El que duda...

Jun 14, 2007 19:32

Primer capitulo de una historia larga, o eso espero. Tengo planeado que todos una de las leyes se adapte a cada uno de los capitulos :) H/D, por supuesto.

El que duda probablemente tiene razón.

Cuando Draco Malfoy rechazó sin motivo alguno a Pansy Parkinson en tercer año, todos pensaron que se trataba de un capricho suyo, y se le pasaría al tiempo. Después de todo ellos dos se conocían desde pequeños, y estaban destinados a comprometerse en matrimonio, tal y como habían acordado sus madres. Tal vez Draco no quería apresurar la relación, se había dicho Pansy.

Porque, ¿qué otro motivo podía ser? Ellos se querían, ella era la única persona en el colegio en que confiaba Draco, y miles de veces en la infancia habían compartido las alegrías y los castigos por igual. Pansy podría jurar que era la que más conocía al heredero Malfoy, y viceversa. Así que decidió esperar el momento oportuno, que no estaría muy lejos. Tarde o temprano terminarían por comprometerse.

Pero Pansy empezó a preocuparse al comenzar el 4to curso. Draco era atractivo, tal vez no tanto como Blaise Zabini -aunque debía de aceptar que ese chico era un homenaje a la belleza-, pero si lo suficiente como para arrancar miradas de parte de muchas chicas tanto de slytherin como de otras casas. Pansy aguantaba cómo chicas de cursos mayores se acercaban a coquetearle descaradamente, y en presencia de ella siendo sabida su posición en el futuro de Draco, sin embargo no podía detenerlas ya que aún no había ni noviazgo a la vista. Se aliviaba al ver que, si bien Draco les seguía la corriente por un breve tiempo, a la final las rechazaba por muy agradables, inteligentes o guapas que fueran.

Luego, pasó a extrañarle ciertos comportamientos. Draco no era el típico chico hormonal como sus demás compañeros -a excepción de Nott, pero como éste se la pasaba en su mundo, ella no lo tomó en cuenta-, Pansy jamás le cachaba hablando con otros chicos sobre qué chica estaba más buena, ó lo que hablaban sobre ellas, jamás le encontró interesado románticamente en una, o al menos ojeando las revistas pornográficas de la colección de Blaise. Parecía ignorarlas la mayor parte del tiempo, y la otra parte se la pasaba fastidiando a Potter ó junto a Viktor, conversando sobre quidditch y literatura. Aparte de sorprenderle el hecho de que Viktor Krum supiera leer, estaba también la expresión de Draco cuando se encontraba junto a él, muy diferente a cuando él y ella estaban juntos.

Pansy no se lo imaginaba, lo veía: Draco le coqueteaba inconcientemente al buscador profesional. Al concluir esto, no pudo más que regañarse, pero no se calmó. Sabía que no estaba equivocada, por mucho que quería que no fuera así.

El suceso que la convenció definitivamente fue en la segunda prueba del Torneo de Los Tres Magos. Estaban sentados a corta distancia de dónde se preparaban los cuatro campeones, así que tenían una buena vista de todo lo que sucedía allí. Blaise no dejaba de lanzar comentarios picantes sobre Fleur Delacour y su ceñida túnica, siendo respaldado por Crabbe y Goyle. Pansy arrugó el ceño, volteando su vista de Blaise hacia los demás chicos, algunos de los más cercanos a ellos estaban algo apenados por aquellos comentarios, que habían despertado bastante su imaginación, y todos ellos tenían algo en común: Fleur Delacour y el momento en que se metería al lago. Parecían más entusiasmados por ello que por la prueba misma. Todos menos uno.

Draco Malfoy.

