Verde Irlandes [The Saints]

Apr 14, 2011 13:59

Se que San Patricio ha sido el mes pasado. Se que prometi mesa de billar y al final nada de nada. Debo decir que la primera version de esto si que habia mesa de billar pero no me convencio. Asi que hice segunda version, que tampoco me convence pero bueno....en fin....algo es algo xD
Asi que aqui va mi pequeña aportacion sobre los Saints en San Patricio.

Titulo: Verde Irlandes.
Fandom: The Bondock Saints
Pairing: McMannuscest (si acabo de inventarmelo xD, vamos Connor/Murph)
Disclaimer: Nada mio, todo del genial director que los creo ^^
Dedicado: a mis mosqueperras: hiensoul luandachan  y malale . Espero que os guste y eso ^^
Notas: He dicho ya que es una ida de pinza superchunga? En serio, se me fue mucho la pinza y ni siquiera se si existe la nombrada pelicula pero tampoco quiero saberlo xD Ah, lo de los puntos de los dialogos aun no se como se quita sorry xD


Verde Irlandés

San Patricio era el día verde por excelencia. Todo el mundo era irlandés y todo el mundo usaba algo verde. Podías ver leprechauns por la calle y pelirrojos con sombreros enormes y cerveza en la mano. Todo el mundo bebía hasta caer en el coma etílico.

Los McMannus no eran excepción.

San Patricio era su fiesta favorita. Era lo que más les gustaba de su tradición irlandesa. Beber hasta quedarse tontos. La pena es que siempre habían celebrado aquel día con Rocco y en el bar de Doc y en aquellos momentos no tenían a su amigo, ni estaban cerca de su bar favorito.

Estaban escondidos en un piso de mala muerte huyendo de la policía y rezando para que nadie reparase mucho en la gente que les ayudaba a pagar aquel piso. La verdad es que ver a un cura pagar la habitación de dos hombres era bastante sospechoso se viese como se viese.

El caso es que Connor y Murph se aburrían y eso en San Patricio no podía consentirse. Estaban tirados sobre el sofá de aquel piso rodeados de latas de cervezas vacías, pasándose una botella de whisky a salud de su padre y viendo sin ver el desfile de San Patricio en la tele.

Lo mirasen como lo mirasen era un día horrible.


  • “Deberíamos estar ahí celebrándolo no aquí.”-gruñó Murph dándole un largo trago a la botella y pasándosela a su hermano.


Éste cogió la botella y no le miró. Tampoco es que el desfile visto por la tele fuese muy entretenido pero no sabía qué decir. Era su culpa estar así. Les perseguían por matar a criminales. Podían estar haciendo un acto bueno pero no dejaban de ser asesinatos y la policía perseguía a los asesinos.

Por eso estaban así, por eso no podían celebrar San Patricio como querían. Por eso y porque si salían no sabrían pasar desapercibidos. Nunca lo hacían en aquel día

Así que ahí estaban. En aquel piso aburridos y condenados a beber sin sentido y sin ganas en aquel jovial día.

Murph se levantó del sofá refunfuñando y caminó por el piso revolviendo cajones sin saber exactamente qué buscaba. De pronto se empezó a reír llamando la atención de Connor. Cuando los hermanos cruzaron la mirada el pequeño enseñó su trofeo. Una película. El mayor enarcó una ceja, confuso. Murph leyó el titulo.


  • “Vicios de leprechauns. Creo que sería culturizante.”


Para Murph todo era una travesura y aquello no era la excepción. Connor intentó quitarle la idea de la cabeza pero tenían dvd y el pequeño de los McMannus se aburría como una ostra.

Pusieron la película

Al principio todo era normal, pero como en todas las películas de ese tipo llega un momento que te das cuenta de qué van exactamente. Cuando apareció la primera chica con poca ropa no les quedó duda alguna, si es que podía quedar alguna después de ver la explicita carátula.

