Aegis - KAISOO (Trad. En Español) Parte l

Sep 27, 2015 17:09



Aegis

Fanfic Original
Autora: Chocksi
Pareja: KAISOO (principal) Todas las parejas.
Género: Fantasía, Romance, Smut, MAMAau!
Traducción: Paula, Noemy, Myrthala, Flor.
Corrección:
yue_kissys
Descripción:
Kai es un humano genéticamente modificado - un aegis- asignado a su creador de nombre  Kyungsoo; con el propósito de combatir en el próximo torneo, El Armageddon.

~.~

Kyungsoo jadea cuando las luces del quirófano parpadean sobre su cuerpo de cuatro años, extremidades desnudas cubiertas solo por una sábana delgada. Empieza a entrar en pánico, su pequeño rostro contrayéndose y su cuerpo luchando mientras los cirujanos sujetan sus brazos y piernas a la mesa. Grita. Grita por su vida a través del cuarto metálico estéril lleno de gente a la que no le importa su miedo, miedo que reverbera en las paredes. La máscara de anestesia insonoriza los cacofónicos sonidos y eventualmente éstos mueren al comenzar a cerrarse sus párpados.

Es entonces cuando toman un pedazo de su corazón.

14 años después, mira curioso el líquido carmesí que fluye de su brazo a través de un cateter mariposa y hacia un colector. Piensa que tal vez es enfermo creer que su sangre se ve hermosa, como si la estuvieran dibujando. La enfermera vuelve del cuarto adyacente y desconecta la aguja luego de que tres colectores son llenados, presionando expertamente una bandita sobre la herida de punción.

"Muchas gracias, Do Kyungsoo. Por favor, póngase cómodo en la sala de espera mientras dura el proceso de análisis de su sangre que tomará aproximadamente dieciocho minutos." Le recita mecánicamente. Su ojo derecho es de un amarillo vívido cuando sus miradas se encuentran y Kyungsoo nota entonces que ella es un androide.

La sala de espera está diseñada para un máxima relajación; paredes pintadas en un suave tono lavanda, una pecera con peces marinos ocupando la mitad del espacio, y el sonido de la lluvia reproduciéndose en parlantes ocultos. A pesar del decorado, se sienta rígido en la silla, demasiado nervioso para hojear alguna de las muchas revistas con tutoriales sobre cómo ser un mejor ciudadano.

Un poster en la pared le recuerda el torneo por venir. Armageddon se acerca de nuevo, como todos los años.

La idea de batallas sangrientas y crueldad en nombre del entretenimiento le otorga un aspecto disgustado a su rostro, cejas fruncidas en frustración. Sólo espera que ni él ni su aegis sean parte de las diez parejas seleccionadas para participar. Espera que sean capaces de vivir juntos en paz, despertar para ver el cielo artificialmente azul y beber café con mucha leche en sus dias libres.

Otra enfermera androide entra a la habitacion para llamarlo. "Do Kyungsoo, estamos listos para usted ahora."

Mientras lo guían por el impecable corredor, Kyungsoo nota que este lugar luce como cualquier otro hospital a pesar de ser el edificio donde los aegises son criados y entrenados. La androide lo dirige hacia un pequeño cuarto y cierra la puerta tras ellos. Señala hacia el gabinete de metal en la pared. "Por favor, póngase este traje mientras su aegis aún permanece estéril."

Ella se ubica en la esquina, viendo como Kyungsoo abre el gabinete; cansinamente. Remueve sus ropas y, mediante las paredes de espejos, observa atentamente el tatuaje de su habilidad sobre su pectoral izquierdo.

Tierra. Se pregunta qué habilidad tendrá su aegis mientras introduce sus piernas en el ajustadísimo traje y sube la cremallera. Espera que no sea algo demasiado interesante pues eso aumentaría sus posibilidades de ser elegidos para participar en el torneo. La enfermera le tiende un dispositivo para ser ajustado tras su oreja, y en el segundo en que se enciende, crea automáticamente una barrera invisible alrededor de su cabeza. Sus dedos juegan con la banda alrededor de su muñeca, aquella que debería poder suprimir su habilidad, y la enfermera entiende la pregunta implícita.

"Debería mantenerla puesta."

