[El avatar era necesario para la ocasion aunque esto no sea angts xD ]
Recuerdo que le comente a la señorita aqui mencionada que, que queria para su cumpleaños. Ella me pidio otro fic de esta misma pareja que anda en el tintero. Ante mi incapacidad de poder acabarlo (teniendo en cuenta que este lo acabe en la tarde del domingo imaginaros como es mi vida); pues decidi acabar otro que tenia empezado hace tiempo tambien y que sabia que tambien le tenia ganas. Asi que, dear Nekoi, perdoname. No es GG pero se le acerca xD
Titulo: FMLYHM (Fuck Me Like You Hate Me)
Fandom: Avengers.
Pairing: FrostIron (Loki Laufeyson/Tony Stark)
Disclaimer: Todo de Marvel y asociados. You know, yo no gano nada con esto xD
Dedicado a:
o_nekoi_o porque a pesar de que dice que odia su cumpleaños y que no le gusta que se lo recuerden en el fondo es mi deber como buena amiga y esas cosas felicitarla y hacerselo más llevadero. Esto, basicamente, es para que sobrevivas al dia con una sonrisa ^^ ILUSM deary.
Notas: Quizas os suene el titulo o quizas no. Este fic toma como titulo el nombre de una cancion de Seether que la consideramos (nekoi y yo) bastante adecuada para esta pareja. Por si teneis curiosidad este es un
link para poder ver el video en YT. Creo que deberia mencionar que esto es practicamente PWP xD (y sin el practicamente tambien xD) Mi beta dice que no hay OoC yo no se que pensar xD
FMLYHM
Tony Stark es famoso por dar las mejores fiestas del mundo. Su fiesta de cumpleaños, en su mansión de Malibu, se considera el evento social del año en Hollywood y todo aquel que se precie de ser alguien recibe una invitación y hace un regalo al excéntrico multimillonario aunque no asista. Este año Tony se ha esmerado en su fiesta. Es la primera que puede dar desde que se juntaron como vengadores, desde que habían salvado a la tierra y desde que Pepper y él (más bien ella) habían decidido que lo suyo era sólo una amistad con una atracción física innegable. Le había dolido un poco. No solían dejarle. Pero se sobrepuso y ahora ve que es lo mejor. Así que, es su primera fiesta de vuelta a la soltería; y está saliendo mejor de lo que pensaba.
El champán era la bebida oficial, las modelos de Victoria Secret caían como moscas y ya había traumatizado a Steve al menos cuatro veces en la última hora. Hasta Bruce se había empezado a relajar tras la quinta copa. Todo iba viento en popa y estaba siendo uno de sus mejores cumpleaños hasta ese momento.
Ese momento en que una figura en un traje negro entró por la puerta del salón y acaparó todas las miradas de la sala. Tony estaba que rabiaba. Nadie tenía derecho a ser más importante que él en su fiesta de cumpleaños. Al parecer nadie le había hablado a Loki de esa regla no escrita. Así que el dios de las mentiras se paseaba por su fiesta siendo mortalmente atractivo. Sonreía de lado a las chicas, hacía que la gente se apartase a su paso; y Tony podría jurar haber registrado un par de miradas lascivas por parte de unos cuantos productores que se declaraban completamente heterosexuales también. En definitiva, le estaba robando SU fiesta.
Lo dejó pasar. Porque no quería montar una escena y porque, por alguna extraña razón política, ahora necesitaban los conocimientos de Loki para hacer frente a una nueva amenaza que había descubierto S.H.I.E.L.D. claro que eso no quitaba que Clint, Natasha y Steve le mirasen con recelo a cada paso que daba. Sin embargo, los pasos del moreno se dirigieron hacia él. Coincidía que estaba en la barra sirviéndose un whisky y que en ese momento no había nadie realmente cerca. Cuando llegó a su altura la sonrisa de Loki era tan evidente que le daban ganas de partirle la cara.
-“Felicidades, señor Stark. Bonita fiesta de cumpleaños.”- “que te acabo de robar” parecían decir sus ojos.
-“Muchísimas gracias. Todo un detalle que pudieses pasarte.”-en sus ojos no había amabilidad lo sabía, pero no le importaba no ser un buen anfitrión con él. Después de todo, no recordaba haber extendido ninguna invitación a su nombre. Aunque, no era como si un mero papel pudiese detener a un dios como Loki.
