'Ataque', 'Adiós, soledad' y 'La cantidad exacta' ~ X-Men: First Class fanfics

Nov 19, 2011 00:25

Título: Ataque
Fandom: X-Men: First Class
Claim: Alex/Hank/Sean
Rating: PG+
Nota: Escrito para la Dotación Anual de Crack de crack_and_roll y para la tabla Imágenes de jeuxatrois
Summary: Lo primero que Hank ve al despertarse son las pecas de Sean.


Ataque

Cuando recupera la conciencia, lo primero que Hank ve son las pecas de Sean. Es decir, se supone que ve todo su rostro, la pared blanca tras él y ese horrible cuadro con una sirena raquítica en él, pero lo primer que realmente percibe primero son sus pecas.

Seis tranquilos y eternos segundos se permite contemplarlas. Muchas, esparcidas de forma aleatoria por el rostro y el cuello de su compañero de equipo. Luego ve a Sean, la expresión de su rostro lindando entre la preocupación y el alivio. Y recuerda.

Recuerda estar en su laboratorio, analizando las muestras de sangre de Raven. Recuerda escuchar las explosiones a lo lejos, sin caer aún en lo que eran. Recuerda a Charles gritando en su cabeza, ordenándole a todos que huyeran de la mansión. Recuerda la casa cayéndose a pedazos, bloqueando todas las salidas. Recuerda el fuego, el infierno desatándose a su alrededor.

Debe haber comenzado a hiperventilar, porque de pronto Sean toma una de sus manos con fuerza, entrelazando sus dedos.

- Hey, hey, tranquilo, ¿me escuchas? Tranquilízate, Hank. Todo está bien, ¿sí? ¿Me crees? Todos estamos bien. Tranquilo.

Es raro escucharlo hablar bajo y suave, siempre siendo el que se la pasa gritando a voz en cuello. A Hank no le gusta, le asusta.

Sin embargo, asiente varias veces y demasiado rápido, mareándose. Quiere hablar pero no puede, demasiadas preguntas, demasiado miedo. Sean le dijo que están todos bien y le cree, pero no puede evitar sentir temor.

Recién entonces nota el brazo enyesado de Banshee.

- ¿Tu brazo…? - logra articular, sintiendo la garganta áspera al hacerlo. Sean le sonríe, intentando tranquilizarlo.

- No te preocupes, yo salí prácticamente ileso. Sólo tengo el brazo esguinzado y un corte en la pierna, pero ya cicatrizó.

Si Sean está ‘ileso’, no quiere ni imaginarse cómo están él y los demás.

- ¿Dónde estamos?

- Cuarteles de la CIA. Llegaron tan rápido como pudieron y nos trajeron a su hospital. Yo sé que Erik y Moira no se llevan muy bien, pero ahora él le debe la vida, así que va a tener que tratarla mejor.

Sean lo dice como una anécdota graciosa, pero a Hank no se le escapa el ‘le debe la vida’.

- ¿Cómo están los demás? - que la sonrisa de Sean desaparezca no lo tranquiliza. - Me dijiste que estaban bien.

- Lo están. Bueno… al menos están todos con vida.

- Sean…

Él suspira.

- Erik lo estaba llevando bien. Ya sabes, parte de la estructura de la mansión era de metal y no se le complicaba esquivar las cosas cuando el techo y, bueno, el piso comenzaron a caerse. El problema fue cuando llegó a la parte más vieja de la mansión, que es completamente de metal. Y empeoró cuando comenzó el fuego. Quedó atrapado entre la madera y las llamas y si no fuera por los rescatistas de la CIA no la hubiese contado.

- ¿Raven?

- Tiene una pierna quebrada. Además de que se golpeó con algo filoso la cabeza y se hizo un corte algo profundo. Tuvieron que coserla. Aparentemente, aunque cambiara de forma el corte seguía, al igual que la pierna rota, pero ya se está recuperando.

- ¿Y el profesor? - Sean se muerde el labio, esquivando su mirada. - Sean, el profesor. - insiste.

- Está vivo. Ya te lo dije, todos estamos vivos.

- ¿Qué tan grave es?

Sean se pasa una mano por el cabello, nervioso. Mierda. Muy grave.

- Una viga le cayó encima. No… no puede caminar. Nunca… nunca más va a volver a hacerlo.

Hank presiona la mano de Sean, concentrándose en respirar normalmente. No puede ser… ¿cómo…? ¿Por qué? ¿Quién?

- ¿Quién fue? - logra preguntar, intentando no hiperventilar nuevamente.

