(no subject)
Autor:
misao_malon // Misao Kirimachi Surasai
Fandom: Prince of Tennis
Personaje/Pareja/Trío: Yukimura/Sanada
Tema: #5 - Defectos.
Defectos.
Sanada golpeó su lápiz contra el escritorio de manera ausente, mirando al profesor sin prestar la menor atención. Sus sentidos estaban dos bancas adelante, en la fila de a un lado, encerrando (como si los sonidos, los sentidos, los olores, o el sabor de su boca seca no existieran) en una cúpula a Yukimura.
Bien había dicho su madre una vez, mientras estaba el tema de la nueva novia de su hermano, que la gente idealiza tanto a las personas, que cuando salen a relucir sus defectos, las dejan de lado como si nada. Esa era la tercera novia de su hermano, y apenas supiera que ella roncaba, se mordía las uñas, o que uno de sus pechos (se sonrojó con lo abierta que había sido su madre con eso, y más cuando le preguntó si a ella se le notaba el mismo problema) era ligeramente más grande que el otro.
¿Qué de malo podría tener Yukimura?
Hasta el momento no había notado nada, se dijo, excepto ese habito de morder el lápiz con impaciencia mientras resolvía problemas matemáticos y las uñas cuando hablaba mucho tiempo con Kirihara.
También estaba ese mal hábito de rascarse el codo cuando pasaba al pizarrón, o cuando no dejaba de mover una pierna estando sentados en la biblioteca, golpeando por debajo de la mesa con la rodilla hasta hacerse algo incómodo.
Seiichi se alborotaba el cabello demasiado, su caligrafía dejaba mucho que desear (por muy buenas que fueran sus apuntes, jamás de los jamases se los pedía, la única vez que lo hizo, pasó la noche descifrando que decían para sólo avanzar dos paginas y por increíble que pareciera, Akaya tenía una letra más legible), se tronaba los dedos cada veinte minutos y doblaba las hojas de los libros por la mitad para apartar las paginas.
Y si te fijabas bien, muy atentamente, podías notar como, a pesar de lo larga y respingada era su nariz, tenía el tabique ligeramente desviado. Uno de los dedos de sus pies tenía una forma más regordeta que el otro y uno de sus dientes delanteros, era ligeramente más grande que el resto.
Yukimura cocinaba mal. No importaba lo que hiciera, siempre tenía un sabor desagradable, y si no era el caso, entre las especias, los ingredientes y el extraño sazón del capitán, podría sentirse el gusto amargo, o quemado e incluso salado de sus comidas.
A veces llevaba la ropa arruga y la corbata desacomodada, él imaginaba que era cuando se le hacia tarde y su madre había ido ya a llevar a su hermana a la escuela, o tartamudeaba al leer, si no es que leía lento en voz alta, pasaba de largo los signos de puntuación. Cuando respiraba al dormir (recordaba los campamentos y las pijamazas que hacían Renji, Yukimura y él) su nariz silbaba débilmente.
La campana sonó y él despertó de su trance mientras todos recogían sus cosas. Por ello se apresuró cuando se vio casi solo en el salón, salvo claro, por una persona.
-¿Vamos ya? Después de la práctica quiero ir a comer hamburguesas.
Sanada asintió, sintiendo un escozor repentino en el pecho, como hormigas sobre la piel.
Ahora que lo notaba, Yukimura podría tener muchos defectos (y más malos hábitos), y a pesar de ese diente más grande que el resto, debía admitir que su sonrisa era perfecta y le hacía olvidar lo demás.
.----------------------------------------------------------------------------------------------.
Dedicado muy especialmente a
hally362. Por ser la mejor de las amigas, mi consentida en la vida, y la más grande de las Betas.
Te adoro n_n
misao_malon // Misao Kirimachi Surasai
Fandom: Prince of Tennis
Personaje/Pareja/Trío: Yukimura/Sanada
Tema: #5 - Defectos.
Defectos.
Sanada golpeó su lápiz contra el escritorio de manera ausente, mirando al profesor sin prestar la menor atención. Sus sentidos estaban dos bancas adelante, en la fila de a un lado, encerrando (como si los sonidos, los sentidos, los olores, o el sabor de su boca seca no existieran) en una cúpula a Yukimura.
Bien había dicho su madre una vez, mientras estaba el tema de la nueva novia de su hermano, que la gente idealiza tanto a las personas, que cuando salen a relucir sus defectos, las dejan de lado como si nada. Esa era la tercera novia de su hermano, y apenas supiera que ella roncaba, se mordía las uñas, o que uno de sus pechos (se sonrojó con lo abierta que había sido su madre con eso, y más cuando le preguntó si a ella se le notaba el mismo problema) era ligeramente más grande que el otro.
¿Qué de malo podría tener Yukimura?
Hasta el momento no había notado nada, se dijo, excepto ese habito de morder el lápiz con impaciencia mientras resolvía problemas matemáticos y las uñas cuando hablaba mucho tiempo con Kirihara.
También estaba ese mal hábito de rascarse el codo cuando pasaba al pizarrón, o cuando no dejaba de mover una pierna estando sentados en la biblioteca, golpeando por debajo de la mesa con la rodilla hasta hacerse algo incómodo.
Seiichi se alborotaba el cabello demasiado, su caligrafía dejaba mucho que desear (por muy buenas que fueran sus apuntes, jamás de los jamases se los pedía, la única vez que lo hizo, pasó la noche descifrando que decían para sólo avanzar dos paginas y por increíble que pareciera, Akaya tenía una letra más legible), se tronaba los dedos cada veinte minutos y doblaba las hojas de los libros por la mitad para apartar las paginas.
Y si te fijabas bien, muy atentamente, podías notar como, a pesar de lo larga y respingada era su nariz, tenía el tabique ligeramente desviado. Uno de los dedos de sus pies tenía una forma más regordeta que el otro y uno de sus dientes delanteros, era ligeramente más grande que el resto.
Yukimura cocinaba mal. No importaba lo que hiciera, siempre tenía un sabor desagradable, y si no era el caso, entre las especias, los ingredientes y el extraño sazón del capitán, podría sentirse el gusto amargo, o quemado e incluso salado de sus comidas.
A veces llevaba la ropa arruga y la corbata desacomodada, él imaginaba que era cuando se le hacia tarde y su madre había ido ya a llevar a su hermana a la escuela, o tartamudeaba al leer, si no es que leía lento en voz alta, pasaba de largo los signos de puntuación. Cuando respiraba al dormir (recordaba los campamentos y las pijamazas que hacían Renji, Yukimura y él) su nariz silbaba débilmente.
La campana sonó y él despertó de su trance mientras todos recogían sus cosas. Por ello se apresuró cuando se vio casi solo en el salón, salvo claro, por una persona.
-¿Vamos ya? Después de la práctica quiero ir a comer hamburguesas.
Sanada asintió, sintiendo un escozor repentino en el pecho, como hormigas sobre la piel.
Ahora que lo notaba, Yukimura podría tener muchos defectos (y más malos hábitos), y a pesar de ese diente más grande que el resto, debía admitir que su sonrisa era perfecta y le hacía olvidar lo demás.
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Dedicado muy especialmente a
hally362. Por ser la mejor de las amigas, mi consentida en la vida, y la más grande de las Betas.
Te adoro n_n