Oh-oh! Bombón en la sección de Makalaya de la barra, pero no hay casi gente y seguro que a ella no le importa que sea Myra quien le atienda (su compañera de trabajo está atendiendo a otro cliente).
Es que Myra estuvo trabajando en el Caldero durante el verano, y fue bastante desastroso, la verdad. Pero como se acercan las vacaciones de Navidad (y van a tener más gente y van faltos de personal) la dueña del Caldero le ha dicho que le daba otra oportunidad para trabajar con ellos. Se está esforzando al máximo, porque la verdad es que no le desagrada trabajar en el Caldero. Conoce a mucha gente (conocer a mucha gente = conocer a muchos chicos guapos), Makalaya es muy simpática (y es estadounidense!) y el Caldero mola, y ya está. Es un poco lúgubre pero mola.
Ahora, cuando ve a Tyron Kirke sentado en la barra, se le salta el corazón. Es tan sexy. Tanto. No sabe porque no se ha enamorado de él aún. Coge aire, se arregla el lazo de su diadema rosa (a conjunto con su camisa de puntillas) y se acerca a Tyron con una sonrisa de oreja a oreja
( ... )
Se ríe un poco y baja la vista, como si le diera vergüenza.
-Sí, definitivamente sí -la mira, muy humilde él, y después de tomar un sorbo de té (quema, quema), se mira el reloj y tuerce el labio- Es una pena que tenga que irme ya, porque sino te daría los detalles -bromea de verdad. Aunque en realidad todavía podría quedarse más rato, pero es que ya va a hablar con una chica, y viene de estar con otra, le gustaría tener 5 minutos de descanso. Ser Tyron es taaaaaaan cansado.
-Oh. -Primero se siente decepcionada, la verdad, porque acaba de servirle el té y esperaba que se quedara un poquito más, pero se recupera rápidamente, y le dedica su mejor sonrisa.- ¡Claro! ¡Eres un hombre ocupado! Y yo aquí contándote historias tontas... ¡perdona! ¿Quieres una taza para llevar? Por mi culpa no habrás tenido tiempo de tomártelo entero... -Sin esperar a que él le responda, empieza a buscar las tazas hechas para que los clientes se las puedan llevar, que son unas especiales con un conjuro de desaparición cuando se termina el contenido del interior.- Vas a volver otro día, ¿verdad? Para que te tire las cartas, digo. -Coge la tetera y rellena la taza portable con el té que aún quedaba.- Me llamo Myra Winter, por cierto. Lo digo por si no estoy cuando vuelvas pero si quieres preguntar por mí para saber cuando estaré. Aunque si me dices cuando vas a pasarte, -cubre la taza con una tapadera especial para que no se enfríe el té y se la da con una sonrisa- estaré por aquí seguro.
-No te preocupes, no te preocupes -le asegura, cuando Myra Winter le pide perdón a medio discurso, pero duda que ella le escuche. Después ella sigue hablando y Tyron tarda unos segundos en asimilarlo todo. Por.Merlín. Está loca. ¿Tan irresistible es él?
Je, je. Lo es.
En fin, le sonríe encantador como siempre y dánole las gracias cuando le da la taza portable, asiente.
-Entonces nos veremos seguro -le sonríe más, ya con el té en la mano. Evita decir cuando se pasará pero espera que ella no se de cuenta que es aposta, ya que él es todo sonrisas- Tyron Kirke, por cierto -sabe que ella lo sabe, pero no se las va a dar de famoso. Se levanta y con un gesto de cabeza termina por despedirse.
Ella lo sabía, claro, pero es un encanto por presentarse (hubiera podido irse sin decirle cómo se llama, y ella no tendría por qué saberlo. Claro que ella ha dejado entender que sabía que jugaba con los Tornados, y él, o bien no se ha dado por aludido, o bien ha pensado que a lo mejor lo tenía visto pero no ha querido asumir que ella sabría su nombre y todo eso... sea como sea, ¡es adorable!). Así que asiente con una gran sonrisa en los labios cuando él se levanta para irse, y se despide con la mano mientras se va.
