[03] Los hombres que no amaban a las mujeres

Sep 17, 2009 22:35


Nunca hay suficientes best seller en las listas…




Título: Los hombres que no amaban a las mujeres

Autor: Stieg Larsson

Editorial: Ediciones Destino

Formato: Rústico

No. Páginas: 665

ISBN: 9788423340446

“Durante los doce años que Lisbeth Salander había sido objeto de atenciones por parte de los servicios sociales y psiquiátricos, de los cuales pasó dos en una clínica infantil, nunca jamás, ni en una sola ocasión, había contestado ni siquiera a la sencilla pregunta de «¿cómo estás hoy?»”

Esa cita la escuché en un spot de Uniradio (FM 99.7) de la UAEM. Ahí mismo me enteré de la trágica historia de Larsson y de sus libros de títulos cada vez más infinitamente largos y complejos de aprender.

Cuando vi las portadas de la trilogía, me enamoré de las terroríficas mujeres que aparecían en ellas (Tamara Villoslada, argentina). Ni sabía de qué iba el libro, ni sabía que era best seller (lo comprendí cuando noté lo costoso que era) y tampoco tenía expectativas amplias. Igual tenía otras cosas “más importantes qué leer”.

Luego resultó que conocí a uno de los chicos de esa estación de radio, que estaba fascinado con los libros. Tanto, que me contagió su entusiasmo. Bueno, los tenía en casa (un obsequio) así que me decidí a empezar.

Debido al historial del autor, ya me esperaba yo que el estilo de su escritura me supiera a poco, como también me pasó con JK Rowling y otros escritores que adquieren fama con sus primeras obras. Suelo leer muchos fanfics y por eso, aprendí a detectar las fallas de los amateur, como son esa manía de poner un “self insert” tan obvio.

Mikael no me cayó bien nunca. Es demasiado “heroico, justo, atractivo (no guaaapo)”, es muy perfecto para mí. A sus cuarenta años, todas las chicas bellas que él “nunca seduce abiertamente” acaban en su cama. Curiosamente, al igual que Larsson, se especializa en reportajes de economía, dirige su propia revista y tiene ciertos ideales muy firmes coincidentes con el escritor de los libros.

Lisbeth me pareció encantadora, tal vez porque de inmediato relacioné sus características con varias de mis conocidas. Pensaba, mientras la leía “oh, sí, así reaccionaría tal” y me daba mucha risa. Obvio que al ser mi personaje favorito, detesté sus rollos amorosos que me resultaron, inclusive, un insulto a su personalidad tan cuidadosamente diseñada. Pero bueno, perdonable.

De lo bueno, cuando Stieg empieza a contarte sobre el caso de Harriet, es bien interesante. Si son como yo, que leen novelas de misterio cada mil y no son tan afinados como otros en su capacidad para deducir al culpable, se sentirán orgullosos de poder ir armando hipótesis a buen ritmo y develar el misterio antes que el autor, sin que ello mengüe las ganas de llegar hasta el final de la historia y comprobar que las sospechas eran acertadas. Es la parte media del libro que casi todo mundo crítica de manera positiva.

Pueden campechanamente no leer más luego de que ha sido resuelto ese caso y sentirse felices. La parte final del libro se dedica a reivindicar el nombre de Mikael por una historia alterna que se plantea en las primeras hojas. Booooring, la verdad. Y el último capítulo, me retuerce las tripas, porque Lisbeth… agh, en fin.

Ahora bien, me he creado una imagen divina de los suecos: Todos son unos pervertidos abusivos de mujeres, aunque sea en su mentecilla. Todos los suecos duermen desnudos, no importando que allá hace un frío jodido. Todos desayunan, comen y cenan (cuando lo hacen) café en cantidades industriales y sándwiches.

Ocasionalmente pueden comer pizza (en ese mismo esquema de desayunar, comer y cenar lo mismo hasta el hartazgo). Tienen una vida más bien gris y deprimente, a pesar de que son ricos europeos. Jo, me alegro de ser de mi país.

Me debatí internamente entre el deseo de que los suecos tuvieran (por piedad) nombres más pronunciables y el agradecimiento porque dejaran los originales.

En fin, ya acabé hoy el segundo tomo, pero me dará pereza postear sobre él también, así que me queda de tarea.

SENTENCIA: Lean, si quieren, tiene cosas rescatables y de lo malo, pues he visto cosas peores. Siempre es mejor tener la opinión propia que la de otros. Preferentemente consigan E-book, eso sí. Si lo quieren, me mandan mensajillo y se los paso por mail, ¿va?

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