Autor:
meztli_lu Título: Madre
Fandom: Prince of Tenis
Claim: Personaje, Kirihara Akaya
Tabla: Simbólica
meztli-lu.livejournal.comTema: # 18 Eco
Resumen: Akaya a la edad de 5 años experimenta una angustia que sólo su madre puede controlar.
Disclaimer: Nada me pertenece, únicamente está historia
Me dio mucho gusto saber que si estoy captando la esencia del personaje. Espero poder seguirlo haciendo, la musa no se ha ido, porque no la necesito. Una vez me dijo alguien que escribiera sin necesidad de esperar a la inspiración, puede que nunca llegue, mejor no dejar de escribir.
Madre
La casa se sumergió en completa oscuridad. Hacía media hora un apagón afectó a toda la zona donde vivía. A las nueve de la noche, Kirihara jugaba con la consola y al ver perdido su juego, comenzó a llorar.
-¡Mamá!-gritó-Mamá-volvió a llamar, pero seguía sin obtener respuesta.
“Mamá, Mamá” escuchó el eco que rebotó en las paredes de su habitación.
El pequeño Kirihara se asustó aún más.
-¿Quién está hay?-preguntó. Sus manitas se aferraron al umbral de la puerta.
-¿One-chan? ¿Eres tú?-preguntó pensó en su hermana; ella no se atrevería a hacer ese tipo de juegos a su hermano de cinco años.
“Eres tú” el eco volvió a asustarlo.
Inquieto, pateó el suelo sin dejar el llanto. Al igual que las palabras, los sollozos y sonidos regresaban a él como imanes. Quedó paralizado, nunca había pasado algo similar. Sonó su nariz con la comisura de la camisa y el sonido regresó.
-¡Ya basta! Le diré a mi papá y entonces veras…-amenazó, de nada sirvió porque a los pocos segundos, regresó su misma queja.
El pequeño imaginó las risas de muchos niños bajo su cama y en la casa, jugándole bromas pesadas, como en el jardín de niños. Se agachó, abrazó sus rodillas, hundió su cabeza entre los brazos.
-Mamá-murmuró. Estaba realmente asustado.
El silencio trajo más sonidos, el ladrido de los perros y algún gato que maullaba, carros, luces en la ventana, provocadas por alguna lámpara lejana. Temblaba a cada sonido desconocido. La sugestión de un niño, era mayor a cada sensación de temor. Creía ver sombras en el pasillo de las recamaras, incluso voces. Cerró los ojos sin dejar de abrazarse.
El viento chocó con la ventana de su habitación e hizo crujir el cristal, trayendo consigo más sonidos.
-Mami…-volvió a murmurar.
Todo aquello le parecía tan similar a los cuentos que su abuela contaba cada vez que hacía alguna maldad.
-Ya no lo vuelvo a hacer-dijo, el eco volvió a retumbar en las paredes. Estaba arrepentido de las travesuras que hacia en casa y en la escuela-abuelita perdóname, yo maté a tu pez-sonó de nuevo su nariz-pero no lo vuelvo a hacer…
De pronto, la madera de las escaleras crujió doblemente en cada paso. Se alarmó, a gatas corrió debajo de la cama. Pensó de nuevo en los personajes de las leyendas de la abuela, creyó estar seguro bajo la cama. Tapó su boca, pero su respiración era agitada. El sonido de pasos se incrementó, así como una voz que lo llamaba y regresaba con el eco. Vio los pies de alguien que daban vueltas alrededor de su habitación. Akaya seguía en silencio, con sus dos manitas en los labios. Los pasos se esfumaron igual que su eco.
-No… ahora no-dijo preocupado; por el pánico se había orinado en los pantalones. Su madre lo volvería a regañar.
“Estás…” el eco regresó, provenía de otra parte de la casa. No sabía donde exactamente, porque la casa era grande y de dos plantas. El teléfono sonó, Akaya brincó asustado y se golpeó la cabeza, no pudo evitar el llanto.