- Shaw y sus secuaces. Al parecer, Raven le había contado a Angel dónde quedaba la mansión antes de que nos traicionara. - unos golpes se escuchan en la puerta. Sean suspira, mientras se levanta. - Tengo que irme. Vuelvo en un rato, ¿sí? Le avisaré a la enfermera que estás despierto.

Antes de irse, Sean se inclina sobre él, apoyándose con su brazo sano en la cama. Lo besa despacio y Hank ni siquiera piensa en que podría entrar cualquier persona y verlos. Sólo se concentra en los labios de Sean moviéndose suavemente contra los suyos. Cielos, y pensar que quizás alguno de ellos podría no haber sobrevivido…

Los golpes vuelven a escucharse. Sean se aleja de la cama guiñándole un ojo. Hank va a dejarlo ir, aunque no quiere hacerlo. Aún tiene muchas preguntas.

¿Cómo logró salir de la mansión? O último que recuerda es quedar atrapado bajo un montón de escombros. ¿Cuánto tiempo lleva inconciente? ¿Horas? ¿Días? ¿A dónde irán cuando se recuperen? La mansión ya no es segura. ¿Cómo está…?

Aunque le duele todo el cuerpo, Hank se incorpora en la cama rápidamente.

- ¡Sean! - lo llama.

El pelirrojo se gira, ya apoyando la mano sobre el picaporte, listo para salir.

- ¿Qué ocurre?

- No me dijiste cómo está Alex.

Sean desvía la mirada. Hank odia que haga eso.

- Ya te lo dije, todos estamos…

- Vivos. Sí, te escuche. ¿Cómo está Alex? - insiste.

Su compañero se masajea el puente de la nariz, luciendo algo desesperado. Los golpes en la puerta vuelven a escucharse.

- ¡Ya voy! - dice Sean. - Escucha: Alex está bien, ¿de acuerdo? Cuando puedas levantarte iremos a verlo. - nuevamente los golpes en la puerta. - ¡Dije que ya voy!

- Sean… - Hank suena suplicante, más el pelirrojo niega con la cabeza.

- Más tarde regreso, ¿sí? No te preocupes.

Banshee abandona el cuarto y Hank sabe que no le ha dicho algo importante.

***

Cuando comenzaron con eso acordaron que no se lo dirían a nadie. Es decir, en la vida de todos los integrantes del equipo habían cosas raras, pero eso ya lo era demasiado. Además de que, para Hank, estaba mal.

Muy, muy mal.

Al principio sólo eran besos. Con uno o con el otro, las cosas en conjunto comenzarían después, cuando eso ya no le diera tanto miedo. Así que se besaban. Y miraban como los otros se besaban, claro.

El primer beso se lo dio con Alex.

Era de madrugada y eran los únicos despiertos. Habían estado trabajando en el traje del rubio, calibrando el catalizador de plasma. Estaban cansados, sentados uno junto al otro. Sus brazos se rozaban y sus rodillas estaban en contacto.

- Gracias, bozo… Hank. - había dicho Alex, sonriéndole sin burla por primera vez desde que se conocían.

Hank le devolvió el gesto, sonrojándose irremediablemente y haciendo que Alex riera.

Lo siguiente que sabe es que se estaban besando.

De hecho, estuvieron besándose hasta que Sean entró en el laboratorio, un par de horas más tarde, anunciando que los esperaban para desayunar.

- Oh. No se preocupen, no diré nada. - les había dicho, incluso antes de que se lo pidieran.

Es decir, ¿qué rayos había pasado? Hank sabía que los hombres le atraían, pero nunca se lo hubiese esperado de Alex.

Y, sin embargo, ninguno se movió de donde estaban, Banshee anclado en el umbral de la puerta y Havok y Beast en sus asientos. ¿Qué iban a hacer? Hank ni siquiera podía mirar a Sean a la cara, mucho menos a Alex.

- Entonces… - comenzó el pelirrojo, luego de unos segundos. - ¿Puedo mirarlos?

- ¿Qué? - había preguntado Alex, algo alarmado.

- Que si pudo mirarlos. Mientras se besan.

- ¿Por qué quieres… mirarnos? - preguntó Hank. Su compañero se encogió de hombros.

- Porque se ven muy calientes haciéndolo.

Bajaron a desayunar sin tocar el tema. Por Dios, Hank ni siquiera sabía si él y Alex volverían a besarse alguna vez, había sido algo raro y espontaneo. ¿Y encima Sean quería mirarlos? ¡¿Qué demonios ocurría?!

Esa misma tarde el Profesor le pidió que tuviera listo el traje de Sean para el día siguiente así que, por la noche, Hank se encontró con el pelirrojo para ultimar los detalles del mismo.