Cuando está listo, sigue a la enfermera a lo largo de una sucesión de pasadizos, sintiéndose como un ratón siendo guiado por un laberinto sin fin hacia su muerte. Está seguro de que nunca podría encontrar la salida del edificio si le perdiera el rastro a su guía. Pasan por una serie de puertas que requieren una tarjeta de acceso y sus ojos se abren cuando dan un pequeño paseo dentro de un cuarto con una pared de vidrio expansiva. Dentro del cuarto hay numerosos contenedores, su interior iluminado con una luz azul pastel. En algunos de los contenedores hay cuerpos enteros, miembros malformados en otros, y algunos parecen vacantes; a excepción de unos cuantos otros que lucen vacíos, salvo por unos tubos dentro de ellos. Se pregunta dónde estará su aegis.

Finalmente llegan a una habitación vacía y la enfermera le hace señas, alentándolo a entrar. Sin embargo, no lo sigue; y cuando la puerta automática se cierra, se encoge asustado. Puede oir el débil sonido de su respiracion y el latido de su corazón resonando en su caja craneal al tentativamente dar unos cuantos pasos más dentro del silencioso espacio. No hay nada allí, ni paredes, ni decoraciones, nada. Solo hay blanco.

Se queda inmóvil cuando un círculo verde de neón aparece en el suelo; antes de abrirse y dejar salir un contenedor. Su nerviosismo parece disiparse un poco a la vista de un cuerpo dentro aún conectado a tubos, con una máscara de soporte vital puesta. Tiene una sensación de familiaridad al observarlo, aun sabiendo que nunca ha visto a este hombre en su vida. Sabe que es simplemente porque es su creador, comparten el mismo ADN. Poseen el mismo corazón.

El líquido dentro del frasco comienza a secarse y los tubos brillan en tonos rosa pastel al desconectarse del cuerpo. Es cuando Kyungsoo ve el triángulo sobre el pecho de su aegis y se pregunta qué habilidad podría simbolizar un triángulo.

Pronto lo descubre; porque al segundo de abrir los ojos, el aegis desaparece.

Y Kyungsoo entra en pánico. ¡No se supone que suceda esto! Exclama internamente, tratando de buscar alguna ayuda dentro de la habitación. De reojo, divisa al aegis agachado en la esquina, dándole la espalda. Qué rayos, qué rayos fue eso, repite mientras se acerca. Contiene el aliento; y estira su brazo tratando de tocar el hombro húmedo del contrario pero - desaparece otra vez, dejando una estela de humo y electricidad estática.

Se da la vuelta y nota que hay múltiples estelas de humo alrededor del cuarto y sólo un flash momentáneo de color donde su aegis aparece y desaparece otra vez. Se encoge de miedo en la esquina y atrae sus brazos a su pecho.

¡Mi aegis puede hacer magia! ¡Eso es lo que significa el triángulo! Concluye; temblando.

Súbitamente, su aegis aparece justo delante de él y Kyungsoo chilla de miedo, el áspero sonido y la habitación le recuerdan demasiado a la sala de operaciones en la que estuvo cuando era un niño. El otro parece desconcertado por la reacción de su creador, asi que frunce el ceño. Trata de tocar con su mano la cabeza de su creador y Kyungsoo piensa que este es el final. Así es como morirá: su aegis lo matará.

(Lo que es estúpido, porque él es inmune a sus poderes)

Pero el casco invisible evita que la mano del aegis lo toque, brillando al contacto con la piel. Sin aliento y con la espalda contra la pared, intenta calmarse. No puede hacerte daño, trata de recordarse a sí mismo.

Justo entonces, la puerta se abre y la enfermera androide está de regreso. “Do Kyungsoo, tus dos minutos asignados con tu aegis han terminado. Debemos hacerle algunos análisis ahora. Podrás reecontrarte con él en aproximadamente dos horas y quince minutos."

Así que Kyungsoo es acompañado fuera del cuarto y llevado a lo largo de un laberinto de corredores nuevamente, para cambiar su traje estéril. Se hunde en su asiento de la cafetería del primer piso y éste inmediatamente se amolda a su cuerpo, manteniendo su diseño ergonómico. Se frota la cara con las manos, exhausto por su primer encuentro con su aegis. Hay demasiada adrenalina corriendo por él, haciendo a su estómago pedir alimento con tantas ansias que duele.

