Pulso II
Chanyeol detesta que le den órdenes.
Su alta postura y mirada penetrante le daban la apariencia de alguien con un alto grado social. Sin embargo, no era el capitán ni el general, ni nada de más rango que eso.
Se sentía en el mismo infierno.
Ser libre ha sido algo que siempre había deseado. Ser desencadenado y sentir poder. Vivir una vida luminosa donde todo parecía extraordinario e increíble. Donde fuera el rey. Donde todos lo encontraran suficientemente simpático para simplemente sonreírle.
Pero por ahora, nadie le daba más que una mirada de reojo.
Chanyeol era el recolector de basura de La Villa. Era el rango que sabía que estaba destinado a tener desde que era pequeño, su padre le heredó su trabajo en su lecho de muerte.
Era una labor horrible, asquerosa y sucia, llena de olores a putrefacción y risas burlonas. Andaba con un contenedor de basura con ruedas, recogiendo el desecho de las personas, para luego tirarlas en un lugar designado a las afueras de La Villa.
Era mucho más capaz que dar vueltas con un montón de basura todo el día. Desafortunadamente, era el único que sabía de sus habilidades. Nunca le dieron la oportunidad de mostrarlas, nunca le dieron un momento para poder destacar.
Y así, con el pensamiento de tener que pasar otro día en los suburbios, Park Chanyeol se preparó para su rutina diaria. Poniéndose la ropa más vieja y encima, un overol totalmente manchado de tierra y se fue arrastrando su basurero portátil junto a él.
Aún en su atuendo poco atractivo, Chanyeol era guapo. Podía sentir las miradas de las adolescentes cuando pasaba al lado. Duraba unos pocos segundos antes de que el olor llegara hacia ellas y den vuelta para seguir con una cadena de insultos mientras se retiraban de la escena.
Chanyeol dejó salir un suspiro de melancolía. ¿Será posible que algún día las personas dejen de lado su trabajo y vieran quien realmente es? ¿Realmente pensaban que él quería este trabajo? ¿Acaso pensaban que le gustaba?
Solo seguía con su trabajo para poder mantener La Villa limpia. Quería que la gente caminara por sus calles y disfrutara el lugar donde vivían. Después de todo, no había otro lugar para ir con el mundo afuera en tan mal estado. Debería también gustarles el vivir aquí. Se detuvo en un cubo de basura que esperaba su atención y lo levantó, vertiendo todo el contenido. El hedor ya no le importaba, ya no arrugaba su nariz ni tenía nauseas cuando el olor a carne en descomposición hacía camino hacia sus fosas nasales. Puso el cubo de nuevo en su lugar y continuó con su camino. Los mocasines negros en sus pies, demasiado apretados alrededor de sus dedos, repiquetearon cuando caminaba por la acera agrietada. Las ruedas de su contenedor montándose sobre piedras y líneas que serpenteaban en el terreno descuidado. Cuando llegó a la residencia de los Do, se recordó así mismo respirar. Sus rodillas lentamente comenzaban a ceder mientras hacía su camino al depósito que había desechado el Sr. Do, con la esperanza que nadie de rango superior lo estuviera observando.
El Sr. Do no toleraba la flojera. Se había puesto muy insoportable con el pasar de los años, especialmente desde la desaparición de Kyungsoo. Aunque Chanyeol solo era responsable de la basura del hombre, se aseguró de tratarla con cuidado. Nada se debía derramar en la acera frente a la magnífica casa. Nada, incluyendo el olor fétido. Chanyeol estaba vertiendo el contenido de la basura de los Do en su contenedor cuando escuchó un sonido de pasos muy alto. Giró su cabeza con curiosidad, sus ojos abriéndose más cuando vio a Suho, el asistente personal del Sr. Do, y uno de los soldados, Kris.
“¡Aún no puedo creer que pueda hablar!” Escuchó que Suho exclamaba mientras el par se acercaba. “¡Esto es tan revolucionario! ¡Tenemos que decirle al Sr. Do inmediatamente!”
“¡No!” Gritó Kris “¡No me voy a acercar a ese hombre a menos que traiga con migo a Kyungsoo! ¡Me tirará a la jaula de tu querido Lay! ¿Realmente quieres que me destrocen?”
