A veces, solo a veces, cuando releemos, nos enteramos de cosas que se nos pasaron la primera vez. Me esta pasando con DH, pero definitivamente me pasó con este libro.
Se me hizo un poco más pesado, pero solo porque no recordaba bien de que se trataba. Y ahí estaban todos. Remo a punto de freír un huevo de enojo, Potrillo y sus paranoias, Holly aburriéndose al no poder utilizar todo su potencial, Artemis a un paso de volverse normal (pero se salvó. Recordó quién era y nos regaló una gran estrategia de rescate), Mayordomo siendo él (es, creo yo, uno de los personajes más estables de la serie), y Mantillo en acción.
La trama es bastante sencilla: Artemis ha recibido una pista sobre el paradero de su padre, y decide ir en su busca. Por mientras, se producen problemas en el subsuelo, y las Criaturas creen que es él el causante. Resultado? Cruce de cables y caminos, y todos trabajando juntos, descubriendo que un equipo, es un montón de gente trabajando en forma interdependiente, con sus diferencias, defectos y habilidades. Porque eso, amigo mío, es talento. Evidentemente no les voy a decir qué, cómo, cuándo, dónde y a qué hora, pero adoro el final, esa conversación entre Arty y el doctor Po, donde el psicólogo lo trata como un adolescente, no una amenaza mundial, y el simplemente le responde. Como un niño, que definitivamente ha encontrado cosas más allá del intelecto para respetar a otros. Porque planificar no lo es todo, y como escribió
mullu en un fic sobre las casa de Hogwarts, todos son necesarios para conseguir las cosas. Porque eso es un equipo. Y vencer el egoísmo propio de la infancia es el mayor desafío hacia la madurez.
Libros: 3/50