Parece que ha pasado muy poco tiempo antes de que sienta una brisa a su derecha y Kyungsoo gira la cabeza para ver a su aegis mirándolo. Un grito está a punto de salir  de su garganta y repentinamente, la enfermera androide se acerca.

"Do Kyungsoo, nos complace informarle que parece no haber ningún defecto con su aegis. El Ministerio ha decidido llamarlo 'Kai' y su habilidad es la teletransportación. Aparentemente se muestra remiso a hablar, pero eso debería solucionarse a medida que se acostumbre al ambiente. Por favor, concrete una cita en dos semanas para su chequeo de rutina."

Le agradece nervioso y ella procede a programar una cita para él. Mientras lo hace, observa a su aegis quien se ha distraído por la gente caminando a su alrededor. Y se pregunta cómo será capaz de lidiar con su especial protector, esperando que eso no cause que sean elegidos. Se levanta de su asiento cuando han terminado y Kai lo sigue inmediatamente. Al alejarse, cree escuchar la palabra torneo de la enfermera, debe ser sólo su imaginación.

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Las nubes son de color gris pizarra cuando se unen a la multitud de gente en las calles, filas de luces direccionales rojas desde los autos atrapados en el tráfico detrás de ellos. El viento se colorea del frio distintivo del cercano invierno y las luces de las oficinas en los rascacielos brillan como estrellas asomando a través del manto del universo.

Pero Kai está más interesado en su creador, Kyungsoo. Mantiene su atención fija en su cabeza pasando por entre las hordas de gente apresurándose en volver a casa del trabajo. Arbitrariamente, decide que Kyungsoo es perfecto. Absolutamente perfecto.

Al parecer, con cada paso que dan, unos cuantos ciudadanos más salen de algún vórtice en algún lugar frente a ellos; causando que se distancie más y más de Kyungsoo. Molesto, se teletransporta en medio de la multitud para llegar al lado de su creador, llevándose un repentino retroceso y algunos jadeos de sorpresa. En vez de estar feliz de verlo, los rasgos faciales de Kyungsoo muestran su molestia. El aegis cree que es adorable.

“No es educado usar tu habilidad en público.” Lo reprende. A pesar de que toda la población posee algún tipo de don, aun es incómodo para otras personas quienes tienen habilidades consideradas “normales” el hecho de usarlos en público. Kyungsoo desearía que Kai tuviera el don de hacer delicioso café, en vez de su magia.

Llegan a la estación y una brisa particularmente fría corre, alborotando sus cabellos y aferrándose a sus mejillas. Kai inmediatamente sube el cierre de la cremallera de la chaqueta de Kyungsoo por él y se deleita al ver aparecer un bonito tinte rosado en su rostro. “Gracias...” Llega un murmullo avergonzado.

El tren se une a la estación y la gente se arremolina en cada esquina del vehículo, separándolo de Kyungsoo otra vez. Otra vez. Y que el mundo entero parezca empecinado en separalo de él, lo está empezando a molestar. Este es su primer día juntos y le gustaría pasarlo cerca a su creador, ¿bien? gracias. Así que, termina tele transportándose de vuelta a Kyungsoo e ignora los gritos y jadeos de sorpresa.

“¿No te dije que no usaras tu habilidad en público?” Kyungsoo sisea en un susurro audible. Kai sólo lo ignora, pues sabe que será perdonado. Posiciona su cuerpo tan cerca como le es posible, evitando que otros puedan tocarlo.

Mientras más gente aborda el tren, el aegis tira de la cabeza de Kyungsoo hacia su hombro, sosteniéndolo al ser aprisionados contra la pared. Es entonces que capta un soplo fugaz de la esencia de Kai; y se pregunta si es el líquido en el que lo mantenía o el olor de sus ropas, lo que hace que huela absolutamente maravilloso.

(Nada huele mejor que ese alguien especial.)

Finalmente llegan al apartamento, luego de un viaje lleno de sucesos que involucran a Kai teletransportándose entre la gente para alcanzar a Kyungsoo.

El apartamento parece vagamente familiar para Kai mientras da unos pasos dentro, el suelo limpio y el ambiente ordenado descubriéndose por sí solos desde la parte de su memoria que proviene de su creador.

A pesar de su reconocimiento parcial, Kyungsoo le da un tour, llenando los espacios en blanco. Luego de hacerlo, prepara la cena y Kai se queda completamente complacido cuando toma el primer bocado.

