LIFTED - KAISOO (Trad. en Español) II (Secuela de FALLEN)

Jul 26, 2015 21:00


II
*****

Kai llegó a la conclusión de que Kyungsoo no tenía pensado dejarlo salir. Dejó escapar otro suspiro. Quizás Kyungsoo tenía razón. Tal vez un día de descanso no era tan mala idea. Realmente estaba cansado y no quería tener que lidiar con ello de nuevo…

Cuando la alarma del reloj sonó a las ocho de la mañana, Kyungsoo milagrosamente ‘despertó’ justo a punto. Bostezó fingidamente, y Kai sonrió ante lo gracioso de ese sonido. Sin embargo, fingió creer a su amado humano.

Kyungsoo saltó de la cama y se dirigió inmediatamente al armario. Kai (quien se había convertido en alguien mucho más modesto) movió sus alas al frente de su rostro para no ver a Kyungsoo cambiarse de pijama a ropa normal.

A Kyungsoo le gustaba la nueva apreciación de Kai por su privacidad. Eso seguro había vencido al ángel que había irrumpido en su ducha. Se estremeció al recordar ese día, durante todo el rato que demoró en abotonarse su camisa. Giró para mirar a quien aún se cubría el rostro con sus alas. “¿Necesitas algo del supermercado?”

“A menos que en el mercado vendan maná, me conformo con lo que me traigas.” Respondió mirando a través de sus plumas. “Oh, bueno. Ya terminaste.”

Kyungsoo se permitió sonreírle mientras buscaba su billetera. “Antes no te importaba verme desnudo.”

“No me importa ahora tampoco. Sólo trato de ser civilizado.”

Kyungsoo tiró de las mantas y las mandó hacia Kai. El ángel se echó a reír y se volcó sobre su espalda, tratando de ocultar el contorno de su visible erección a través de los pantalones que Kyungsoo le había prestado.

“Oh, claro.” Comenzó con sarcasmo. “Muy civilizado. Si me devuelves mis pantalones de pijama con un agujero, no voy a estar feliz.” Todavía podía oír a Kai reírse mientras bajaba las espaleras. Sonriendo, Kyungsoo salió y cerró la puerta tras sí. El sonido de la suave briza y el canto de las aves reemplazaron la musical sonrisa de Kai.

Siguió la acera al supermercado por la calle. Todo el camino reflexionó sobre cuánto había mejorado su vida con Kai en ella. Era casi como si el ángel hubiese levantado todos los pedazos rotos esparcidos por el suelo y los hubiera juntado de nuevo.

Kyungsoo estaba completo.

Su sonrisa no se desvaneció para el momento en que cruzó la puerta del supermercado. El cajero lo reconoció como uno de sus clientes habituales y lo saludó. El humano le devolvió el saludo y fue en busca de un carrito.

El primer punto de su lista mental eran manzanas. Kai devoraba en cuestión de segundos cualquier cosa que tuviese manzanas. Tarta de manzana, jugo de manzana, sidra de manzana; sea lo que sea que fuera hecho con manzanas, Kai ventilaba por ellas.

Incluso no sabía porque las deseaba tanto. Desde que Kyungsoo le ofreció una ensalada de frutas con manzanas y naranjas, eso era todo lo que Kai comía.

Kyungsoo nunca había visto a alguien tan obsesionado con ésta fruta.

Se dirigió a ellas atacando las McIntosh’s. Kyungsoo apilaba bolsa tras bolsa de ellos en el carro. La gente lo miraba como si estuviera loco. ¿Quién necesita tantas manzanas? por el amor a Dios…

Kyungsoo estaba tan inmerso en lo que hacía que no midió las consecuencias de cómo manejaría esa pila de fruta. Congio una en particular, demasiado rápido, y tan pronto como la sacó, todo se vino abajo.

Las manzanas rodaron en todas las direcciones. Los otros clientes saltaron fuera del camino y corrieron fuera del pasillo. Mordiendo su labio, Kyungsoo cayó de rodillas y comenzó a recoger todas por sí mismo.

Ya tenía un cuarto del camino hecho cuando dos pies aparecieron al lado de la manzana que iba a recoger. Su mirada se desvió hacia las piernas unidas a ellos, haciendo su camino hacia arriba para ver el rostro. No podía creer lo que estaba viendo en ese primer momento. La persona que poseía el rostro más angelical que había visto nunca; demasiado frágil, demasiado delicado para ser de porcelana.

Sus ojos de venado lo observaron casi… maliciosamente. Kyungsoo se puso de pies, con los brazos llenos de manzanas, y dio un paso hacia atrás. El joven delante de él dio un paso hacia él.

“¿Necesitas ayuda?”

“N-no” Kyungsoo se estremeció cuando los ojos del otro lo escanearon de arriba, abajo. “Pero gracias.”

