Step By Step, We All Fall In Love
(Paso a paso, Todos nos enamoramos.)
Fanfic OriginalAutora:
zaikaisooPareja: Kyungsoo/Jongin
Género: Romance
Traducción:
Maia (La anti yaoi XD)
Corrección:
yue_kissysDescripción: Kyungsoo recuerda cómo conoció y se enamoró de Kim Jongin.
Siempre recordaré el día que conocí a Kim Jongin. Era mi primer día en mi nuevo internado y estaba tan nervioso que temblaba, apenas prestando atención por donde caminaba. Nunca estuve en un internado antes, nunca estuve lejos de mi familia por más de un par de días, no tenía amigos ahí y (ya q mi aplicación de alguna forma fue retrasada, fui aceptado más tarde que la mayoría de los estudiantes.) no estaba familiarizado con el campus. Todo era nuevo, de miedo. Alguna parte dentro de mí, estaba emocionado por un nuevo comienzo pero los miedos lo estaban ahogando todo. No tenía ni idea qué estaba haciendo ahí.
No estuve ahí más de dos minutos antes de chocar con alguien -fuerte- y mandó a volar mis papeles con mi número de dormitorio, clases y otra información. Mi mochila se soltó de mi agarre y cayó al suelo con un fuerte golpe sordo. - tanto como yo lo hice. Mi trasero dolía, el suelo estaba frio, podía escuchar gente riéndose a mi inoportuno accidente. Luego sentí una mano sobre mi hombro y una gentil voz preguntándome “Hey, ¿Estás bien?” recuerdo que asentí. Estaba un poco desorientado, un poco mareado. Sabía que de cierto modo, era mi ansiedad pero por parte, también por la caída.
Dos fuertes manos tomaron mis codos y me pusieron de pie. Me mantuvieron estable mientras que el otro chico, de pelo teñido color - lo llamaría lila claro. Era ágil, atlético y tierno. Sonrió y me entregó mis papeles. “Dejaste caer todo esto.” Dijo. Me incline dándole las gracias mientras tomaba mis cosas y luego observé al dueño de esas manos que me ayudaron.
Recuerdo la primera vez que lo vi.
Tenía una gran, brillante e inolvidable sonrisa. Espeso cabello oscuro que caía sobre sus ojos negros café. Piel como el caramelo y suave como el mármol. Más alto que yo pero no por mucho. Una figura como una estatua, perfectamente esculpida por el artista más talentoso. Había muchas palabras que pude usar para describirlo: Hermoso, guapo, deslumbrante, perfecto. Y muchas más. No sabía si una de esas le quedaban mejor o simplemente… todas ellas.
Luego decidí que no podía escoger solo una.
El nombre de Kim Jongin no se me fue revelado ese día. No tenía idea de quién era mi “Salvador,” Como lo solía llamar, O su amigo de cabello lila. Pero si conocí a Byun Baekhyun, mi compañero de cuarto. Estaba más tranquilo al saber que era alguien agradable. Un poco excéntrico pero tenía buen corazón. Aprendí eso rápido.
Tenía rizos cafés dorados. Estaba seguro que se los rizaba porque cuando despertaba en las mañanas su cabello era lacio, cuando salía del baño después de una ducha, secarse el cabello y gastando horas haciendo quien sabe que, su cabello siempre estaba rizado otra vez. Baekhyun estaba siempre preocupado de su look. No es que realmente importara, excepto cuando nos hacía llegar tarde a clases. Le gustaba ponerse delineador, aclamando que hacia resaltar sus ojos. Lo cual era cierto, acentuaba el tono natural de sus ojos y los hacía más notables.
Incluso sin maquillaje o productos o ropa cara, Byun era hermoso, y algunas veces eso me ponía un poco inseguro. Siempre pensé que era simple en comparación de todos y Baekhyun siempre trataría de probarme lo contrario diciendo que algunos me mandaban miradas curiosas. Nunca los vi pero juraba que estaban ahí. Le creía, más o menos, pero no completamente. Siempre pensé que lo decía para hacerme sentir mejor. Hasta que un día silbó durante el almuerzo. “¡Mira ahí! ¡Kim Jongin te está mirando!”
Traté de no ser obvio mientras me daba la vuelta pero pronto, mis ojos se encontraron con los suyos, desvió la mirada abajo, sus ojos escaneando el libro que tenía en sus piernas mientras tomaba otro sorbo de su jugo.
Ese fue el día que descubrí el nombre de mi salvador.
Kim Jongin
Repetí su nombre en mi cabeza mientras me quedaba dormido esa noche. Me gustaba. Era lindo, como él.
Sabía su nombre pero solo lo admiraba de lejos. Kim Jongin y yo éramos un poco diferentes. Él jugaba deportes, yo jugaba ajedrez. Él tenía todo un sequito de amigos, yo tenía un amigo y medio (medio porque, Park Chanyeol empezó a juntarse con Baekhyun y yo de vez en cuando.) Jongin vino de una familia adinerada y estuvo en la lista de espera de este colegio desde que nació, yo estuve en la lista por una beca que me gané con sangre, sudor y lágrimas. Literalmente.
