Fandom: Prince of Tennis.
Tabla:
Tabla SorpresaTema: #29 - Amargo.
Título: We done.
Resumen: Solo eran las palabras que habían dejado un sabor amargo en su boca tras decirlas.
Advertencias: Shonen Ai. Semi AU. OoC. Angst.
Rating: PG-13.
Personajes: Tezuka Kunimitsu/Kaidoh Kaoru.
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
- We done.
Kaidoh Kaoru sabía perfectamente que quien estaba frente a él comprendía perfectamente sus palabras, a pesar de su ceja alzada y aquel gesto de 'No entiendo de qué me hablas'. Se giró, habiendo dicho ya aquellas palabras y se dirigió a la salida del cuarto aquel en el que estaba acompañado. Sin embargo, unas manos en su cintura le detuvieron e hicieron que un suspiro abandonase su garganta. No lo comprendía, ellos eran totalmente un ni contigo ni sin ti.
- Suéltame.
Le ordenó el chico de la pañoleta fríamente a su acompañante, quien se negó a soltarlo y en vez de eso le acercó a su cuerpo. Él sabía tan bien como Kaidoh que no podía vivir sin él, así como tampoco podía vivir con él. ¿Cómo podía ser tan complicado? Él no lo comprendía, solamente sabía y tenía más que claro que las cosas eran así. Pero no podía permitirle a Kaidoh dejarlo. Él moriría si lo separaban de Kaidoh. Moriría.
- No me dejes, moriré sin ti.
Pero Kaidoh sabía que mentía. Que a pesar de ser un modelo a seguir, su acompañante mentía continuamente... sobre todo a él. Podía parecer tan perfecto como tantos otros que se encontraban en el equipo de tenis, pero él sabía perfectamente que era mentiroso... justo como todos los demás.
- No lo harás. Vivirás sin mí.
Estaba asegurándoselo, y sin embargo los brazos que le sostenían se aferraron más fuerte a su cuerpo. Kaidoh luchaba porque le dejase ir, no podía continuar con eso, le hacía mal. Sabía que si seguía entre los brazos del otro, caería finalmente en la tentación y no podría dejarle a pesar de que supiese que era eso lo correcto. Porque aquel tenía tanto control sobre él...
- No lo lograré. Te amo, Kaidoh.
Esas palabras dolían, tanto. Porque cierto lado de sí mismo sabían que podían ser ciertas. No tan ciertas como le hubiese gustado pero ciertas finalmente, suspiró. Se deshizo de los brazos que le rodeaban y giró para besar suavemente los labios de aquel que le había sostenido como si se le fuese la vida en ello. No podía hacer nada más, después de todo.
- Búscame cuando dejes de mentir... Kunimitsu.
Se fue del despacho en el que Ryuzaki-sensei y su capitán: Tezuka Kunimitsu, solían tener sus discusiones y se dirigió a la cancha de tenis. Tenían práctica aún, y aunque no sabía si sería capaz de ver a Tezuka sin recordar todo lo dicho, fue igualmente. El sabor amargo de todas las palabras pronunciadas anteriormente seguía en sus labios, pero las ignoró.
Así como a la humedad que sentía en sus mejillas.