Kyungsoo come sólo un poco, más interesado en su aegis a quien ve devorar su spaghetti. Recuerda que ésta es la primera comida en la vida de Kai y se pregunta si cada día será tan problemático como hoy lo fue; sus músculos están minados de energía por la extrema tensión.

Se ve tan feliz cuando come, advierte afectuosamente. Cuando Kai termina, limpia su boca en forma educada y el corazón de Kyungsoo tropieza con la sonrisa satisfecha que le envía. Apoya los codos en la mesa y mantiene el contacto visual con su compañero. Nota que el ojo izquierdo de Kai oscila en color morado vivo a la luz, el signo de un aegis.

"¿Entiendes lo que digo?" Pregunta, curioso por el silencio de Kai y porque ignoró su regaño anterior. Su aegis sonríe otra vez al sonido de su voz y asiente, lamiendo sus labios. Y Kyungsoo piensa que es lindo, como una especie de niño. Exhala por la nariz y se levanta, llevándose los platos con él.

Mientras está prendiendo el lavaplatos, siente un brazo rodear su cintura y calidez contra su espalda. Se pone rígido y, oh por Dios, ¿qué sucede? Contiene el aliento sin querer cuando Kai recarga su cabeza en su hombro, su nariz en su cuello. El sonido del agua corriendo es ahogado por sus latidos, su piel se siente arder. Súbitamente, es consciente de cada pequeño movimiento que hace y de la calmada respiración de Kai.

"¿Qué estás haciendo?” Murmura suavemente, tratando de volver a concentrarse. "Detente, idiota."

Kai sólo tararea en su cuello y, luego de algunas notas, Kyungsoo se da cuenta que esa es su propia canción favorita. Hay un trastabillo en sus pensamientos al preguntarse cómo su aegis podría conocer la melodía, si estaba encerrado en un frasco hasta hace unas cuantas horas atrás.

Pero entonces, cae en la cuenta, Eres parte de mi y yo soy parte de ti.

Y es difícil no amar a alguien que fue creado con el único propósito de estar contigo para siempre, supliendo tu vida día a día con una infusión de amor y apoyo incondicional.

Juntos para siempre.

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Kai se detiene allí, en el umbral de la habitación observando al suelo con expresión decepcionada. Ni siquiera le preocupa que las prendas que Kyungsoo le ha dado para dormir, sean tan cortas que muestren su ombligo. Ni siquiera le preocupa que Kyungsoo no le deje quedarse en el cuarto mientras se cambia.

En vez de eso, le preocupa la cama improvisada en el suelo en la que se supone dormirá esta noche.

Vuelve a echar un vistazo a su creador quien está abstraído en ponerse cómodo para dormir. Y Kyungsoo nota la mirada de absoluta traición en los ojos de su aegis; haciendo un puchero en respuesta. "¡Dormirás allí!" Declara, apuntando a las sábanas en el suelo. Kai no se mueve, sólo continúa disparando punzadas de culpa a la conciencia de Kyungsoo.

"¡No dormiremos juntos!" Exclama Kyungsoo acostándose y jalando la manta sobre sus hombros. "¡Apaga las luces!"

Kai hace lo que le dice y apaga las luces. Kyungsoo escucha el movimiento y asume que su aegis se ha dado por vencido, aceptando que no dormirán juntos. Sus mejillas se acaloran. Sabe que algun día tendrán que llegar a ese punto, pero no está listo para tener tanta intimidad con él desde ya.

Entonces, una almohada lo golpea en la cara y está a punto de voltearse a regañar a Kai, pero es empujado contra la pared. "¡Kai!" Se queja; tratando de sacarlo de la cama en la oscuridad. Es forzado a voltearse de lado y lo siente aferrarse a su espalda, un brazo colgando sobre su cintura. Aun así, intenta incorporarse y pasar encima suyo, pero sus planes son frustrados cuando Kai lo arrastra hacia abajo y lo aprisiona entre su cuerpo y la pared. Tan sólo puede permanecer ahí, furioso, mientras la respiración de Kai se hace más lenta e incluso, satisfecha; ahora que están durmiendo juntos.

Eventualmente suspira derrotado, relajándose en la confortable calidez; su corazón tan suave y enternecido, sintiéndose como un niño al dejar caer su dura fachada exterior. Kai parece sentir su inseguridad y deposita un beso en su cabello, de nuevo tarareando su canción favorita.