Hubo una pausa.
“¡Suho!”
“¡Está bien, está bien!, ¡No quiero eso!”
Chanyeol observó a Kris pasando su mano por sus cabellos. La visión del soldado se fijó por un momento en él y casi suelta el contenedor por el susto. Nadie le había dado esa mirada de muerte. Bueno, excepto…
Su nube de pensamientos fue penetrada por la visión de Kris caminando directamente hacia él. Se encogió detrás de su contenedor, convenciéndose a sí mismo de dejar el cubo de basura en el suelo, antes de inclinar su cabeza en reverencia al hombre que se acercaba.
“B-buenas noches, señor.”
“No tenemos tiempo para eso” Contestó Kris “Ponte derecho. Déjame mirarte.”
Chanyeol hizo lo que se le pidió. Pudo sentir que se encogía mientras el soldado inspeccionaba su apariencia. Kris fruncía el ceño cada vez que sus ojos encontraban una mancha en el overol de Chanyeol y arrugó su nariz cuando el aroma del joven finalmente llegó hacia él.
Chanyeol no se sintió más cómodo cuando Suho se puso al lado de Kris y empezó a observarlo de pies a cabeza también. Los dos intercambiaron miradas, obviamente mandándose algún tipo de mensaje, antes de que Kris volteara de nuevo hacia él con una sonrisa.
“Estoy reclutando un grupo para ir a buscar a Do Kyungsoo y a Oh Sehun. ¿Puedes manejar un arma?”
Chanyeol estaba visiblemente shockeado y casi se atraganta con el mismo aire. Kris y Suho esperaron pacientemente por su respuesta, cubriendo con sus manos sus narices y bocas. Chanyeol se preguntó si estaban riéndose burlonamente por lo patético que era debajo de sus palmas.
Se aclaró la garganta. “Si puedo. ¡Señor!”
Suho asintió “Tiene un buen cuerpo, Kris. Lo hará bien.”
“Si” Kris mordió su labio, como si estuviera considerándolo por un segundo más. “Ven al cuartel de soldados dentro de una hora. Te conseguiremos un uniforme y un arma. Haré que dispares a algunos blancos antes de finalizar mi decisión. Supongo que prefieres estar agarrando un arma que un cubo de basura.”
Chanyeol posicionó su mirada en el suelo hacia el montón de basura en su contenedor, avergonzado “Si, señor.”
“No llegues tarde.”
Chanyeol asintió y les dio una corta reverencia hacia los dos hombres antes de que empezaran a dejar la escena. Justo después de que ya casi desaparecieran, Chanyeol vio a su amigo Xiumin, barriendo las calles. Los dos eran tan desafortunados, se dio cuenta. Tener la oportunidad de ir en la búsqueda de una persona con un arma en sus manos era la mejor cosa que le haya pasado. ¿Qué pasaría si Xiumin obtuviera tal oportunidad? Los rangos de sociedad en La Villa eran muy importantes. Tirar la basura y barrer las calles estaban en lo más bajo. Chanyeol estaba subiendo de rango aceptando esta hazaña, y odiaba el hecho de que Xiumin se quedara atrás en la suciedad.
Ni siquiera tomándose el tiempo de pensar dos veces, Chanyeol corrió tratando de alcanzar a Kris y Suho. “¡Señor! ¡Espere! ¡Por favor espere!”
Les ofreció otra reverencia cuando ellos se dieron la vuelta. Kris no lucia muy entusiasmado de verlo de nuevo.
“¿Qué?”
Chanyeol apuntó a Xiumin. “¿Podría dejar que él se una a la misión también, señor?”
Como si estuviera sintiendo el dedo encima de él, el barredor de calles se quedó quieto. Levantó su cabeza solo para encontrarse con la mirada de tres jóvenes observándolo, y abrazó su escoba en el pecho. ¿Qué es lo que estaba haciendo Chanyeol?
“Y ¿Por qué crees que él sea apropiado para esto?” Preguntó Kris.
“Es muy rápido con los pies” Explicó Chanyeol. “Puede correr en cualquier situación como un ciervo”
“Como un cobarde”
“No,” discrepó Chanyeol “Como un héroe.”
