Fandom: One Direction RPS
Pairing | Género: Harry Styles/Louis Tomlinson | Romance, fluff, angst.
Palabras: ~7.100 (esta parte)
Rating | Advertencias: MA | Canon compliant.
Notas: Millones, infinitas gracias a
driate por el beteo, por el brainstorming y por los ánimos. Este fandom no sería ni la mitad de genial sin "till we surrender", y nosotras tres (incluyo a
serenitydiary, obvs) sabemos a qué me refiero.
Notas sobre el fic: El principio de cada drabble es de una canción de los niños. Más que "canon" es un "au dentro del canon". Sé positivamente (por gifs y por fechas) que las cosas no pasaron así, pero las situaciones en sí están basadas en entrevistas y comentarios reales. En realidad lo que más he moldeado son fechas.
Pero vamos a imaginar que sí ocurrió así.
Vamos a imaginar su historia desde el principio; por lo que se dicen y lo que no, por las cosas que se ocultan para no hacer daño y por los tiros que salen por la culata.
Vamos a imaginar cinco besos que Harry y Louis se dieron. Y uno que no.
Todo lo que no nos decimos. Primera parte
Un bungalow, Cheshire. (i want to be your last first kiss)
Todo está yendo tan rápido, piensa Louis. Todo está yendo tan rápido que no le da tiempo a apreciarlo, como si fuera una serie de dibujos en cada página de una libreta, que al pasarla rápido crean la ilusión de movimiento; a él solo le llegan instantáneas. Los “sí”, los “no”, los “estáis juntos, estáis dentro”. Harry está en medio de todo, Harry y sus rizos y su olor y sus labios rosas.
Le gustaría poder echar un momento el freno porque pensar no le deja dormir y no puede dejar de hacerlo. Se pregunta si esto cambiará su vida o si irá mal y le convertirá en uno más de la larga cola de los que han fracasado tras el programa.
Tiene esperanzas porque cree que son buenos, que pueden hacer algo (Liam, Liam es brutal, y Niall, y Zayn y Harry, por dios, son geniales), pero no dependen de eso solo, dependen de mil cosas que se le pasan por la cabeza una y otra vez: de la gente, de la armonía que sepan formar, de las canciones, de Simon, de las fans.
Llevan un par de semanas en el bungalow del padrastro de Harry y Louis se siente como si no fuera él. Se levanta de puntillas, con cuidado, una noche más. Niall ronca y enmascara el sonido de la puerta cuando la abre.
La terraza está fría y silenciosa y la piscina parece otra diferente a la que hay por el día de tan serena que está. Expulsa el vaho por la boca y mira cómo desaparece; tras él se ven las estrellas, que se burlan de su insomnio.
Se queda traspuesto no sabe cuánto tiempo, mordiéndose las uñas y hasta los dedos, un poco, y el sonido de alguien pasando por la puerta le sobresalta.
Harry entra de culo, empujando la madera y llevando una taza humeante en cada mano.
-Hey.
Lou sonríe.
-¿Qué haces despierto?
-Dijo el que está en medio de la noche en la terraza.
-También es verdad -hace sitio a su lado y extiende la manta por las piernas de ambos, cogiendo el té de sus manos-. No sé, no podía dormir. Para lo cual la teína va a venir genial, claro.
Harry le mira un segundo, culpable, y es demasiado fácil leerle para solo conocerse dos semanas. Le da un poco igual porque ya ha aceptado a Harry como la excepción para todo, es algo que no puede medir con sus baremos normales porque se sale de la tabla, le obliga a aumentarlos y modificarlos una y otra vez.
Se encoge de hombros.
-Da igual, me apetece, gracias. Tampoco es que me haga ya mucho efecto.
Se quedan en silencio, dando pequeños tragos. Louis no sabía lo frío que estaba hasta que empieza a sentir el calor del té y de Harry a su lado.
Deja las tazas en la mesa cuando terminan y se acurruca contra Harry, él le hace sitio y apoya la espalda en el cojín, le abraza por detrás y hace un amago de cosquillas con los dedos por debajo de la sudadera.
Louis ríe suave.
-Paaaara.
Harry le hace caso. Siguen hablando en susurros, intentando no perturbar la paz que se respira.
-¿No podías dormir?
-Tengo un poco de miedo -confiesa-. ¿Tú?
Nota a Harry moverse tras él, incómodo, y le mira.
-Eso se queda corto -responde Harry-. Algo dentro de mí parecía que querría, no sé. O sea, no hay nada que quiera más que esto, pero es como un precipicio enorme y, tengo como…
-Vértigo -termina Louis, porque sabe.
Harry asiente, se recoloca y le mueve hasta que puede poner la barbilla en su hombro. Louis siente su aliento en el cuello y traga saliva.
-Pero me gusta. Y me gusta esto -dice Harry.
-¿El qué?
Nota cómo se encoge de hombros y vuelve a mirarle, girándose en el proceso. Harry sonríe, ahora, y Louis siente las mismas tentaciones de siempre de pincharle en el hoyuelo, notarlo en la yema de los dedos.