Los párpados de Kyungsoo caen ante el sentimiento de estar recibiendo amor.

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Una variedad de rayos de sol se difuminan a través de la sala cuando Kyungsoo repliega sus gruesas cortinas de otoño, exponiendo la tela de gasa debajo de ellas. Las nubes están salpicadas con trazas de ceniciento gris hoy y él frunce el ceño, sabiendo que lloverá.

Mientras cruza la sala camino a la cocina, desliza el control remoto de una mesa lateral y enciende la televisión. Kai, soñoliento, aferra un cojín contra su pecho, acurrucado sobre sí mismo en el sofá. Kyungsoo lo golpea ligeramente en la cabeza con el control remoto al pasar. "Regresa a la cama si todavía estás cansado."  Le dice en tono de falsa molestia.

Kai sólo gimotea levemente y permanece en su lugar, escuchando la plática proveniente de los pixeles que constituyen la televisión en la pared. Están mostrando las noticias, y primero van las mismas noticias que han estado reiterando desde las semanas pasadas; la economía floreciente, la inauguración del estadio del torneo, la frase inspiracional diaria del Lider Supremo. Pero hoy es un poco diferente.

Kyungsoo no le presta atención a la televisión, más enfocado en cortar sus vegetales genéticamente modificados, y agradecido de que Kai estuviera demasiado cansado para molestarlo en ese momento. Le lanza una mirada y lo ve sentado muy quieto, sin despegar los ojos de lo que sea que estén pasando en la pantalla.

Unos momentos después, cuando las noticias han sido reemplazadas por el reporte del tiempo, Kai entra en la cocina para tirar del brazo de su creador. Kyungsoo trata de alejarlo con un codazo mientras fríe vegetales en una sartén.

Kai se queda allí un instante más antes de alejarse, de vuelta a su lugar en el sofá con su cojín.

Está bien, tarde o temprano descubrirá qué le aflige.

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"¿Qué?" Pregunta impasible e inmóvil en el pasillo contiguo a la puerta principal, y observando fijamente la mano que le es extendida.

Kai continua parado allí, sin moverse, mientras espera que Kyungsoo acepte su silenciosa invitación. Irán a comprar ropa nueva para él hoy y definitivamente no permitirá que nadie los separe de nuevo. Nadie.

De súbito, Kyungsoo comprende y se estremece con disgusto. "¡No nos cogeremos las manos!" Dice; tratando de esconder su sonrojo al elevar la voz. Kai solo rueda los ojos, incitándolo con sus dedos a moverse hacia él. "¡Dije que no!" Responde.

Finalmente Kai suspira y se teletransporta a su lado. Le lanza una mirada penetrante y Kyungsoo entiende el mensaje latente en ellos. No me hagas teletransportarme en público de nuevo.

Kyungsoo muerde su labio inferior y mira hacia otro lado, a punto de llorar de furia. A regañadientes; arrebata la mano de su aegis y lo arrastra a la puerta. "¡Bien!"

Mientras se apresuran a través de las calles, Kyungsoo continua contemplando su relación. No debería ser raro para él tomarse de las manos con Kai de esta forma; no debería avergonzarlo ser cercano con él. Pero, aun no está lo suficientemente convencido de la ampliamente aceptada noción de ser el uno para el otro y por lo tanto; estar enamorados viviendo juntos para siempre. La gente cambia, ¿cierto? ¿No deberían?

¿Los aegises cambian alguna vez?

La multitud se hace más densa a medida que se acercan al centro de la ciudad, como si hubieran entrado de repente en un montón de goma de mascar; extremidades rápidamente enlenteciéndose mientras realizan su arduo camino através de la masa de gente. Eventualmente son incapaces de moverse por completo, pues todo el mundo se ha detenido, su atención enfocada en las gigantescas pantallas brillando en los edificios alrededor.

Kyungsoo continua tratando de maniobrar entre la multitud, pero su aegis lo mantiene en su lugar. La mirada en los ojos de Kai es penetrante y grave, como si fuera el momento más importante de sus vidas. Kyungsoo no entiende completamente hasta que ve todas las pantallas parpadear y un presentador de noticias aparece. "¡El momento que todos hemos estado esperando ha llegado! Como lo prometimos en la mañana, en unos instantes estaremos revelando los participantes en el próximo Armageddon."