Éramos completos opuestos, al menos a los ojos de la sociedad. En un nivel personal detrás de escena, no tenía idea de cómo era y probablemente nunca lo sabría. Jongin pudo haber sido el imbécil más grande del planeta (Bueno, tal vez no. Se dio tiempo de ayudarme cuando choqué con él) Me gustaba imaginarlo como alguien más profundo de lo que la gente podía ver. Como que tal vez tenía una pasión secreta que nadie sabía, pintar o escribir. Quizá era el tipo de persona que le gustaba caminar bajo la luz de la luna y tener cenas con velas.
Seguidamente me recordé a mí mismo que ese no era Kim Jongin. Ese era uno que imaginé para aliviar el dolor de mi amor unilateral por el chico más guapo de la escuela. (Más guapo era mi opinión. Sabía que había gente que no estaría de acuerdo. Pero estaban totalmente equivocados) E imaginarme esas cosas ayudaba por un tiempo, la realidad siempre venia destrozando todo y recordándome quien era yo, y quien era él en realidad. Recordé no encontrarme enredado en mis afecciones o terminaría rompiendo mi propio corazón, sin necesidad de un asistente.
Pero rápidamente volvía a caer en mis viejos hábitos, imaginándome cómo sería caminar junto a él con manos entrelazadas.
Recuerdo el primer día que Kim Jongin y yo hablamos. No realmente hablar. Solo un hola rápido en el pasillo camino a nuestras clases. Ese también fue el día donde Chanyeol y yo empezamos a ser amigos, y era el primer día donde nuestra clase fue de viaje. Los estudiantes con permisos firmados se subieron en el bus. Yo terminé en el mismo bus que Jongin. Quien compartía asiento con Luhan- Había descubierto que ese era el nombre de su amigo con cabello lila- Y yo me senté…. bueno, me encontré buscando asiento en un bus con estudiantes a los que rara vez hablaba- Baekhyun no pudo ir. Quedó con su familia en casa por el funeral de su abuelo que acababa de morir. Así que estaba un poco perdido sin mi amigo.
Chanyeol vino a mi rescate. Me hizo una señal para que vaya a su asiento, una gran sonrisa nerd en su rostro y gorro cubriendo su cabello rojo. Nunca estuve tan agradecido en mi vida.
No lo sabía en ese tiempo, pero iba a aprender a estar más agradecido con él en el futuro.
Nuestro viaje era a una ciudad histórica, donde aprendimos sobre todas las formas en las que la gente vivía o cómo conseguían comida y agua. Cómo funcionaba la ciudad y su mantenimiento en orden. Sabía que debería haber prestado atención a la lección pero seguía distrayéndome por la forma en el que el sol hacia destellar el cabello de Jongin. La forma en que se quitó la chaqueta del uniforme del colegio porque estaba muy caliente afuera, y rápidamente se la volvió a colocar cuando el profesor le regañó. La juguetona sonrisa en su rostro que me hacía enamorarme un poco más, y cuando sus ojos se encontraron con los míos y la juguetona sonrisa se volvió una suave y sincera sonrisa, sentí que mi corazón iba a entregarse a él por sí solo.
Era ridículo sentirse así por alguien que apenas conocía. Simplemente no podía evitarlo. Había algo sobre Kim Jongin. Pensé que finalmente lo averiguaría cuando hablamos ese día. Cuando estaba parado solo mientras tomábamos un descanso de nuestras lecciones. Fuimos a un parque cercano, los estudiantes corrían alrededor salvajemente, emocionados trepando sobre los juegos del parque y jugando en los columpios, como si todavía fueran niños pequeños. Chanyeol había ido a comprar helado de un pequeño camión que se había detenido cerca. Pensé que era él cuándo escuche a alguien acercarse por detrás.
“¿Que te compraste?” Le pregunté sin mirar. Hubo un silencioso “um” detrás de mí y di la vuelta. Sin tener qué decir, estaba avergonzado cuando vi a nadie más que a Kim Jongin ahí de pie, manos en sus bolsillos y una sonrisa tímida en su rostro. Froté mi nuca incómodamente.
“Lo siento, pensé que eras alguien más.” Y sentí mi rostro sonrojarse.
El latido de mi corazón se aceleró a velocidad máxima y estaba aferrándome a los doblillos de mis mangas- un hábito nervioso mío. No podía creer que estaba parado junto a mí, hablándome. Bueno, no estaba hablando ese momento. Nosotros estábamos parados ahí mirando el río que estaba junto al parque. Sentí como que debí haber dicho algo pero nada venía a mi mente. ¡¿Qué se supone q debía decir? Ni siquiera sabía por qué estaba aquí.
Recuerdo la forma en que mi corazón se detuvo cuando me miró y extendió su mano hacia mí. “Nunca nos presentamos adecuadamente,” Dijo. Tenía esa linda sonrisa en su rostro y seguía mirando alrededor antes de volver su mirada hacia mí. Tomé su mano tragando el nudo de mi garganta y esperando no mostrar lo nervioso que realmente estaba. “Soy Kim Jongin.”