- Así que… ¿te gustan los tipos? ¡Mierda!

- ¡Lo siento, lo siento!

Y es que, de la sorpresa por la repentina pregunta, Hank terminó clavándole la aguja en el dorso de la mano a Sean. Éste hizo un mohín con los labios, para luego llevarse la herida a la boca y succionar las gotas de sangre que comenzaban a resbalar por ella.

- Sean, te juro que lo siento. Oh, cielos, ¿estás bien?

El pelirrojo lo miró a los ojos, sin dejar de chuparse la herida. Hank sintió un ligero calorcillo expandiéndose rápidamente por todo su cuerpo. Sean se rió, seguramente porque se había sonrojado.

- No te preocupes, es sólo un pinchazo. Aunque, la próxima vez que no quieras contestarme algo, sólo dime ‘cierra la puta boca’, no intentes asesinarme con un utensilio de costura.

- ¡Oh, cielos, no fue por eso…! No fue a propósito. Realmente lo siento, yo…

Sean se volvió a reír, negando con la cabeza y apoyando una de sus manos en su hombro.

- ¿Quieres tranquilizarte? No te lo pregunté para juzgarte. Hank, les pregunté a ti y a Alex si podía verlos besarse, ¿eso no te da una pista de por qué te pregunto si te gustan los tipos?

Beast se refregó los ojos por debajo de las gafas. Finalmente se los quitó, mirando a Banshee a los ojos.

- Yo… yo supongo que estoy acostumbrado a esconderme.

- Todos estamos acostumbrados a escondernos.

Hank sonrió.

- Sí, supongo.

Y se hubiesen besado en ese mismo momento. Claro, si no hubiese entrado Alex.

- Oh. Yo… creo que mejor me voy.

- ¡No, aguarda…! Es decir, yo…

Para no haber hecho nada con Sean y no tener nada con Alex, Hank se sentía como si hubiese engañado a alguien.

- Hey, Alex, ¿nos ayudas con nuestros planeadores? - preguntó Sean, sin separarse de Hank.

El rubio titubeó un poco antes de asentir con la cabeza pero, sin embargo, no se movió de la puerta. Sean bufó mientras se levantaba, yendo a tomar a Alex del brazo y arrastrándolo hasta la silla que ocupaba él unos segundos antes.

Fue uno de los momentos más incómodos en la vida del joven científico. Sabía que Sean lo hacía con la mejor de las intensiones (o eso esperaba), pero todo era demasiado para Hank.

Así que luego de unos minutos de trabajar en silencio, se disculpó de sus compañeros de equipo y se fue a su cuarto.

Posiblemente, si Hank no se hubiese olvidado su libreta en el laboratorio, todo hubiese terminado ahí. Al día siguiente se hubiesen encontrado en el desayuno, algo incómodos, pero hubiesen coexistido sin ningún problema mayor. Ignorándose bastante, sí, pero sin problemas entre ellos.

Posiblemente ninguna de las situaciones anteriores se hubiese repetido y todo hubiese quedado en el olvido antes de se hubiesen dado cuenta.

O quizás no, quién sabe, porque la realidad es que Hank olvidó su libreta en el laboratorio y volvió por ella, encontrándose con Sean y Alex besándose. No estaban tirados sobre la mesa ni parecía que estuvieran a punto de follar, sólo era un simple beso, pero para Hank se sintió como si los hubiese descubierto en plena acción.

- L-lo siento, sólo venía por mi libreta.

- Creo que deberíamos dejar de hacer esto. - comentó Alex, pasándose una mano por el cabello.

- ¿Besarnos entre nosotros o entrar cuando los otros se están besando?

- Lo que tú prefieras.

Hank suspiró, para luego entran en el laboratorio y sentarse junto a Sean. Aparentemente, en el último tiempo su vida cambiaba más rápido de lo que era capaz de asimilar.

- ¿Alguno quiere hablar? - preguntó Banshee, luego de unos segundos.

- No lo sé, ¿ustedes tienen ganas de escuchar? - fue la respuesta de Beast, causando una sonrisa en Havok.

- Pruébanos.

Y hablaron. Hablaron sobre lo difícil que era ser diferente, sobre lo mucho que costaba ocultar una mutación, como los pocos que la descubrían te creían un monstruo.

Aunque lo peor de todo era lo otro. Si eras mutante eras un monstruo, pero, ¿si eras invertido? Entonces eras un enviado del demonio, como mínimo.

***

Una hora después de que Sean lo dejara solo, Raven entra en su cuarto. Camina ayudada por muletas, ya que tiene la pierna derecha enyesada, aparte de que lleva una venda en la cabeza. Además, y quizás lo que más sorprende a Hank, tiene su verdadera apariencia.