“Créeme, querido. Necesitas ayuda.”

No se le permitió protestar. El joven se acercó lo bastante como para hacer sus cuerpos chocar, y comenzó a tomar todas las manzanas que Kyungsoo tomó por sí mismo, mientras lo miraba directamente a los ojos.

“Mi nombre es Xi Luhan.” La voz se dispersó en los oídos de Kyungsoo de una manera que hizo que su polla se contrajera en sus pantalones. “También conocido como: La Lujuria.”

“¡L-lujuria!” Kyungsoo lo empujó. “¡Eres uno de los pecados capitales!”

“Lo soy.” Luhan contestó, sonriendo. “Yo soy la razón por la cual Kai entró en la ducha. El porqué hizo lo que hizo hace tres semanas. Deberías darme las gracias.”

“¡¿Agradecerte?!” Kyungsoo siseó recogiendo una manzana para lanzársela a Luhan. “¡Eso me ha dejado una cicatriz de por vida! ¿Cómo pudiste?”

La manzana no fue a ninguna parte. Cuando Kyungsoo levantó la mano para tirarla, alguien detrás de él le agarró la muñeca. El agarre era demasiado fuerte para ser de Kai, y Kyungsoo tenía miedo de mirar hacia atrás.

“Yah”. Escuchó a sus espaldas. “Enojarse es mi trabajo. Wu ’Ira’ Fan. Duh”

Kyungsoo tambaleó hacia delante cuando Kris de repente lo empujó hacia Luhan. La lujuria le dedicó una sonrisa de tipo encantadora, colocó su mano en la cadera de Kyungsoo y le clavó las uñas en la ropa.

“Eres hermoso. No me sorprende que le gustes a Kai.” Luhan miró a Kris. “Encuentra a Chanyeol y Suho, tienen que recoger esto.”

“¡¿Suho?!” Kris gritó enfurecido. “¡Es ‘Pereza’, actúa como un maldito abuelo medicado, ¿Y lo quieres a él para limpiar?!”

“Entonces hazlo tú.” Dijo Luhan.

“¡No!” Kris pisó fuerte, con los puños apretados.

Luhan se giró hacia Kyungsoo una vez que Ira se había ido. “Vamos a dar un paseo. Tengo mucho de qué hablar contigo sobre, mejillas dulces.”

Kyungsoo se dejó arrastrar fuera por el ángel. Tal vez fue el hecho de que estaba sosteniendo la mano de la Lujuria, o la sensación de creciente pasión en sus pantalones, lo que lo hizo tan sumiso.

Kai le había dicho que se mantuviera alejado de los pecados. Eran criaturas desagradables con rostros hermosos. Luhan era sólo uno de los siete ejemplos. Kyungsoo tragó saliva mientras se alejaba cada vez más del supermercado.

Luhan tiró de él en dirección al mismo parque al que había ido con Kai hace dos semanas. Se estremeció cuando Luhan cruzó por las flores que brotaban de la tierra, casi faltaba la que Kai restauró.

No parecía importarle en absoluto todo el daño que estaba causando. Kyungsoo frunció el ceño al recordar que Kai solía ser de la misma forma. Sin embargo, a diferencia de Kai, Luhan siempre sería un empleado del Infierno.

La Lujuria le soltó la mano y se sentó en un tronco formado a partir de un árbol caído. Él extendía las piernas enfrente de él, abriéndolas para que Kyungsoo tuviera una clara vista de su erección entre ellas.

Kyungsoo sabía lo que Luhan estaba tratando de hacer. Por mucho que él quería meterse entre esas piernas y darle algún tratamiento. Su lealtad y devoción a Kai lo hicieron detenerse.

Luhan no parecía feliz por ese suceso. Palmeó tentadoramente el espacio a su lado. Kyungsoo vacilante se acercó y se sentó junto a él. El pecado se escabulló más de cerca.
“Así que, Kyungsoo. Tú y Kai, ¿Mh?”

El humano se alejó. “¿Qué con nosotros?”

“Bueno para ser sinceros, tú eres el problema.” Los dedos de Luhan brincaban delicadamente sobre los muslos de Kyungsoo. “Un ángel y un ser humano no pueden estar juntos. Y ese ángel es nuestro ejemplo, pero ha pecado severamente contra su propia especie, querido.”

Kyungsoo se sacudió. “¿Qué quieres decir?”

“Él nos traicionó.” La voz de Luhan sonaba enojada, pero su rostro se mantuvo en calma y sexualmente carismático. “Cambió la Planta Baja por el Ático. Eso nunca se ha hecho antes. Y no debería haberse hecho en absoluto.”