“Do Kyungsoo,” y de alguna forma, me las arreglé para decirlo sin tartamudear, sin dudar. Sonreí, por parte orgulloso de mí mismo, pero más que nada era por estar hablando con el objeto de mi afección. Ninguno de los dos dijo mucho. Seguía siendo suficiente para mí. En algún momento, me preguntó si estaba cerca o lejos de mi familia durante el año escolar y respondí. Realmente lejos.
“Yo también,” Dijo. Sus manos estaban de vuelta a sus bolsillos. Me estaba mirando con una comprensible sonrisa en sus labios. “Puede ser duro. Esto acostumbrado más que la mayoría de gente. También estuve en internados en primaria y escuela media.” Sus amigos lo llamaron en ese momento. Deseaba más que nada de que no los escuchara, pero claro que los escuchó. No se fue ese mismo momento y mordió su labio antes de decir, “Si alguna vez necesitas algo - cualquier cosa - solo pídemelo. Soy un experto en afrontar la soledad de estar lejos de casa.”
Le dije que lo haría y le agradecí antes que se vaya. Sentí que una parte de mí, se iba con él. Porque nadie - ni siquiera Baekhyun - había notado ese estrés que tenia de estar lejos de mi familia, que algunas veces no podía hablarles. Incluso lloraba sintiéndome perdido y sin esperanza. No tenia nadie con quien hablar. De alguna forma Jongin vio eso, a pesar de nuestra extremadamente limitada interacción. Y eso me hacia…. Feliz. Sí, Jongin me hacia feliz.
Tal vez mi Jongin imaginario no era tan diferente del Jongin real.
La noche de nuestro primer baile de escuela, cambió todo. Fue la noche en la cual Baekhyun consiguió su primera cita (con un chico llamado Sehun), era la noche donde el profesor favorito de todos (el profesor de matemáticas avanzadas, Mr Jang) Trato de hacer break dance para los estudiantes y fue la noche donde tuve mi primer beso.
Recuerdo lo inesperado que había sido. Nada podía haberme dicho que se venía cuando Jongin se me acercó en el baile. Estaba solo y acurrucado en una esquina. Baekhyun bailaba con Sehun, Chanyeol estaba acechando la mesa llena de comida. (Aclamaba que estaba pasando por una etapa de crecimiento y necesitaba comer) no era buen bailador así que simplemente observaba el mar de estudiantes en la pista de baile. No me molestaba, a pesar que me aburría un poco. Pero una vez más, mi salvador entró en escena.
Lo vi abriéndose camino a través de la multitud y podía decir que estaba yendo a otra dirección. Yo, obviamente, asumí que alguien más era el centro de su atención. Estaba mal porque se paró frente a mi silla con sus pulgares enganchados en sus jeans negros. Nos permitieron usar otra cosa que no sea los uniformes del colegio, lo cual fue un lindo cambio. Y tenía que admitir, me gustaba Jongin vestido de negro de la cabeza a los pies.
“¿No bailas esta noche?” Me preguntó, sacudí mi cabeza diciendo no. Le dije que era un bailarín terrible. Además, simplemente no me gustaba bailar en público. “¿Enserio?” Preguntó. “Porque parece que te puedes mover.” Pero no me empujó a bailar. En cambio, simplemente se sentó y empezó a hablarme. Conversamos del baile y el viaje, por lejos esta fue la conversación más larga. Y terminó con Jongin preguntándome si quería ir a caminar.
No había forma de que me negara a una caminata bajo la luna con él. ¿Cuántas veces había soñado esto? Ahora realmente estaba pasando. Además, significaba pasar más tiempo, juntos. ¿Por qué negaría semejante oportunidad? Así que nos dirigimos a la puerta de atrás a los jardines frontales de la escuela. Recuerdo haber dicho una broma sobre asesinos seriales y Jongin me llevaba a un bosque, a lo cual los dos nos reímos. Hasta que empezamos a pensar qué más podría haber en la oscuridad aparte de nosotros dos.
“¿Estás asustado?” Preguntó mientras saltaba sobre una roca, balanceándose, y luego saltó a la siguiente. “No,” Respondí de vuelta, pero era mentira. La oscuridad siempre me ponía ansioso, como la mayoría de las cosas. Una vez más, Jongin notó que algo me molestaba y tomó mi mano llevándome por el campus. Nos detuvimos en los patios traseros del colegio y nos echamos al césped en medio de todo. Traté de no dejar mi mente venir con muchos escenarios de porque Jongin seguía sosteniendo mi mano.
Observamos las estrellas. Algunas nubes pasando, bloqueando nuestra vista. Y nombrábamos algunas solo por diversión. “Jim sigue en mi camino. No puedo ver toda la constelación.” Uno de nosotros diría, y el otro reiría. Las nubes iban dejando que la luz de la luna nos bañara, iluminando los pilares de piedra a nuestro alrededor y el agua de la fuente cercana. Lo recuerdo susurrando mi nombre y yo respondería con un Hum. Recuerdo la sensación de suaves, fríos labios presionándose contra los míos. Recuerdo la confusión y felicidad que vino de repente al ser besado así, seguido de preguntas por mi parte y las tímidas pero sinceras respuestas de Jongin.