Se tumba un poco más encima de él, de lado, para poder mirarle. Están cerca, pero no es incómodo, Harry y él han estado así desde el principio, táctiles e inconscientes del espacio personal del otro y para Louis es natural, a estas alturas.
-Esto. Nosotros -Harry cierra los ojos, roza su mandíbula con la nariz, y cuando los abre hay un segundo de duda hasta que, al parecer, lo deja ir-. Tú.
-¿Yo?
Harry asiente, mordiéndose el labio, adelanta su cara y Louis entra en una mezcla de nervios y anticipación que se diluye en decepción cuando el beso llega a su mejilla, y es capaz de notar en ella la sonrisa de Harry.
Abre los ojos, preguntándose cuándo los había cerrado y notando el calor que trepa por sus mejillas. Los verdes de Harry le miran, con esa capacidad de enfocarse cien por cien en algo, en él, y quiere apartarle, o toser, desviar la atención; pero lo que hace es hablar, y su voz suena demasiado alta en el silencio que les rodea.
-Ey, Hazza.
-¿Sí?
-Si hago una cosa, ¿no te enfadas?
El hoyuelo de Harry se profundiza cuando niega.
Así que Louis deja escapar una sonrisa, se acerca a él milímetro a milímetro, le besa en los labios con los ojos abiertos.
Es un beso casto, de labios secos y cerrados y Louis ha dado algunos así, y otros mucho más profundos pero ninguno le ha hecho sentir lo que siente ahora, ninguno le ha dado la vuelta en el estómago ni le hecho coger aire como si se hubiese quedado sin él; suspira aún pegado a él y Harry repasa sus labios con la lengua y Louis se derrite contra ella, y se besan pero no pueden dejar de sonreír hasta que se hace simplemente imposible, y Harry estalla en carcajadas que tiene que ahogar contra su cuello. Louis chista intentando que baje el volumen, pero es inútil porque él también se está riendo, de puro calor en su estómago, de los temblores de su propia mano cuando se agarran a la de Harry.
Respira, y sonríe, y le besa otra vez, porque puede.
Su casa, Londres. (don’t forget where you belong)
Los cinco se quedan boquiabiertos la primera vez que ven el complejo donde van a vivir.
-Lo mismo nos hemos confundido -razona Zayn, mirando cómo entran las furgoneta con ropa y objetos personales de cada uno.
-Es un puto castillo -aporta Niall, con la cara brillante y los ojos abiertos de par en par.
Louis sonríe mirando a la fachada de lo que, en efecto, parece un castillo. Moderno, sí, pero lo parece. Se pregunta cuánto cuesta esto. Se pregunta si lo valen, si podrán mantener su estatus como para pagar algo así, se pregunta si lo merecen.
La mano de Harry se posa sobre su espalda y la siente cada día más grande: solo han pasado unos meses desde que se conocen y Harry empieza a parecer algo salido de una película, Louis puede jurar que si le mira muy, muy fijamente durante un rato, puede notar cómo su cuerpo se expande.
-Vamos, Lou.
Van.
**
Cada uno elige su casa y Harry y Louis no tienen ninguna duda en ningún momento, eligen la suya juntos, deciden qué le van a poner “aquí podemos poner un proyector” y “yo quiero de esas luces que iluminan desde abajo en la cocina” y “¿crees que podríamos pedir que se encendieran las lámparas con palmadas?” y ríen como hienas, sin asumir realmente que es suyo.
Recogen sus bolsas y las van metiendo, algunos libros, y unas cajas con fotos, cuadros. Sacan y colocan los peluches con sus nombres. Louis tira al fondo de su armario una bolsa entera de gorritos de invierno.
Louis empieza con ganas e ilusión a sacar las cosas, pero a mitad se ha aburrido y está manteniendo una pelota de fútbol en equilibrio, dando pequeños toques con los pies. La deja cuando aparece Harry, oliendo a ducha y con el pelo mojado, y no se molesta ni en parecer culpable.
Si juega bien sus cartas, seguramente lo acabe haciendo todo Harry.
-Louis, acabamos de llegar, al menos intenta mantener la farsa del orden durante los primeros días.
-Es lo que hay.
Y es lo que hay, realmente, y tiene la mitad de la ropa tirada encima de la cama.
-Ya me dirás tú cómo vas a dormir en esa cama -contesta Harry, con tono pretendidamente indiferente.
-Pues parece cómoda, pero por desgracia creo que me veré obligado a dormir en la tuya.
Harry le agarra por la cintura desde atrás; cuando habla, su aliento le hace cosquillas en el cuello.
-Qué sacrificio.
-Ya ves. Para que luego la gente diga que no soy la viva imagen de la generosidad y el altruismo.
Harry bufa.
-Nadie osaría, Lou.
-¿Detecto cierta nota de sarcasmo en tu voz, joven Harold?
-Esa acusación me duele en lo más profundo.
-En lo más profundo te voy a dar yo a ti -responde Louis con un tono que no da espacio a equivocarse.
Nota cómo Harry se estremece, pegado a él.
-No prometas lo que no puedes cumplir.
Louis se da la vuelta, con expresión ofendida, le pone las manos sobre el pecho.
