La sombra de una palmera

Jan 21, 2014 20:00

Su ilusión era contagiosa. Era ilusión con patas largas, como si su modo de ver las cosas pudiese llegar a cualquier parte en sólo un par de pasos.
Yo se lo echaba en cara: “Me haces creer en lo que creo y luego no estás y estoy sola creyendo en lo que creo.”
No está. No está aquí, no está ya diciendo “Si tú y yo lo creemos, ¿por qué no?”
Alta y bella. Hiperexpresión: Ella. Única.
Una palmera de oasis. Sólo sombra. Sólo eso que te salva cuando todo quema.
No está-Está lejos.
A veces veo fotos de su casa.
Son pocas las personas a las que envidio. La envidié, la envidio. Sin verla del todo (único modo de envidiar). Extraño, así: envidia. Veo fotos de su casa, a veces fotos de ella pero las fotos de su casa me dicen más. Lucecitas y telas y magia y parece un hogar de duendes o de Ella. Única.
No está. Nunca estuvo desde que tuve miedo a que me odiase, a que el chiste de azar tuviese relevancia para ella. Extraño. Tonto. Tonto de verdad. Tan adultas… ¿para esto?
No está, luego parte de la ilusión se ha ido, habita algún monte casi lejano, en niebla y lagos, hace plink con gotitas de “¡Sí que es así!, sí que es así la vida, sí que son así las cosas”, muy lejos muy lejos, parte de la ilusión con ella se ha ido.
A veces veo fotos de su casa. Me hace ilusión.
En serio: contagiosa.

a la deriva

Previous post Next post
Up