―tanteó medio en broma el pelirrojo.
―Claro que no, capullo.
―¿Entonces? Porque pensé que dijiste que irías de superhéroe.
―Y eso hago ―comentó sentándose a horcajadas sobre las rodillas de su amigo―. Voy de Superman.
―Claro que no ―bufo incorporándose un poco hasta quedar apoyado sobre sus codos―. Superman va de azul y rojo y con una capa… ¿te suena algo de eso?
―Claro que me suena ―dijo Vince apoyándose en sus hombros y haciendo fuerza hasta dejarle de nuevo tumbado en la cama―. Pero no esperarías que mu pusiera unas mallas y una capa hortera ¿verdad?
―Pues me he perdido.
―Voy de Clark Kent ―respondió con una sonrisa triunfal el moreno―. El alter ego de Superman ¿No ves las gafas? Es un disfraz genial.
―Tramposo ―dejó salir entre risas―. Eres un jodido tramposo, Vinny. Dijiste que te disfrazarías.
―Y eso he hecho. Voy de superhéroe. Solo que de incognito.
―¿Eso significas que llevas el otro disfraz bajo la ropa?
―¿Quieres comprobarlo? ―preguntó agachando la cabeza hasta apoyar su frente contra la de su amigo

Eric notó como se sonrojaba y apartó la vista de su amigo. Últimamente las cosas entre él y Vince estaban un poco raras. A menudo se encontraban mirándose el uno al otro fijamente antes de darse cuenta y girar la cabeza, Vince solía sonreírle cuando eso pasaba; pero él no podía evitar sonrojarse y sentirse incomodo, como si hubiera hecho algo que no debería haber hecho. Luego estaban esos pequeños roces que podían parecer casuales y nada extraños para el resto del mundo dada la intima relación que siempre habían tenido; pero que para Eric no eran los de siempre, algo había cambiado, antes no se le ponía el vello de punta cuando ocurrían y ahora no podía evitarlo, ni eso ni el deseo de mantener el contacto indefinidamente. Y eso sin mencionar los sueños que le despertaban sobresaltado en medio de la noche ni los continuos comentarios de su amigo. Eric ya no sabía si era él el que se imaginaba significados ocultos en sus palabras o que el moreno disfrutaba torturándole con frases insinuantes llenas de dobles sentidos.

―Deja de decir tonterías y bájate de encima ―dijo sin mirarle pero moviendo las piernas para que el otro entendiera el mensaje.
―No ―contestó con diversión el moreno inclinándose y apoyando la frente contra el hombro de su amigo.
―Vin…
―E… sólo un ratito mas.
―Eres como un niño grande.
―Aun soy un niño ¿recuerdas?
―No si lo que cuenta Sarah Marcus es cierto ―respondió algo más relajado y con la vista fija en el techo.
―Y ya sabes que lo es ―añadió con diversión.
―Sí. Ya lo sé.
―No podemos quedarnos ―le preguntó tras unos minutos de silencio.
―Tortuga nos espera.
―Podemos llamarle y decirle que venga. Pediremos una pizza y veremos alguna peli.
―Sarah te espera.
―Pues que espere.
―No puedes dejarla plantada.
―¿Por qué no? Es una pesada, no quiero seguir saliendo con ella.
―Pues déjala.
―No pudo hacerlo.
―¿Por qué?

Vince bufó y su aliento choco contra el cuello de Eric haciendo que se tensara ligeramente. El moreno, sin hacer caso de eso, se dejo caer hacia un lado, con su pierna aun sobre el cuerpo de su mejor amigo y siguió hablando como si nada, como si no fuera consciente de la posición tan intima en la que estaban y que hacía que la sangre de Eric hirviera.

―No soportaría que llorase.
―Así que ese es tu punto débil ¿no? Las lagrimas de una chica son tu kriptonita, ¿Quién lo hubiera dicho?
―No es mi kriptonita. Tú lo eres. Tan sólo… no sé, es incomodo que lloren, no me gusta. ¿Y si rompes tú con ella en mi nombre?
―Ni de broma.
―¿Por favor? ―le pidió mirándole con esos ojos de cachorrillo que hacía que la mitad de las chicas del instituto estuvieran a sus pies.
―Olvídalo.
―¿En serio? ¿Y si te diera… mi último disco de los Ramones? ―dijo intentando convencerle.
―No voy a hacerlo ―repitió con una sonrisa divertida.
―Eres malo.
―Malísimo. Ahora quita para que termine de vestirme.