-Vas a pagar por eso. ¿Cuándo no he cumplido una promesa?
Harry no contesta y se le queda mirando; sonríe hasta que los hoyuelos asoman en sus mejillas mientras aparta con un dedo el flequillo que cae por la frente de Louis. El sol entra por su espalda y da de lleno en la cara radiante de Harry, tiene los labios rojos y suaves; por su frente caen un par de gotas.
No sabe cuánto pasan así, porque pierde totalmente la noción del tiempo; llega un punto en el que no puede más y tuerce un milímetro la cabeza, Harry le lee al momento.
Se acercan de un movimiento demasiado aprendido, demasiado natural, y la luz refleja miles de cosas en los ojos verdes, Louis traga saliva justo antes de que sus labios se junten, y automáticamente abre la boca para dejar que la lengua de Harry entre en ella, Harry se bebe a Louis, que le aprieta la espalda y le empuja hasta que llegan a la cama, aparta la ropa que puede con el brazo y se pone encima de él, a horcajadas. Los rizos encuadran su cara, vuelve a besarle, una y otra vez, solo les hace falta un roce de caderas para que el ritmo cambie a algo más desesperado.
Ni siquiera se dan cuenta de cuándo se hace de noche.
*
Escenario principal, festival de Leeds. (hips don’t lie, you make me wanna shhhh one more time)
Llegan más tarde de lo que habían planeado a la zona de la acampada pero qué más da si por un rato, tres días, pueden estar juntos y solos y hacer lo que ya casi han olvidado, pasárselo bien sin tener que pensar continuamente donde estarán las cámaras.
Han pasado seis meses desde que terminó el programa y eso les ha bastado para saber que no les va a durar, que de un momento a otro no podrán ir por la calle tranquilamente sin que los paparazzis les acosen o la gente pida fotos con ellos. Ya lo están viviendo, en menor medida, y se multiplica cada día.
Le marea un poco, y Louis se agarra a Harry y a la promesa de estos días.
Montan la tienda (más bien Harry la monta y Louis hace que ayuda, en realidad, porque siempre ha sido así y Harry seguramente tampoco esperaba que fuera a cambiar en esta situación) y se cambian rápido y llegan a tiempo de escuchar a Rise Against con la primera cerveza en la mano. Igualmente, es Rise Against, así que Harry le coge a Louis de la muñeca y le lleva hasta la parte central más cercana al grupo que puede encontrar. Louis pone los ojos en blanco porque él no es precisamente el mayor fan del grupo pero lo hace solo por fastidiar: Harry les adora.
A mitad del concierto empieza a sonar una que, a juzgar por cómo le agarra del antebrazo, le debe gustar. Louis se intenta guardar la sonrisa, pero tiene curiosidad y entrecierra los ojos, centrándose en entender la letra entre los gritos del cantante y de la gente a su alrededor. Harry le sujeta del hombro un segundo y le canta, grave y bajo, lo justo para que le oiga.
born me, no, I can't change
Y Louis se muerde el labio porque sabe de lo que habla, cómo no va a saberlo si es lo que les han pedido desde que empezó la locura de One Direction. Cambiad: así os querrá más gente. Zayn, tú más callado; Niall, habla más; Liam, no te cortes el pelo; Louis, deja de volvernos locos; Harry, ¿no te gusta esta chica?
Louis mueve el brazo y rodea su cintura, le acaricia las costillas con los dedos.
*
En cuanto termina el concierto corren con la cerveza hasta el escenario en el que The Vaccines están empezando a montar los instrumentos y Louis se para un segundo a pensar en qué sería de ellos cinco si fueran un grupo así, de festivales, de meterse en una furgoneta enana con los instrumentos y recorrerse el país pasando frío.
Se encoge de hombros y aparta los pensamientos porque es absurdo pensarlo ahora, cuando tienen mucho más de lo que podrían haber soñado, cuando tiene un vaso enorme de cerveza que Harry le devuelve después de darle un trago.
El concierto empieza flojo pero para cuando suena Wolf Pack están saltando y de alguna manera se rozan sus manos continuamente. Ni siquiera son tanto público pero todos se mueven más o menos al unísono, con el ritmo incesante de la batería retumbando en su cuerpo. En un momento Harry se detiene a coger aire y Louis nota cómo le mira largos segundos, le devuelve la mirada y saca la lengua, le agita el pelo como si fuera un niño y Harry cierra los ojos.
Para cuando termina ambos saben que tienen suficiente alcohol en el cuerpo así que compra un botellín de agua para conseguir aguantar en un estado decente al menos hasta que termine el concierto de Thirty Seconds to Mars.
Después ya verán si se dejan llevar.
Un chico se acerca, le tira de la manga, y ambos se giran.
-Perdón por molestar, pero, ¿eres Louis? ¿Louis Tomlinson?
-Ah. Sip.
El chaval repara después en la cara curiosa de Harry.
-Oh, y Harry también está. Eh, ¿os importaría haceros una foto con nosotros?
Y, no, claro que no. Están uno a cada lado de los dos chicos, se tocan las manos por detrás de las espaldas.
Son los primeros pero no son los últimos.