- ¿Cómo te sientes? - le pregunta la chica, apoyando las muletas en la pared y sentándose en la silla junto a la cama.

- Con un dolor de cabeza horrible, pero bien. ¿Tú?

Ella sólo se encoge de hombros, para luego dedicarle una sonrisa.

- He estado mejor. Sean me dijo que ya estabas despierto, pero estaban terminando de ponerme el yeso en la pierna, así que recién ahora pude venir a ver cómo estabas.

- ¿Dónde está Alex?

La muchacha suspira.

- Esperaba poder distraerte un poco más antes de que me preguntaras eso.

- Raven, quiero que me digas qué le pasó a Alex. - Mystique sostiene una de sus manos, mas Hank se suelta. - No, Raven, quiero que me digas que le ocurre a…

- Está en coma.

Hank se muerde el labio, intentando mantener su respiración estable. Era obvio que algo malo le había ocurrido a Alex. Era evidente y sin embargo no dejaba de dolerle el escucharlo.

- ¿Qué le pasó?

- Hank…

- Raven… por favor.

La chica suspiró nuevamente.

- Sean va a matarme.

- No te preocupes, no voy a dejarlo.

Una pequeña sonrisa se dibuja en el rostro de Raven, mas luego se muerde el labio, algo nerviosa.

- Él sabía que estabas en tu laboratorio, así que subió a buscarte cuando todo comenzó a venirse abajo. Llegó justo para ver cómo se caía parte del techo sobre ti. Fue él quien te sacó de allí. Te cargó hasta la salida, pero en el proceso ambos inhalaron demasiado monóxido de carbono.

- Pero… pero… yo estoy bien, ¿por qué Alex aún no despierta?

Raven se pasa una mano por el cabello, notablemente arrepentida por haberle contado la verdad.

- Porque a ti te atendieron antes. Al tardar más en tratarlo, el cuadro de Alex empeoró.

Era obvio que por algo no le contaban la verdad, pero de todas formas dolía horrores saber que Alex estaba en coma por su culpa.

***

- Había un niño en el último reformatorio en el que estuve, antes de que me trasladaran a la cárcel. Era un año más chico que yo. Lo habían mandado ahí porque lo encontraron teniendo sexo con el tipo con el que salía.

La mañana los encontró sentados en el suelo del cuarto de Alex, tomando de una botella de vodka que éste guardaba bajo su cama y con el traje de Banshee sin terminar aún en el laboratorio de Hank.

- La vida es una mierda. - había comentado Sean, sentado en medio de Alex y Hank y con la cabeza apoyada en el hombro de este último.

- ¿Saben que deberíamos hacer? - fue lo que dijo entonces Alex, parándose de forma algo tambaleante frente a sus compañeros.

- ¿Buscar una cura? ¡Auch! - se quejó Hank, al ser golpeado por Sean.

- Deja de buscar curas para cosas que no son enfermedades.

- ¿Quieren escucharme? - insistió Alex, llamando finalmente la atención de los otros dos. - Deberíamos tener algo entre nosotros.

Hank miró con el ceño fruncido al muchacho. Sean, por su lado se paró con algo de esfuerzo y se situó junto a Alex.

- ¿Algo cómo qué?

- Mmm… no lo sé. Algo.

- Algo… - murmuro Sean, como sopesando la idea.

A Hank eso no les gustaba mucho. Es decir, Alex y Sean sí le gustaba pero… pero no. Es decir, ¿y si alguien los descubría? ¿Y si Charles y Erik decidían echarlos? ¿A dónde irían? Alex no podía volver a la cárcel y, al menos para él, volver a casa no era una opción.

- A mi ese ‘algo’ me suena bien. ¿Tú que dices, Hank? - le preguntó Sean, acercándose un poco más a él.

- Yo… miren, no estoy seguro. ¿Y si nos descubren? ¿Y si…?

Pero entonces Sean lo besó, sentándose sobre sus piernas y Hank no tuvo mucho tiempo de seguir pensando en si alguien los descubría.

***

Cuando Sean entra en el cuarto, Raven aún no se ha ido. La chica toma sus muletas y se para, dándole un beso en la frente a Hank y encaminándose hacia la salida.

- Supongo que lo dejo en buenas manos. - dice, dándole un beso en la mejilla a Sean, el cual le sonríe.

Cuando la chica se va, Banshee se sienta en el lugar que ocupaba ella segundos antes junto a la cama. Se lo ve algo cansado, pero de todas formas le sonríe a Hank como si todo estuviera bien.

- Raven me contó todo.