Y se congela, ojos abiertos de par en par, mientras el anuncio se induce en su cerebro una y otra vez. No puede estar pasando. Le echa un vistazo a Kai; quien está inquietantemente calmado y lo siente apretar su mano. Frunce su expresión, rogando por no ser escogidos. ¿Por qué no pueden vivir sus vidas en paz? ¿Por favor?

La pantalla parpadea otra vez y una imagen aparece. "Participante uno y su Aegis..."

Uno a uno los participantes son revelados y Kyungsoo siente congelarse, increíblementeentumecido y paralizado por la inmensidad de la situación. El noveno par ha sido anunciado y solamente necesitan pasar un anuncio más. Casi allí. Casi libres.

Sólo uno más.

"Participante Diez y su Aegis: Do Kyungsoo y Kai."

Sus fotografías aparecen en todos los monitores al mismo tiempo como haciendo burla de ellos, observándolos desde todos lados. Este es su cruel destino. Un par de miradas provienen  de la multitud antes de que un notable cambio ocurra, abriendo un espacio circular en torno a ellos. Aparentemente, Kyungsoo olvida cómo respirar de la forma correcta y su corazón ya no puede decidir si sigue latiendo o no; no importa de todas formas, porque probablemente estará muerto en cuestión de meses.

Kai lo arrastra de vuelta al apartamento ahora y sus piernas se mueven, pero nada tiene sentido. Nada tiene sentido ahora. ¿Por qué?--¿Cómo? Y las calles se desvanecen, caras eclipsadas por el dolor deslizándose por su garganta y dentro de cada célula de su piel. Realmente duele y - ¡hagan que pare!

Sus rodillas chocan contra el suelo y no puede respirar correctamente; dedos hormigueantes, su cabeza entumecida. Y Kai desea que su creador no fuese inmune a su teletransportación cuando se da cuenta de que está hiperventilando; por lo que sólo lo toma en sus brazos y sale corriendo tan rápido como puede.

--Están en la cocina y Kai empuja una pequeña bolsa contra la boca de Kyungsoo, desabrochando el botón de su camisa, su mano deslizándose por el flequillo sudoroso de su creador. Está desesperado, asustado-- todo colisionando al mismo tiempo y explotando.

Y Kyungsoo pierde la consciencia.

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Su garganta se siente lastimada y constipada cuando abre los ojos horas más tarde. Un anaranjado mate se filtra por la ventana, resquicios alargados de luz iluminando la habitación a oscuras. Su costado está presionado contra el cuerpo de Kai y trata de inhalar profundo a la vez que escucha las vibraciones de su canción favorita resonando en el pecho de Kai. Cierra los ojos de nuevo y siente una calma inusual cuando éste acaricia su cabello.

Kai percibe que su creador ya está despierto, así que deposita un beso en su cabeza y continúa tarareando, repitiendo la canción una y otra vez.

“Necesitamos ropa para ti.” Le recuerda, tosiendo para aclarar su voz rasposa. Antes incluso de decirlo, sabe que no podrán volver a salir hoy; atraerían demasiado la atención de la gente si lo hicieran. Se pregunta si tendrán que comprar desde casa y si les pueden traer la ropa.

Luego de una pausa, Kai vuelve a acariciar su mejilla, al tiempo que lo mira adorablemente. ”No me ignores.” Asevera levemente Kyungsoo; recibiendo como respuesta una sonrisa de parte de su aegis. “Eres tan molesto.” Dice en voz baja justo antes de que Kai lo bese suavemente, gentilmente, tan de repente.

Y no es como nada que haya sentido antes, mientras el espacio entre ellos se quiebra en electricidad y calor. Aun cuando se separan en lo mas mínimo, Kyungsoo siente que quiere más porque no anhela, no puede tener suficiente de su sabor y de estar tan increíblemente cerca. Se aferra de las prendas del contrario, tirando de él más profundo -- más, un poco más.

Pero su respiración se detiene bruscamente cuando Kai estrecha su mano para apartarlo, enviándole una mirada de disculpa y besando su palma. Hoy no.

Kyungsoo siente decepción cuando su aegis vuelve a tararear. El torneo será en un mes, podría no quedarles mucho tiempo juntos.

¿Entonces si no es hoy, cuándo?

