Bueno visitantes del LJ Yukiko me mando ya el cap. 3 de su fic, gracias a ella esto no muere porque lo que soy yo estoy atravesando por una racha de cero inspiración para el de Yes...my lord me disculpo en fin, vamos ahora con su fic ^^ el cual estrena nuevo banner hecho por Yukiko-chan xDD sin más... douzo~
CAPITULO 3
-¡Baka! ¿Por qué regresaste?- gritaba el emperador con angustia mientras se limpiaba las lágrimas con las mangas de sus ropas.
-Pensé que estaría feliz de verme- respondió en samurái sonriendo dolorosamente.
-¡Pues no! No deberías estar aquí ¿por qué estás aquí y ahora?
-No me necesitan en el frente de guerra, o al menos eso me dijeron.
-¿Eso “te dijeron”? idiota, un verdadero samurái debería quedarse al frente defendiendo su país ¿o no?, para eso... para eso te fuiste…-pronunció amargamente mientras cerraba los puños de sus manos y miraba al suelo.
-Ryosuke yo- pero sus palabras con ese doloroso tono en ellas fueron interrumpidas.
-Desde ahora te dirigirás a mí como “amo” o “señor”, no creas que nada ha pasado, sigues…sigues siendo mi sirviente- pronunció tragando saliva con dificultad.
-Entendido…mi señor- dijo esto arrodillándose e inclinando la cabeza.
El emperador al mirarle postrado en el suelo apretó más los puños, volteó su mirada para no mirarle en esa posición y caminó lejos del samurái, volviendo al jardín imperial ignorándolo. Entonces se encontró con chinen quien había regresado, éste le preguntó a dónde iba y qué le sucedía, sin embargo el emperador siguió su camino como si nada, evadiendo las preguntas del menor, esto lo preocupó un poco, pero cuando miró en la dirección de la cual provenía el emperador, decidió ir a averiguar, fue cuando encontró al samurái mirando los cerezos melancólicamente, Chinen se acercó hasta él y le habló:
-Hola, ¿Cuál es tu nombre?
El samurái volteó y con una reverencia se presentó.
-Mi nombre es Nakayama Yuma.
-Ohh, ya veo ¿y que hace un samurái como tú por aquí?-dijo mirando la espada que colgaba de su cintura.
-Eh? Ah bueno es que…he regresado al lado de…mi señor-pronunció dubitativo.
-Mmm ya veo pero….pues ¿tu señor no parece muy feliz de verte verdad?.
-Eso parece- dijo fingiendo una dolorosa sonrisa.
-¡Hey! ¿Qué te parece si damos un paseo?.
-¿Eh? …Pero...
-¡Esta bien! Al fin y al cabo soy un amigo cercano de tu señor, así que no creo que le moleste ^^ ¿ne?, ¡anda Vamos!-dijo tomando el brazo del samurái y caminando a través del jardín hasta llegar a las puertas del palacio, entonces chinen se dirigió a uno de los guardias y dijo:
-“El samurái de Nakayama-san me acompañará a dar un paseo así que no necesito de sus servicios ahora”- y atravesó las enormes puertas de madera por primera vez en meses desde que llegó al palacio tomando a yuma del brazo mientras conversaban.
-Waa que bien se siente dejar el palacio ¿ne?, Ah…aunque tu acabas de llegar, je, Y dime, ¿Desde cuándo conoces a Yamada?.
-Etto…pues desde hace unos años, desde que éramos pequeños.
-¿Son algo así como amigos de la infancia?
-“Amigos”, ¿eh?...ojala pudiera llegar a eso, viví en el palacio y jugué con Yamda-Dono cuando niños, pero justo después de la muerte del amo del castillo me trasladaron a una villa para entrenarnos a un grupo de niños y a mí para estudiar como samuráis, desde entonces no le he visto, pero me alegra de que aun me recuerde- dijo con una sutil sonrisa dibujada en su rostro.
-Pero si ahora apenas quiere verte, como sucedió esto, ¿no se llevaban bien?
-Pues no recuerdo haber peleado con Yamada-Dono nunca, sin embargo…creo que aun no me ha perdonado por irme y tiene toda la razón al no perdonarme.
-Pero él sabe que no te fuiste por voluntad ¿o no?-preguntó curioso.
-No lo sé, pero ahora sólo estoy feliz de haber regresado y de poder estar a su lado sirviéndole.
-Mmmm eres alguien interesante, no le sirves sólo por que sea tu deber.
-Aun si no lo fuese, de todos modos le serviría- afirmó muy seguro.
-¿Aún si fueses mío y te prohibiera servirle a alguien más?- preguntó desafiante el menor.
-Buscaría el modo de ir a su lado- dijo firmemente.
-¿Aun en contra de tu honor?
-Si mi honor me importase tanto… ¿cree que estaría ahora aquí?