Yo le gustaba, me dijo. Le gusté desde el momento en que chocamos. Siempre quiso conocerme mejor pero fue muy tímido hasta que Luhan lo forzó a hablarme durante el viaje. Le dije que fue lo mismo para mí y luego me volvió a besar, sus dedos acariciando mi mejilla, cepillando lejos unos mechones de cabello que caían sobre mi rostro
Fue una noche que jamás olvidaría. Y habría más noches como esa por venir; a veces, antes de media noche, nos escapábamos de nuestros dormitorios para ir a los patios donde sabíamos que nadie nos encontraría. Nos tomaríamos de la mano conversando y riendo. Nos besábamos y me di cuenta que me enamoraba cada vez más. No pude haber pedido nada mejor que esto. Pensé que no había nada que me pudiera hacerme tan feliz…
Hasta que Jongin me pidió ser su novio.
Nuestro segundo año de colegio siempre fue borroso para mí y es difícil recordarlo. En ese tiempo, mi familia pasaba por momentos duros. Mis padres se estaban divorciando, teníamos problemas de mantenernos y estaba casi seguro que tendría que dejar el colegio para conseguir un trabajo. Por suerte, mi padre siguió apoyándonos financieramente incluso cuando se fue. Estaba agradecido por eso porque mantenía a mi familia a salvo, pero no podía evitar sentirme ofendido contra él. ¿Si nos amaba porqué se fue? ¿Pensó que lo único que necesitábamos era dinero? Estaba equivocado. Lo necesitábamos a él.
Jongin siempre estuvo ahí para mí cuando lo necesitaba. Perdí la cuenta de cuantas veces me sostuvo en las noches mientras lloraba sintiéndome perdido y sin esperanza por incontable vez en mi vida. Nunca me dejó y solo hablaba cuando sentía que había algo que necesitaba ser dicho. Simplemente me sostuvo cerca, una mano acariciando en círculos mi espalda mientras la otra acariciaba mi cabello. Siempre presionaría sus labios sobre mi frente y los dejaría ahí por un rato. Luego besaría la punta de mi nariz, mis ojos y mis mejillas para limpiar mis lagrimas con sus labios, un beso en cada mejilla y luego finalmente, mis labios.
Y de alguna forma, eso siempre me calmaba, me sentía seguro. No arreglaba los problemas pero ciertamente calmaba la conmoción de mi cabeza. Me ayudaba a conseguir el sueño que necesitaba. (Jongin pasaba seguido en la noche en mi dormitorio durante ese año y Baekhyun se reía, aunque a mí no me molestaba.)
Jongin se volvió mi ancla cuando empezaba a alejarme en mi mar lleno de preocupaciones y ansiedades. Me jalaba a la realidad, me aliviaba, me calmaba y me prometía que todo iba a estar bien.
¿Y saben qué? Él tenía razón. Todo salió bien.
Hubo un momento en nuestro segundo año que no olvidaría. No era algo pequeño o fácil de olvidar, incluso luego de pasar rápido y borroso. Fue en las vacaciones de navidad. Ambos y todos nuestros amigos teníamos planes para ir juntos a un viaje de invierno. Todos estaban pagando su propio pasaje pero Jongin insistió en pagar el mío, a pesar de mis protestas. Finalmente me convenció cuando dijo que igual, solo pagaría por una habitación. No era como si necesitáramos habitaciones separadas.
Recuerdo las mariposas en mi estomago cuando dijo eso, la estúpida sonrisa que quería romperse en mi rostro. Sabía exactamente lo que significaba para nosotros compartir una habitación. Estaba nervioso. Ansioso. Sería un momento que pasaría eventualmente. Esperé tanto por esto, y no podía describir lo feliz que estaba cuando finalmente llegó.
Nuestra primera noche ahí, Nuestra primera vez. Recuerdo lo gentil que fue Jongin. La sensación de labios contra labios, contra piel. Manos deslizándose a través de mi cabello, vagando sobre la piel desnuda. Los suaves toques de Jongin sobre todo mi cuerpo que dejaba senderos ardientes mientras me tocaba. El sentimiento de estar completamente unidos - completamente sincronizados el uno con el otro - fue increíble. Recuerdo que intercambiamos nuestros nombres en callados gimoteos y nuestro primer “Te amo.” Susurrado en la oscuridad mientras me sostenía por el resto de la noche. Ese fue el momento cuando descubrí el verdadero significado de estar enamorado.
Y nunca lo olvidé.