Su amigo no se le veía la menor expectación hacia Fleur Delacour, que ya se estaba preparando para sumergirse. Sin embargo, contuvo la respiración cuando Viktor y Cedric imitaban a Fleur, sin apartar la mirada de ellos, y sonrojándose muy ligeramente cuando se percató de lo que hacía. Apartó su vista de ellos, tratando de parecer natural, girándose hacia Pansy sólo para encontrarse con que la chica lo miraba fijamente. Draco inmediatamente se sintió avergonzado, y sus mejillas ardieron cuando Pansy le sonrió cómplicemente.

Había sido suficiente para Pansy, ya tenía sus dudas aclaradas, y para su sorpresa no le desagradaba en lo absoluto. Cómo si lo hubiera visto venir.

-Draco, tenemos que hablar más tarde -le dijo en voz baja, para que nadie les oyera-. Es muy importante.

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Al finalizar la segunda prueba, se dirigieron a las habitaciones de Slytherin. Pansy se debatió en tener esa conversación con Draco ese mismo día, pero no duró mucho en decidirse que no. Draco se había malhumorado al escuchar el veredicto de los jueces sobre las puntuaciones de los participantes. No le había alegrado en lo absoluto que Harry Potter se hubiera salido con la suya, otra vez, como si nadie hubiera visto que el chico no había tenido los sesos para comprender en qué consistía la prueba. ¡Y encima el director afirmaba que fue un acto de valentía! Pansy negó con la cabeza, comprendiendo por un momento a Draco. Eso era favoritismo, incluso Pansy reconocía que el que se merecía verdaderamente la gloria era el verdadero campeón de Hogwarts.

-¿Qué querías decirme? -preguntó Draco cuando entraron a la Sala Común.

-Nada importante -respondió Pansy. Draco se conformó con ello, sin preguntar nada más-. ¿Iremos a almorzar?

Draco caviló por unos momentos. La voz chillona de Katherine Miller se alzó en toda la habitación, comentando sobre la supuesta relación de Viktor Krum y Hermione Granger. Un coro de carcajadas se dejó oír después, aunque Pansy no tardó en suponer que a todas les desconcertaba que el buscador más famoso del año se hubiera interesado en alguien tan común y hasta vulgar, en su opinión.

-… No, no tengo hambre -contestó Draco, fríamente.

Se despidió de Pansy, y fue a su habitación. Al día siguiente, ella se encaminaba hacia el Gran Comedor con paso pausado, aún somnolienta cuando se topó con Theodore.

-Buenos días, Nott.

Theodore le murmuró un buenos días, antes de proseguir por el camino.

-Oye, ¿cómo está Draco?

Theodore levantó su ceja ante la pregunta.

-Es que no lo he visto desde ayer -se explicó Pansy, repentinamente sintiéndose como una tonta.

-Supongo que está bien -respondió Theodore encogiéndose de hombros.

Pansy no se mostró satisfecha por esa respuesta y, aunque sabía que no era común en Theodore hablar más de dos veces seguidas, siguió insistiéndole.

-¿Pero cómo se muestra? ¿Triste, apenado, deprimido…?

-No -contestó Theodore después de pensarlos por unos instantes-. En realidad parece molesto, muy molesto.

No hablaron más en el resto del camino. Ya Pansy tenía la respuesta que buscaba, y a Theodore no se le hacía necesario seguir con aquella conversación.

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Se encontró con Draco en la tarde, y todo volvió a la normalidad. Al menos en una parte, ya que Pansy observaba el comportamiento de Draco todo el tiempo, procurando no parecer sospechosa. Lo logró con mucha facilidad. Comprobó a medida que transcurrían las semanas que no erraba con sus conclusiones. Podía decir con certeza que Draco Malfoy, su amigo de la infancia y él que ella había esperado que fuera su futuro esposo, le gustaban los hombres.