Y, tras la declaración de Hank, la sonrisa desaparece.

- Voy a matarla.

- No, no lo hagas. Es la única que sabe cocinar, sin ella moriremos de hambre. - intenta sonar gracioso, pero esa siempre fue la especialidad de Sean, no la suya.

- Hank…

- No, no me digas que no es mi culpa, porque lo es. Tendría que haber sido más rápidas. Cielos, tengo reflejos animales, no puede ser que no haya sido más rápido, o que…

- Hank…

- No, Sean, no. ¡Si no fuera por mi Alex estaría!

- ¡Hank, Alex despertó!

- Oh. Eso… eso es genial. - y entonces comienza a llorar, mientras Sean lo abraza con su brazo sano, riendo. - Creí que Alex se iba a morir por mi culpa.

Sean le besa varias veces el cuello y las mejillas, mientras Hank llora de puro alivio. Están todos vivos. Ellos están vivos.

- Si Alex se moría iba a ser su culpa, por hacerse el héroe.

- Los amo. - y realmente no esperaba terminar diciendo eso en una situación como esta pero, mierda, no sabe que hubiese hecho si alguno de los dos hubiese muerto.

Sean lo besa en los labios antes de separarse de él, volviendo a acomodarse en la silla.

- Lo sabemos, no te preocupes. No eres muy bueno disimulando.

- ¿Podemos ir a ver a Alex?

- Por supuesto.

Es una suerte que cuando, quince minutos después, Sean y Hank entran en el cuarto de Alex los únicos en el mismo sean Erik y Moira. Hubiese sido difícil de explicar al resto de la CIA por qué Hank besó a Alex, para que luego lo hiciera Sean.

Bueno, no hubiese sido difícil de explicar, eso hubiese sido muy simple, de hecho. El problema hubiese sido otro.

FIN

Título: Adiós, soledad
Fandom: X-Men: First Class
Claim: Alex/Hank/Sean
Rating: PG+
Nota: Escrito para la Dotación Anual de Crack de crack_and_roll y para la tabla Imágenes de jeuxatrois
Summary: No es que a Alex le guste estar solo, es que es la única forma que conoce de no herir a otros.


Adiós, soledad

La vieja mansión le gustaba a Alex, pero esta es definitivamente mejor.

El Profesor y Magneto han construido un gran área de entrenamiento en el sótano, con tecnología de punta. Casi todo diseñado por Hank, que no es por presumir pero es su… uno de sus… err… compañeros. ¿De vida? Eso.

Sean usa la palabra ‘novios’, Hank ‘parejas’. Lo cual es raro viniendo de Hank, porque siendo un genio tendría que saber que ‘pareja’ viene de ‘par’ y ellos no son pares. Bueno, al menos supone que de ahí viene la palabra.

Pero lo importante es que la nueva mansión es genial. Han vuelto a construir Cerebro así que tienen muchos más mutantes dando vueltas por el lugar, la amenaza de Shaw ya lejana.

Luego de que vencieran a ese maldito bastardo y sus estúpidos secuaces, pudieron finalmente dejar la seguridad de los cuarteles de la CIA e instalarse en la nueva mansión, construida sobre las ruinas de la anterior, en donde el Profesor y Magneto han creado la ‘Escuela Xavier/Lehnsherr para jóvenes talentos’.

Así que, entre todas las nuevas cosas de la mansión, los cuartos son geniales. Son más grandes que los anteriores y, en un arranque de progresismo, Charles y Erik les dieron un cuarto para los tres. Con una cama matrimonial. Aún puede escuchar los gritos Moira diciéndoles a sus ‘tutores’ que ellos tres eran muy jóvenes para que les dieran tantas libertades.

También han puesto un gimnasio para que además de entrar sus poderes entrenen sus cuerpos. Lo cual es genial porque, si bien le encantan Sean y Hank como son, el gimnasio ha hecho maravillas por los culos de sus… compañeros.

Después de las insistencias de Raven y Sean, Charles y Erik aceptaron mandar a construir una piscina, así que con la llegada del calor casi todos están en ella. Incluso Charles, al cual sus médicos le recomendaron que una buena terapia de rehabilitación era intentar nadar, está disfrutando de la nueva adquisición.

Alex prefiere alejarse del bullicio y sentarse a la sombra de uno de los enormes árboles que hay en el terreno. Hank les dijo que son nogales y que en otoño darán un montón de nueces. A Alex mucho no le gustan, pero el glotón de Sean parecía bastante emocionado ante la idea.

Para Alex todo esto es nuevo. No sólo la mansión, las comodidades, los dos compañeros. Todo.

La familia.