Kris levantó una ceja. “Muy bien, espero que ninguno de los dos llegue tarde entonces.”
Chanyeol encontró que estaba muy satisfecho de sí mismo mientras observaba a Kris y Suho alejándose, esta vez definitivamente. Sonrió para sí mismo, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Finalmente, pudo hacer algo más que recoger la basura. Estaba teniendo una oportunidad para poder destacar.
Salió de su trance cuando sintió un toque en su hombro. Se volteó, solo para encontrarse cara a cara con su amigo de mejillas regordetas. Xiumin parecía desconcertado, y el sudor estaba recorriendo su frente. Chanyeol no sabía si era por el calor o por el miedo.
Xiumin tragó saliva. “¿En qué me acabas de meter?”
“En una búsqueda, mi amigo” Chanyeol rodeó los hombros del barredor de calles con su brazo. “Una búsqueda increíble.”
“¿Podemos morir en esta búsqueda?”
“…posiblemente.”
Kai tenía sus brazos alrededor de la cintura de Kyungsoo.
La luz de la luna entraba por los fragmentos de vidrio en la ventana que estaba encima del ascensor. Kyungsoo descansó su cabeza en el hombre de Kai mientras se apoyaba en él, sentado entre sus piernas. Miraban la luz tenue brillar.
Habían estado sentados así desde que habían comido. Saciados de su última presa, Tao, Baekhyun y Chen ya estaban dormidos. Kai y Kyungsoo no tenían corazón para dejarlos e ir a una cita. Kyungsoo cerró sus ojos, derritiéndose de la calidez que irradiaba del cuerpo de Kai. Era increíble cuánto habían avanzado en su relación, se veía como si solo hubieran tomado unos pocos pasos. Con sabiendo la cura, las posibilidades eran infinitas.
Era todo lo que Kyungsoo pensaba últimamente. Salvar a Kai había sido su último gran logro, y más importante descubrimiento. Los planes que se formaban en su cabeza, eran astronómicos, pero estaba determinado a cumplir cada uno de ellos.
“La luna sale muy temprano” Dijo Kai de repente, rompiendo su gran periodo silencioso.
Los ojos de Kyungsoo se abrieron. “Bueno, es invierno.”
“¿Lo es? Está muy cálido para ser invierno. No hay nieve.”
“Culpa al apocalipsis por eso.”
Kai peinó hacia atrás los mechones de cabello de Kyungsoo y lo miró directamente. “¿Por qué tan amargado?”
“Solo estuve pensando” Cambió de posición para poder ver la cara de Kai. “Estuve pensando sobre como todo es tan injusto. Como nosotros los humanos hemos estado matándolos antes de saber qué tipo de personas son ustedes.”
“No todos los cadáveres son como era yo, Kyungsoo.” Le recordó. “No puedes meter a todos en la misma bolsa.”
“Lo sé. Pero hubieron muchos como tú, ¿Cierto? Imagina un mundo donde podemos salvar a cada uno de ustedes, uno por uno. Un mundo donde todos podamos vivir juntos de nuevo. Donde todos podamos ser… felices.”
Kai sonrió. “Yo ya soy feliz porque estoy contigo, ¿Tú no lo estás?”
“Si lo estoy,” Respondió “Pero quiero que todos lo sean.”
Kai presionó un suave beso en los labios de Kyungsoo. El cual fue respondido por un largo suspiro, un tanto de alegría como con un poco de tristeza inexplicable. Cuando Kai se separó un poco lo miró a los ojos buscando una respuesta. Se perdió en el remolino de emociones del débil humano, pero un poco más fuerte que los otros.
Pudo ver los sueños en esos ojos. No hace mucho, Kai había comenzado a soñar cosas también. Eran más sutiles que los de Kyungsoo, como tener una casa, un patio lleno de niños, Kyungsoo a su lado, un perro jugando en sus piernas con su hocico. No eran nada comparado con la cura mundial que Kyungsoo estaba pensando.
La nariz de Kai se frotó contra la de Kyungsoo. “Cuando sueñas, sueñas en grande, ¿No?”