La mano de Luhan se trasladó  a la parte interior de las piernas de Kyungsoo. El humano se movió incómodo y trató de escabullirse. Él no se atrevía a desafiar a un pecado y a sus deseos. “Kris, Suho, Chanyeol y yo hemos sido enviados a darte una lección.” Siseó, el sonido era más como el gemido de una serpiente.

“Ira, Pereza, Lujuria-“

“Y Orgullo.” Luhan terminó por él. “Park ‘Orgullo’ Chanyeol.”

“Tú eres la razón por la que él llega a casa golpeado.” Kyungsoo se dio cuenta. ”Tú le estás haciendo daño.”

“Y él aún no está aprendiendo.” Repentinamente agarró a Kyungsoo del cuello, cortándole la respiración al chico. “Escucha, muñeco, El Sr. Ahí abajo no está feliz. Perdió a su mejor ángel oscuro, y es gracias a ti. Dale a Kai este importante mensaje;… él te escuchará. Dile que si no regresa al Infierno, tú tendrás que pagar por su rebeldía.”

La frecuencia respiratoria de Kyungsoo se intensificó, y sintió su pulso acelerarse dramáticamente cuando Luhan comenzó a cerrar el espacio entre ellos.

“Te ves tan delicioso.” Luhan respiro sobre él. “Tan bueno.”

“Déjalo ir Lujuria.”

Kyungsoo se volvió hacia la fuente de la voz. Luhan también lo hizo, y su expresión se volvió furiosa al ver al ángel que más odiaba. Su contra-parte; el que arregla todo lo que el destruye.

Luhan soltó a Kyungsoo lentamente. El ser humano no vio otra opción que luchar y esconderse detrás de su salvador. Alto y delgado, el recién llegado brillaba mientras miraba al pecado aun sentado en el tronco.

“Vete, Lujuria. No tienes nada que hacer aquí.”

Luján se recostó en sus manos. “Tengo negocios acá, de hecho. Mira quién es el inteligente ahora.”

“Deja al chico tranquilo. No va a unirse a gente como ustedes. Vete ahora;… he dicho.”

Luhan frunció el ceño. Antes de que la boca de Kyungsoo pudiese incluso caer, el pecado liberó sus oscuras alas y se desvaneció.

Kyungsoo miró a quien asumió; era otro ángel. Tan pronto como las blancas alas comenzaron a brotar de la espalda de su salvador, sus sospechas fueron confirmadas.

El ángel se volvió hacia él. Su rostro era tan amable como la bondad. Una expresión suave brillaba en sus ojos, y Kyungsoo se encontró sintiéndose bastante tranquilo con solo mirar en ellos.

El ángel le dio una pequeña, casi tímida, sonrisa. “Hola, Do Kyungsoo.”

“Hola.” El mencionado dio un paso atrás, suspirando de alivio al ver que el otro no lo persiguió. “¿Puedo preguntar quién eres?”

“Yo soy Kim Chen. También conocido como Castidad. Mi querido hijo, en realidad vamos a ‘discutir’ algunas cosas.”

Kyungsoo se sentó cómodamente en el medio de un grupo de cinco.

El blanco lo rodeaba como un manto de nieve.  Cuatro pares de níveas alas lo rodeaban, bloqueándolo lejos de todo lo demás. Se sentía a salvo y seguro; con esos ángeles, nada podría hacerle daño.

Él había sido introducido por Chen, y sabiendo que el ángel no favorecería nada inapropiado se sintió aliviado de inmediato. No había forma de que Castidad le hiciera daño de la forma en que Luhan había intentado.

También se reunió con la Templanza, que prefirió el nombre de Tao, así como Byun ‘Belleza’ Baekhyun, y el Amor mismo, quien se hacía llamar así mismo Lay. Era un grupo maravilloso, y Kyungsoo miraba boquiabierto a cada hermoso ser.

Los cuatro parecían estar llegando a algún acuerdo sobre el hecho de que estaban tratando con un ser humano. Tao vio a Kyungsoo como si estuviese esperando que él hiciera algo digno de fijación.

De esa manera, el humano se sintió incómodo. Sabía que estaban desconfiando; después de todo él era un humano. Los humanos eran los más débiles de todas las criaturas, fácilmente influenciados por las fuerzas del mal y la bondad por igual.

Su respiración se enganchó cuando Baekhyun de repente se acercó y le tomó la barbilla. El ángel giró su cabeza de un lado a otro, inspeccionándolo. Estar con el creador de todo lo bello hizo que Kyungsoo se sintiese bastante feo en comparación.

Baekhyun parecía tener otra opinión, sin embargo, cuando él sonreía. “He hecho un gran trabajo en ti, Do Kyungsoo. Helena de Troya tenía un rostro que podía lanzar un millar de formas. Tú tienes una que puede salvar a un hombre, o un ángel, en nuestro caso. Yo podría decir que eso es malditamente bueno.”