Ahora se preguntaba si Draco estaría conciente sobre sus tendencias homosexuales. Podría preguntarle, como bien había pensado hacer el día en que lo descubrió, pero ya no le parecía buena idea. Sería mejor esperar a que él mismo se lo confesara, o al menos lo aceptara. Porque estaba segura que Draco no lo admitiría tan fácilmente; era más probable que se empeñara en negarlo, algo bastante comprensible debido a la opinión que tenía la sociedad mágica sobre relaciones entre ambos sexos. En un mundo dónde los sangre pura cada vez eran menos, era necesario preservar la descendencia, y el hecho de que un heredero resultara homosexual era algo inamisible para la familia que esperaba continuar con su linaje.

Pero ella no fue la única que se dio cuenta, sino que alguien más entre sus compañeros se percató después de ella. Hacía dos semanas que Blaise Zabini soltaba algún comentario de doble sentido cuando Draco se encontraba cerca, por supuesto que nadie más que él, Draco y Pansy lo entendían. La primera vez que sucedió agarró a Draco desprevenido, costándole unos segundos en pensar en una respuesta adecuada y nada comprometedora, pero las otras veces sí fue mucho más rápido. La mirada de odio fue igual en todas las ocasiones. Pansy notó que ahora Draco trataba de toparse en lo más mínimo con Zabini, y cuando se encontraban Draco era el primero en atacarlo verbalmente.

Tal suceso no pasó desapercibido por Daphne Greengrass, la pelirroja que averiguó en tercer curso la licantropía de Remus Lupin mucho antes que cualquier otro, y a principios de enero le había sugerido una teoría absurda sobre Vicent Crabbe y su presunta ascendencia de sangre mestiza, de un troll, nada menos. En fin, la chica era insistente, imaginativa, y bastante irritante cuando se le metía alguna idea en la cabeza.

Una noche, a sólo tres semanas para la última prueba del Torneo, la Sala Común se encontraba especialmente vacía. Crabbe y Goyle hacía mucho que se habían ido junto a Zabini a la habitación del 4to curso, seguramente para mostrarles otras de sus grandes adquisiciones en materia de porno de dudosa proveniencia. Se habían quedado Pansy y Draco. La primera le daba los últimos retoques a el ensayo de Transformaciones, mientras que el segundo apenas y lo empezaba.

Draco odiaba Transformaciones, era un negado a la materia, y no ayuda el hecho de que también odiara a la profesora, aunque alegaba que el sentimiento era mutuo. Pansy ciertamente lo ponía en duda, aunque reconocía que Minerva McGonagall era extremadamente severa con los alumnos de slytherins.

-Es cómo si disfrutara en joderme la vida -se quejó Draco, mientras que mojaba la pluma en el tintero-. Es que sólo a esa troll se le ocurre que expongamos ante toda la clase sobre de qué hicimos el maldito ensayo. ¿Qué mierda planea? -Preguntó, volviendo su atención al pergamino en blanco-. Porque seguramente seré el primero en pasar a hacer la demostración, cómo si pudiera lograr algo… ¡Y menos esto!

-Draco, ¿quieres cerrar la boca? -dijo Pansy, rodando los ojos. Draco le miró duramente, antes de volver a continuar:

-¿Y dejarte sin el placer de escuchar como maldigo a la vieja de transformaciones?

-Maldícela, dale, cuantas veces quieras.

-Así es. Aunque, claro, lo digo de manera literal.

-Oh, ¿en serio? -exclamó Pansy, fingiendo estar sorprendida-. No tienes las agallas para tanto, mi querido Draco.

-¿No? -preguntó retador Draco, sonriendo arrogantemente. Pansy alzó una ceja, mirándolo aprensivamente-. Esta bien, acepto que no tengo las agallas -no tardó en decir.

Se quedaron en silencio, antes de que Pansy estallara en carcajadas.

-Sinceramente, serías muy idiota si lo haces -dijo, levantándose de su asiento para situarse atrás de Draco. Le abrazó.

-Prefiero guardarme las maldiciones para Potter, lo está pidiendo a gritos -argumentó.

-Hm, siempre dices eso, pero jamás le haces nada.

-¿Me estás incentivando a hacerlo?

