Tabla básica
Autor: emerald_chan
Fandom: Hikaru no Go
Personaje/Pareja/Trío: Touya Akira
Tema: 1. Inicio
Inicio
Todos los padres tienen algo en común: el deseo de que su hijo siga sus pasos, o mejor aún, que supere a sus progenitores, que llegue mucho más lejos de lo que ellos pudieron llegar.
Touya Kouyo comenzó a jugar a go cuando era un niño, no tendría más de diez años, incluso menos, de hecho tenía exactamente nueve años y dos meses. Hasta entonces le había entusiasmado pintar y dibujar, pero su abuelo le llevó a un salón de go y se enamoró. Su abuelo estaba encantado, por supuesto, conseguir con su nieto lo que no había conseguido con su hijo.
Para el nieto aquello era diferente, decidió educar a su hijo desde el principio, incluso aunque su esposa le dirigiera todas aquellas miradas reprobatorias y no dejara de repetir que el pequeño apenas si acababa de cumplir dos años. De hecho el mismo día en que los cumplió Akira sostuvo por primera vez una piedra entre sus dedos.
Tema: 2. Lluvia
Lluvia
A los niños pequeños les da miedo muchas cosas. Temen a los fantasmas que hay en el armario, los monstruos bajo la cama, las tormentas con truenos que parecen que van a desgarrar el mundo e incluso cosas tan simples como la lluvia.
A Akira le daba miedo la lluvia. Cada vez que llovía iba corriendo a su habitación y se envolvía en mantas, no importaba lo que estuviera haciendo antes, por eso odiaba los días de lluvia. Luego, cuando dejaba de llover, volvía a lo que estuviera haciendo como si no hubiera pasado nada, a veces incluso salía al jardín y jugaba saltando sobre los charcos. Después de todo no era más que un niño.
-Akira, ven aquí -le dijo su padre un día tras la tormenta.
Akira fue obediente, se sentó frente a su padre con un tablero de go en medio. Así comenzó aquel juego, con un chiquillo distraído que a pesar de sus tres añitos ya había comprendido lo más básico del go.
-¿Qué te parece? -preguntó su padre cuando el niño acabó de colocar una piedra.
-Está bien, ¿no? Si pongo aquí ya no puedes comerte la piedra.
-No, me refiero a como suena. Escucha.
Touya Kouyo colocó otra piedra sobre el tablero. Akira escuchó, pero no oyó nada en especial.
-Sólo oigo como colocas la piedra.
-Exacto, así es como suena una piedra al golpear el tablero.
-¡Así! -y entusiasmado Akira realizó su siguiente jugada.
-¿No lo oyes? -preguntó su padre al cabo de un rato.
-¿El qué?
-La lluvia.
-No, no llueve.
-Yo creo que sí.
El hombre colocó otra piedra mientras su hijo se asomaba asustado al jardín. No llovía, pero había oído llover. Luego miró el tablero y comprendió. ¿Cómo temer la lluvia si suena como el go?
Tema: 3. Reglas
Reglas
Todos tenemos tíos, abuelos o simples conocidos que hacen preguntas impertinentes. Una de las más comunes es el “¿a quién prefieres, a papá o a mamá?”. Por suerte Akira era un niño extremadamente bien educado, y cuando le preguntaban eso sonreía con inocencia y contestaba que quería mucho a los dos.
En casa sabían que aquello era una mentira piadosa, que si tenía que elegir prefería a su padre. Akiko lo llevaba con calma, comprendía que el regalo que Kouyo había ofrecido a su hijo era difícilmente igualable.
El niño lo enfocaba de otro modo. Jugar a go era maravilloso, nada le entretenía más, pero que su madre le abrazase y fuera cariñosa con él cuando su padre parecía algo distante también le gustaba mucho. Lo único es que también era ella quien ponía esas reglas estúpidas en su vida: lávate los dientes, ordena los juguetes, pon la mesa, ayúdame a recoger. Si no fuera por ese pequeño inconveniente sin duda alguna no sabría que contestar a esa impertinente pregunta.
Tema: 4. Café
Notas: Aunque no lo pareza el tema es importante, sin este tema no habría escrito esto.