-¡Adiós! ¡Hasta la próxima! -Se le queda mirando, suspirando.- ¡Espero que te guste el té! -Añade, cuando él ya casi ha salido.- ¡Que pases un buen día!
Sí, vale, lleva escuchando un rato ya. No ha podido evitar negar con la cabeza en cuanto ella ha empezado con lo de cuándo volverá y todo eso. Espera a que Tyron se vaya, y sólo porque ya ha terminado su té y su pastel, se levanta (dejando las bolsas de regalos en un asiento) buscando la cartera en los vaqueros.
-No volverá -niega, sin poder aguantarse. Mira a Myra y alza las cejas, con una pequeña sonrisa que intenta ser amable y no seductora, al contrario de su amigo Tyron- ¿Me cobras?
Myra se gira hacia el cliente que quiere que le cobre (cuando se fija en él diría que es Algo Hobhouse), algo desconcertada. Aún sonríe, viendo como Tyron desaparece por el patio trasero.
-¿Qué? -dice, sin comprender, pero alegre. Entonces se da cuenta de lo que habla el chico y frunce el ceño.- ¿Por qué? ¿Por qué dices eso? ¿Tú qué sabes? ¡Es un encanto!
Mentalmente, cuenta cuanto costaba todo y lo que le debe a la chica, propina incluida, y empieza a contar el dinero mientras habla:
-Oh, conozco a Kirke... -cuando alza la vista con el dinero, mientras lo deja en la barra, añade con una sonrisa- Además, creo que... En fin, que has sonado desesperadamente desesperada. No volverá, y definitivamente no preguntará por ti si vuelve. 15 sickles con 26 knuts, ¿verdad?
Se pone exageradamente roja cuando él le habla tan directamente. Se enfada con él por ser tan despiadado con ella, pero más se enfada con ella por sonar desesperada.
-¡No dig...! -Se lleva las manos a la boca, tapándosela.- ¿De verdad? ¿Muy desesperada? ¿Cómo de muy desesperada? ¡Se estaba riendo!
Obviamente, ni se acuerda del dinero. Es mucho más importante lo desesperada que haya podido parecer. Si cogiera la lista de lo que ha tomado y lo contara y tal, pues sí, la cuenta sería exactamente lo que le dice él, pero es que Myra no está para estas cosas.
Él no se mete con ella, en serio, quiere ser de ayuda. Así que no tiene ningún problema en explicárselo.
-Digamos que desesperada para un chico normal, muy desesperada para Kirke... -hace una mueca, queriendo quitarle importancia- Seguramente ahora mismo se dirigía a una cita, o venía de una, le conozco. Cuando quieras que un cliente vuelva tienes que hacer como si no, -alza las cejas, para ver si lo entiende, y aprovechando que la conversación sigue, se sienta en un taburete- o como si te diera igual.
Asiente con los ojos muy abiertos a la explicación de él. Intenta asimilarlo todo sin sentirse demasiado avergonzada (y sin lograr la parte de no sentirse avergonzada). Cuando lo dice él parece bastante lógico y coherente. Es decir, ¡seguro que Tyron tiene éxito con las chicas! ¡Es guapísimo! Pero lo de no parecer interesada siempre le ha parecido una tontería...
-Pero si no demuestro que estoy interesada, ¿Cómo sabrá el cliente que lo estoy? ¿Qué cliente, por cierto? ¿Estás haciendo una especie de analogía en relación a mi profesión de camarera o estás diciendo que...? -vuelve a ponerse roja, y no termina la frase.- ¡Es que no me da igual!
-Ninguna analogía, estoy hablando de tu caso, de los clientes del Caldero... -se rasca la nuca con una risa, pensándoselo, y después la mira- No es que tengas que hacer que no te interesa o que te da igual todo el rato. Primero tienes que hacer algo para llamarle la atención, es cuando ya la tienes que puedes hacerte la desinteresada. Y en ningún caso me refiero a ignorarle o girarle la cara.