-No, sólo lo comento. Hablas mucho y haces poco, mi querido -Pansy le besó brevemente en la mejilla, Draco no se opuso.

-Me aguardo a quinto año. En serio, Pansy, resultaría muy sospechoso que hechizara a Potter con un encantamiento oscuro a esta edad.

-Un año más, un año menos. No cambia nada.

-Claro que sí.

-Mentiroso.

Draco no le contradijo. Pansy volvió a sentarse justo cuando Daphne se acercó a ellos, luciendo bastante seria.

-¿Pasa algo? -preguntó Draco sin esforzarse en parecer preocupado.

-No, exactamente -respondió Daphne, y por unos breves instantes se vio indecisa. Draco alzó una ceja y Pansy intercambió una mirada con el chico. Aunque Draco no se lo imaginara, Pansy podía ver que su compañera le venía con algunas de sus absurdas investigaciones, o al menos eso esperaba-. Sólo quiero preguntar algo, Draco.

-Adelante.

Pansy se removió en su silla, empezando a ponerse nerviosa. Tenía la ligera impresión de qué iba todo aquello.

-Bien, puede que tal vez halla leído demasiado los comics que guarda Millicent debajo de la cama, o que en todo este tiempo me halla imaginado cosas que no son. No creo que te ofendas, porque pienso que es la más pura verdad…

-Dilo de una vez, Greengrass -cortó Draco, impacientándose.

-Bien. Ya voy -respondió Daphne sonrojándose ligeramente-. ¿Eres gay?

Y allí estaba la pregunta. El aire en la habitación se tensó, y de repente el silencio que reinaba se hizo más notorio. Pansy se giró instintivamente a Draco, tratando de conservar la compostura, esforzándose en no mostrar que ella misma estaba igual de deseosa que Daphne por oír la respuesta afirmativa o negativa.

Draco se sonrojó, y por un momento se mostró visiblemente avergonzado, antes de recobrar su dominio. Arrugando el ceño, y enfadado, escupió:

-¡Por supuesto que no lo soy!

Pansy suspiró sin saber por qué. Se encontró decepcionada con aquella respuesta, aunque le resultó comprensible. Bien, asunto zanjado, decidió. Pero Daphne no era alguien a que podrían darle una negativa por algo que ella estaba casi segura de que era cierto. Y la homosexualidad de Draco Malfoy era una de ellas.

-Lo eres, ¡hasta Zabini lo sabe! -exclamó, dispuesta a no rendirse hasta que Draco le dijera el “sí” definitivo.

-¿Qué? -Y Draco volvió a sonrojarse-. Zabini no sabe nada, y tú tampoco. ¿Exactamente de dónde sacas que yo soy gay? Es deshonroso.

-¿Eso piensas? -preguntó Daphne levemente sorprendida. Se quedó en silencio, como reparando en algún detalle.

Parecía dispuesta a seguir con la discusión, pero de improviso soltó:

-Bien, si tú lo dices. Nos vemos.

Y se dio la vuelta, yendo a las habitaciones de las chicas. Draco la siguió con la mirada hasta que finalmente se perdió. Pansy volvió su vista hacia su ensayo de Transformaciones, esforzándose por parecer natural. Pero Draco Malfoy estaba demasiado indignado como para quedarse callado.

-¿En qué piensa? Soy un Malfoy, un heredero de la familia más pura sangre en toda la Comunidad Mágica, ¿de dónde saca que yo pueda ser… ser… eso?

-Bueno, no sé -Pansy no pudo contenerse-, tal vez en el hecho de que la población femenina se pone frente a tus narices y tú ni te inmutas.

-¡Claro que…!

-Pero el punto definitivo está en tú extraña admiración-amistad con Viktor Krum. Se ve que babeas por él, y por los demás campeones excepto Fleur, está de más decir.

Draco Malfoy no le habló durante una semana a Pansy Parkinson.

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