Aún tardan horas en llegar a la tienda, exhaustos y sudados y borrachos, y no se molestan en meterse cada uno en un saco, abren las cremalleras y se tumban juntos, Louis le abraza por detrás y apoya la frente en su nuca.
*
En el segundo día parece que se ha corrido la voz de que andan por ahí, porque aunque no llega a molestar, la gente que pide sacarse una foto con ellos gotea durante todo el día y parte de la noche, hasta que la falta de luz les oculta de los ojos ajenos.
Las botas se les enganchan en el barro al bailar, y las luces les ciegan y la música les ensordece, y Louis no recuerda habérselo pasado tan bien en la vida. A ratos, cuando están en medio de un concierto, siente la mano de Harry en su cintura y se aprieta contra su hombro; nota sus labios en el pelo, un segundo, y los dedos que suben hasta su nuca. A Louis le gustaría echarse hacia ellos, como hace siempre, pero la gente empuja y lo único que consigue es que Harry se pegue más a él.
Lo cual es un poco como una tortura, porque están literalmente pegados y hay demasiado roce, cuando les empujan y Harry acaba detrás, agarrándole de la cintura y no dejando que se aleje de él. Les hacen pegarse el uno al otro y no puede dejar de notar un movimiento de caderas tras él que es cualquier cosa menos sin querer.
Louis mira hacia atrás, y Harry intenta sonreír inocente, pero no cuela.
-Qué haces.
Se encoge de hombros contra su cuerpo.
-Quiero ir a la tienda y hacerte de todo.
-Contrólate, Harry -pero sabe que se está poniendo un poco colorado, le arde la cara aunque no se pueda ver con las luces del concierto.
Se gira un poco y le mira, observa la cara brillante y el pelo sobre los ojos verdes. Harry parece fabricado de otro material que no es de aquí, que no es terrestre, parece otra cosa. Parece que ha aparecido aquí solo para romper a Louis de todas las maneras, con la mirada y con las manos y con su mera existencia. Louis le quiere a un nivel que no puede contabilizar, no puede saberlo porque es demasiado grande y le encoge el estómago; piensa “qué sentía antes de ti”, piensa “no recuerdo lo que es no quererte”, y Harry parpadea, se le expande la sonrisa y el hoyuelo que Louis tiene en su campo de visión se hunde en su piel.
No puede más.
Coge a Harry de la mano y le guía, desviándose a un lado del escenario, una esquina en la que se ha fijado antes, al llegar. Busca con la cabeza, se asegura de que nadie les está mirando y les cuela por una de las vallas, detrás de las pantallas gigantes.
Le mueve hacia la oscuridad y le agarra de la cintura con las dos manos y estampa los labios contra los suyos y Harry responde el beso con energías redobladas; Louis saborea la cerveza y disfruta de los dedos de Harry en su pelo, cuando lo agarra para moverle la cabeza y poder apretarle más contra él.
-¿No aguantabas el camino hasta la tienda para tocarme, eh? -jadea en su oído cuando Louis baja por su cuello y muerde y absorbe y vuelve a morder.
-Cállate -responde, colando una mano entre ellos dos y alcanzando el botón, porque no puede escucharle, se siente abrumado por todo, borracho de alcohol y de la presencia de Harry-, cállate -y no debería oírse pero el ruido de la cremallera vibra entre sus cuerpos y nota cómo Harry se estremece, se agarra fuerte a sus hombros-, cállate, cállate -cuando mete los dedos bajo el calzoncillo y le encuentra duro y le hace gemir con el primer movimiento de su mano.
El ritmo de la batería y de los bajos les retumba en el pecho durante la canción, y Louis no aminora el ritmo, no le da tregua y mueve la mano y le besa fuerte, agarrándole de la mandíbula, tirándole del pelo, le muerde el cuello y Harry gruñe y gime y le sigue cuanto puede; a Louis se le pasa por la cabeza la marea de gente a tres metros que no saben, que no tienen ni idea, que no ven la cara de desesperación de Harry mientras se sujeta a él para no caer, la masa anónima que no le escucha, cállate, Harry, y la voz del cantante les pregunta si do you wanna, do you wanna, do you want it all; y el grito del orgasmo de Harry se funde con el aplauso ensordecedor del público.
Louis le deja descansar unos minutos, besándole y, cuando se recupera, Harry descansa la mano en la piel caliente entre su hombro y el cuello.
-El mejor concierto de la historia.
Louis asiente contra sus labios.
*
La casa de Liam, Londres. (they don't know I've waited all my life / just to find a love that feels this right)
A Louis no le sorprende cuando le dan a Harry un golpecito en el hombro y le hablan por lo bajo, justo cuando salen tras la actuación. Lo raro es que no le hayan llamado a él, también, pero parece que por una vez le dejan estar.
No le importaría ir y hacer de apoyo a Harry, cuya mandíbula puede ver apretada mientras habla con ellos. Tampoco necesitar ir ahí para saber qué le están dicienco, porque se lo han dicho a él incontables veces.
“Basta de tocaros”. “Basta de miraros”. Al principio eran más discretos, más suaves, decían “simplemente rebajad un poco el tono”, pero después la discreción se perdió, empezaron las órdenes y las acusaciones y las amenazas por contrato.