“Supongo.” Los ojos de Kyungsoo se iluminaron. “Pero tú me ayudaras, ¿Verdad? ¿Tú quieres esto tanto como yo?”
“Claro que sí,” El otro le aseguró, acercándolo hacia él. “Haré todo para hacer al mundo tan feliz como quieres que lo sea. Pero ¿Cómo? No todos son afortunados como tú y yo.”
“¡Tao ama a alguien, Kai!” Susurró un poco alto Kyungsoo. “¡Tan sólo mencionarlo un poco, hizo que su corazón latiera!” El mayor salió del agarre de Kai y se paró ahí mismo, agitando sus brazos con tanta emoción que el ex cadáver pensaba que iba a estallar en cualquier momento. Kai lo observó, entretenido.
“Si es que encontramos a ese tipo, ¡Podremos curar a Tao! ¡Luego podemos encontrar a alguien para Chen! ¡Y Baekhyun! ¡Los curaremos a todos, Kai! ¡Uno por uno, juntos!”
La sonrisa de Kai creció. Se dio cuenta que había estado sonriendo más y más con Kyungsoo que lo que podía recordar antes. Una pequeña risita se escapó de sus labios.
“Estas muy determinado en hacer esto, ¿Eh?”
“Veo un futuro, Kai.” Suspiró y se enterró en el agarre del joven otra vez. “Un futuro prometedor, ¿No lo ves también?”
Kai le acarició del brazo. “¿Quisieras saber qué es lo que veo?”
Kyungsoo asintió con la cabeza.
“Veo un lugar donde los humanos y los cadáveres pueden vivir juntos. Zonas de juegos al aire libre, pequeños niños y pequeños niños zombie jugando juntos. Luego, el amor de sus amistades curarían a los niños zombie. Y también veo humanos y cadáveres caminando por las calles juntos, algunos tomados de las manos, hasta que el zombie se convierta en humano como su compañía. Veo arcoíris apareciendo por los cielos de nuevo, el sol brillando más que nunca, música sonando por las ventanas de las casas de todos.”
Kai se detuvo por un momento para acurrucarse en el cuello de Kyungsoo. Kyungsoo dejó salir una risita.
“Y luego nos veo a nosotros. Tú y yo. Mirando desde un techo. Me veo a mi mismo sintiéndome más orgulloso de lo que hubiera pensado antes. Estaríamos de la mano como las personas debajo de nosotros, y riéndonos como niños. Prométeme eso, ¿Está bien? Prométemelo, no importa cuán largo se ponga el plan, estaremos juntos durante todo el trayecto. Nunca olvides que esto comenzó conmigo salvándote.”
Los labios de Kyungsoo se curvaron en una sonrisa. “Me prometiste mantenerme seguro. Lo recuerdo. Y yo prometo estar contigo, para siempre.”
Kai lo besó de nuevo, con más pasión y dulcemente. El mayor se relajó tanto, que se sentía como arcilla entre sus dedos. El ex cadáver amaba cómo la apariencia dura de Kyungsoo desaparecía siempre que estaban juntos, dejando solo un chico vulnerable y humano tal cual.
Por otro lado, Kyungsoo disfrutaba los brazos de Kai sujetándolo fuertemente, un agarre feroz y posesivo. Aún lo protegía, actuando como figura paternal que el Sr. Do había sido, amando a Kyungsoo como nadie lo había hecho. Kai iba a estar con él para siempre. Kyungsoo estaba seguro de eso. Nada los podía separar. Nada de bombas atómicas. Ningún brote químico letal. Ni las armas, ni tanques, ni balas de cañón.
Kai había sido más que un humano incluso antes de que se convirtiera en uno. No había nadie más amable y dulce que él. Kyungsoo no podía imaginarse viviendo el resto de su vida sin él.
Con estos pensamientos, se separó de los suaves labios de Kai. El ex cadáver hizo un puchero, su labio inferior sobresaliendo de manera tentadora, rogándole por otro beso. Kyungsoo rio silenciosamente.
“¿Podemos dormir? Tenemos que despertar temprano para poder regresar a La Villa, ¿Recuerdas?”