¡Uf, qué complicado! Pero por lo menos él no parece reírse de ella, bueno, por lo menos no de que haya hecho el ridículo (ahora que lo piensa, ha insistido demasiado en que regresara y ha estado despidiéndole hasta que ha desaparecido de su vista, que a lo mejor no hacía falta...).
-¡¡Espera, espera!! -Busca su libreta de pedidos, le cuesta un poco encontrarla pero al fin la consigue (estaba detrás del frasco de té negro) descubre la pluma enganchada en su pelo y, cuando ya lo tiene todo, se planta frente al chico de los consejos.- Llamar su atención al principio, pero luego hacerse la desinteresada, pero no ser borde ni ignorarle. -Va apuntando a medida que va hablando. Levanta la vista de la libreta para mirarle.- ¿Es esto? ¿Qué más?
Se lo piensa, y como si fuera totalmente normal que ella tomara apuntes, sigue hablando:
-Con que te despidas una vez hay suficiente. Con un gesto de cabeza hay suficiente, en realidad. Lo que funciona mejor es despedirse y después inmediatamente ponerte a hacer lo que hacías: atender a un cliente, hablar con la otra camarera... -hace un gesto señalando a la chica del fondo distraídamente- Así si él se gira para mirarte no te descubrirá mirándole -da un vistazo al local y la vuelve a mirar a ella, dejando las manos en la barra- ¿Probamos con el siguiente cliente?
Lo apunta todo diligentemente, como si se tratara de una clase de Pociones en la que un sólo ingrediente que no esté tal como se supone que debe ser echa a perder la mezcla. ¡Qué suerte que la esté ayudando!
-¿Cómo que probamos? -dice, dejando caer la pluma y abriendo mucho los ojos, cuando capta lo que él le dice.- ¿Vas a hacerme un examen? ¡Sólo es mi primera lección!
-Bueno, bueno, pero no te voy a puntuar ni nada, es para ver si me he dejado algo... -y da la gran casualidad que entra un chico en el Caldero y que se dirige a la barra, así que Clovis se inclina para hablar a Myra- Prueba con este. Haz todo al contrario que con Kirke -y sonríe, contento. Después, como para disimular, tose y se pone a leer la contraportada del Profeta.
Es que Myra estuvo trabajando en el Caldero durante el verano, y fue bastante desastroso, la verdad. Pero como se acercan las vacaciones de Navidad (y van a tener más gente y van faltos de personal) la dueña del Caldero le ha dicho que le daba otra oportunidad para trabajar con ellos. Se está esforzando al máximo, porque la verdad es que no le desagrada trabajar en el Caldero. Conoce a mucha gente (conocer a mucha gente = conocer a muchos chicos guapos), Makalaya es muy simpática (y es estadounidense!) y el Caldero mola, y ya está. Es un poco lúgubre pero mola.
Ahora, cuando ve a Tyron Kirke sentado en la barra, se le salta el corazón. Es tan sexy. Tanto. No sabe porque no se ha enamorado de él aún. Coge aire, se arregla el lazo de su diadema rosa (a conjunto con su camisa de puntillas) y se acerca a Tyron con una sonrisa de oreja a oreja ( ... )
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-Sí, definitivamente sí -la mira, muy humilde él, y después de tomar un sorbo de té (quema, quema), se mira el reloj y tuerce el labio- Es una pena que tenga que irme ya, porque sino te daría los detalles -bromea de verdad. Aunque en realidad todavía podría quedarse más rato, pero es que ya va a hablar con una chica, y viene de estar con otra, le gustaría tener 5 minutos de descanso. Ser Tyron es taaaaaaan cansado.
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Je, je. Lo es.
En fin, le sonríe encantador como siempre y dánole las gracias cuando le da la taza portable, asiente.
-Entonces nos veremos seguro -le sonríe más, ya con el té en la mano. Evita decir cuando se pasará pero espera que ella no se de cuenta que es aposta, ya que él es todo sonrisas- Tyron Kirke, por cierto -sabe que ella lo sabe, pero no se las va a dar de famoso. Se levanta y con un gesto de cabeza termina por despedirse.
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-¡Adiós! ¡Hasta la próxima! -Se le queda mirando, suspirando.- ¡Espero que te guste el té! -Añade, cuando él ya casi ha salido.- ¡Que pases un buen día!