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Kai abre los párpados en el segundo en que el sol se derrama sobre el horizonte, surcado por nubes salpicadas de todo un espectro de colores, desde el rosado más pálido al más brillante carmesí. Escucha la respiración profunda y apacible de su creador por un momento y piensa cuán hermoso es, cuánto merece vivir. Al diablo con Armageddon. Por ahora desenlaza sus extremidades con cuidado y salta fuera de la cama para abrir la puerta principal tan silenciosamente como le es posible.

Tienen visitas.

Kyungsoo emite un quejido cuando siente los brazos de Kai sacándolo fuera de la cama. “¿Qué?” Gimotea, más dormido que despierto. Trata de abrir un ojo y ve androides en armadura parados detrás de su aegis; lisos y brillantes cascos negros con el emblema nacional.

No pregunta absolutamente nada mientras los llevan hacia un elegante vehículo y los transportan al otro lado de la ciudad; donde los demás participantes serían hospedados tambien hasta que el torneo comience. Sabe que hacen esto para evitar la horda de paparazis acechándolos ni bien salgan del departamento. La nación no quiere que los devoren hasta el dia de los juegos.

Presta atención a las calles desoladas y las ve llenarse lentamente de edificios y ciudadanos destellando vitalidad mientras se dirigen a estos; el sol despertando el paisaje urbano. Se siente como si nada fuera real nunca más, todo está envuelto en el mismo surrealismo bidimensional de los sueños y fantasías.

Cuando llegan, siguen a los androides a través de una recepción decorada con candelabros de brillante cristal colgando sobre ellos, lustroso piso de mármol y elevadores de vidrio acerado - maravillas de la construccion humana. Son conducidos hacia alguna clase de lujosa habitación y; a pesar de la límpida atmósfera, el estómago de Kyungsoo se agita con auténtico pavor.

Kai observa el comportamiento de su creador cautelosamente, dirigiéndose hacia el minibar en la esquina para traerle un poco de agua. Kyungsoo deambula cerca a las enormes ventanas que van del piso al techo, presionando sus uñas contra las cortinas de felpa. Mira como anuncios fluorescentes y una solitaria farola en la calle parpadean hasta apagarse, como luciérnagas desapareciendo en una grieta en medio de la noche fría.

Del otro lado de la calle se sitúa una elegante construcción, pero su atención se enfoca en el banner colgado en el frente, con su rostro y el de Kai impreso en el. La edición es  maravillosa; destellos y una suave imagen biselada se despliegan en medio como si fueran celebridades. Kyungsoo se pregunta si la fotografía es real o una réplica computarizada.

Inadvertidamente, hunde sus uñas en las cortinas; frustración creciendo dentro de sí. Con cada segundo que pasa, está más y más seguro de que su aegis y él no son otra cosa más que simples sacos de células para lo que al mundo concierne. No sería una pérdida significativa para la sociedad si fueran brutalmente asesinados en frente de millones de personas. Despues de todo, el torneo fue creado para encontrarle alguna utilidad a aquellos sin habilidades seguras. Todo el mundo tiene un propósito que cumplir; ¿De qué otra forma podría ser la vida? ¿Cómo funcionaría la sociedad de otra manera?

Kai vuelve con un vaso con agua y ve la rígida postura de su creador al observar el banner con disgusto. Le da golpecitos levemente para llamar su atención y le ofrece el vaso. "Estoy bien."  Recibe por respuesta antes de que vuelva a perderse en el banner.

La furia lo golpea cruelmente como el azote de un rayo. Deja caer el vaso entre sus dedos al suelo, empapando el exorbitante alfombrado. Kyungsoo salta de impresión ante el hecho y voltea la cabeza hacia el sonido pero; desde atrás,  Kai cubre sus ojos con una mano. Inclina la cabeza de Kyungsoo de nuevo hacia su hombro y lo besa-- rudo, imponiendo el camino dentro de su boca.

Kyungsoo se aferra a la ropa de Kai, rodillas débiles ante la repentina demostración de agresividad, pues su aegis nunca se ha comportado de otra forma que no sea gentil con él. No hoy-n.., Kai envuelve su miembro en su mano y aprieta, haciendo a Kyungsoo gemir dentro de los intensos besos que siguen viniendo.