Porque eso son, una familia. Grande, disfuncional, ruidosa y extraña, pero una familia al fin y al cabo.

Alex había olvidado lo que es tener una familia. Lo que es tener que correr para poder ocupar el baño antes que nadie. Lo cual, por cierto, es casi imposible siendo que Pietro puede correr a lo que parece la velocidad de la luz y Kurt es capaz de aparecerse en cualquier lugar.

Lo que es pasar el desayuno discutiendo lo que se va a preparar para almorzar, el almuerzo lo que se va a merendar, la merienda lo que se va a cenar y la cena si al día siguiente pueden hacer un picnic.

El tener que repartir las tareas domésticas, luchando por conseguir no ser quien asee los baños o el que cocine. Tener que cuidar de los más pequeños, leyéndoles algún cuento o jugando un rato con ellos.

Quizás lo mejor que han hecho Charles y Erik por ellos ha sido eso, darles una familia, darles normalidad. Hacerles entender que antes de ser guerreros, mutantes, son personas, la mayoría aún niños.

Y Alex ama esa familia extraña que tiene. Aún extraña a Scott y no va a parar hasta que lo encuentren, pero está feliz de que, en el momento que de con él, pueda traerlo con estas increíbles personas que rondan a su alrededor.

Pero todo eso no quita que sea extraño y muchas veces no sepa que hacer ante muchas situaciones.

Alex estaba acostumbrado a alejarse del mundo, a distanciarse de las personas que quería o le agradaban para no terminar lastimándolos. La soledad era lo único que tenía, lo único que quería. Pero no porque le gustara, no. ¿A quién le gusta estar solo? Pero sin la soledad él lastimaba a las personas.

¿Y que es peor que ser la causa de que los que quieres sean heridos?

Y, sin embargo, una vez que te acostumbras a estar solo, estar rodeado de gente se vuelve extraño, casi incómodo.

Pero poco a poco se va acostumbrado a toda su familia. Un claro ejemplo es que, si esta situación se hubiese dado dos meses atrás, en vez de estar bajo un nogal estaría en la sala de entrenamiento practicando su puntería con el nuevo traje.

Sin embargo está ahí. Algo alejado, es verdad, pero está con ellos.

- Hey, rubio, ¿vienes seguido por aquí?

Ni siquiera tiene que levantar el rostro para saber que ese es Sean. Que casi al instante se haya recostado a su lado, apoyando la cabeza sobre su regazo no tiene nada que ver.

- Sólo cuando un montón de molestias gritan en mi piscina. Creí que te divertías en el agua.

- Lo convencí de que si seguía ahí terminaría arrugado como una pasa. - dice Hank, sentándose junto a Alex. Este último aprovecha para recargar parte de su peso sobre su compañero.

- ¿Y venir a molestarme fue tu gran idea?

- No, esa idea fue suya. Yo quería convencerlo de que vayamos a mi cuarto.

A veces cree que están arruinando a Hank. Antes era un pequeño y pudoroso mojigato. Ahora lo sigue siendo, pero de cuando en cuando deja entrever que ha aprendido alguna que otra cosa de ellos.

Como ahora que lo besa sin importarle que el resto de la familia esté jugando en la piscina.

(Tampoco es como si a ellos les importara mucho. Principalmente porque Charles y Erik, que son los que les han dado su nueva vida, se besan delante de todos muchas más veces de lo que ellos lo hacen)

Sean se ríe, para luego besarlo en la mejilla mientras aún tiene la boca ocupada con Hank.

- ¡¿Qué no tienen un cuarto?! - les grita Raven.

Alex le enseña el dedo del medio mientras Hank se separa de él, avergonzado.

Aunque aún se sienta incómodo rodeado de tanta gente la mayoría del tiempo, cuando está con Sean y Hank todo es mucho más sencillo.

Los ama, aunque no se los reconozca, los ama.

(Tampoco necesita reconocérselos, ellos ya lo saben. Según Sean, él y Hank son muy malos disimulando esas cosas)

FIN

Título: La cantidad exacta
Fandom: X-Men: First Class
Claim: Alex/Hank/Sean
Rating: PG+
Nota: Escrito para la Dotación Anual de Crack de crack_and_roll y para la tabla Imágenes de jeuxatrois
Summary: Y mientras todos creen que Sean es el más seguro de los tres, éste es el que menos merecedor se siente.


La cantidad exacta

Si le preguntan a él, lo bueno de tener dos novios (porque eso es lo que son, novios, por más que Alex insista en llamarlos ‘compañeros’ y Hank ‘parejas’) es que siempre alguno de los dos está disponible para lo que necesite.