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-No volverá -niega, sin poder aguantarse. Mira a Myra y alza las cejas, con una pequeña sonrisa que intenta ser amable y no seductora, al contrario de su amigo Tyron- ¿Me cobras?
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-¿Qué? -dice, sin comprender, pero alegre. Entonces se da cuenta de lo que habla el chico y frunce el ceño.- ¿Por qué? ¿Por qué dices eso? ¿Tú qué sabes? ¡Es un encanto!
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-Oh, conozco a Kirke... -cuando alza la vista con el dinero, mientras lo deja en la barra, añade con una sonrisa- Además, creo que... En fin, que has sonado desesperadamente desesperada. No volverá, y definitivamente no preguntará por ti si vuelve. 15 sickles con 26 knuts, ¿verdad?
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-¡No dig...! -Se lleva las manos a la boca, tapándosela.- ¿De verdad? ¿Muy desesperada? ¿Cómo de muy desesperada? ¡Se estaba riendo!
Obviamente, ni se acuerda del dinero. Es mucho más importante lo desesperada que haya podido parecer. Si cogiera la lista de lo que ha tomado y lo contara y tal, pues sí, la cuenta sería exactamente lo que le dice él, pero es que Myra no está para estas cosas.
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-Digamos que desesperada para un chico normal, muy desesperada para Kirke... -hace una mueca, queriendo quitarle importancia- Seguramente ahora mismo se dirigía a una cita, o venía de una, le conozco. Cuando quieras que un cliente vuelva tienes que hacer como si no, -alza las cejas, para ver si lo entiende, y aprovechando que la conversación sigue, se sienta en un taburete- o como si te diera igual.
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-Pero si no demuestro que estoy interesada, ¿Cómo sabrá el cliente que lo estoy? ¿Qué cliente, por cierto? ¿Estás haciendo una especie de analogía en relación a mi profesión de camarera o estás diciendo que...? -vuelve a ponerse roja, y no termina la frase.- ¡Es que no me da igual!
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-Ninguna analogía, estoy hablando de tu caso, de los clientes del Caldero... -se rasca la nuca con una risa, pensándoselo, y después la mira- No es que tengas que hacer que no te interesa o que te da igual todo el rato. Primero tienes que hacer algo para llamarle la atención, es cuando ya la tienes que puedes hacerte la desinteresada. Y en ningún caso me refiero a ignorarle o girarle la cara.
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-¡¡Espera, espera!! -Busca su libreta de pedidos, le cuesta un poco encontrarla pero al fin la consigue (estaba detrás del frasco de té negro) descubre la pluma enganchada en su pelo y, cuando ya lo tiene todo, se planta frente al chico de los consejos.- Llamar su atención al principio, pero luego hacerse la desinteresada, pero no ser borde ni ignorarle. -Va apuntando a medida que va hablando. Levanta la vista de la libreta para mirarle.- ¿Es esto? ¿Qué más?
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-Con que te despidas una vez hay suficiente. Con un gesto de cabeza hay suficiente, en realidad. Lo que funciona mejor es despedirse y después inmediatamente ponerte a hacer lo que hacías: atender a un cliente, hablar con la otra camarera... -hace un gesto señalando a la chica del fondo distraídamente- Así si él se gira para mirarte no te descubrirá mirándole -da un vistazo al local y la vuelve a mirar a ella, dejando las manos en la barra- ¿Probamos con el siguiente cliente?
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-¿Cómo que probamos? -dice, dejando caer la pluma y abriendo mucho los ojos, cuando capta lo que él le dice.- ¿Vas a hacerme un examen? ¡Sólo es mi primera lección!
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-Bueno, bueno, pero no te voy a puntuar ni nada, es para ver si me he dejado algo... -y da la gran casualidad que entra un chico en el Caldero y que se dirige a la barra, así que Clovis se inclina para hablar a Myra- Prueba con este. Haz todo al contrario que con Kirke -y sonríe, contento. Después, como para disimular, tose y se pone a leer la contraportada del Profeta.
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