Muchas cosas pasaron en nuestro último año escolar. Recuerdo a Baekhyun llorando sobre mi camisa porque había engañado a Sehun en el verano. Me dijo lo culpable que se sentía, cuánto se odiaba por haberlo hecho, cuán asustado se sintió de que Sehun nunca lo perdone. Hice lo mejor que pude en consolarlo pero no era particularmente bueno en eso. Tomó una larga conversación con Jongin para que le diga a Sehun lo que paso. Y tuvo razón, Sehun no lo perdonó, no en ese momento.
A ninguno de los dos les tomó mucho tiempo seguir adelante. Sehun no salió con nadie por un tiempo y volvieron a quedar en buenos términos. Aun así, no volvieron como novios, y Baekhyun se dio cuenta que estaba enamorado de alguien más. Alguien a quien solo veía como amigo. Alguien que pensó nunca podría ser más que eso. Empezó a enamorarse de Chanyeol.
Recuerdo el día de San Valentín, cuando Baekhyun dijo que se iba a confesar. También fue el día en que Jongin tuvo que volver a casa de último momento cuando su padre terminó en el hospital, el día que Baekhyun tuvo un corazón roto, el día que Chanyeol tristemente me confesó que estaba enamorado de mi, y por dos años. Lloró, disculpándose diciendo que sabía que estaba mal. Yo lo sostuve, diciéndole que no estaba enojado. No había nada malo con eso.
Nunca le daría la espalda.
Porque, a pesar que no haya sido de la misma forma, yo también lo amaba.
El día que nos graduamos fue agrio. Baekhyun estaba llorando, abrazando a todos, trepándose sobre mí y haciendo promesas de mantenerse en contacto conmigo. Los dos estábamos yendo a diferentes universidades. Tenía miedo de que lo olvide. ¿Cómo podría pasar algo así? Y eso fue lo que le dije exactamente. Era alguien inolvidable, lo quería, siempre seria mi mejor amigo.
No había forma de dejar una parte de mi vida atrás.
Chanyeol me abrazó, me agradeció por ser su amigo, dijo que me extrañaría. Yo también lo extrañaría. Algunas veces más de lo que esperaba. Chanyeol era una luz brillante en tiempos oscuros. Uno de mis amigos más cercanos. Iba a ser difícil no hablarle cuándo lo necesitara.
Pero aun tenía a Jongin.
Recuerdo cuando se paró detrás mío ese día, deslizando sus manos por mi cintura. Labios presionados contra mi hombro. “Kyungsoo,” El suspiro en mi oído mientras los estudiantes nos pasaban, celebrando su ultimo día aquí. “¿Ya escogiste un departamento?” Me preguntó. Le dije que no, no había decidido cuál quería. Y se rió de mi. “Tan indeciso Kyungie.” Deslicé mi mano sobre las suyas. “¿Porqué no nos olvidamos de esos departamentos? Encontré uno mejor, justo al lado de la universidad. Suficiente espacio para dos.”
Mi corazón empezó a latir entonces y me abrazó más fuerte. “¿Quieres que viva contigo, Jongin?” Besó mi mejilla y dijo que sí, eso era lo que él quería.
Y lo que yo quería también.
Mudarnos a nuestro nuevo departamento fue mucho trabajo pero valió la pena. Los días y las noches que pasamos fueron las más felices. Nos enredábamos en el sillón después de un largo día de clases, un plato de galletas sobre la mesa y tazas de chocolate caliente en nuestras manos. Jongin siempre se terminaba el suyo para luego robar sorbos del mío. No me importaba. Me encantaba la forma en que tiernamente me pedía un sorbo, labios juntos en una sonrisa de esperanza que se agrandaba cuando decía que si, pero solo un sorbo.
(Y nunca fue solo uno.)
Los días eran largos y las noches cortas. Por lo menos, siempre lo sentían así. Era como si pasáramos la mayoría de nuestro tiempo en la universidad o trabajando (Jongin se negó a aceptar dinero de su familia, insistiendo que abriría su propio camino en el mundo. Lo admiraba por eso. Su fuerza y determinación eran una de las muchas cosas que amaba de él) incluso así, siempre encontrábamos tiempo para nosotros, seguíamos siendo felices. Algunas veces solo nos veíamos un par de minutos en las mañanas, apurados “Te amo” y “Te veo en la noche” salía de nuestras bocas llenas de tostadas. Nos daríamos un beso rápido y nos dirigíamos a enfrentar el porvenir. Pero siempre, siempre hacíamos tiempo para nosotros en la noche. Incluso si solo era sostenernos entre nosotros y susurrar sobre nuestro día hasta quedarnos dormidos.
Teníamos varias peleas sobre absolutamente nada. Nos sentaríamos en silencio por unos minutos hasta que uno de los dos se rendía y pedía disculpas. Siempre terminaba con el otro disculpándose también, no importa de quién era la culpa. Nos gustaba echarle la culpa al estrés, exceso de trabajo, o estar tan casado que nunca vernos nos hacía sentir mal por empezar una pelea. La verdad es, era el simple estrés que causaba todo. Y las veces que peleábamos la verdad, fueron algunas de nuestras memorias más divertidas.
