Autor:
misao_malon // Misao Kirimachi Surasai
Fandom: Prince of Tennis
Personaje/Pareja/Trío: Yukimura/Sanada
Tema: #9 - Piano
Tabla Piano.
-¿Sabes? Mi madre acaba de comprar un piano. ¿No te gustaría verlo?
Sanada hubiera podido negarse, dicho que tenía cosas más importantes que hacer pero, por alguna extraña razón (que se reducía a ver la sonrisa de Yukimura) aceptó aquello. Yukimura no pudo estar más complacido.
Después de recorrer un largo camino a casa, y de que Sanada llamara a su madre para avisar que no llegaría a cenar, Yukimura se sentó en el banquillo frente al instrumento, un enorme piano de cola, que no hacía más que hacer ver la sala mucho más pequeña. Pero era hermoso, y se veía mucho mejor con Seiichi frente a sus teclas.
El horror llegó cuando comenzó a tocar. Una nota desafinada tras otra haciendo una melodía no sólo trágica, sino patética. ¿Alguien alguna vez mereció tal castigo?
Sanada no dijo nada, guardó silencio y dio una evasiva poco inteligente cuando Seiichi le hubo preguntado. Era obvio que no sabía tocar, y se sintió conmovido por el esmero que el otro puso en no hacerle sentir mal.
Al día siguiente no le invitó a casa para que le escuchara tocar el piano, todo regresó a la normalidad, y el tiempo pasó sin recordar el suceso, aún si los años pasaron lentamente y Sanada miraba el piano olvidado en la sala de la casa, cuando le iba a visitar.
Más ahora y esa noche, cenando a la luz de las velas en una romántica velada, Seiichi miró el piano mientras sus copas chocaban.
-¿No te gustaría que te tocara algo, Genichirou?
Sanada hubiera podido negarse, dicho que podrían hacer cosas más importantes, pero por alguna extraña razón (que se reducía a ver la sonrisa de su amante) aceptó.
Seiichi se colocó entonces como antaño lo hubo hecho y comenzó a tocar. La melodía surgió suave y Sanada se sintió dentro de un cuento de hadas. Cada nota, una tras otra, lo trasportaban a un mundo de sensual estupor donde podría perderse, a no ser de que ya estaba perdido.
La melodía se volvió lenta y luego suave hasta desaparecer, no notando que se había detenido hasta que Seiichi tecleó el mismo compás en su muslo, acercándose para un beso y regalándole una confesión.
-Siempre quise tocar el piano antes de hacer el amor.