-“Lamento no haber podido traerte un regalo; me pilló un poco desprevenido.”-le explicó mientras cogía el vaso de whisky que acababa de servirse y le daba un pequeño trago mirándole fijamente.-“Claro que creo que podré recompensártelo de alguna forma.”-se lamió los labios donde aún quedaban unas gotas de whisky.-“Seguro que con tu imaginación y mis artes algo se nos ocurría, ¿verdad Stark?”
-“Seguro que podremos arreglarlo.”-le contestó. Le estaba sonriendo tranquilamente, pero la verdad es que por dentro estaba completamente ansioso.
Loki Laufeyson. Sólo con oír su nombre había algo debajo de su piel que se ponía alerta. Era un hombre peligroso. Un dios tramposo. Y sin embargo, era la mayor fantasía sexual de Tony Stark. Siempre había sido receloso con esa parte de sus inclinaciones sexuales, pero sabía que no eran del todo desconocidas para un selecto grupo de gente. Sí. Era un playboy. No era novedad. Era hasta aceptado socialmente. Sin embargo, también le gustaba jugar con el otro equipo. Admiraba la belleza fuese cual fuese su forma y sinceramente… Loki era el prototipo de perfección más cercano que conocía. Y además era un dios. A una mala podía decir que le había seducido con sus artes mágicas. Bueno, técnicamente no era una mentira. Lo había hecho.
-“Bien. En ese caso, ¿hay algún sitio donde podamos discutir adecuadamente los pormenores de tu regalo?”-le preguntó el dios con la copa aun en la mano. Tony se la arrebató y le dio un buen trago.-“Y por favor…”-se acercó a él.-“No me digas que en tu cuarto. Eso sería demasiado previsible incluso para ti, Stark.”
Tuvo que reunir mucho autocontrol para no decirle que por él valdría hasta la mesa donde estaban ahora mismo. Mucho autocontrol y la mirada de Natasha justo detrás de Loki con una ceja arqueada. Esperando una sola señal para intervenir. La miró haciéndole señal de que no había peligro. Quizás sí lo había, pero cuando uno desea esa clase de peligro toda prudencia desaparece.
-“En ese caso… ¿te gustaría ver mi colección de libros todos primeras ediciones? Está en mi biblioteca. En el segundo piso. Lejos de este barullo.”-la sonrisa que le dedicó el dios le hizo sonrojarse. Acababa de exponerse completamente.
-“No tengo ningún problema en ver tu colección de primeras ediciones, Tony.”-y al escuchar cómo pronunció el final de esa frase Tony ya sabía perfectamente que no estaban hablando de libros.
Lanzó una mirada de tranquilidad al equipo de S.H.I.E.L.D. que le miraba no creyéndose que estuviese dejando la fiesta para ir a hablar con Loki y guió al dios escaleras arriba. Tenía que mantener la compostura para no poder correr hacia arriba a la biblioteca sin perder tiempo. Aquella parte de la casa estaba en penumbra y tan sólo las pequeñas lámparas del suelo proyectaban pequeños haces de luz que iluminaban sus pasos. Caminaron en silencio. Parecía como si Loki no quisiese perturbar la paz de sus pensamientos, pero en realidad sus pensamientos no tenían paz. Eran una sucesión frenética de razones por las que todo aquello estaba mal y no debía hacerlo. Claro que él nunca había sido del tipo que escuchaba a la voz de su conciencia y esas cosas. Él actuaba. Luego pensaba en las consecuencias.
La biblioteca no era un sitio donde estuviese muy a menudo, pero alguna vez pasaba por allí. Le tenía cariño a aquellos libros. Muchos los había comprado su madre cuando él era muy pequeño para saber siquiera el valor que tenía una primera edición de “Viaje al centro de la tierra”. Ahora lo sabía. Y por eso seguía aquella tarea empezada por su madre. Claro que apostaba a que su acompañante sabía todo eso y no le importaba lo más mínimo.
Apenas encendió las luces tenues de las lámparas se dio cuenta de que había creado un ambiente demasiado intenso incluso para ellos. Se giró en medio de la sala y miró a Loki que se apoyaba pacientemente sobre la puerta cerrada mientras sonreía.