-¡Ja! Entonces tengo razón, te escapaste del regimiento, no estás aquí porque te hayan enviado ¿cierto?
-Me gusta más el término “dado por muerto” que “escapar”.
-Ohh ya veo… más interesante aun, estás aquí para seguir a tu señor hasta el final sin importar que…waaa realmente envidio a Yamada- dijo con una sonrisa.
-¿Envidiar?, disculpe pero no entiendo por qué.
-Bueno para empezar el tiene a un amigo de la infancia, yo nunca he tenido algo como eso, mis padres murieron cuando yo era muy joven, ¿quieres saber cómo?
-Creo que eso no es algo que me corresponda pedir- respondió rechazando cortésmente el poder de tal confesión.
-Pues como tenemos tiempo de sobra y eres la primera persona a quien decido contárselo yo mismo, considérate especial, ¿ne?- sonrió.
Chinen tomó a Yuma del brazo y siguieron caminando hacia el bosque mientras le contaba de su pasado:
“Recuerdo que era apenas un niño, sin embargo, este recuerdo probablemente es el único que tengo de ellos…y también es el último; recuerdo que sentí que los brazos de mi madre me rodeaban con fuerza mientras sollozaba en mi oído, me rogó que me quedara quieto y no hablara, me dio un beso en la frente y me limpió las lágrimas, debí haber estado llorando, me prometió que estaríamos juntos pronto y cerró las puertas, pero por las rendijas de aquel cajón de madera en el que me encontraba…si, debió ser un cajón…pude observar cómo se acercaba aquél que debió ser mi padre, le abrazó y se arrodilló con él en el suelo, en ese momento unas sombras rompieron la pared, mi padre desenvainó su espada y peleó contra ellos…pero perdió, fue como si le devorasen las sombras dejando a un guerrero convertirse en una mortaja y azotar contra el piso, mi madre se apuñaló a si misma antes de que esas sombras se acercaran a ella, luego todo se puso oscuro, recuerdo que una vez tuve unos sirvientes pero no duraron mucho, siempre se iban, los vendían o se escapaban del palacio, según me contaban, realmente no sabía por qué seguía vivo…lo único que quería era ir con mis padres pronto, después recuerdo a una chica en especial, mi nana, ella era como una segunda madre para mí pero…ella también se fue, la corrieron del palacio por un error… mi culpa, uno de los guardias era un hombre borracho que la golpeaba y se aprovechaba de ella, un día traté de ayudarle, pero no pude, me golpearon y al final ella fue la que evitó que me mataran, sin embargo ,la exiliaron a ella y al guardia, aunque aprendí mucho de ella pues fue quien me educó y gracias a ella pude seguir vivo unos años más, de lo contrario no lo hubiese soportado, hasta que así sucedió, pues intenté quitarme la vida varias veces, pero fue entonces cuando aparecieron Yuto y Keito, pensé que eran otros sirvientes que luego seguirían yéndose, por eso nunca me apegué a ellos, pero al hablarme del acuerdo de mis padres y de los de Yamada acerca de que, si algo les pasaba, nosotros unificaríamos nuestras tierras y las gobernaríamos, me animaron, me dijeron “ El y tu son iguales, por eso debes ayudarle”…y heme aquí”- dijo con una sonrisa dolorosa- pero me alegro de haberle ayudado, yo también estoy aquí para él.”
Mientras en el comedor del palacio…
-El joven chinen está tardando iré a ver a dónde fue- propuso parándose de la mesa uno de los soldados que acompañaba a Yamada.
-Tienes razón hay que ir Keito- completó Yuto.
-¿Y dejarás sólo al emperador?-ambos soldados miraron al joven Yamada quien aun no tocaba su comida y parecía no haberles escuchado pues miraba fijamente las figuras cuidadosamente pintadas que adornaban las vasijas de porcelana que poblaban la mesa.-Tu quédate aquí iré a buscarle por los alrededores-propuso Keito.
-Está bien, avísame si algo pasa- terminó Yuto.
Ambos soldados intercambiaron miradas y uno de ellos salió del lugar.
Yuto se sentó a un lado del emperador y se le quedó viendo un momento y observó que volvía a tener un semblante desolado, justo como el primer día que lo conoció, y ya estando solos, se atrevió a preguntar:
-¿Está usted bien?
-¿Eh?... Ah…. Yo…si…gracias.
Parecía muy distraído, tomó la primera copa que tenía en frente y la bebió pero siguió mirando a un punto cualquiera de la habitación, dio varios sorbos más a su copa, Yuto sólo le miraba fijamente pensando en alguna forma de hacer algo por él, cuando de repente Yamada habló arrastrando las vocales al hablar:
-¿Ustedes dos son muy unidos a chinen verdad?...yo…no tengo a nadie así…debe ser genial que se preocupen por ti…
-Pero el amo chinen se preocupa por usted.-intervino Yuto.