El sonido aumentó por toda la casa, pasos, lamentos, quejas, voces, gritos. Una mano tomó una de las piernas del niño y lo sacó de su escondite. Akaya gritaba desesperado, se agitó, pateaba; miles de sonidos se cruzaban por sus oídos y ninguno reconocía. Tenía los ojos cerrados por temor. Dos manos lo tomaron de los hombros, luego limpiaron sus lágrimas tiernamente.
-Hijo-dijo su madre. Akaya dejo de llorar y abrió los ojos. Hay estaba su heroína, su doctora, la chef y su maestra.
La abrazó y volvió a llorar.
-No pasa nada, es un apagón. ¿Por qué lloras? Estábamos abajo en la cocina buscando las velas.
Akaya no se despegó de su madre en ningún momento. No podía verla, pero sentía la calidez de su pecho y el olor de fruta en su ropa. Su voz retumbaba por toda la habitación.
-Todo está bien… en un par de horas regresará-el eco de su voz se filtró por cada rincón de su mente y corazón de Akaya.
-Volviste a hacer pipi en la ropa-lo reprendió. A Kirihara no le importaron los regaños de su madre, quería estar con ella por más rato. Escucharla hablar toda la noche.
-Siempre vas a estar cuando te necesite, ¿verdad?-pregunta Akaya ahora en la sala, no se aparta del regazo de su madre, ella pasa sus dedos entre sus cabellos negros.
-No, siempre voy a estar contigo-la voz de su madre le trajo de vuelta ese recuerdo de la infancia. No había cambiado su voz, ni el eco que retumbaba en las paredes.
Gracias por leer y tomarse el tiempo.
Siento nostalgia por esté texto. Quizá por que trate de reflejar la relación entre su madre y él. Me parece que su voz lo conforta sin necesidad de su presencia.
Autor:
meztli_luTitulo: Un nuevo reto
Fandom: Prince of tenis
Claim: Personaje, Kirihara Akaya
Tabla: Simbólica
meztli-lu.livejournal.comTema: # 1 Ilusión
Resumen: Cuando el objetivo de dos años está cumplido, ¿será suficiente poder afrontar todos los retos que se presnetan? Como nuevo capitán del Rikkai.
Disclaimer: Ningun personaje me pertence, sólo mi fic.
Pues en esté texto trate de expresar los sentimientos de Kirihara más apegados a la historia. Con respecto a su propio sueño de ser el mejor de su escuela y lo que implicaba serlo ahora que los sempais se graduaron.
Un nuevo reto
Siempre había soñado con ser uno de los mejores en el tenis. ¿Por qué en el tenis? Desde que entró a la secundaria y vio al equipo, quedó impresionado y decidió comenzar a jugar; con un solo objetivo: convertirse en uno de los mejores jugadores de la escuela. Sin embargo, entrando al equipo, se dio cuenta que el anhelo estaba lejos. Derrotado por los tres grandes del Rikkai, fuera de ser una humillación, era un reto, una ofensa que tenía que ser limpiada un día.
En sus dos años de estancia, sintió aprecio por todos los miembros cuando lo hicieron titular, un gran merito para un muchacho de segundo año, que de pronto llego a despedazar a todos con su juego violento y sus malas actitudes. Quienes lo empezaron a conocer, le tomaron cariño. A veces olvidaba su propia ilusión de ser el mejor del Rikkai Dai. Ya que sus compañeros siempre le daban nuevos retos que superar. Él mismo se había convertido en su un rival a vencer.
Hace dos semanas, fue la graduación de los sempais. Akaya estaba de vacaciones en casa. Su madre le sugirió que repasara un poco a sus estudios, ahora que ingresaba a tercero, las cosas serían más complicadas. Sin ganas, se sentó en el escritorio y abrió un libro de inglés.