Connor tenía un comentario ingenioso que hiciese que Murph quitase la película en la punta de la lengua pero esta estaba pastosa por el alcohol y no acababa de conseguir hilar la frase que tan bien oía en su mente.

Connor no supo cómo acabaron la película. Normalmente esas no eran de las que se veían hasta el final y estaba claro que no habría boda ni nada en dicho final así que no entendía cómo la vieron entera. Claro que cuando Murph se acercó a buscar la botella de whisky de su mano entendió porque había aguantado la película entera.

Aún oía los títulos de crédito cuando notó la mirada hambrienta y salvaje que adornaban los ojos de su hermano y por un momento tuvo miedo. Miedo de lo que aquella mirada podía significar y de las cosas que podían estar pasando por la mente de su hermano pequeño.


  • “Sabes... ahora me gustaría estar en el bar clandestino de Doc.”

  • “¿Por qué?”-preguntó Connor tragando saliva y sin saber si quería saber la respuesta.

  • “Porque así te atraparía en el billar y te haría miles de cosas que ni siquiera esos leprechauns podrían superar.”


Y lo decía en serio. Sabía que lo decía en serio porque lo había comprobado en su piel más de una vez. Para su eterna vergüenza había probado los labios y la boca de su hermano y le había gustado. Aquello podía ser una traición a sus creencias pero no podía evitarlo. Aquella boca le llamaba más poderosamente que una luz a una polilla. Y él sólo podía caer en su trampa sin poder evitarlo. Así que se dejó hacer. Cuando Murph se acercó a sus labios con decisión, se dejó hacer. Cuando sintió las manos de su hermano colándose por su ropa, se dejó hacer. Y cuando comenzó a notar como el cuerpo del pequeño se acoplaba al suyo se dejó hacer gimiendo como una perra en celo.

Porque era lo que era. Una perra en celo. Era despreciable sentir todo aquello por su hermano pequeño pero no era algo que podía evitar. Murph le ponía tremendamente caliente y no tenía una forma de desfogarse que precisamente usando al producto de su calor. Notaba el aliento caliente de Murph en su cuerpo y notaba como su excitación iba en aumento.

Sabía que el alcohol acentuaba las sensaciones y que podía arrepentirse de todo aquello al día siguiente pero era un día de San Patricio aburrido y había que ponerle remedio. Igual follar en el sofá no era la mejor opción pero no se les ocurría ninguna otra mejor y Murph siempre se salía con la suya.

Siempre. Como cuando le echó la culpa de que las ovejas se escapasen del establo y su madre le riñó. O como cuando espantó a las pobres vacas hasta que éstas empezaron a correr en estampida por el prado y su padre le riñó a él porque Murph puso aquella carita de niño bueno que todos se tragaban. O como ahora mismo, cuando le pidió que se pusiese sobre él y Connor no pudo negarse, no cuando sabía que iba a disfrutar con aquello.

Y vaya si lo disfrutó. Ver la cara de Murph mientras subía y bajaba sobre él era casi como saber que era dueño de aquellas sensaciones, lo cual era bastante cierto porque era él el que las provocaba. Y ver cómo sus manos se cerraban en torno a sus caderas marcando el ritmo que quería era tan estimulante... porque sabía que si quería podía deshacerse de ellas y marcar el mismo el ritmo que quisiese.

Era todo pura lujuria, ardiente y dominadora lo que les recorría en aquellos instante pero no importaba nada más. Podían ser hermanos, podían ser irlandeses, podían ser unos asesinos buscados por medio país, podían tener tantos enemigos que no sabían ni cómo clasificaros pero daba igual.

Se tenían el uno al otro, estaban aburridos y era San Patricio. Podían echarle la culpa de aquello al alcohol pero no lo harían Se la echarían al dvd de los leprechauns viciosos.

fics, eventos:san patricio, fandom:boondock saints, pareja:connor/murph

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