Kyungsoo bajó la cabeza de la vergüenza, sus mejillas tornándose de un color rojo.  Chen lanzó una sonrisa a sus labios vírgenes, colocando una mano el hombro del humano en el centro del grupo.

“No lo pongas nervioso, Baekhyun.” Chen canturreó. “Tenemos mucho que discutir juntos, no tenemos tiempo para desperdiciar el tiempo.”

Kyungsoo le dio un vistazo a quien la Templanza se refería. Lay estaba acariciando suavemente las plumas de sus alas, como si fueran la cosa más preciosa en todo el mundo.

Lay se detuvo cuando sintió los ojos de todos en él. "¿Qué? Yo amo mis plumas. Y los amo a todos, también. Y la torta. Oooo, todo el mundo ama la torta."

“Este es un asunto serio, caballeros.” Afirmó Chen. “Ahora, Kyungsoo querido, hemos llegado a organizar este encuentro contigo sobre algo muy importante.”

Kyungsoo asintió con la cabeza, mirando a Chen con temor. Todavía le era difícil de creer que estaba en la presencia de algo que sólo había leído en los cuentos de hadas.

“Kai ya no está seguro acá.” Chen continuó. "Los ángeles de las tinieblas tratan de que vuelva. Cuanto más tiempo resida en la Tierra, es más probable que lo lastimen de una manera que está más allá de la reparación."

Kyungsoo se estremeció ante la idea de que Kai, su Kai,  fuese herido en un grado tal que ya no habría esperanza. Temía el día en que volviera a casa con moretones que nunca se curarían, y con cortes que nunca dejarían de sangrar.

"Kyungsoo." Castidad habló, llamando la atención del humano. "Nos enviaron para ayudar a Kai en la restauración de todo lo que él dañó aquí. Cuanto más rápido terminemos, más rápido va a estar en la seguridad del Ático. Sólo pensé que deberías saber sobre eso."

Kyungsoo parecía aturdido. “Pero entonces, cuando lo haya hecho, ¿Se irá?”

“Sí.” Tao dijo cortante, cansado de oír a Chen todo el tiempo.

“¿Y no va a volver?”

“No, hijo.” Chen respondió. “Me temo que no.”

“¡Pero yo no quiero que se vaya!” Kyungsoo sollozó, saltando sobre sus pies. “¡Quiero que se quede! ¡Conmigo!”

“No seas egoísta.” Dijo Tao. “Debes sacrificarte por amor. ¿No preferirías a Kai a salvo en el Ático, que acá desangrándose al morir aquí contigo?”

Kyungsoo enmudeció.

“Incluso los ángeles sangran.” Susurró Chen. “También morimos. Especialmente los recién llegados a la Tierra como Kai. Ellos son los más vulnerables a la muerte.”

El humano tosió entre sollozos. “Pero nunca lo volveré a ver…”

“Él va a estar contigo, hijo.” Chen le sonrió a Kyungsoo como una madre amorosa. “Siempre.”

Kyungsoo regresó a casa más tarde de lo que nunca había hecho antes.

El aire de la noche arrastró sus dedos por su espalda, enviando escalofríos por todo su cuerpo. La oscuridad le recordaba las alas de los Pecados y ángeles poseían, de los que existían justo debajo de la superficie de la Tierra. Todo el mundo estaba cerca de una eternidad de condenación. No era tan fácil salir del Infierno como lo era entrar en él.  Por lo general era un ticket de solo ida hacia la eterna tortura.

Kyungsoo prefería ir al Infierno antes que perder a Kai. Vivir sin él sería el Infierno mismo. Arrastraba piedras metafóricas atadas a los tobillos a casa, jalándolo hacia abajo.

Te dije que no lo amaras. Te dije que no recordaras su lado bueno. Te dije que no lo dejaras entrar. Mira lo que has hecho, mira lo que has hecho…

Encontró a Kai sentado en el porche, brillantes alas blancas debajo de las farolas. Sus manos irradiaban un brillo nuevo, y Kyungsoo se preguntaba si el ángel estaba reparando otra flor.

Si sólo las habilidades de Kai pudiesen reparar un corazón roto. Kyungsoo casi podía sentir agrietarse su propio corazón y romperse a cada paso que daba hacia él. Pensó que sería capaz de vivir sin su presencia la primera vez que se fue. Ahora mírenlo.

Kai no lo notó hasta que comenzó a caminar por el porche. Tan pronto como vio al humano, sus alas comenzaron a revolotear como las de un colibrí. Kyungsoo obligó a sus piernas a acercarse a la razón de su alegría, y pronto, de su dolor.

Kai le tendió sus manos en las farolas. Y colocó en ellas una pequeña paloma. Sus negros y saltones ojos pulsaban vibrantemente de vida, y le llevó a Kyungsoo unos segundos para darse cuenta de que Kai la había resucitado.