Kai asintió y envolvió a Kyungsoo en un abrazo como una manta. El mayor dejó que su cabeza cayera sobre su hombro, cerrando sus ojos. Esto era mucho más cómodo que cualquier cama.
“Dulces sueños.”
Sehun despertó siendo acariciado por unos dedos a través de su pelo.
Esbelto y ágil, rozaron su cuero cabelludo muy ligeramente, trazando en circunferencias a lo largo de la piel. El toque era suave, casi incómodo, y parecía como si se estuviera generando más por curiosidad que por impulso a ser consolado.
Sus ojos viajaron hasta el brazo unido a la mano antes de que su mirada se pose en la cabeza por encima de los hombros. Sabía que era Luhan incluso antes de llegar a sus ojos incoloros, sus labios hermosos ya han sido un regalo.
De repente, tuvo el impulso de besar esos labios. No sentía lujuria o deseo, sino más bien en forma de agradecer al cadáver que cariñosamente acariciaba su cabeza y cuido de él. Tuvo la sensación de que Luhan fue su guardián durante toda la noche.
Cuando Luhan vio que Sehun había despertado, su mano voló de inmediato a su regazo. Miró hacia otro lado, casi como si sintiera vergüenza (tal vez; por esta experiencia llena de sorpresas, recordó a sí mismo), de haber jugueteado con sus dedos.
Sehun se incorporó y agarró una de las manos de Luhan en la suya. "Gracias. Por cuidar de mí."
Los ojos del cadáver eran serenos. Se quedó mirando la conexión entre ellos sumergiéndose en el calor del cuerpo de Sehun a través de sus poros, su propia temperatura de repente había llegado a un grado extraño y aterrador.
Sehun notó lo mucho más cálido que Luhan se estaba convirtiendo. Sus mejillas que parecían mantas blancas de nieve, se tornaban color pétalos color de rosa. ¿Acaso fue un rubor? ¿O simplemente calor?
Suelta la mano de Luhan distraídamente. El color se desvaneció al instante y Luhan se estremeció sintiendo el terrible frío de vuelta. Al menos todavía tenía el extraño golpeteo en su pecho...
"D-de nada", susurró, preguntándose si su respuesta a la gratitud de Sehun demoró cierto tiempo.
El hombre se puso de pie y se sacudió el uniforme de cualquier impureza. Mientras sus manos alcanzaron sus hombros, Luhan se acercó. Sehun lo notó y se congeló porque le estaba ayudando a colocarse el abrigo.
"L-Listo." Asintió con la cabeza. "D-de esta-manera."
No se dieron la mano ni se rozaron. Luhan caminaba delante, de vez en cuando mirando hacia atrás para ver si Sehun trataba de volver a escapar. Cosa que Sehun no estaba pensando.
Se encontró confiando en Luhan más de lo que debería. Caminaron por el pasillo donde sintió pánico la noche anterior. Ahora ya no tenía miedo nunca más.
¿Era seguro? Si Luhan dijo que lo era, Sehun le creyó. Pero iba en contra de todo lo que le habían enseñado en La Villa, en contra de todo lo que el Sr. Do advirtió constantemente a sus ciudadanos.
"Los cadáveres no sienten."
Sehun no estuvo de acuerdo.
"Ellos no sangran."
Ya lo veremos.
"Ellos no saben lo que es la bondad."
¿Oh, en serio?
"Son incapaces de sentir remordimiento."
Cállate la maldita boca.
Sehun volvió a tomarle de la mano. El cadáver se redujo visiblemente, hombros caídos mientras trataba de evitar el férreo control en su cuerpo, no quería sentir a quien estaba a su lado porque temía lo que vendría.
Sehun se detuvo y lo acercó a pesar de sus esfuerzos por escapar, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura. Hubo un momento de silencio, un momento en el que ambos escucharon sus propios latidos.
"Luhan."
El cadáver lo miró entre los mechones de su flequillo. Podía ver a Sehun sonriendo un poco. Estaba tratando de convencerlo a dejarse llevar, pero ¿Dejarse a qué?
"¿S-sí?"