Si tiene ganas de ir a ver una película pero Hank está muy ocupado con algún trabajo encomendado por el Profesor, siempre puede proponérselo a Alex. Si tiene ganas de salir a cenar fuera pero Alex tiene uno de sus ataques de ‘soy-antisocial-no-me-molesten’, siempre puede ir con Hank.

Y lo mejor de todo, si tiene ganas de tener sexo pero uno de sus novios está ocupado o no tiene ganas, siempre puede contar con el otro. Aunque, aquí entre nosotros, siempre encuentra mucha predisposición para algo de sexo.

Así que imaginen su frustración tras una semana de ausencia de las dos personas que más le gustan en el mundo.

Adora al Profesor y a Magneto por darles todo, pero está odiándolos mucho en estos momentos por mandar tanto a Alex como a Hank en una misión.

Suspira, girando en la cama hasta llegar al borde de ésta. ¡Para colmo la jodida cama se le hace enorme ahora que no está ninguno de los dos! Siempre duermen algo apretados ya que, obviamente, la cama fue hecha para que durmieran dos personas, no tres.

Sean suele dormir en el medio. Es muy friolento así que, además de las dos frazadas extras que obligó a que compren, obliga a sus novios a que lo abracen, así no tiene frío.

Sobra decir que a pesar de estar en pleno verano, Sean está pasando la semana más fría de todo el puto año.

Y encima el jodido reloj está haciendo un ruido del demonio con su puto tic-tac tic-tac. Genial, de tanto acostarse con Alex ya se le está pegando el putear a todo a su alrededor.

Gira sobre sí mismo, enroscándose con las sábanas. Esta semana ha descubierto que odia con toda su alma dormir solo. Vuelve a suspirar, mirando de reojo el reloj que recién marca las nueve y cuarto de la noche.

Lo peor de todo es que no sólo extraña el calor de sus cuerpos (lo cual ya de por sí es cursi), sino que le están haciendo falta otras cosas aún peores.

Como los dedos de Alex tamborileando sobre su piel al estar algo aburrido, o la suave voz de Hank leyéndoles alguno de sus proyectos. Le faltan los chistes malos de uno y los tímidos cumplidos del otro. Le falta sentir el brazo de Alex pasando sobre él para que este pueda acariciar el brazo de Hank y a éste pasando una pierna sobre las suyas para poder acariciar con su pie el de Alex.

Mierda, si sigue así en cualquier momento le va a crecer un ovario y va a ir a llorar al cine junto a Raven y Moira esa nueva película, ‘My fair lady’ de la que tanto hablan.

Y el jodido tic-tac tic-tac que no lo deja en paz.

Los extraña. Extraña ver a Alex jugar con Scott, ahora que lo han encontrado. Extraña ver a Hank emocionarse al avanzar con alguno de sus experimentos. Extraña que Alex los moleste a él y a Hank porque es la única forma que ha aprendido para llamar la atención de los que le gustan.

Porque siempre les ha dicho a Hank y Alex que son muy malos disimulando sus sentimientos, pero no está tan seguro de que eso sea verdad. Es sólo que Sean ha aprendido rápido a comprenderlos.

Una vez que entiendes que Hank siempre espera que el mundo vea lo peor de él y que Alex tiene miedo de herir a los que quiere, es fácil entenderlos.

Sabiendo eso es fácil entender que cuando Alex se aleja de todos no es porque no los soporte, es porque aún siente que en cualquier momento va a estallar (en un sentido casi literal de la palabra) y va lastimarlos y no puede permitirse lastimar a las personas que ama.

Es obvio también que cuando Hank no para de asegurar que no es algo tan increíble, cualquiera de ustedes hubiese hecho lo mismo, en serio, no es necesario que me feliciten, no es por falsa modestia ni porque espera aún más elogios, es porque no entiende como alguien puede encontrarlo fascinante a él y a lo que hace.

Sus chicos tienen problemas, sí. Una gran cantidad de ellos, de hecho. Y, sin embargo, ahí radica el encanto de ambos. Si fueran perfectos, definitivamente no serían su tipo.

Y, en el fondo, lo único que espera Sean es que Alex y Hank se den cuenta de que él no vale nada, que es completamente normal y que decidan que es verdad eso de que tres son multitud.

Porque Sean no es interesante. Se hace el interesante, sí, pero no lo es. Tuvo una infancia normal, viviendo en un barrio normal junto a sus padres y sus dos hermanos. Nunca tuvo muchos problemas por su mutación ya que no era visible a primera vista ni destruía cosas al enfadarse.

Al descubrir que era ‘especial’ (en los dos sentidos que adquiría la palabra) su familia no se mostró feliz, pero tampoco lo rechazaron y aceptaron que no siempre lo diferente es malo.