“La encontré bajo las ruedas de un coche.”

Kyungsoo se inclinó hacia atrás, sorprendido cuando Kai abrió las manos. La paloma voló fuera de ellos como un cohete, sus alas rozaron ligeramente la cara de Kyungsoo cuando hizo su camino pasando de él. La observó volar, arriba, arriba, arriba, hasta que ya no podía ver en el cielo nocturno. Kyungsoo escuchó otro crack en su corazón solo de pensar en que tarde o temprano, Kai iba a hacer lo mismo.

El ángel envolvió sus alas de mármol alrededor de Kyungsoo, haciéndole señas para que se sentara en su regazo. El humano lo hizo de mala gana, todo su cuerpo en llamas por el dolor y el amor y todo lo que él nunca hubiera querido sentir antes, y que ahora sentía.

Todo para nada. Los sentimientos eran para nada. Kai se marcharía, y Kyungsoo se quedaría solo. Una vez más, ahogándose en sus sentimientos. Había saltado la piscina para niños y se echó al mar con los tiburones. Y le perdonan la terrible metáfora, Kyungsoo era un mal nadador.

La palma del ángel descansó en la mejilla del humano. Su pulgar atrapó una lágrima que ni siquiera sabía que se le había escapado. El ángel se quedó mirando la pequeña gota, fascinado por cómo es que las lágrimas de los humanos eran transparentes.

Empujó a Kyungsoo más cerca de su pecho, con sus alas apretando más alrededor de ellos. La cabeza del humano cayó sobre su hombro, y trató de no explotar en lágrimas sobre él.

“Algo te está molestando.”

Kyungsoo se estremeció. Kai había visto a través de su semblante serio. El ángel parecía sentir el dolor de Kyungsoo junto con él.

“Dime que es lo que está mal.”

Kyungsoo resopló y levantó su cabeza. “Tú estás dejándome.”

“Sí.”

“¿Por qué no me dijiste que los ángeles oscuros estaban detrás de ti?”

“No quería que te involucrases.” Respondió. “A juzgar por tu expresión, parece que es demasiado tarde para intervenir, sin embargo.”

Kyungsoo asintió, estallando en sollozos. Kai lo dejó llorar, quedándose inmóvil.

“¿Ellos te han lastimado? ¿Alguno se atrevió a tocarte?”

“¿Eso importa?” Kyungsoo contestó enfurecido. “Voy a salir lastimado de todas formas. La Lujuria me dijo eso. Y la Castidad o Chen o lo que coño quiera llamarse a sí mismo, me dijo que tienes que salir tan pronto como sea posible. Ahora deja. ¡Déjame!"

Kai inclinó su cabeza hacia un lado. “Sabías y sabes que este día iba a llegar.”

“Pero, ¿Por qué tiene que llegar tan pronto?”

Sus manos se deslizaron por debajo de las piernas de Kyungsoo y levantó al muchacho. Estando de pie, sus alas abarcaban todo lo que se encontraba tras de él. El ángel se volvió hacia la puerta principal de la casa. Kyungsoo yacía impotente en sus brazos.

Kai abrió la puerta con la rodilla. Se abrió con un chirrido silencioso. Una vez que los dos estaban dentro de la casa, el ángel pateó la puerta  para cerrarla, dándole una mirada a la cerradura como ordenándole permanecer cerrada.

Kyungsoo hundió su rostro en el cuello de Kai mientras el ángel lo llevaba escaleras arriba. “No me dejes. Por favor, no me dejes.”

Kai mantuvo la boca cerrada. Entró en la habitación abierta pasando por encima de los montones de libros de texto que el humano había dejado en la alfombra. Kyungsoo no se preocupaba por su tarea ahora, nada importaba en sí.

El ángel lo puso sobre la cama. Elevándose por encima de él, miró su rostro triste. Las marcas claramente visibles de las lágrimas le trajeron dolor. Sea o no su culpa, había algo de lo que no estaba seguro. Se dio la vuelta para salir de la habitación. No llegó muy lejos; dedos nerviosos envolvieron débilmente el contorno de su muñeca como si fueran esposas. Estaba atado con fuerza y cayó sobre el lado de la cama.

“¡No me dejes!” Gritó Kyungsoo. “¡No otra vez! ¡Por favor!”

“¡Sólo iba por un vaso de agua!” Kai suspiró. “¡Kyungsoo! ¡Kyungsoo cálmate!”

Todo el cuerpo del humano tembló., el miedo venció a Kai cuando pensamientos del humano teniendo un ataque cardiaco invadieron su mente. Entonces se cernió sobre el cuerpo agitado.

“¡Kyungsoo!”