-“Una biblioteca magnifica Stark, pero los dos sabemos que no hemos venido a admirar las ediciones de lujo. Dime. ¿Qué quieres que te regale?”
Era una pregunta con trampa. Obviamente él SABÍA qué era lo que quería que le diese. Probar una pizca de aquel paraíso prohibido que prometían sus ojos a cada mirada. Poder perderse por un segundo en aquel éxtasis y no ser, por una vez, él quien lo concediese. Que le llevase más allá de aquellas paredes y le diese la libertad momentánea del orgasmo. Quería todo eso y muchas más cosas.
-“Los dos sabemos qué quiero, Loki. Tener esta conversación es una pérdida de tiempo y yo no soy de los que desperdicia el tiempo.”
-“Pues en ese caso no sé por qué sigues ahí parado esperando. ¿O es que quizás quieres que sea yo quien dé el primer paso?”
-“Yo soy el cumpleañero.”
Quizás había sonado algo pretencioso, pero era verdad. Era su cumpleaños y tenía derecho a portarse como un egoísta malcriado al que debían de rendir pleitesía. Al parecer a Loki aquello le hacía gracia porque comenzó a reírse con esa risa tan poco común y, por un momento, Tony perdió la noción de la realidad.
-“Cierto. En este mundo lo normal es que quien cumple años sea tratado como prácticamente un dios, ¿no es así?”-preguntó con la sonrisa bailándole y dando pequeños pasos hacia él. Tony no supo en qué momento estaba acorralado contra la mesa de caoba de la biblioteca, pero sintió la madera contra sus muslos y la cara de Loki a escasos centímetros mientras le susurraba.-“¿Es eso lo que quieres, Tony? ¿Qué te trate como un dios? ¿El dios de los medios de comunicación? ¿O prefieres que te adore como a un dios?”-y mientras lo decía una de sus manos se había acercado a su costado y trepaba casi sigilosamente desde su cintura.-“A un dios se le debe conceder todo, en cualquier sitio.”
Quería gritar y decirle que se dejase de dar vueltas, pero no podía hablar. Una cosa era fantasear con que aquel dios de la mentira fuese a ponerte una mano encima y otra muy distinta que lo estuviese haciendo. Que, en fin, que tuviese una mano en tu hombro y la otra en la cintura y que prácticamente estuviese recostado sobre ti con la sonrisa pretenciosa que siempre usa y con los labios a centímetros de los tuyos. Como fantasía sexual era lo más. Como realidad… estaba un poco acojonado. Porque por mucho que las mujeres cayesen como moscas… cuando todo era tan fácil con un tío era porque había algo más detrás. Y con Loki podría ser cualquier cosa.
-“¿Por qué haces esto?”
-“No es lo que deseas, Stark. Porque yo sé que lo deseas. ¿Cuántas veces habrás soñado conmigo diciéndote esto? Miles, seguramente.”-y tenía razón, pero no quería dársela. Era su cumpleaños. Era Tony Stark y se estaba comportando como un idiota.
-“Puede, pero eso no significa que no sea cuidadoso y tú… eres peligroso.”-le contestó consiguiendo separarle un poco de su pecho.-“¿Qué buscas en todo esto, Loki?”-el dios suspiró algo cansado antes de contestar.
-“En Asgard no tenía ningún problema para conseguir que alguien ocupase mi cama cuando yo quería Stark. Soy un dios después de todo. Todo dios tiene seguidores. Aquí en la tierra… es complicado. Los que me conocen me temen y los que no, saben que hay algo oscuro en mí.”-hizo una pausa para que Tony entendiese lo que decía.-“Tú eres la mezcla perfecta. Me conoces, sabes lo que puedo hacer, pero eso no te impide desearlo con fuerza. Eres perfecto, Stark. Y además, eres todo un playboy. ¿Quién mejor que tú para complacerme?”
-“No estás siendo algo egocéntrico. Es mi cumpleaños.”-le replicó algo molesto. Loki tan sólo sonrió de lado.
-“Lo sé. Por eso… tú me harás lo que desees.”-volvió a acercarse para susurrárselo al oído y Tony no pudo evitar temblar. ¡Oh, sí! Era todo lo que deseaba. Poder hacer realidad todas sus fantasías con Loki. Era demasiado bonito como para resistirse.
-“¿Sin trampas? No te reconozco.”-intentó casi bromear. Loki sonrió y se llevó un dedo a la boca fingiendo por un momento que pensaba en ello.