Y se supone que Louis disimula mejor, pero cuando es Harry el que provoca, el que le mira desde el otro lado del escenario y le sonríe, el que hace insinuaciones sexuales, Louis no puede no seguirle, es su centro de gravedad, su centro de todo.
No cree que lo entiendan, pero es que no puede. El magnetismo es demasiado grande; el tiempo que han estado haciéndolo sin que a nadie le preocupe, aún mayor.
Ve cómo Harry se aparta el flequillo con un movimiento de cabeza y les mira, desafiante, diciendo algo que Louis no puede saber qué es.
Ella bufa, se recoloca las gafas y le despacha con una mano.
Harry mira hacia donde están los demás, que observan impotentes y después mira a Louis, que sinceramente no sabe qué expresión tiene ahora en la cara.
Harry sale del backstage hacia el coche por la parte trasera, como una exhalación.
Van todos a casa de Liam, esa noche, porque a pesar de todo lo que le dicen, de las bromas con “Daddy Direction” y “hermano mayor”, lo cierto es que funciona; es fácil sentirse relajado a su alrededor.
Louis ha ido sufriendo todo el día un enfado que ha aumentado progresivamente. No es con Harry, nunca con Harry, pero la situación a veces le desborda un poco y necesita un segundo de espacio. No han hablado desde que han llegado. Niall está con Harry en el salón; Louis ha decidido recluirse en la terraza, desde donde les puede ver, de soslayo.
-No veo cuál es el puto problema -se queja Harry. Habla bajo, pero Louis le oye igual.
Niall le mira con una sonrisa tímida, de apoyo, y Harry se sienta con él en el sofá, se deja caer con un suspiro frustrado.
Pasan un rato mirando la tele y al final Harry se tumba, poniendo los pies encima del regazo de Niall, y éste hace un par de veces amago de cosquillas; a Harry se le escapa la risa entre los labios.
A Louis le da rabia no ser él el que le haga sonreír.
-No tiene nada de malo, ¿sabes?
Harry gira la cabeza hacia Niall de un movimiento algo brusco, y él resplandece con cariño. Por un momento el mismo Louis se siente abrumado, está tan agradecido de tenerles, de tenerles a todos, de que no estén Harry y él solos en esto que a veces le cuesta no pasarse el día abrazados a ellos tres. Harry parece sentir algo parecido, y lo refleja poniendo el calcetín en la nariz de Niall y desencadenando una guerra de cojines.
Zayn aparece en el momento justo para salvar una de las lámparas.
-Liam os va a matar -pero se ríe y esquiva uno de los cojines que vuela hacia él-. ¡Liam, se van a cargar tu salón!
Se escucha su voz desde la cocina.
-¡Como se rompa algo os vais a comer los cachos!
*
Se han quedado todos en la sala viendo alguna mierda en la tele, pero Louis no puede aguantar la tensión muy bien, no hoy, así que se va al cuarto.
No tarda mucho en oír unos pasos y un toque de nudillos en su puerta. No se molesta en contestar, ni en levantar la mirada del móvil. No sabe para qué lee twitter, porque no es como si nadie dijera nada mucho más interesante que “louis sígueme” y “louis fóllame”.
Harry se sienta a su lado y al momento se siente culpable, porque sabe que está triste y eso es algo que no soporta, que esté triste por él. Lo odia. Lo odia más que a la organización, lo odia más que cualquier otra cosa en el mundo.
Todo su enfado se va, lo sustituye una sensación difusa que le deja incómodo; no están acostumbrados a hacerse daño y quizá por eso duele más.
-Lo siento, Lou. Voy a- -comienza, pero Louis le interrumpe. Tiene que entenderlo.
-Shh, Haz. Hazza -paladea el apodo, no le mira-. A mí tampoco me gusta, sabes. Lo sabes.
Harry asiente y la culpa se le refleja en los ojos.
-No me gusta esconderme. No sé hacerlo, Lou.
-A juzgar por lo que se lee, creo que a mí tampoco me sale muy bien.
Louis aún no le mira, y coge aire, y ya lo confiesa porque, total, qué más da.
-Todo el tema de tú con las chicas… Y cuando me preguntan, se supone que debería disimular, se supone que debería hacerlo mejor-se ríe, una risa un poco cansada y harta -, es ridículo pero es que por dios, quién se va a creer eso. NInguna de esas soñaría siquiera con conseguir alguien como tú ni en siete vidas.
-Idiota -se le escapa, pero no puede evitar que le tiren los labios para una sonrisa.
-Es verdad -le sale la afirmación en un tono extraño, es posible que incluso esté haciendo un puchero-. ¿Tú crees que podrías querer a alguna?
Hay algo, quizá, una duda que se le escapa bajo el timbre burlón de su voz y eso tampoco lo puede evitar, las inseguridades que le aparecen a veces. Harry le pega un golpe con el hombro y Louis aprovecha la vuelta y la inercia para apoyar la cabeza en él. Harry se relaja automáticamente, apoya los labios en el pelo liso, aspira.
-No sabría cómo.
-¿Cómo qué? -susurra él.