“K-Kai…” Las manos de Kyungsoo agarraron con fuerza sus hombros. “N-no me dejes…”

Ya es demasiado tarde. Lo amas demasiado. Te dije que no lo ames.

“Kyungsoo, necesito que te calmes.” Subió a horcajadas sobre sus caderas, con sus manos presionándolo suavemente sobre su propio colchón. “Relájate, respira.”

Kyungsoo se esforzó por calmar su frenético ritmo cardiaco y su respiración entrecortada.  Miró al ángel con ojos vidriosos y labios entreabiertos para dejar escapar sus sollozos. Kai negó con la cabeza mientras examinaba el daño emocional. Soltó las manos de Kyungsoo.

“¿Estás bien ahora?”

“Sí.”

“Estás mintiendo.”

“Sí.”

Kai se inclinó y le dio un beso en sus labios adustos. “¿Mejor?”

“N-no.”

¿Cómo podría Kai pensar que un simple beso podría arreglar todo lo que estaba tan jodido? Esto no era un maldito cuento de hadas. Él no era la Bella Durmiente y Kai no era el príncipe Felipe. El humano se llenó de ira. Intento apartar a Kai de él, solo teniendo éxito en frotar sus mitades inferiores pecaminosamente uno contra otro. Kai contuvo el aliento, tratando desesperadamente de mantenerse controlado.

Este no era el momento adecuado para tener pensamientos sucios. Kai no quería que su otro lado, el que había jurado mantener restringido por amor a Kyungsoo, se liberase. Y maldita sea, estaba luchando con sus cadenas.

“No hagas eso.” Declaró Kai.

“¿Hacer qué?” Kyungsoo siseó. “¿Esto?”

Giró sus caderas debajo de Kai, frotándose en la erección del ángel que mantenía desde temprano. No podía creer que Kai no haya hecho nada con respecto a eso a lo largo de todas estas horas. A continuación, se le ocurrió que tal vez a Kai no se le tenía permitido hacer eso nunca más. Estaba prohibido tocarse así mismo, tocar a otros. Había mencionado hace un tiempo que iba a tener problemas por besar tanto a Kyungsoo.

No, no importaba. Si Kai iba a dejarlo y dejarlo para siempre, el humano quería otra experiencia inolvidable. Esta vez, quería tener cicatrices mentales.

La cabeza de Kai voló de regreso de la fricción que Kyungsoo estaba creando. Su pene había comenzado a bajarse por sí solo media hora antes del regreso del humano. Era obvio que iba a volver a la acción ahora.

“¡Kyungsoo, basta!”

“¡Entonces no me dejes!”

“¡Sabes que no puedo!”

“¡Pues yo tampoco!”

Atrevidamente pasó la mano por la parte delantera de los pantalones de Kai. Sabía que tenía que permanecer limpio; que era la pareja que Kai llevaría arriba, así como en el Ático.

Y así es que sacó lo que estaba buscando y que Kai mantenía guardado en el interior de sus pantalones. El pene de ángel tembló violentamente en su mano, escapándose en señal de dolor por tanta restricción.

Kyungsoo envolvió sus dedos alrededor del eje y deslizó la palma hacia arriba y hacia abajo. Su piel se encendió contra la del ángel inconscientemente y éste se empujó sobre el agarre del humano, tratando de conseguir más de esa espléndida sensación.

Había unas cuantas grietas en el corazón de Kyungsoo, y algunas corriendo a través de las cadenas que restringían el lado animal de Kai. De todos modos, no dejaría que Lujuria lo alcanzara otra vez. ¡No podía!”

Pero de nuevo, mirando a Kyungsoo, parecía que estaba hecho para el humano. La influencia de Luhan había estrellado contra Kyungsoo como una ola de mar contra las orillas de los acantilados.

“K-Kai…”

Parecía que había sido en cuestión de segundos para encontrarse ambos desnudos, como recién nacidos. Kai batió el record de tener a dos personas desnudas en tan poco tiempo.

Kyungsoo se retorció bajo él. Se retorció de placer cuando Kai se apoderó de las dos longitudes. Los ojos de Kyungsoo giraron atrás ante el contacto. Podía sentir el líquido pre-seminal del ángel hirviendo en su piel.

Se dio la vuelta cuando Kai soltó su longitud, alzándose sobre sus manos y rodillas. El ángel agarró sus caderas y tiró de él, más cerca de su cuerpo y tembló cuando sintió ligeramente la punta del pene contra su agujero necesitado.

"Aahh... Kai, p-por favor..."

"Sh". Los labios del ángel aterrizaron en la parte posterior de su cuello, dejando tras de sí un cosquilleo por el simple beso. “Quiero que me sientas en este momento. Quiero que esto signifique algo para ti. No necesito que pienses que me estoy aprovechando de ti de nuevo.”