-“Digamos que estoy algo desesperado.”-le concedió sonriendo de nuevo.-“¿Y bien? ¿Qué me dices, Tony? ¿Hay trato?”
Nunca le había llamado por su nombre. Nunca. Era una especie de pacto. Se trataban con cordialidad y les iba bien. Pero ahora le había llamado por su nombre y algo había despertado en él. Un hambre que hacía mucho tiempo que no sufría. Esa clase de lujuria que uno intenta impedir que surja, pero que sabe que es imposible porque le intoxica. Y estaba seguro de que Loki sabía perfectamente lo que había despertado.
Lo suponía porque cuando le agarró de las solapas del traje y pegó sus labios a los suyos, éste sonreía. Y estaba siendo violento y desesperado, pero no le importaba. Con Loki no había espacio para las cosas suaves y tiernas. El dios de las mentiras era pura lujuria y sabía cómo sacar esa parte animal de todo mortal. Sabía jugar con las emociones de la gente, eso no era novedad; pero Tony nunca pensó que esas emociones iban a dominarle por completo tan fácilmente. Y lo habían hecho.
Le empujó con determinación y le giró para estrellarle contra la mesa. Loki le dejó hacer mientras disfrutaba de la frustración y el deseo que emanaba el beso. Tony tenía prisa. No sólo porque tenía a la gente de la fiesta solos sino porque no quería pensar mucho en aquello. Estaba a punto de hacer guarradas, como diría Steve, en la biblioteca de su casa y con Loki, que había sido su enemigo hasta hace unos meses. Si seguía pensándolo seguramente acabaría loco.
Metió las manos por debajo de la americana del dios y se deshizo de ella con un movimiento rápido. Estaba acostumbrado a lidiar con ropa de ese tipo. Era fácil deshacerse de ella una vez tenías algo de práctica. Su siguiente objetivo fue la camisa, que no ofreció mucha resistencia, y en cuanto tuvo la piel del cuello blanco de Loki a la vista no pudo evitar la necesidad de hundirse en ella. Su lengua caracoleó cerca de la oreja y bajó lenta y sinuosamente hacia el cuello. Loki suspiró complacido y fue todo el permiso que Tony necesitó para hundir sus labios y sus dientes en la blanca carne que tenía bajo ellos. Las manos de Loki se aferraron a su cintura, clavándole las uñas y un pequeño gemido de placer escapó de sus labios. Tony lo sintió como la mejor victoria de su vida. Lamió la zona marcada y repitió una y otra vez el proceso mientras bajaba hacia su clavícula. De cuando en cuando tenía la impresión de que Loki casi ronroneaba en el proceso y eso sólo hacía que quisiese seguir más y más.
Porque era adictivo. Era una de esas cosas que uno tenía que tener cuidado al tratar con los dioses. Una vez conoces la perfección es difícil dejar de desearla, admirarla y quererla. Eso era lo que le sucedía a él con Loki. Y lo que estaba a punto de suceder no era más que el clímax ansiado. Todas sus fantasías por fin hechas realidad. La verdad es que tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no perder el control del todo. Pero no es que Loki se lo hiciese fácil. El dios de las mentiras había conseguido, de alguna forma, quitarle la camisa (ya medio desabrochada por aquella impresionante modelo con la que antes había conversado) y pasaba sus manos por su pecho mientras él atacaba su clavícula con gula. Y era todo tan intenso que pensaba que podría morir allí mismo. Pero primero quería algo.
Se separó de Loki y le miró. Estaba medio recostado en la mesa de caoba. Las manos apoyadas en el borde, la camisa desabrochada y a medio quitar; la americana perdida por el suelo y el cinturón de los pantalones algo flojo. Y le sonreía. Con los ojos velados por la misma lujuria que le invadía y que los volvía de un verde intenso que revelaban el peligro que era su dueño. Pero aquella sonrisa era todo lo que Tony podía ver, era una sonrisa satisfecha, encantada y ansiosa de más. Digna de aquel maléfico dios.
-“De rodillas.”
Ni siquiera supo cómo le había salido la voz del cuerpo. Estaba tan hipnotizado con admirarle que casi no sintió a su cerebro dar la orden. Pero la había dado. Y Loki no había dudado en acatarla. Se deshizo de la camisa verde y se arrodilló a sus pies. A escasos centímetros de él. Sumiso y dispuesto como ambos sabían que no era.