Café
Todo el mundo dice que la niñez es una época maravillosa, que ser un niño es una experiencia única y que lo mejor es divertirse cuanto más se pueda y aprovechar estos años al máximo. También repiten mucho eso de que el tiempo vuela y en seguida se deja de ser niño.
A mí me gusta ser un niño, me gusta jugar y estar con mis amigos, aunque la verdad es que no tengo muchos de mi edad. Pero a veces vienen niños a jugar conmigo o participo en torneos de go para niños, y es cuando mejor me lo paso.
Había un cartel colgado en el tablón de anuncios, otro torneo infantil. Se lo comenté a Ichikawa, del club de go, que sonrió y me revolvió el pelo, para no variar. No me gusta mucho, pero tampoco me importa demasiado, se porta bien conmigo.
-Toma -dijo dándome una copia-. Dáselo a tu padre esta noche, ya verás como te apunta.
Lo cogí entusiasmado, hacía tiempo que no iba a uno de esos torneos. Aunque mi padre se había enfadado porque perdí el último. No importaba, este lo ganaría.
-No participarás -contestó tajante.
-¿Po… por qué?
No lo entendía, siempre me llevaba a esos torneos. Y además parecía enfadado.
-Siéntate -ordenó. Obedecí, cuando estaba tan serio era mejor obedecer-. No volverás a participar en torneos para niños. No estaría bien.
Aunque le escuché atentamente no comprendía lo que quería decir. ¿Por qué no estaría bien? Los torneos para niños eran para niños y yo era un niño. Tenía seis años, bueno, seis años y medio, pero todo el mundo me decía que era un niño adorable.
-Escucha, Akira. Tú eres especial, empezaste a jugar incluso antes de aprender a hablar, no hay otro niño como tú. Por eso no puedes participar. De todos modos si quieres jugar en el club de go siempre habrá gente dispuesta, además, tengo entendido que Ashiwara se pasa a menudo.
Asentí, comprendiendo. Jugar con Ashiwara estaba bien porque no era un niño, por tanto si no podía estar con niños yo tampoco lo era. Decidí que ya no debía hacer cosas de niños, decidí crecer y hacer cosas de adultos. Como beber café.
Fandom: Hikaru no Go
Personaje/Pareja/Trío: Touya Akira
Tema: 1. Inicio
Inicio
Todos los padres tienen algo en común: el deseo de que su hijo siga sus pasos, o mejor aún, que supere a sus progenitores, que llegue mucho más lejos de lo que ellos pudieron llegar.
Touya Kouyo comenzó a jugar a go cuando era un niño, no tendría más de diez años, incluso menos, de hecho tenía exactamente nueve años y dos meses. Hasta entonces le había entusiasmado pintar y dibujar, pero su abuelo le llevó a un salón de go y se enamoró. Su abuelo estaba encantado, por supuesto, conseguir con su nieto lo que no había conseguido con su hijo.
Para el nieto aquello era diferente, decidió educar a su hijo desde el principio, incluso aunque su esposa le dirigiera todas aquellas miradas reprobatorias y no dejara de repetir que el pequeño apenas si acababa de cumplir dos años. De hecho el mismo día en que los cumplió Akira sostuvo por primera vez una piedra entre sus dedos.
Tema: 2. Lluvia
Lluvia
A los niños pequeños les da miedo muchas cosas. Temen a los fantasmas que hay en el armario, los monstruos bajo la cama, las tormentas con truenos que parecen que van a desgarrar el mundo e incluso cosas tan simples como la lluvia.
A Akira le daba miedo la lluvia. Cada vez que llovía iba corriendo a su habitación y se envolvía en mantas, no importaba lo que estuviera haciendo antes, por eso odiaba los días de lluvia. Luego, cuando dejaba de llover, volvía a lo que estuviera haciendo como si no hubiera pasado nada, a veces incluso salía al jardín y jugaba saltando sobre los charcos. Después de todo no era más que un niño.
-Akira, ven aquí -le dijo su padre un día tras la tormenta.
Akira fue obediente, se sentó frente a su padre con un tablero de go en medio. Así comenzó aquel juego, con un chiquillo distraído que a pesar de sus tres añitos ya había comprendido lo más básico del go.
-¿Qué te parece? -preguntó su padre cuando el niño acabó de colocar una piedra.