“Sé que no lo estás haciendo.” Kyungsoo jadeó, mirando atrás de él. “S-sólo, por favor.”

Kai le dio un beso en el hombro y viajó hasta su cuello, delante de sus labios. Capturó esos deliciosos pétalos hinchados con los suyos. Tragó el gemido, disfrutando el dulce sabor de todos y cada uno de ellos. Cuando sus cuerpos se conectaron, no se sintió sucio o desagradable o malo. Mientras el ángel se deslizó lentamente en él, Kyungsoo no podía cree lo bien que se sentía. Eso era absolutamente, positivamente, horrorosamente correcto.

Kai pasó sus dedos por la espalda de Kyungsoo. La mano descansó en su espalda baja y la otra lo sostenía, apoyándolo bajo su pecho. Kyungsoo estaba agradecido; sus fuerzas le estaban fallando.

Las estocadas comenzaron suaves y lentas. Kyungsoo la estaba pasando difícil al procesar el hecho de estar con el mismo ser que lo había llevado a la ducha hace tantos días. Kai era demasiado cariñoso, demasiado dulce esta vez. Fue perfecto.

Un grito brotó de su garganta cuando la punta de Kai le rosó aquel lugar especial. Su mano voló hacia la de Kai que se encontraba en su estómago., entrelazando frenéticamente sus dedos. Necesitaba sostenerse cuando su visión estalló en todo tipo de colores.

“¿Estás bien?” La voz de Kai de alguna manera rompió el zumbido en sus oídos. “¿Te estoy lastimando?”

"¡No!" Kyungsoo respondió con voz tensa. "¡Kai! ¡Ah! ¡Por favor, ahí!"

Kai no necesitó que se lo dijera dos veces, sabía dónde estaba ese pequeño trozo de Cielo dentro de Kyungsoo. Se aferró a la cadera izquierda y sus uñas se clavaron un poco en él. Ajustó su posición y aceleró el ritmo de sus embestidas aumentando la fuerza.

La espalda de Kyungsoo formó un puente y colocó sus manos en puños sobre las sabanas. Maulló cuando Kai chocó con su punto dulce una y otra vez. El sudor corría por su rostro  mientras trataba de contrarrestar los golpes dentro de él.

"¡¡Kai!! ¡Más! ¡Más! Oh, Dios-"

Kai respiró hondo, tratando de prepararse para el trabajo pesado. “No, lo, menciones, en, vano, aah.”

El ángel le dio todo lo que había pedido. La frecuencia de sus movimientos se perdió. Todo estaba fuera de ritmo. Sus caderas se movían por su propia voluntad.

Un espectáculo de fuegos artificiales estalló en la visión de Kyungsoo. Su vientre se tensó. Su espalda se curvó como la de un gato enojado y un siseo escapó de su boca mientras trataba de mantener su orgasmo. No ahora. No quería que este momento acabara.

Su pene se sacudió como el resto de él. Kai sintió la tensión alrededor de su propia longitud como una presión latente. Latía dentro del agujero, luchando por hacer más grandes las paredes que lo envolvían. Tiró la cabeza hacia atrás con la sensación de ser exprimido. El agujero de Kyungsoo iba a entrar en modo bloqueo.

El humano no podía sostenerlo más. Líneas de semen irrumpieron en su punto empapando su estomago y pecho. La mano del ángel lo sostenía también y gimió de sólo pensar en probarlo y lamerlo. Ese pensamiento fue su cumbre.  Kyungsoo tembló cuando Kai se liberó en él. Lo que parecía un cubo ardiente con un montón de semillas de fuego, disparándose muy dentro de él, yendo tan lejos como para empapar su próstata.

Kai lo embistió un par de veces más, antes de detenerse. Ambos lucharon por recuperar el aliento.

Cuando salió, Kyungsoo sintió su esencia corriendo por sus muslos internos. El esperma del ángel derramándose de sus entrañas. Comenzó a sentirse más y más vacio. Al igual que la liberación de su esencia, Kai lo dejaría también.

Esa no era una buena idea para conciliar el sueño. Así que cuando la cabeza exhausta de Kyungsoo golpeó la almohada, estaba seguro de que iba a tener pesadillas.

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A la mañana siguiente, Kyungsoo se encontró solo en la cama.

Se quedó mirando el techo. Ojos empapados miraban hacia la pintura que caía, su mente maldijo a Kai al Infierno. No le hacía falta comprobar abajo. No necesitaba mirar fuera. No necesitaba pensar en ello. Lo sentía en su corazón, su alma, su ser entero. Una parte de él se había perdido.

Kai lo había dejado otra vez.

Los negocios del ángel ya habían acabado aquí. Con los otros cuatro que habían venido a ayudarlo, que habían trabajado el doble del tiempo. En vez de quedarse con Kyungsoo por otra semana, pero solo tenía un día.