-Cómo quererles.
Louis coge con los dedos la tela de su pantalón, juega con ella antes de hablar otra vez.
-¿Por qué?
-Bueno -dice Harry contra su pelo-, ninguna es tú, ¿no?
Eso hace que gire la cabeza, la levante y clave los ojos en los suyos. No es como si no lo supiera, no podría no saberlo con lo obvio que es Harry; pero no se lo dicen así, no tan íntimo ni tan real, no todos los días.
Le besa con labios húmedos, y le pican un poco los ojos pero se calma al sentirle en su boca, al notar el calor de su pierna bajo los dedos. Le aprieta un poco y Harry se estremece, le acerca más a él.
-Harry, tenemos que -mentir, engañar, disimular, ocultar-. Es peor si no lo hacemos. Será peor.
Harry gruñe, asiente una vez y sigue besándole, con lengua y dientes y con la mano apoyada en su nuca, y Louis calla, solo quiere quedarse ahí y que le muerda los labios hasta que estén magullados y el calor suba por sus mejillas y vuelva a parecer por unos minutos que todo es como era antes.
No quiere decir nada más porque solo quiere tenerle para él, y ahora mismo duele pensar que es, literalmente, demasiado pedir.
*
Un bar cualquiera, Manchester. (my judgement is clouded / like tonight's sky)
El problema de Louis es que él no es solo él. Harry no tiene la misma situación, tiene una hermana, sí, pero es mayor, tiene ya la vida hecha. Las de Louis no, son pequeñas y aún les queda demasiada escuela que pasar. Bastante tienen con llevar su apellido, solo les faltaba tener que cargar con-
No es que Louis piense que es malo, sobre todo porque eso significa HarryyLouis y, sinceramente, no está dispuesto a aceptar que hay algo que no sea bueno en eso. Pero las consecuencias pueden ser… complicadas. Solo pensar en que a una de sus hermanas le digan algo de más le hierve la sangre, y él no está ahí para defenderlas, ni siquiera estaría en el mismo país, seguramente, si pasara.
Su madre lo sabe, claro, porque fue la primera que lo supo. Que supo lo de él, y seguramente la primera que se olió lo de él y Harry, antes de que le importase a nadie, cuando podían mirarse tranquilamente sin tener que confirmar que no había ninguna cámara apuntándoles.
Pero ahora las cosas son diferentes, y Louis lo recibe como lo que es, aunque sepa que a Harry le hace aún menos gracia que a él.
Es todo un cúmulo de cosas que Louis no sabe cuándo van a explotar, pero tiene la certeza de que lo harán. Es demasiado.
Harry bebe después del concierto tal cantidad de pintas que, sinceramente, Louis no pensaba que podrían entrar en el cuerpo de nadie. Baila aleatoriamente, un poco como siempre y decide ignorarle cuando intenta decirle que baje el ritmo.
-Tú también estás borracho.
-Sí, pero no he tirado cuatro sillas ya bailando, Harry.
Se encoge de hombros, sonríe contra el vaso que se lleva a los labios y Louis frunce el ceño cuando termina y le queda espuma sobre el labio.
-Tienes espuma, desastre.
Harry abre la boca y Louis ve la lengua que asoma sin llegar a salir.
-Limpiamela tú.
Retos. Las cosas son así la mitad de las veces entre ellos dos, siempre lo ha sido, a que no haces esto, Louis, a que no te atreves, Lou, pintémosle la cara a Zayn, Lou, ven a mi habitación a la noche, Louis, Lou, Lou.
Se maldice a sí mismo porque nunca, nunca le puede decir que no. Así que se la limpia con un dedo y Harry gira la cabeza, más coordinado de lo que parecía hace un minuto y se lo muerde, suave, absorbe un poco y Louis traga saliva, y tendría que estar pensando en que están en un bar cualquiera, que les pueden ver, pero no consigue hacerlo porque el mundo se ha reducido a Harry, a Harry y su boca, a Harry y su lengua rodeándole el dedo.
Harry se echa hacia atrás de repente y le mira con una sonrisa malvada, se lleva su pinta y baila con Liam, que le sonríe, también algo tocado, y Louis se queda en la barra del bar, con la bragueta tirante y pensando cosas horribles de Harry, que le mira cada dos por tres.
Se ríe echando la cabeza hacia atrás y se le marca toda la largura del cuello, la mirada de Louis baja por él y traga saliva al llegar a las clavículas, le brilla la piel ahí, en el medio, y Louis quiere lamer hasta desgastar.
Harry le mira y adelanta los brazos con las palmas hacia arriba para que vaya hacia él y Louis no tiene tanta fuerza de voluntad, no la tiene, y punto; asi que va hacia él y se deja dar la vuelta y se deja agarrar por detrás, porque están borrachos y el bar está oscuro; Harry le pasa los brazos por la cintura y baila con él apoyando la cabeza en su hombro.
Louis sabe que no debe, que de verdad, lo último que tiene que hacer es mover la cabeza pero se le va sola, le mira y está, joder, está tan cerca y le mira a través de las pestañas negras, negras, negras y tiene los labios rojos, rojos, rojos y posiblemente ni un holocausto podría parar que Louis se adelante y le bese, y cuele la lengua cuando Harry abre la boca al momento, receptivo y haciendo pequeños ruidos que siente más que oye.