“Que importa, siempre está Yanagi-sempai para cualquier duda” Pensó. Aunque comprendía que no sería lo mismo. Se inclinó un poco hacía el escritorio. Distrajo su concentración con los eventos y la graduación. Los buenos deseos en medio de las serpentinas y el confeti. Yagyuu prometió visitarlo constantemente para ver como marchaban las cosas. Bunta le enviaba mensajes al celular. Conversaba con Nioh en el Internet; con ellos no perdería contacto ni la amistad que forjó. De Jackal no sabía nada por su viaje a Brasil, pero de la misma manera lo vería un día. Sanada lo amenazó, más valía que hiciera un buen trabajo como capitán. Yukimura por otro lado, se mantenía tranquilo. “Has lo mejor que puedas, no te presiones” Oír decir aquello a Yukimura, significaba dos cosas: No estaba preparado para ser capitán y no esperaban mucho de él.
Era explosivo y descuidado. No tenía la responsabilidad que se necesitaba para liderar un equipo como el Rikkai, con sus trofeos, victorias y la reputación que con esfuerzo, consiguieron los sempais. No era que no estuviera preparado, simplemente desconocía lo que implicaba ser capitán. Además de ser el mejor de Rikkai Fuzoku, tenía que mantener el titulo. Pues desconocía a quienes formarían el nuevo equipo, de eso se tenía que encargar él. Yukimura sólo le cedió la estafeta.
Pensó en sus derrotas, aquello sirvió de experiencia, pero no era suficiente para encarar algo nuevo y solo. Comprendió que las ilusiones costaban caro.
Su mente se llenaba de alegorías y fantasmas. Había perdido todos los partidos, Kaoru Kaidoh se burlaba de él y Hiyoshi Wakashi lo humilló en un partido de pocos minutos. Akira Kamio le regresó cada humillación y entonces todos los sueños que tenía se despedazaron, así como la primera vez que vio a los tres del Rikkai.
¿Qué hacer? Tomó su raqueta y salió de casa a mitad de la tarde. La escuela estaba cerrada en vacaciones y en sábado, pero no las pistas callejeras. En las calles caminaba sin prestar atención a su alrededor.
-Capitán del Rikkai-se repetía, ahora sonaba tan distinta esa palabra y más aplicada en él-yo capitán… Rikkai Dai…-y cantando la porra de las animadoras en los partidos, corrió a las pistas con esa melodía.
Al llegar, estaban ocupadas por un grupo de muchachos del Fudomine que al instante reconoció. Kamio lo miró cuando se paró frente a ellos.
-Vaya… miren, el nuevo capitán del Rikkai-dijo en tono de burla y los demás rieron.
-¿Cómo llegaste a serlo? Seguramente convenciste a tu ex capitán o le lloraste-Shinji comenzó con su monologo innecesario-Los más probable es que se apiadará de ti. ¿Crees que eres suficiente sólo por que tu equipo tenía buena reputación? Quiero ver ahora de lo que eres capaz tu solo…
-¡Cállate! Si soy el capitán, fue por que me lo gane. ¿Se los demuestro?-apretó el mango de la raqueta y caminó en dirección contraria de la pista para tomar posición-te aplastaré Kamio, así como lo hice con tu querido Tachibana y no sólo eso, ganaré el próximo torneo.
-No te ilusiones más… Estás solo Kirihara-un grupo de jóvenes que desconocía, rodearon a Kamio, aquello era una presentación informal del nuevo equipo.
-Dicen que si quieres que algo salga bien, hazlo tu solo-luego de afirmar aquello, lanzó un servicio directo al rostro de Ibu que lo detuvo con su raqueta.
Había madurado y no se daba cuenta, sabía el precio de las ilusiones y lo que costaba cada esfuerzo. No iba a decepcionarse así mismo, por que eso era lo que él quería, ser el mejor del Rikkai Dai.
Gracias por leer
Si logré más IC, háganlo saber, así como alguna falla y criticas por favor.
Bye bye