Recuerdas esa vez cuando peleamos sobre quien se comió lo ultimo del cereal, uno de nosotros preguntaría, y ambos nos reiríamos mientras pensábamos sobre lo ridículo que fue la pelea.
Además, había otra caja entera.
Recuerdo el día de nuestro cuarto aniversario. Jongin me sorprendió con una cena en un nuevo restaurant elegante. Hablamos por horas mientras comíamos, una mordida de deliciosa comida tras otra. Cuando algo sabía deliciosamente bueno, dejábamos que el otro lo pruebe, alimentándonos entre nosotros sobre la mesa. Algunas veces simplemente robábamos la comida del otro si pensábamos que se veía bien, luego amenazábamos al ladrón con algo que realmente no era para nada un castigo.
Vuelve a tocar mi comida y te besaré hasta que se te caiga la cara.
Oye, ¡Ese es mi postre! ¿Quieres que te mantenga despierto toda la noche de nuevo? Porque sabes que lo haré.
En algún punto, Jongin estaba en completo silencio, mirando por la ventana sentado en nuestra mesa. Teníamos vista al puerto. Era una noche hermosa, las luces brillando románticamente sobre el agua. Recuerdo haberme estirado para tomar su mano en la mía antes de preguntarle que estaba mal. “Nada.” me dijo. Pero tenía esa sonrisa, la expresión que era como malestar mezclado con emoción. Sus ojos brillaban mientras apretaba mi mano. “Tengo algo importante que preguntarte.“
“Pregunta.” Le dije. Jongin se puso de pie entonces, dejando ir mi mano mientras se movía para quedar parado al lado de mi asiento. Metió su mano a su bolsillo y se arrodillo. Me fue ahí que me di cuenta de lo que pasaba.
Mis manos temblaban, mis ojos se abrieron mientras se arrodillaba, una pequeña caja negra en su mano. Sentí lágrimas picando en mis ojos, una estúpida sonrisa feliz estirándose por mis labios mientras mi mano cubría mi rostro. “Do Kyungsoo,” Dijo, y pude escuchar por su vacilante voz que estaba nervioso. “Te casarías conmigo?”
Obviamente, dije que sí.
A pesar de todas mis promesas, había perdido contacto con Baekhyun. No habíamos hablado en un año y medio. Pero fueron seis meses desde que Jongin me lo propuso y pensé que debería saber. Lo llamé pero no le dije sobre eso. Quería verlo cuando le dijera, así que acordamos en encontrarnos fuera de mi universidad después de terminar mis clases del día.
No había cambiado nada desde el día en que lo conocí. Estaba físicamente viejo ahora, pero mentalmente seguía siendo un niño de diez años, justo como cuando nos conocimos a los 15. Byun Baekhyun, eternamente un niño hiperactivo. Saltó sobre mi tan pronto me vio, sus abrazos enredados alrededor mío, atrayéndome tan firmemente que pensé que iba a morir por asfixia. Estaba más fuerte de lo que recordaba, y cuando se lo mencioné me dijo que estuvo visitando el gym regularmente. Me dijo sobre un chico que conoció ahí. Su nombre era Zi tao y era un entrenador. Hasta ahora estuvieron en tres citas y Baekhyun pensaba que se veía prometedor.
Me preguntó cómo iban las cosas con Jongin y dejé pasar mi mano por mi cabello, no tan sutilmente mostrando mi anillo de compromiso. Su boca cayó hasta el piso cuando lo vio, ojos abiertos, manos volando alrededor emocionado. Tiró sus brazos alrededor de mi cuello una vez más dejándome sin aire, diciendo lo feliz que estaba por mí.
Me golpeó cuando le dije que paso hace seis meses y había esperado hasta ahora para decirle.
Recuerdo el día en que mi corazón fue cuando peor dolía. El día que el padre de Jongin murió. (Siempre estuvo enfermo.) Jongin y su familia se la veían venir, era inevitable, pero eso no hacía que doliera menos. No lo conocía mucho pero era un hombre agradable, atento y siempre me había dado su visto bueno.
Fue el más cercano de Jongin en toda su familia. Recuerdo sosteniéndolo mientras lloraba tan fuerte que no podía respirar. Yo también lloré, mi corazón dolía por él. Nunca había visto a Jongin tan vulnerable, tan roto. Odiaba verlo así y no ser capaz de hacer algo. Me sentía inútil. No pude hacer nada pero él siempre estuvo ahí para mí. ¿Qué estaba haciendo yo?
Recuerdo cuando Jongin se dio cuenta que me sentía así. Cuando rompí a llorar y dije que no era lo suficientemente bueno para él, que estaba perdiendo su tiempo conmigo. Me sostuvo cerca, presionando sus labios contra los míos y susurrando que me amaba. Luego, en ese gentil tono que siempre me calmaba no importa lo triste que estaba, me recordó que no hice nada menos de lo que él hizo por mí. No era inútil. Estuve ahí para él. Me dijo que hice todo lo que pude y todo lo que el necesitaba.
Todo lo que el necesitaba era que estar ahí.