-“Como desees.”-había una nota de ironía en su voz que revelaba que únicamente le estaba siguiendo el juego porque era su cumpleaños y porque ambos estaban demasiado necesitados de aquello como para pararse a discutir por ello.
Loki alargó las manos hasta sus caderas y le hizo acercarse unos pasos a él. Tony no sabía qué hacer. Si miraba hacia abajo puede que muriese de la impresión de ver aquellos labios tan cerca de su objetivo final. Si no miraba sentía el aliento de Loki mientras trabajaba en deshacerse del cinturón y de la cremallera de sus pantalones. Hiciese lo que hiciese el control era difícil de mantener.
Loki parecía cómodo con su turbación por lo que se demoró aún más en desabrochar los pantalones y deshacerse de la barrera de tela que le impedía llegar a su objetivo. La ropa cayó hasta los tobillos del multimillonario que se estremeció con el movimiento. Empezaba a pensar seriamente en ponerse a suplicar cuando Loki agarró la erección que se alzaba orgullosa entre sus piernas. El gemido que salió de su boca era quizás demasiado desesperado y casi herido, pero no le importó en el instante en que la lengua del dios se deslizó por su carne ansiosa. Cuando por fin decidió introducírsela entera en su boca Tony le agarró de la cabeza en un acto reflejo intentando controlar el ritmo de Loki, que parecía dispuesto a hacérselo pasar mal. Era rápido y húmedo y en opinión de Tony la mejor boca que jamás le había hecho algo así. Bueno, eso era lógico. Era un dios.
Si tuviese que medir el tiempo en que Loki estuvo haciéndole ver las estrellas con su boca perdería el tiempo porque no sabría cuánto duró. Lo que sí sabe es que cuando decidió parar apenas podía dejar de gemir de placer y se sentía explotar poco a poco por dentro. Cuando él quiso, Loki se separó de él y limpiándose los resto de su propia saliva se irguió ante él con su perpetua sonrisa.
-“Y bien Tony, ¿ahora qué?”-le preguntó malicioso.
Como si no lo supiera.
Por toda respuesta el inventor se lanzó a sus labios y volvió a acorralarle contra la mesa. Hizo que se echase todavía a medio desvestir sobre todo el ancho de la misma haciendo hueco en el proceso. Un tintero vacío de cristal fino y varios libros cayeron en el proceso, pero no le importó. Tenía cosas más urgentes que atender.
-“Adivínalo, Loki.”
Era la primera vez que decía su nombre por lo que el dios sonrió complacido. Tony se dedicó a besar todo su cuerpo mientras peleaba con lo que quedaba de su ropa. Loki mantenía los dedos enredados en su pelo y le apremiaba a ir más y más abajo. Desnudarle fue fácil, lo que no fue tan fácil, fue el aceptar la belleza desnuda del dios de las mentiras que se erguía allí frente a él sin pizca de vergüenza y complacido con su mirada maravillada.
-“¿Te gusta lo que ves, Tony?”
-“Me encanta.”-respondió acariciando sus muslos y hundiendo su lengua en su abdomen. Loki se rió y gimió levemente cuando siguió bajando poco a poco.
Es de buena persona ser agradecido, por lo que Tony hizo su mejor esfuerzo empleando todas sus habilidades cuando se metió la erección de Loki en su boca. No era tan versado como su amante, pero tampoco se le debía dar tan mal por la cantidad de gemidos que escapaban de la boca de Laufeyson.
Sin embargo no era su auténtico objetivo y por ello procedió a embadurnar sus propios dedos con su saliva como estaba. Medio agachado sobre las caderas de Loki que trataba de adivinar sus movimientos medio levantado. Sonrió complacido. Era obvio qué sucedería, pero le gustaba poder guardarse algo de sorpresa en aquello. Le hizo levantar una pierna y apoyarla en él. Con su saliva ya impregnando los dedos se aproximó a su destino.
Le costó romper la barrera de resistencia inicial pero era bueno con las manos, todas las mujeres que habían estado en su cama lo confirmaban. Así que sólo tuvo que girar e insistir para poder atravesar aquella primera barrera. El gemido ronco y largo que escapó de Loki le hizo ver que iba bien encaminado. No podía ser demasiado delicado y algo le decía que el dios de las mentiras tampoco ansiaba delicadeza; así que tras conseguir dilatar un mínimo su entrada decidió que era hora de proseguir.