Sean no ha sufrido nunca por ser quién es. Sean no sabe nada sobre sufrir. La única vez en su vida que ha sufrido fue cuando casi pierde a Hank y Alex esa vez que Shaw y su grupo atacó la vieja mansión.

Vuelve a suspirar, notando que ya casi son las diez y que sólo faltan trece horas y cuarenta y cinco minutos aproximadamente para que sus novios vuelvan.

Esconde la cabeza debajo de la almohada, frustrado por no poder conciliar el sueño y por dejarse llevar por sus estúpidas inseguridades. Eso se lo debe estar pegando Hank, seguro.

Siendo sincero consigo mismo, Sean está convencido de que si Alex y Hank siguen con él es sólo porque se muestra muy seguro con todo lo que hace.

La realidad no puede ser más distinta.

La primera vez que vio a Alex y Hank besarse casi se desmaya. Ellos eran como él. Todo fue muy raro e incómodo esa vez, porque ese beso había sido casi un accidente y ninguno de los dos pensaba mucho en lo que hacía.

Y luego, la noche siguiente cuando se besó con Alex… wow. Sólo había besado a dos tipos en su vida y no había sido de cerca tan increíble como besar a Alex. Claro que unas horas más tarde finalmente besó a Hank y fue igual de increíble.

Como decía antes, Sean está seguro de que si ellos siguen con él es porque siempre se muestra tranquilo y seguro con todo lo que involucre a su relación.

Lo cual demuestra que él no es fácil de leer porque, si lo fuera, sus novios imbéciles ya habrían descubierto que muchas veces tiene más miedo que ellos dos juntos.

Como cuando Raven los descubrió a punto de tener sexo la primera vez que lo intentaron los tres juntos. Mierda, esa vez pensó que se moría ahí mismo. Pensó que estaban tan jodidos que ni sus madres los reconocerían luego de la paliza que les darían.

Pero como Alex y Hank se paralizaron, fue él quien tuvo que hablar con Raven, bromear un poco y salvar la situación. Resultó que a Raven le importaba muy poco con quién (o quiénes, mejor dicho) se acostaran, sobre todo desde que había descubierto que Hank era medio imbécil.

Algo similar pasó con Charles y Erik. Bueno, nunca corrieron riesgo con ellos, pero no lo sabían en un principio.

Pero debajo de toda esa falsa seguridad, Sean es sólo un chico de diecinueve años que tiene miedo de que sus novios lo dejen.

A veces parece que Alex y Hank se olvidan que es el más chico de los tres.

Se sobresalta al escuchar cómo la puerta se abre.

- ¿Crees que esté despierto?

- Mmm… está muy quiero para estar despierto. El pendejo tiene hormigas en el culo y si estuviera despierto ya lo tendríamos sobre nosotros.

- Oh. Tenía ganas de que charlemos.

- Vamos, Henry, podremos hablar mañana. Muero de sueño. Y sabes que Sean odia que lo despertemos.

- Tienes razón. ¿Crees que nos haya extrañado?

- ¿Tú nos hubieses extrañado?

- Por supuesto.

Se muere de envidia al escuchar el gemido ahogado de Hank cuando Alex, aparentemente, lo besa.

- ¿Y eso por qué?

- Porque tenía ganas.

Hank ríe y Sean escucha como abren el armario para cambiarse la ropa.

- Hey, ¿crees que le guste lo que le trajimos?

- ¿El libro sobre las banshees? Espero que sí. A mi me hubiese gustado.

- Eso es porque eres un nerd. Uno que hace buenas mamadas, pero un nerd al fin y al cabo.

- ¡Alex!

- ¡Shhh! Si gritas la bella durmiente se despertará.

Siente como la cama se hunde a ambos lados, para que luego dos pares de brazos lo rodeen. A su derecha, Alex bosteza.

- Hasta mañana.

- Hasta mañana.

Los dos imbéciles se duermen tan rápido que no llegan a ver la sonrisa enorme que se pinta en el rostro de Sean.

Sus novios tienen muchos problemas, una infinidad de ellos. Por eso él no tiene ninguno, para equilibrar un poco la relación.

Y tan pronto como se da cuenta que esos dos imbéciles no podrían vivir sin él, se queda dormido.

FIN

!banshee, !bestia, pairing: hank/sean, (de a tres es mejor), fandom: x-men first class, ~ jeux à trois, pairing: alex/hank, !havok, ~ crack_and_roll, pairing: alex/sean, ~ tabla imágenes, ~ dotación anual de crack, pairing: alex/hank/sean, fanfic, (marvel es gay)

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