Fandom: Hetalia
Autor: Usagi-Asakura
Fandom: World Series: Hetalia.
Disclaimer: Personajes a Hidekaz Himaruya.
Claim: Iván/Gilbert [Rusia/Prusia]
Tabla: 30 días
Tema: #15 - Vuelta atrás.
Resumen: Lo que él más quiere es un simple deseo.
Advertencias: Pensamientos Prusia o algo así… válgame, qué novedad, ¿verdad? Gracias a quien lea.
#15 -Vuelta atrás.
Las noches en Siberia habían sido tristes y menguantes. Pocas veces, por no decir nunca, había visto el sol en aquellas llanuras. Él, con apenas alguna herida aún en su costado, se encontraba mirando el manto negro que cubría el cielo, queriendo olvidarse de lo que días antes había ocurrido, lo que le había ocurrido a él. El poderoso reino de Prusia.
Había perdido la guerra y se había auto sacrificado (si no es que le habían convertido en carne de cañón) por salvar a su hermano menor, a Alemania del Oeste. Él, orgulloso, había aceptado jugar aquel papel de mártir, quien podría ser el más fuerte para soportar estar con su rival. Sólo él, el magnífico Gilbert Beilschmidt.
Las pocas estrellas que lograban colarse por aquella noche le hicieron pensar por unos instantes en que si lograba ver una estrella fugaz se atrevería a pedir un significativo deseo. Volver atrás.
Volver atrás y vivir como siempre había vivido. En libertad. En su país, en sus magníficas tierras que siempre había visto. No en aquel lugar solo, triste y sin vida que ahora debía compartir con la persona que más aborrecía, con Iván Braginsky. Sabiendo aquello, deseó de todas formas en silencio que aquel lucero apareciera y le despertara de aquello que estaba viviendo, ¿era mucho lo que él anhelaba?
-Entra, Prusia -escuchó a sus espaldas.
Gilbert se quedó mudo, la imponente figura de su aborrecido hacía su aparición con su sonrisa radiante. Recordó con penuria la noche anterior, donde su cuerpo había sido mancillado, ultrajado; no podía ni siquiera verle directamente. Iván le estaba usando para sus propios beneficios personales y él no podía hacer nada más que dejarse hacer. Aunque aquello significara pisar su propio orgullo. Siguió mirando al cielo, queriendo poder tener el valor de huir de ahí…
-Entra, Prusia -volvió a decir el ruso.
Fue entonces que vislumbró lo que había estado esperando desde hacía tiempo, una estrella fugaz cruzó por el cielo nocturno…
Por favor, quiero volver atrás…
Y como si el astro le escuchara, brilló con enjundia, haciendo que las manos que ahora mismo le sostenían no fueran tan quemantes como el hierro encarcelador que representaban.