No le preocupa nada, porque están solos, ¿no? solo están ellos y los chicos y tienen derecho, joder, tienen derecho a disfrutarse un rato el uno al otro sin tener que estar encerrados.
Además, se supone que las cámaras están prohibidas, así que no tienen nada que temer.
*
Un despacho, un camerino, la habitación de un hotel, Dublín. (I'll be gone, gone tonight / the fire beneath my feet is burning bright)
El vídeo le corta la respiración. No hay manera de saber que son ellos dos, no realmente, si no fuera porque hay fotos de ellos en el mismo bar, antes y durante y después, hay vídeos de Louis medio borracho por el hall del hotel, hay fotos de su maldita cara mirando a Harry como si fuera el sol por la mañana.
Dios.
Louis se pasa tres días con el estómago encogido, esperando la llamada que sabe que tiene que llegar, y cuando ésto ocurre, casi siente alivio.
*
Louis conoce a Eleanor desde hace tiempo. Su opinión sobre ella no va más allá de las palabras que han intercambiado cuando ha aparecido en algunos de los eventos más privados, y Louis no tiene nada en su contra hasta que ve la foto encima de la mesa.
Louis apenas la mira un segundo.
-¿Qué es esto?
La chica que está en la mesa delante de él pone los ojos en blanco, porque por desgracia sabe que Louis no es idiota.
-Ya sabes quién es. Y ya sabes para qué te lo enseño.
-Pero, espera. Hemos hecho todo lo que nos habéis dicho -ante su mirada, Louis aprieta los puños-. En la medida de lo posible. No podéis pretender que-
Ella levanta una mano.
-No ha sido suficiente y no dejan de hablar, así que esto es lo que toca -relaja el tono y suspira un segundo-. Mira, Louis, el mercado americano no os conoce como el británico. Aquí os vieron en el programa y os dejan hacer lo que queráis y os quieren casi sin reservas; pero cuando lleguemos allí, y si quieres de verdad que lleguemos allí, eso va a cambiar: es la primera vez que aparecéis. Todos tenemos que hacer un sacrificio, ¿sí?
Intenta mantener la cara indiferente, intenta no dejar traslucir lo que se le está pasando por la cabeza, pero sabe que no lo consigue.
*
Lo primero que hace es hablar con su madre. Discuten, y puede que ella tenga razón y sea lo mejor, pero a Louis no le hace ni la más mínima gracia. ¿Qué más les da que piensen que está con Harry? Jay habla con gente, habla con personas que han trabajado bajo la misma organización.
Louis se desespera cada vez un poco más, y Harry lo nota.
-Hey -le dice, agarrándole por el hombro-. ¿Todo bien?
Quizá lo pueda evitar, piensa. Quizá se quede en unos meses intentando que se hagan fotos juntos, quizá no tenga que decir nada, porque en el punto en el que están casi han dejado de mirar las noticias. Hacer que Harry se preocupe por algo que lo mismo se queda en agua de borrajas le parece mal, casi injusto, así que sonríe y asiente, poniendo la mano sobre la de Harry.
-Solo estoy cansado.
Harry roza la nariz contra su pelo y Louis se siente una mierda, porque odia mentirle, pero a veces es demasiado inocente, demasiado optimista, y es la diferencia entre ellos dos. Pero es precisamente por eso por lo que no debe saberlo, no todavía, porque si hay algo que Louis quiere conservar a lo largo del tiempo que dure One Direction es Harry, el Harry de dieciséis años que siempre pensará primero lo bueno de la gente, que siempre pensará lo bueno de Louis.
Aunque bien sabe Louis que no lo merece.
*
El contrato es largo y tedioso, con cláusulas que Louis no se hubiera podido imaginar que pudiesen firmarse. Hay cláusulas sobre besos, sobre apariciones, sobre multas y rescisión de contrato musical, sobre la maldita ropa que tienen que llevar.
Simbiosis, le dicen. Ella gana fama y una posible carrera de modelo, él estabilidad, fin de los rumores, todo será perfecto en cuanto se haga pasar por heterosexual.
Es lo bonito del mundo real, y Louis quiere llorar. No lo hace, sin embargo, pero quiere hacerlo, quiere coger los papeles y lanzárselos a la cara y romperlos y pegar un puñetazo al primero que se ponga por delante. La mano de su madre en su hombro ayuda, ayuda un poco; y aunque le de rabia que ella también se vea envuelta en todo esto, le causa un alivio egoísta no sentirse solo.
La firma de Eleanor, al otro lado del papel, es redonda y suave y le recuerda a todo lo que es ella y que no quiere tener cerca. Él quiere la escritura angulosa de Harry; quiere las formas que empiezan a estirarse en su cuerpo, quiere sus rizos y sus hoyuelos y su nariz. Quiere la largura de su espalda y su sonrisa cuando se despierta a su lado. Quiere sus ojos verdes, quiere su voz grave.
Louis coge aire una, dos veces. El boli tiembla al escribir su nombre.