La siguiente vez que vi a Baekhyun fue 4 meses después. Le dije que Jongin y yo no planeábamos casarnos hasta terminar la universidad. Solo quedaba un año. Me amenazó con que si no lograba pararse junto a mí como mi padrino de boda ya no me hablaría más. Le dije que no le creía pero claro, sería mi padrino si eso es lo que quería. Hablamos durando el almuerzo sobre cómo mi vida estaba progresando, conversando como si nos hubiéramos conocido ayer. Baekhyun me dijo que se había mudado con Tao y que, a pesar que su relación progresaba rápidamente, estaba seguro que iban a durar. Nunca se había sentido así como se sentía con Zitao. Y eso nos guió a hablar de nuestras relaciones pasadas.
Le seguía siendo difícil hablar sobre Chanyeol - realmente lo amó, incluso si no se había dado cuenta - No lo habíamos visto desde la graduación y nunca nos contactó. Chanyeol parecía haber desaparecido junto con nuestros años escolares.
Nos preocupamos por un tiempo de que algo podría haberle pasado y nunca nos enteramos. Así que cuando volví a casa esa noche y me metí a la cama con Jongin, le pregunte si él o Luhan o Sehun habían escuchado algo de nuestro Park Chanyeol. Me dijo que no, no había escuchado nada y hasta donde sabía, Luhan y Sehun tampoco.
“No me preocuparía tanto.” Me dijo, acariciando en círculos mi espalda. “Si alguien sabe cuidarse, es Park Chanyeol. Apuesto que está viviendo al vida que siempre quiso.”
No lo sabía entonces, pero Jongin estaba en lo cierto. Chanyeol tenía exactamente lo que quería
Fueron después de seis meses que me enterara que había pasado con Park Chanyeol.
Baekhyun me llamo un día, balbuceando emocionadamente sobre haber chocado con alguien. No tenía sentido pero igual sonreía. Esa fue la más feliz voz que escuché de Baekhyun en los pasados dos meses.
Zitao lo engañó dos meses después de esa llamada. Y a pesar que estuvo con el corazón roto al principio, rápidamente dijo que estaba bien. Pensó que de cierta forma se lo merecía. Sabía que se refería por lo que había engañado a Sehun. Algunas veces lo veía llorar cuando pensaba que nadie lo miraba, era fuerte, sabía que eventualmente estaría bien.
Nos encontramos en un café cerca a mi universidad. Luego de un largo día de clases y estaba cansado, así que cuando llegué no había notado a la persona sentado junto a Baekhyun. No fue hasta que me senté y froté mis ojos por un momento que me di cuenta quien era.
Mirándome con sus grandes ojos y torpe sonrisa era Park Chanyeol. Casi no lo reconocía con su cabello café en vez de rojo, vistiendo una camisa a cuadros y jeans sueltos, y algún tipo de cadena colgando de su cuello. Me levanté inmediatamente de mi asiento para abrazarlo. Sus brazos se sentían diferentes alrededor mío pero podía decir que me estaba abrazando. Tenía esa forma única de alzar a una persona y sacudirla alrededor mientras la abrazaba.
Los tres hablamos hasta la noche y cuando el café se cerró, fuimos a un restaurante de 24 horas donde sentarnos. Chanyeol nos dijo sobre sus viajes -ha estado viajando alrededor del mundo por estos 5 años, tocar la guitarra y cantar había sido su vida. Olvidé lo musicalmente talentoso que era. Tenía su guitarra ahí con él y tocó una canción para nosotros, Baekhyun y yo cantamos acompañando. Incluso ganó unos cuantos billetes de los clientes del restaurant esa noche y usó sus ganancias para comprarnos bebidas.
Cuando me preguntó si seguía con Jongin le dije que estábamos comprometidos. Nunca había visto una sonrisa tan brillante y feliz como la que adornaba su rostro ese momento. Me felicitó y expresó sus deseos de encontrar a alguien y sentar cabeza ahora que había hecho todo lo que quería. Baekhyun no lo se dio cuenta pero Chanyeol lo miró cuando dijo eso. Le dije que encontraría a alguien muy pronto.
Recuerdo el día que me gradué de la universidad. Cada estudiante estaba lleno de energía, el lugar vibraba de emoción. Pero nadie más que Jongin y yo. Porque la graduación significaba más que simplemente terminar la universidad, tener nuestro titulo. Significaba que estábamos más cerca de casarnos. Los planes que hicimos finalmente podían dejar de esconderse en cajas de zapatos en nuestros armarios.
Baekhyun estuvo ahí con Chanyeol, dedos entrelazados mientras se abrían camino en la multitud para alcanzarnos. Sonreí cuando los vi, por una parte estaba feliz de ver a mis amigos aquí, por otra porque todo este tiempo estaba en lo cierto. Señalé sus manos y les pregunté cuando comenzó. “Ayer,” Baekhyun contestó con una sonrisa de 100-watts, y Chanyeol se inclino para besarlo.