Una de las manos de Sehun subió hasta su brazo y Luhan se congeló, yemas de los dedos acariciaban su carne desnuda. Luhan volvió a sentir calor corporal brotando desde sus mejillas como si fuera una flor roja y su labio inferior temblaba en la incertidumbre de pensar si siempre será así.
La mano de Sehun tomó la curvatura de su rostro, lo estaba quemando. Luhan no se atrevía a mirarlo a los ojos, las emociones que no debían sentirse terriblemente abrumadoras, lo hacían cada vez más.
"Cuando encontremos a Kyungsoo, vuelve a la aldea comigo."
Luhan se sorprendió. "¿P-por qué?"
"Porque te quiero conmigo."
La respuesta lo golpeó dejándolo mudo. Finalmente encontró la mirada de Sehun, mirada más preciosa en un abrir y cerrar de ojos. Su delicado rostro estaba a punto de sucumbir en un sollozo estruendoso.
"S-Sehun-"
"¿Por favor?"
"Pero yo soy..." Luhan se encogió. "Soy un muerto."
"Entonces, ¿qué significa esto?" La mano que sujetaba su mejilla, cayó directo al pecho del cadáver. "¿Qué significa, dímelo?"
Luhan miró su propio torso. Puso su propia mano y Sehun volvió a posicionar la suya encima, presionando leve donde estaba su corazón. Latía. El pulso era débil pero se sentía.
Sehun no quitó su mano cuando sus labios finalmente se estrellaron en Luhan. El beso era exigente y caliente. El cadáver quedó totalmente sorprendido. Perdió el sentido y los dedos de sus pies se estremecieron en sus zapatos desgastados. Era una sensación casi orgásmica.
Sehun apretó su mano en un puño, agarrando la camisa de Luhan y acercándolo más. Dios, esto era increíble. Los labios de Luhan eran increíblemente suaves y deliciosos que Sehun pensó estar follándoselos ahí mismo, llegando a la conclusión de que no tenía suficiente de esta sensación embriagadora.
Y el hecho de que el corazón de Luhan estalle a un ritmo considerablemente rápido para golpear violentamente contra su caja torácica, envío un torrente sanguíneo a través de todo su cuerpo, volviendo su tono de piel a un color hermoso y chocolate a sus brillantes ojos, haciendo que todo sea adictivo.
Muy adictivo.
Chocaron entre sí por accidente.
Kyungsoo estaba increíblemente sorprendido de ver a Sehun a través el pasillo. Sehun se movió a un ritmo rápido una vez que vio a Kyungsoo rodeado de cadáveres en un ascensor, se asusto y quiso intervenir.
"¡Aléjate!"
Si no hubiera sido por Kai agarrando la camisa de Sehun para detenerlo, cabeza de Chen hubiera salido disparada contra la pared. Para su suerte, golpeo una parte de su cuerpo y el cadáver se abalanzó sobre él, por suerte la fuerza de Tao y Baekhyun lograron detenerlo. Kyungsoo se petrificó al ver a Chen tan enojado, recordando débilmente lo hambriento que estaba el día que Kai vino en su rescate. Las manos de Chen se cerraron en lo que parecía asemejarse a las garras de un águila, tratando desesperadamente de extraer con sus uñas la carne de Sehun.
"¡E-ese humano!" Chen gruñó. "¡D-debe morir!"
Sehun sacó el agarre de Kai y quedó asombrado con él. "¿También habla?"
Kyungsoo se levantó de un salto sobre sus pies. "¿Qué quieres decir con ‘también’? ¡¿Has conocido a otro que puede?! ¡¿Dónde está, Sehun?!"
El más joven de todos levantó las manos en señal de rendición. Echó un vistazo alrededor a los seres que lo rodeaban. Kyungsoo, notó que el chico lo miraba con tanta intensidad que pensaba que iba a explotar. El joven se acercó, alto y delgado, labios deseables imposibles de no querer besar, Kai lo observaba con una mirada celosa.
En cuanto a los cadáveres, todos ellos se calmaron. Sehun entendió que ahora estaban en un ambiente de tranquilidad. Fue increíble.
"Sehun." La voz de Kyungsoo cortó sus pensamientos. "¿No se supone que venías con un cadáver?"
"Obvio. Está detrás de mí, ¿Qué no lo ves?"