Rompe el contacto sólo por un momento para casi arrojar a su creador a la cama. Sin aliento y desorientado, Kyungsoo contempla a su aegis sólo para verlo quitarse la camiseta. Y está tan excitado ahora mismo; a pesar de la violencia con que la ha sido tratado; una ola de calor arremolinándose en su ingle.

Kyungsoo exhala en placer mientras besos húmedos llueven bajo su mentón hasta su cuello, su cuerpo tornándose increíblemente caliente. Y lo desea tanto, lo desea tan dentro y tan cerca que comienza a  buscar a tientas los pantalones de Kai. Su corazón haciendo eco en sus tímpanos al tanto que el otro da pequeños mordiscos a su piel, haciendo su propio camino sobre su cuerpo. Tócame.

Su respiración se detiene cuando una mano atraviesa sus pantalones y lo acaricia, firmemente - justo ahí, ahh -y una vez desnudo, experimenta un momento de lucidez bajo la reveladora luz del día, la urgencia instintiva de cubrirse crea un rubor carmesí en su piel.

Kai nota su ligero malestar y trata de sobrellevarlo, presionando sus labios juntos mientras acaricia más rápido. Las uñas de Kyungsoo se entierran en los omóplatos de su aegis cuando su mente comienza a nublarse, su orgasmo construyéndose. Y Kai sabe que está cerca, así que oprime sus erecciones juntas; satisfacción elevándose cuando Kyungsoo se estremece junto a él momentos después.

Mientras Kyungsoo vuelve de su clímax; Kai reajusta sus posiciones en la cama, sujetando los muslos de su creador para deslizarlo aún más cerca. Barre con sus dedos la semilla de Kyungsoo y lo usa como lubricante mientras lo dilata; el otro trata de relajarse, cerrar los ojos y respirando.

Hay una conmoción de excitación surgiendo de él cuando Kai presiona la punta de su miembro contra su entrada, una mano amoldándose a su cadera para mantenerlo en el lugar correcto. Y Kyungsoo no percibe que está temblando hasta que Kai se apoya en él, atrayéndolo a sus brazos y plantando besos en su rostro. Su nariz hormigueando lágrimas cayendo debido al miedo, la sumisión e intrusión -siendo tan increíblemente vulnerable incluso ante su aegis.

Y Kai continúa adentrándose lentamente, pero la respiración pesada de su creador lo preocupa. Se acerca aún más y sus labios rozan el oído del contrario al tiempo que le susurra. “Shh, Kyungsoo.”

Y el corazón de Kyungsoo reacciona al sonido de su voz; hundiéndose en ella. Olvida por un momento sus oscuras emociones. Siente las embestidas mientras está aún distraído. “Más” Gime envolviendo sus brazos alrededor del cuello de su aegis. “Más, Kai.”

El aegis sonríe en su mejilla, lo besa tiernamente como si intentara tomarle el pelo. “No.” Replica secamente; masturbándolo a un ritmo creciente. Pronto, Kyungsoo jadea de placer bajo suyo y llegan al orgasmo al mismo tiempo, compartiendo un lánguido beso mientras montan la cumbre de su clímax.

Luego se acurrucan en la cama, Kyungsoo bostezando por el cansancio y por haber sido despertado tan temprano en la mañana. Kai tararea para él, y cuando está seguro de que su creador vuelve a caer dormido, se desprende de su cuerpo. Cruza la habitación y se viste con lo que sea que encuentra en el closet que la nación ha preparado para ellos. Elige un atuendo simple y sale del cuarto.

Mientras camina por el corredor, divisa un par de personas siendo guiados por los androides armados. Una descarga de electricidad crepita alrededor de uno de ellos al pasar a su lado y la hostilidad se hace presente tan pronto intercambian miradas. Kai percibe el brillo delator en el ojo izquierdo del aegis, a sabiendas de que su propio ojo probablemente está reflejando el mismo color púrpura vívido en respuesta. Relámpagos, determina Kai, una vez han pasado. Su habilidad son los relámpagos.

Un pequeño terremoto a escala, sacude el edificio al momento de Kai probar sus nuevas habilidades, heredadas para enfrentar a sus futuros oponentes.

Que los juegos comiencen.

Parte ll →

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Hola! ¿sabían que el equipo de tradudcción siempre los lee?
Esperamos vuestros comentarios. Estoy segura que  ya lo amaron. :D♥
-Admin Kissys

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