Todos celebramos esa noche. Encontramos un lindo restaurant que abría hasta tarde y comimos hasta ya no poder más. “Así que, ¿Cuándo es la boda?” Chanyeol preguntó. “Más les vale que esté invitado.” Claro que estaba invitado. “El siguiente mes” le informé. Noticia corta, lo sé pero Jongin y yo lo estuvimos planeando por casi dos años y ya habíamos reservado el lugar hace años. Sin mencionar, solo queríamos un grupo pequeño y la gente que queríamos, habían confirmado ser capaces de ir.
Y eso incluía a Baekhyun y Chanyeol, quienes nos dijeron que estarían ahí aunque fuera el fin del mundo.
Jongin decidió era buen momento para chistosamente comentar que incluso el tal vez no iría a la boda si fuera el fin del mundo.
Puede que suene cliché, pero el día mas memorable de mi vida definitivamente fue el día de mi boda. Hoy. El día que me casaría con Kim Jongin. El día que me di cuenta que esto era todo. Íbamos a estar juntos hasta que la muerte nos separe. Digo, ya lo estábamos, enserio. Pero hoy era el día que lo anunciaríamos al mundo, el día que mostrábamos a todos que no había nadie más para nosotros. Solo él y yo.
La madre de Jongin estuvo ahí, lagrimas en sus ojos mientras abrazaba a su hijo y le decía lo orgullosa que estaba. Su pequeña hermana era un mar de lágrimas y su hermano acarició su espalda, diciéndole que ya iba siendo tiempo que nos casáramos. Escuché a su madre decir “Tu padre estaría tan orgulloso” y sentí mi corazón doler un poco. Deseaba que estuviera ahí para ver a Jongin. Se veía tan apuesto en su terno.
Mis padres tenían ojos llorosos cuando me vieron. Me abrazaron y me dijeron lo felices que estaban de que este día por fin había llegado. Mi padre me preguntó si estaba nervioso y había cambiado de idea. “No,” Respondí inmediatamente, “Nunca me arrepentiría. Jongin es el único.” Mi madre empezó a llorar por eso, jalándome a un abrazo rompe huesos. Pensé que nunca me dejaría ir hasta que papá se la llevó lejos dejando que termine de prepararme. Estaba feliz de verlos llevarse bien otra vez, a pesar de todo lo que habían pasado.
Mi parte favorita aparte de la ceremonia (Escuchar a Jongin decir esas breves palabras “Acepto.” Fue algo que se que no olvidaría, y le hice repetirlas en nuestra luna de miel cuando estábamos acurrucados juntos en la cama), fue cuando Jongin trató de venir a verme.
Baekhyun le tiro la puerta en su cara y grito, “¡No puedes entrar, Jongin! ¡No tienes permitido ver a la novia hasta la hora de la boda!”
“¡No es una novia, Baekhyun!” Jongin respondió y todo se puso en silencio. Baekhyun pensó que se había ido pero yo sabía mejor. Le pedí que mire a los invitados, ver lo que estaban haciendo y quién había llegado. Se levantó sin decir nada, prometiendo que volvería. Tan pronto se fue, Jongin entró a la habitación y me miró, chequeando sobre su hombro para asegurarse que no lo atraparan.
“¿Nervioso?” Preguntó, sentándose junto a mí. Negué con la cabeza. “¿Ni siquiera un poquito?” Me sonrió y beso rápidamente mis labios. “Vamos, la chispa no esta tan muerta que ahora ni siquiera te pones nervioso a mi alrededor, ¿no?” Sonreí mientras entrelazábamos nuestros dedos y le aseguré que no, la chispa ciertamente no estaba muerta, y tal vez si estaba un poco nervioso. Pero no era él quien me ponía nervioso. Eran todas las posibilidades en nuestro futuro. Era tan impredecible. ¿Viviríamos todas nuestras vidas en Seúl? ¿Adoptar niños? ¿Viajar por el mundo como Chanyeol? ¿Estaríamos siempre juntos? (Dijo que si a eso, “Definitivamente nos quedaremos juntos,” Y ciertamente no dude sobre eso tampoco.)
Me besó de nuevo pero esta vez duró más, fue profundo. Estaba lleno de la misma pasión que teníamos al comenzar nuestra relación y todo nuestro amor que creció con los años. Era un recordatorio de todo lo bueno y malo, una promesa de que venía mas, una pequeña mirada a nuestro futuro.
Amaba a Kim Jongin y Kim Jongin me amaba. Nada cambiaría eso. Enamorarme de él no había sido una opción, sino que estaba destinado a pasar. Estábamos hechos para encontrarnos, esa era la verdad. Fuimos destinados a quedarnos juntos, no había marcha atrás. No quería volver atrás. Esto era amor; sostenernos lo más fuerte que podíamos, labios envueltos en sonrisas, susurrándome cosas dulces y tontas a mi oído, consolándome, apoyándome.
Rehusándose a irse incluso cuando Baekhyun volvió y le gritó por haberse escabullido para verme. Había salido de la nada, pero estaba ahí para quedarse.
El amor es diferente para todos pero siempre inevitable, incontrolable e irreversible.
FIN.