Autor:
meztli_luTema:Lazos Rotos
Tabla:
IlusoriaFandom: Real Personal Fiction
Claim: Shirota Yuu
Disclaimer: Lo vuelvo a decir, no me pertenece :D aún…
Rating: General
Resumen: Los amigos siempre están cuando los necesitamos, pero la paciencia en ellos tiene un limite. (Aparicion de Jin Akanishi y Yamapi)
Pues no tengo mucho que decir ^^ espero que les guste.
Lazos rotos.
-Deberías hacer algo-espetó Yamapi al salir del bar.
-Tranquilo, no fue nada…-Jin trató de controlar la ira de su amigo.
Su molestia fue causada por el extraño comportamiento de su amigo Yuu. Sabía que las anfetaminas lo desequilibraban cuando no podía dormir y la ayuda de las líneas blancas en la nariz, lo mantenían trabajando, por ello distorsionaba su carácter. Está vez, fue distinto. Yamapi se embriago, perdió el control y terminó bailando con tres sujetos y dos mujeres desconocidos sobre la pista. Uno de ellos empezó a insinuar obscenidades en su oído. Yuu no dejó de observar las imágenes que aparecieron a su vista, se incomodo. Se levantó furioso y golpeó al joven que al impactó cayó al suelo. Jin tardó en aparecer separarlos. Para ese momento, Yamapi estaba gritando a un Yuu desconcertado, sin saber lo que hizo.
-Si no controlas lo que consumes, deja de hacerlo-continuó Yamapi discutiendo en el parking, mientras esperaban el auto de Jin-no sé que te pasa… A veces ya no te reconozco.
-No lo entenderías-contestó Shirota. Se recargó en la pared y sacó un cigarro-ni si quiera yo lo entiendo.
-¿Los llevo a su casa o vamos a la mía?-preguntó Jin al ver aparecer su deportivo negro. Quería evitar otra discusión.
-¿Por qué no lo dices? ¿A qué le temes?-Yamapi volvió a retar a Yuu, lo miró a los ojos y espero la respuesta.
Jin abrió las puertas del auto y obligó a sus amigos a subir en el a empujones y regañadientes. Yamapi continuaba con el interrogatorio. Yuu, sentado en la parte trasera, miraba la luces de la ciudad, trataba de repasar lo sucedido. Esa extraña sensación de ira, celos y la voz de Tshuva mal aconsejándolo, lo llevó a actuar de manera ajena. Eso lo irritaba más, ya no podría controlar ninguna de sus acciones, no era dueño de sus palabras y ahora de sus sentimientos.
-Pi, déjalo, estás ebrio y el drogado. Cuando estén lucidos, pueden hablar…-ambos actores lo ignoraron, Pi no detenía el cuestionamiento.
-¿Qué pasa? No confías en tus amigos… o volverás a decir que nadie lo entendería, esa siempre es tu excusa.
Yuu quería explicar lo que pasaba, pero el temor de ser rechazado, tomado por loco o incluso perder su credibilidad y amistad, lo obligaron a callar.
-Nunca estoy de lado de nadie, pero… está vez Yamapi tiene razón Yuu. Necesitas ayuda profesional. Sabes que algo no anda bien en tu cabeza. Las últimas veces actuabas extraño. Quieres negar algo que es obvio reconocer. No ignores esa enfermedad-dijo Jin. Yamapi sintió satisfacción porque alguien más apelaba su argumento.
-¡¿Enfermedad?!-exclamó en furia Yuu-¡de que hablas! Tu que sabes. ¡No estoy enfermo ni tampoco loco!
-Entonces ¿por qué actúas así?-Jin le respondió con el mismo tono grave que su amigo-¿no confías en nosotros?
Yamapi abrió la ventana, comenzaba a sentir mareos y el estómago revuelto. Yuu cruzó los brazos.
-Di la verdad-logró decir Yamapi antes de expulsar la cena en la cera.
-¡No hagas eso!-era demasiado tarde cuando Jin gritó, estaciono el auto en una esquina y espero a que terminara con el escándalo gástrico.
Yuu sintió una necesidad de gritarle a esa voz que continuaba hablando e insultado a sus amigos. En su lengua estaban las palabras, listas para expresar el miedo que sentía desde aquella noche con las luces. Las apariciones y la voz de Thsuva. Èl no estaba loco y quería decirles. Jun lo había entendido, ellos podrían tener otras ideas. Su vista se perdió en las acciones de Jin por ayudar a su amigo. La imagen centralizó sus pensamientos hasta desaparecer la voz y el recuerdo de Tshuva. Una vez más su dualidad lo traicionaba. Las luchas internas se habían intensificado los últimos meses, pero poco a poco, con ayuda de Tshuva aprendió a controlarlas.
Yamapi seguía agitándose. Jin dejo un pañuelo en la mano de éste y miro fijamente el rostro de su amigo. En medio de las luces publicas y la noche, sintió un estremecimiento complicado. Una sensación, parecida al hambre y desvelarse. No iba a hablar.
-¿No nos dirás?-preguntó Yamapi con dificultad, su rostro pálido y las lagrimas lo hacían ver, como un hombre cualquiera y no la celebridad que era.
Yuu no respondió, quería abrir los labios pero era imposible que saliera algo de ellos. Ni si quiera sus manos o sus facciones dirían la verdad. Inmóvil como un tronco de madera en medio de la carretera.
-Arréglatelas como puedas-finalizó Tomohisa entrando al auto.
-Vamos, te llevaré a tu casa-dijo Jin sin mucho animo. Probablemente estarán molestos con él un par de años más.
Gracias por leer