-Eso no lo puedes saber…no lo creeré…pero no me refiero a él…ustedes… ¿siempre han estado juntos no?...tanto tiempo…
-Yamada-sama, no es así, nosotros no nos conocemos desde hace tanto como usted cree y nos preocupamos tanto por el amo Chinen como por usted-continuó Yuto buscando su mirada-Además usted tiene a cientos de sirvientes que están a su disposición y…
-¡Ja! Claro… aquellos quienes saben que sólo estoy a la cabeza por ser el único heredero y huérfano… y que me odian por todo lo que les hice…además le dije cosas horribles a Yabu…y no quiero a ver a Takakki…y sé que yo tampoco soy su persona favorita…seguro que cualquiera de ellos planea abandonarme de nuevo…ni siquiera quise acercarme a ustedes…para no sentir nada-interrumpió a Yuto con un tono de voz triste y angustiado.
-Tenga por seguro que Yo no le abandonaré- afirmó mirándole a los ojos intensamente.
-¿Y cómo sé eso?
-no podrá saberlo hasta que no suceda, pero mientras crea en mi palabra.
-Entonces… no te vayas... -y después de decir esto Yamada recargó su rostro en el pecho de Yuto, y a éste, el corazón le dio un vuelco; la cercanía a la que se encontraba le permitía oler el dulce aroma su cabello, el ver su pálida piel tan cerca, tanto que no se pudo resistir más y puso su mano en la mejilla del emperador, sin embargo al tocarla se percató de algo; estaba caliente, miró sus mejillas de nuevo notó que se veían un poco sonrojadas, entonces el joven emperador habló:
-Se siente…bien-dijo sosteniendo la mano de Yuto sobre su rostro, esa misma mano la bajó un poco más resbalando por su cuello, Yamada mantenía los ojos entrecerrados y parecía estar adormilado, entonces al notar el extraño comportamiento del emperador, Yuto tomó la copa que estaba frente a ellos y la olió…era… ¡sake!
-¡¿Estabas tomando?!-exclamó-¿Alguna vez habías tomado algo?
-“mmm nop mmm”…fue todo lo que pronunció aun sin soltar el brazo de Yuto y sin abrir los ojos.
-Hay que hacer algo para que…-pero en ese momento fue inútil continuar para Yuto, pues Yamada deslizó la mano de esté hacia su pecho bajo sus propias ropas.
-Se siente bien…fresco...-dijo con la mirada nublada pero no por eso menos atractiva y tentadora a los ojos de Yuto quien estaba igual o más sonrojado que Yamada, Yuto podía sentir los pezones endurecidos de Yamada y sin pensarlo comenzó a acariciarlos.
-“mmm…!ahh!...”-De la boca de Yamada salían apenas audibles pero sensuales gemidos que hacían que el corazón de Yuto se desbocara, su temperatura subiera y sintiera un cosquilleo en su entrepierna, Yamada seguía sin soltarle el brazo, mantuvo sus ojos cerrados y ladeó la cabeza hacia un lado, mostrando esa tentadora y tersa piel que no pasó desapercibida para el otro, que con cautela se acercó a su cuello y presionó sus labios suavemente contra su piel, lo besó; abrió sus labios y probó esa deliciosa esencia que emanaba de ella, no pudo contenerse más y le saboreó entre besos desesperados que causaron que el emperador gimiera y se estremeciera, que perdiera el equilibrio y cayera al suelo con Yuto encima de él, las caricias del soldado recorrieron su pecho suavemente, los dedos del emperador se enredaban en los cabellos del soldado, mientras sentía sus besos llenarle el pecho, el ombligo, sus manos recorrer sus hombros..
-Yu-…to..para..-pronunció entre jadeos mientras se aferraba a la ropa del soldado, El escuchar su voz…le sacó del trance, de pronto Yuto reaccionó y al ver al emperador bajo su propio cuerpo, con las mejillas sonrosadas, la respiración agitada y mostrando desde sus hombros hasta su ombligo, se incorporó asombrado de lo que había hecho, por suerte el emperador se quedó dormido enseguida y eso le dio oportunidad para vestirle y llevarle a su habitación.
Yukiko: ahh gomeeen este cap esta supeeer pekeño >o< pero es que tuve que dividir el cap porque luego el LJ no deja poner más hojas TToTT les prometo que no tardará el siguiente, ya lo tengo así que no se preocupen, si son muchas las ansias que tienen dígannos y tmb les ponemos el que sigue…eso si..si lo pongo esta semana también, tendrán que aguantarme un poquito más a que acabe el sig. Capi, ojalá y les siga gustando la historia, comenten y muchas gracias por leer y visitar el Lj de Aoi-chan!! ^^
PD Aoi: tardamos dos semanas porque cierta paginita gay (LJ) no nos querìa jumm ¬¬