Eric cogió la pierna de Vince y se la quitó de encima. Había notado el leve temblor que había recorrido a su amigo cuando puso su mano en su rodilla; pero por el bien de su amistad haría lo que habían estado haciendo desde hacía meses, ignorarlo y fingir que no había pasado. Él lo hacía cuando notaba que su amigo temblaba con su toque, y Vince lo hacía cuando no podía evitar quedársele mirando cuando estaban en los vestuarios tras la clase de gimnasia.

Se puso de pie y se acercó a la puerta del armario, cubierta de posters de grupos de música, y abrió el primer cajón. Rebuscó entre las camisetas intentando ignorar el comenzó que tenía en la nuca por la intensa mirada de Vince sobre él y sacó la camiseta que llevaba una semana escondiendo, una negra llena de rotos, barro y alguna que otra mancha de sangre, del día del “incidente del carro del super” y que había que tenido que esconder para que su madre no tirara. Se quito la que llevaba puesta y que la tiró hacia la silla, sonriendo con cierta petulancia cuando cayó justo sobre el respaldo de esta. Metió los brazos por las mangas de la otra y cuando estaba metiendo la cabeza noto una respiración contra su nuca y unas manos frías sobre sus caderas que pronto fueron cubiertas por la tela al caer.

―¿Qué haces? ―preguntó intentando que no le temblara la voz.
―Nada ―respondió Vince casi en un susurró.
―¿Entonces?
―No sé... ―musito apoyando la cabeza contra su nuca―. Sólo sé que quiero… necesito tocarte.
―Para.
―¿Por qué? Tú también quieres.
―Vince.
―Quiero tocarte, E. Y tú también. Quiero besarte y que me beses… ¿Por qué no me dejas? ―dijo mientras iba dejando suaves besos en su nuca.
―No está bien. Eres mi mejor amigo. No está bien.
―¿Quién dice lo que está bien y lo que no?

Eric miro al techo como si allí estuviera escrita la respuesta a todas sus preguntas o hubiera una lista de pasos sobre lo que debía hacer. Al final, al notar como las manos de su amigo subía por su estomago, dio un paso y se separó de él.

―En un par de meses nos graduaremos ―empezó a decir el pelirrojo―. Cuando eso pase te irás a Hollywood a ser una gran estrella y yo me quedare aquí.
―Podrías venir conmigo.
―Eso no cambiaría nada. No hay actores homosexuales que triunfen, Vince. Lo sabes.
―Ian McKellen.
―No eres Ian McKellen.
―E... ―comenzó a decir mientras daba un par de pasos hacia él.
―Déjalo estar. Hablo en serio.
―Te comportas como si no quisieras.
―No quiero ―mintió
―Mentiroso. He visto como me miras.

Eric se cogió del pelo con fuerza. Lo único que quería ahora era gritar hasta que se quedara sin aire y hacerlo tan fuerte que no pudiera hablar en días. En su lugar bufo con frustración y miro a su amigo, intentando que con esa mirada se diera cuenta de que era un error eso que los dos sentían y que lo mejor era fingir que no pasaba.

―No voy a obligarte a nada, E. Nunca haría algo que no quisieras hacer.
―Entonces déjalo estar, por favor.
―Vale ―concedió con una sonrisa, una de esas que Eric ya debería de saber que sólo significaba que tenía un plan.
―¿En serio? ―preguntó algo confuso por la rapidez con la que Vince había cedido en comparación con otras veces
―Sí.
―Genial ―dijo Eric cogiendo la chaqueta también manchada y dirigiéndose hacia la puerta―. Venga Clark Kent que la fiesta nos espera.
―Detrás de usted, señor Zombie. Aunque te lo advierto. Algún día seré una gran estrella y me darán un Oscar ¿sabes lo que hare cuando eso ocurra?
―¿El qué? ―le preguntó con curiosidad con la mano en el picaporte
―Cogeré mi estatuilla ―empezó a decir antes de darle la vuelta y presionarle contra la puerta―, andaré hacia ti y te besare frente a todas las cámaras. Luego te cogeré de la mano y tendremos el mejor polvo del mundo en los baños del Teatro Kodak.

Eric miró su sonrisa socarrona y supo que Vince cumpliría su promesa, que sin importar el tiempo que pasará la cumpliría. Para su vergüenza, Eric se encontró rogando porque consiguiera pronto la dorada estatuilla.

crack_and_roll, fandom: entourage, fics

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