Todos miraron detrás de la alta figura de Sehun. Kyungsoo no vio un cadáver. Tampoco Kai, Fue tan magnífico que sus ojos se podían salir.
Kai lo conoció desde hace mucho tiempo, habían sido amigos hasta el momento en que los cadáveres llegaron a irrumpir su escuela, y desde aquél entonces no recordaba su bonito color de ojos marrones. Sus pensamientos se desviaron a Sehun. Había sido el único que lo ayudó con su transformación. Reteniendo tal cosa, trajo una conclusión a su mente. Kai sonrió.
La boca de Sehun se abrió un poco mientras miraba a Luhan. Habían estado caminando momentos previos antes de llegar aquí, que no se había percatado del rostro de Luhan desde este ángulo. Era verdaderamente hermoso aquí y ahora.
Kyungsoo apretó el brazo de Kai con tanta fuerza que dolía. "¡Te lo dije! ¡Sí funciona! ¡Te lo dije! ¡Te lo dije!"
Kai le dio a su amigo recién humano, una sonrisa. "Te ves bien, Luhan."
Luhan se acercó a Sehun, los tres cadáveres bajaron la cabeza. El corazón de Kyungsoo se aceleró, y de inmediato se apresuró a ellos, abrazándolos.
"¡No se preocupen, chicos! ¿Vieron? ¡Sehun encontró Luhan y de repente pasó! ¡Va a pasar con ustedes también!"
Tao silbó. "¿Y qué si es d-diferente?"
"Tienes que creer", Kyungsoo añadió. "Trata de soñar, Tao. El sueño de una nueva vida y dejar ésta detrás."
El ceño fruncido del cadáver se volvió en una leve sonrisa. "O-okay."
"Tenemos que seguir adelante", Sehun exclamó. "Apuesto a que Kris está buscándonos en este momento, Kyungsoo. No tengo idea de cuántos cadáveres matará para llegar a nosotros. Usted sabe cómo es él para cumplir una misión".
Kyungsoo asintió y se puso de pie. "Continuemos entonces."
El grupo de siete caminó lentamente. Kai los dirigió, sin miedo y dispuesto a luchar, sus ojos puestos en los cadáveres para protegerlos. El olor de Luhan era fuerte ya que la sangre bombeando por sus venas era fresca, lo cual atrajo la mirada de muchos muertos más de un par de veces.
Baekhyun y Chen lo cubrieron pegándose a él mientras caminaban, sus hombros eran apretados entre dos cuerpos fríos. Luhan sabía que era por su protección, pero no pudo contener un grito cuando Baekhyun le dio un codazo accidental en las costillas.
"L-lo siento."
Kyungsoo los miró. "Chicos, no llamen la atención."
A su manera, salieron del garaje exhalando suspiros de alivio. Kyungsoo dio la bienvenida el aire del mundo exterior. Estar encerrado no era comparado con la brisa, incluso si estaba contaminada.
Kai apretó su mano mientras continuaban su marcha fuera del perímetro de la plaza de garaje y en terreno abierto. Cantidad de cadáveres deambulaban alrededor en busca de alimento. Incluso Luhan se percató del grupo que había observado cuando conoció a Sehun.
Kyungsoo apoyó la cabeza en el hombro de Kai. "Sabes a dónde vas, ¿verdad?"
"Por supuesto." Kai lo besó en la comisura de los labios. "Conozco todo como la palma de mi mano."
"Mira allá."
Kai siguió la dirección en la que Kyungsoo estaba señalando hasta que su mirada se posó en un árbol desnudo. Se rió en voz baja, reconociéndola como aquel donde Kyungsoo quedó atrapado debajo de su cuerpo por primera vez.
"Mi arma aún sigue ahí", dijo Kyungsoo. "¿Debería recuperarlo?"
"Déjalo", respondió Kai. "Si hay algo que los cadáveres tienen miedo, se trata de un arma de fuego. Notarán que eres humano y no dudarán en matarte."
Kyungsoo miró la hierba marrón debajo de sus pies. "Sigo en deuda contigo. Gracias por eso."
"Bueno, prometí mantenerte a salvo. Y que no se te olvide lo que me prometiste."