Y eso estaba bien. sabía que Kai estaba a salvo. Él mismo lo estaba lastimando, pero el ángel estaba bien. Kai estaba floreciendo en el Ático. Con suerte. Kyungsoo seguro como el Infierno eso esperaba. No quería que su corazón roto fuera en vano.

Se sentó en la cama, con un dolor punzante bajando por su columna vertebral. Buscó en la cama por cualquier pluma blanca que pudiese recoger y agregar a su manta. Ninguna. Kai no estaba tan sucio como la vez anterior; él había limpiado de sí mismo.

Y se había llevado toda evidencia de su presencia en la habitación de Kyungsoo con él.

Resistió sus ganas de llorar. Abrazó sus piernas a su pecho apoyando la barbilla en la parte superior de ambas. Sintiéndose tan solemne como alguien que había perdido al amor de su vida. Pero esperen. Él había perdido al amor de su vida.

Y él ni siquiera le había dicho que lo amaba.

Cerró los ojos para contener las lágrimas. El rostro de Kai apareció incluso detrás de sus párpados. Jadeando, luchó para permanecer cuerdo. Trató de no jalar de su cabello gritar por la muerte.

Pero eso es todo lo que tenía ganas de hacer. Si hubiese sabido cómo se sentía el amor, Kyungsoo se hubiera arrancado el corazón hace siglos para que no se rompiera solo. Maldijo la emoción. Condenó a Lay por inventarlo.

Abrió los ojos sólo por algo que sonaba como el batir de alas fuera de la ventana de su dormitorio. Esperando que fuera Kai, saltó de la cama y saltó para abrir el vidrio.

Una paloma revoloteó sobre su alféizar. Su sonrisa cayó de su rostro, la esperanza se drenó tan pronto como el agua de un grifo. La paloma arrulló y giró su cabeza hacia un lado.

Te está inspeccionando. Probablemente piensa que eres un gran perdedor por caer ante un ángel.

Pero no era así. La paloma lo inspeccionaba por diferentes razones. Estaba tratando de averiguar si era él la persona que estaba buscando. Do Kyungsoo era el que lo necesitaba.

Los grandes y llorosos ojos se lo confirmaron. Arrulló de nuevo y la paloma voló a su lado, desplazando su ala derecha. Solo entonces se dio cuenta de que tenía una cuerda atada en ella. Sacó un pequeño trozo de papel del ala de la paloma. Una vez libre de la carga, la paloma desenvainó sus alas y se elevó en el aire. Arriba, arriba, arriba, hasta que llegó un punto en el cielo. Al igual que la paloma que Kai había salvado...

Desenredó el papel. Tan pronto como vio el pétalo de una flor violeta pegado en fondo, sabia de quien era. Espíritu levantado, Kyungsoo rió de alegría al leer el delicado escrito en la página.

Kyungsoo,

Sé que no te gustaba el hecho de que haya ido sin un adiós por última vez, sin embargo; te mirabas tan hermoso durmiendo. Así que, por favor acepta esta carta y mis más sinceras disculpas.

Como puedes ver, me he ido al Ático. Si mi corazón aún late, créeme que se siente tan pesado como se siente el tuyo. Lo siento por causarte dolor con mi partida.

Quiero que sepas que estoy de vuelta a donde pertenezco, y estoy seguro. Así como tú. Me he hecho cargo de los Pecados, y no tienes que preocuparte porque te vayan a lastimar, por favor, no te preocupes por mí.

Me duele dejarte. Espero que todo vaya bien y no hagas nada irracional. Trata de ser tan bueno como te sea posible a lo largo de tu vida. Da felicidad a alguien cada día que pase. Sigue adelante y comparte el gran amor que hay en tu corazón.

Cuando llegue el momento, siempre serás bienvenido a unirte a mí en el Ático. Yo te recibiré con los brazos abiertos. Estaré esperando por ti.

Porque, Te amo. Es extraño para un ángel amar a un ser humano. Se supone que no debemos tener favoritos. Somos un caso especial. Tú y yo, aparentemente hemos sido hechos el uno para el otro.

Me inspiraste a ser alguien mejor.  Me has hecho la persona que siempre quise ser. Nunca supe difundir lo bueno y el amor y amar a alguien tan especial como tú me hizo sentir tan maravilloso. Te doy las gracias por eso.

Eres más ángel que yo.

Voy a estar observándote. No podré estar a tu lado visiblemente, pero estaré contigo siempre. Te quitaré el dolor cuando estés triste y compartiré tu felicidad en los momentos más gloriosos.

Cada uno y todos los días.

Con amor. Tu adorable, abrazable y mimoso Kai.

P.D.: Tus pantalones de pijama están libres de agujeros.

~.~

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