-Está bien, ¿no? Si pongo aquí ya no puedes comerte la piedra.
-No, me refiero a como suena. Escucha.
Touya Kouyo colocó otra piedra sobre el tablero. Akira escuchó, pero no oyó nada en especial.
-Sólo oigo como colocas la piedra.
-Exacto, así es como suena una piedra al golpear el tablero.
-¡Así! -y entusiasmado Akira realizó su siguiente jugada.
-¿No lo oyes? -preguntó su padre al cabo de un rato.
-¿El qué?
-La lluvia.
-No, no llueve.
-Yo creo que sí.
El hombre colocó otra piedra mientras su hijo se asomaba asustado al jardín. No llovía, pero había oído llover. Luego miró el tablero y comprendió. ¿Cómo temer la lluvia si suena como el go?
Tema: 3. Reglas
Reglas
Todos tenemos tíos, abuelos o simples conocidos que hacen preguntas impertinentes. Una de las más comunes es el “¿a quién prefieres, a papá o a mamá?”. Por suerte Akira era un niño extremadamente bien educado, y cuando le preguntaban eso sonreía con inocencia y contestaba que quería mucho a los dos.
En casa sabían que aquello era una mentira piadosa, que si tenía que elegir prefería a su padre. Akiko lo llevaba con calma, comprendía que el regalo que Kouyo había ofrecido a su hijo era difícilmente igualable.
El niño lo enfocaba de otro modo. Jugar a go era maravilloso, nada le entretenía más, pero que su madre le abrazase y fuera cariñosa con él cuando su padre parecía algo distante también le gustaba mucho. Lo único es que también era ella quien ponía esas reglas estúpidas en su vida: lávate los dientes, ordena los juguetes, pon la mesa, ayúdame a recoger. Si no fuera por ese pequeño inconveniente sin duda alguna no sabría que contestar a esa impertinente pregunta.
Tema: 4. Café
Notas: Aunque no lo pareza el tema es importante, sin este tema no habría escrito esto.
Café
Todo el mundo dice que la niñez es una época maravillosa, que ser un niño es una experiencia única y que lo mejor es divertirse cuanto más se pueda y aprovechar estos años al máximo. También repiten mucho eso de que el tiempo vuela y en seguida se deja de ser niño.
A mí me gusta ser un niño, me gusta jugar y estar con mis amigos, aunque la verdad es que no tengo muchos de mi edad. Pero a veces vienen niños a jugar conmigo o participo en torneos de go para niños, y es cuando mejor me lo paso.
Había un cartel colgado en el tablón de anuncios, otro torneo infantil. Se lo comenté a Ichikawa, del club de go, que sonrió y me revolvió el pelo, para no variar. No me gusta mucho, pero tampoco me importa demasiado, se porta bien conmigo.
-Toma -dijo dándome una copia-. Dáselo a tu padre esta noche, ya verás como te apunta.
Lo cogí entusiasmado, hacía tiempo que no iba a uno de esos torneos. Aunque mi padre se había enfadado porque perdí el último. No importaba, este lo ganaría.
-No participarás -contestó tajante.
-¿Po… por qué?
No lo entendía, siempre me llevaba a esos torneos. Y además parecía enfadado.
-Siéntate -ordenó. Obedecí, cuando estaba tan serio era mejor obedecer-. No volverás a participar en torneos para niños. No estaría bien.
Aunque le escuché atentamente no comprendía lo que quería decir. ¿Por qué no estaría bien? Los torneos para niños eran para niños y yo era un niño. Tenía seis años, bueno, seis años y medio, pero todo el mundo me decía que era un niño adorable.
-Escucha, Akira. Tú eres especial, empezaste a jugar incluso antes de aprender a hablar, no hay otro niño como tú. Por eso no puedes participar. De todos modos si quieres jugar en el club de go siempre habrá gente dispuesta, además, tengo entendido que Ashiwara se pasa a menudo.
Asentí, comprendiendo. Jugar con Ashiwara estaba bien porque no era un niño, por tanto si no podía estar con niños yo tampoco lo era. Decidí que ya no debía hacer cosas de niños, decidí crecer y hacer cosas de adultos. Como beber café.