-“Listo o no, allá voy.”-le avisó mientras le colocaba bien en la mesa y le colocaba las piernas como él deseaba.
Por toda respuesta, Loki se agarró al borde de la mesa y esperó la embestida, que no tardó en llegar y le hizo gemir a cada centímetro que ganaba. Tony apretó los dientes incapaz de predecir si iba a conseguir llegar al final antes de explotar allí mismo. Era una magnífica tortura. Era estrecho y caliente y por alguna razón era lo mejor que había experimentado en su vida.
Luego, en algún punto; todo se descontroló. Tony perdió la noción de lo que de verdad sucedía a su alrededor y comenzó a ser más y más violento en sus embestidas dentro de Loki. Éste no parecía quejarse, más bien le animaba a ello. Luego, Tony pensaría que quizás el dios Asgardiano le había hecho algo que hubiese acabado con su control. Eso sería luego. En ese instante tan sólo podía pensar en llegar más y más adentro, más y más rápido; con más y más fuerza. Era casi violento y en muchos sitios pensarían que podría ser casi una violación, pero así era como lo querían. Eran como animales en celo desesperados por conseguir resolver su ansia. Y cuando lo consiguieron… fue demencial.
La primera señal fue el temblor de Loki y su manera de morderse los labios hasta hacerlos sangrar. Luego fue su propio interior apretando su erección hasta el delirio. Más tarde aparecieron los gemidos largos y la explosión final con las uñas clavadas en sus antebrazos y las piernas apretándole contra él. Fue el orgasmo de Loki el que provocó el suyo propio al verse casi aprisionado por el cuerpo del otro, completamente controlado y dominado. Se corrió con las manos apoyadas a los lados de las caderas de Loki y con sus uñas aún clavadas en sus antebrazos. Le costó recuperar el aliento y separarse del otro.
Loki le miraba desde la mesa sonriendo encantado mientras recuperaba con él el aliento. Tony aún llevaba la ropa enredada en los tobillos, por lo que casi traspilló al separarse un poco para darle espacio. Ágilmente el dios de las mentiras se incorporó de la mesa y quedó a su altura mirándole con hambre. Parecía tener muchas ganas de más. Luego le besó.
Con un beso parecido al que él mismo le había dado hacía tiempo. Hambriento, feroz y húmedo. Su cuerpo entero vibró con la intensidad y las ganas que le transmitía.
-“Eso ha sido intenso, Stark.”-y ahí estaban de nuevo las formalidades. -“Sabía que no me decepcionarías.”-le halagó enredando los dedos en su pelo. Luego buscó parte de su ropa mientras él seguía ahí parado mirando cómo se vestía en silencio.-“Como regalo no ha estado mal, pero supongo que no será suficiente para ti, ¿verdad? Al menos una parte de tu cuerpo está de acuerdo conmigo.”-le dijo divertido dándole un pequeño apretón a su miembro que volvía a estar medio erecto entre sus piernas.-“Quizás luego, cuando te hayas deshecho de todos esos ruidosos invitados, podría volver para repetir la experiencia. Tan sólo deja una ventana abierta y lo tomaré como un sí.”
Incapaz de realmente contestar tan sólo asintió y vio como Loki esbozaba otra de sus sonrisas.
-“Bien. Señor Stark.”-el aludido cabeceó en asentimiento.-“Hasta la próxima, que espero sea muy pronto.”
Como despedida se deleitó paseando sus largos dedos por su pecho, cerca del reactor arc, para luego salir por la puerta dejándole con un cosquilleo intenso donde habían estado sus dedos.
Sólo cuando notó que se había ido de verdad, Tony volvió en sí y se dio cuenta de la gravedad de aquello. Acababa de follarse al hermanastro de Thor en su biblioteca, durante su fiesta de cumpleaños, con la mitad de los Vengadores en el salón. De alguna forma eso se iba a saber y también, de alguna forma, pensaba encontrar la manera de repetir aquella fantástica experiencia.
Pero, ahora mismo, la prioridad era vestirse y bajar a despedir a sus invitados todo lo amablemente que le dejase su lujuria.