*
De alguna manera, pasa una semana y Louis aún no ha hablado con él. Es lo único que les ha pedido, que le dejen a él decírselo a los chicos, y al menos han aceptado ese término. Debería tener un par de semanas de margen, y quiere hacerlo lo antes posible, pero no es tan fácil. Están preparando la salida del nuevo disco, y todas las noches hay algún programa y Louis, sinceramente, está algo perdido. No es como si a Harry no le hubieran hecho sacarse fotos con chicas solo por publicidad, ha sido lo mismo desde el principio, pero no es igual. Louis va a tener que llevarla a casa, va a tener que sacarse fotos con la familia y Harry y él van a tener que reducir todo su contacto.
Va a tener que llevarla de gira, por el amor de dios.
Harry le coge la mano por detrás de Niall cuando hacen la reverencia al final de la actuación, y Louis se agarra a ella.
*
-Hey, Louis, si te han puesto una nueva novia.
La voz de Zayn recorre todo el cuarto, y Louis puede ver en el espejo su propia expresión de pánico. Están los cinco solos, esperando a que el equipo de estilismo, con Lou a la cabeza, les comience a preparar.
-Eh-
-Uh -escucha a Harry-. ¿A Louis? Qué raro. ¿Quién es?
-Pues -continua Zayn-, es una chica que ya hemos visto alguna vez, espera a ver si pone el nombre.
Louis suspira y maldice en bajo su propia cobardía.
-Eleanor. Se llama Eleanor.
El silencio se extiende denso sobre sus cabezas.
-No pensé que fuera a salir tan pronto y os lo tenía que haber dicho, sobre todo-
-¿Lo sabías? ¿Por qué no dijiste nada? -la voz de Harry le responde con un deje de preocupación que se acentúa con su ceño fruncido, y Louis se da la vuelta y le encara, ignorando las miradas preocupadas de los demás.
Cuando va a responder, la puerta se abre y ya no están solos. Louis le le mira suplicante.
-Mira, ahora no puedo. Luego hablamos, ¿sí?
-Vale. Luego -Harry no parece convencido, pero al menos lo deja estar.
*
No han tenido una bronca así en, bueno, nunca, al menos que él recuerde. Harry casi grita, joder, y Louis no le ha visto esos ojos nunca, salvajes y brillantes y mirándole a él con tanto enfado.
-Es solo, es solo tempo-
-El problema no es ella, bueno, sí, lo es, pero, joder, Louis. Podíamos haberlo hablado -se le rompe la voz, ahí, y Louis quiere morirse en ese momento, alargar la mano y atraerle hacia él y que no llore, por dios, que no llore por su culpa-. ¿Eso es todo el peso de mi opinión en esto?
Y Louis quiere hablar, quiere decirle que lo hizo por él, que se equivocó pero que no quería ocultarlo, era solo que-
Bueno.
Que Louis quiere protegerle y a veces olvida que llevan en esto el mismo tiempo, que Harry ya no tiene dieciséis años ni es suave ni débil como antes. Se le olvida que a veces le ha tenido que proteger él, cuando todo se hacía demasiado, con una sonrisa y una mano en su espalda, cuando todos tenían derecho a tocarle menos el propio Louis.
-Esto no es fácil para mí tampoco, ¿sabes?
Harry se pasa el dorso de la mano por los ojos, se aprieta el puente de la nariz.
-No sé si es fácil o no, Lou -no aparta la mirada ahora ni un segundo de él, y su voz sale ronca-. No lo sé porque sé leerte, pero me mientes y-
-No te-
-Me lo ocultas, no me vengas con tecnicismos, sabes que me da igual.
-Pensaba decírtelo, es solo que -suspira-. Pensé que iba a tener más tiempo.
Harry ríe y ese sonido le hace a Louis hacer una mueca, suena amargada y dolida y, no puede creer lo que les está pasando.
-Cualquiera hubiese esperado que algo así me lo hubieras dicho a mí el primero -agita la cabeza-. El primero. Esto me afecta tanto como a ti. Te voy a tener que ver con- Joder. Joder.
Y es injusto, lo es, porque es diferente para ambos, pero Louis lo intenta, otra vez.
-Ella no es nadie, Harry, no me importa -si suena un poco desesperado, nadie le puede culpar.
-Ahora mismo no sé ni si te importo yo, ni si me importa nada a mí, Louis.
Levanta los brazos y los deja caer, sale de la habitación con los hombros hundidos y Louis cree que debería ir tras él, que debería obligarle a quedarse a su lado, pero no tiene fuerzas y no sabe cómo lo recibirá; y es raro sentir eso porque ellos dos siempre se han movido por la misma longitud de onda, como si vibraran a la vez, como si fueran uno.
Se mete a dormir antes de las diez de la noche, le pican los ojos contra la almohada y aprieta los párpados hasta que le duelen; apaga el móvil ignorando los mensajes de Zayn y para evitar hacer algo patético como escribir a Harry y rogarle que venga a verle.
La cama es demasiado grande y demasiado fría y está demasiado vacía sin Harry; y Louis se ahoga en ella y en su propia culpa.
Segunda parte