Título: Coleccionista de mariposas: Un tipo diferente.
Fandom: Loveless.
Advertencias: Spoilers implicados para el volumen 6.
Personajes/parejas: Seimei/Soubi, Ritsu-sensei.
Resumen: Soubi espera por el día en que conocerá a su Sacrificio.
Rating: PG/PG13.
Notas: Escrito para
30vicios.
Coleccionista de mariposas: Un tipo diferente.
Soubi esperaba. Habían pasado años desde que había dejado de contar los días hasta que conocería a su Sacrificio, pero eso no quería decir que hubiese dejado de esperar. Sabía que su Sacrificio existía y que el día para conocerlo llegaría.
Después de todo, esa persona era la razón por la que estaba vivo. Lo había leído antes, como era que cada persona estaba atada a otra por un hilo rojo. A veces, cuando veía a las estrellas, Soubi estaba seguro de que podía sentir como ese hilo se enredaba alrededor de él, guiándolo hacia la persona a la que estaba destinada, la persona a la que él debía proteger y servir, la persona para quién sería un arma.
Así que esperaba. No importaba si a veces se sentía cansado o enojado. Tener sentimientos hacia alguien que no fuera su Sacrificio era un desperdicio, así que cada día trataba de ignorar cualquier cosa que pudiera pensar o sentir porque lo único que importaba era ser lo suficientemente fuerte.
Un día, mientras se cambiaba los vendajes de las manos, Ritsu-sensei abrió la puerta de su habitación. Había un muchacho caminando a su lado, poco más que un niño, incluso si aún tenía sus orejas. El adolescente estaba sonriendo mientras lo veía. Soubi dejó los vendajes de lado y se levantó. Se le había secado la boca.
- Sensei… - no supo cómo terminar su pregunta, además que para hacerla tendría que apartar la vista del chico sonriente y no quería hacerlo. Todo su control, por el que había luchado tantos años, estaba amenazando con cuartearse. Presionó sus uñas contra la aún sensible piel de sus manos, lo suficiente para que el chispazo de dolor le devolviera el equilibrio. El niño pareció notar eso, porque su sonrisa creció un momento, su mirada fija en él.
- Los dejaré para que puedan conocerse, Seimei-kun. - Dijo Ritsu tras darles una mirada a los dos, girando hacia la puerta. - Y veré qué pareja está libre para que puedan empezar a entrenar.
- Que sean fuertes, por favor. - dijo el muchacho. Aunque Ritsu no contestó, algo que generalmente le hubiera preocupado, Soubi apenas y prestó atención cuando cerró la puerta tras de sí. Toda su atención estaba centrada en el muchacho. En su razón de existir. En Seimei.
- Soy tu Sacrificio, Soubi-kun. - dijo Seimei. Su voz era una mezcla entre aparente calidez y frialdad, pero Soubi se aferró al sonido. Se inclinó profundamente ante el muchacho, mechones de su cabello soltándose de la floja coleta en que lo había tenido, cayendo por sus hombros. Su Sacrificio rió suavemente, acercándose un par de pasos, lo suficiente para que sus dedos pálidos tocaran su cabello.
Soubi estuvo a punto de contener el aliento. Si a Seimei no le agradaba, se lo cortaría inmediatamente.
- Lindo. - Fue lo único que dijo Seimei, antes de soltarlo y dar la vuelta. - ¿Nos vamos? Odio ser impuntual.
Soubi asintió inmediatamente. - Por supuesto. Ah…
Hubo otra de esas suaves risas. Soubi estuvo seguro de que podía acostumbrarse muy rápido a ese sonido, incluso si el muchacho técnicamente se estaba riendo de él. Lo único que era importante era que Soubi supo que le gustaba ese sonido y que le gustaba esa sonrisa.
- Mi verdadero nombre es Beloved. - dijo Seimei. Sin embargo, antes de que Soubi pudiera llamarlo así, casi como un pensamiento secundario, Seimei volvió a hablar. - Dime Seimei.
- Entendido. - asintió Soubi antes de seguir a Seimei fuera de la habitación, sin siquiera voltear una sola vez.