Kyungsoo lo besó. "Nunca."
En algún lugar detrás de ellos, Kyungsoo escuchó algo parecido a cuando tienes náusea y provenían de Tao. Tal vez estaban un poco demasiado tiernos y cariñosos...
Cuando llegaron a la valla que separa el territorio humano de la tierra de cadáveres, Kyungsoo miró hacia atrás. No lo podía creer, pero sentía que echaría de menos este lugar. Echaría de menos cuando todo comenzó. Pero también, pensó que la valla divisoria se vendría abajo. Las paredes que rodean el pueblo desaparecerían. Kyungsoo sonrió para sus adentros.
Con esos pensamientos, empezó a subir la valla, Kai detrás de él. Las manos de Sehun sujetando la cintura de Luhan mientras daba un pequeño impulso antes de seguirlo también. Los cuatro humanos aterrizaron en el suelo del otro lado, cuando se dieron cuenta, Tao, Baekhyun, y Chen no se movieron. Los tres cadáveres se quedaron mirando a través de los agujeros de la valla.
"¿No vienen?" Preguntó Kyungsoo. "No tengan miedo".
El pelo negro azabache de Tao se meció con el viento. "¿P-pero y si nos m-matan?"
La expresión tranquila de Chen se volvió en mido. "E-ellos podrían d-dispararnos".
"E-estamos muertos, K-Kyungsoo", añadió Baekhyun. "N-nuestros amigos t-tuvieron oportunidad. ¿Y s-si nosotros n-no?"
Kyungsoo se apretó a la cerca y cogió sus manos. "Pues tendrán que dispararme a mí primero."
Los tres cadáveres se quedaron mirando sus manos extendidas. Chen fue el primero en confiar en Kyungsoo, lo que le permitió al humano echarle una mano. Con una pequeña sonrisa, comenzó su ascenso por la valla con cierta dificultad, las extremidades muertas luchaban para moverse, no recuerda cuándo fue que hizo ejercicio.
Baekhyun fue el siguiente y subió más rápido y con mucho más entusiasmo, fue algo que los humanos no esperaron ver. Se quedó un momento en la parte superior de la valla antes de pasar al otro lado, haciendo un sonido feliz una vez abajo.
Kyungsoo vio que Tao aún no estaba tan convencido. "Él está aquí, ya sabes. Tal vez se acuerda de ti."
Tao bajó la cabeza. "S-sé que está a-aquí. T-todavía r-recuerdo cuando a-apuntó su p-pistola en mi c-cabeza."
"Kris merece una oportunidad, Tao."
El cadáver miró al ser humano. Rubor arrastrándose hasta sus mejillas lentamente, y con la determinación grabada en su cara, trepó la cerca con la agilidad de un ninja.
Entonces es verdad, Kyungsoo pensó mientras lo observaba saltar a su lado. El amor verdadero te vuelve humano.
Kris rodó su jeep por el rocoso camino lejos de la aldea.
Sus ojos se estrecharon tras sus gafas de sol, la mirada encendida. Sus manos agarraron el volante con tal fuerza, que los nudillos se volvieron blancos y sus dedos adormecieron.
Nunca en su vida había estado tan enojado con Kyungsoo, Sehun, el Sr. Do, Suho, Lay, y todo el mundo en el puto pueblo. Odiaba esta excursión a la Tierra Zombie; odiaba el hecho de que estaba perdiendo el tiempo buscando dos idiotas que le importaban una mierda. Era un tipo cruel y lo sabía. No es que siempre era así pero por circunstancias de la vida, hubo un tiempo en que el remordimiento era algo que estaba a su favor, cuando estaba en contra de tomar un arma en sus manos.
Tan pronto como perdió a la única persona que le importaba, esos días habían terminado. Kris no había dudado en coger un AK-47 y disparar al cadáver que llevaba el rostro de su amante. No tenía sentimientos, nunca más.
Agitó la cabeza para disipar los pensamientos. No. Ya no iba a pensar en el día que perdió al niño que conoció durante su visita al refugio en China. Ya no iba a pensar en la forma que él logró romper su caparazón enseñándole lo que es amar. Olvidaría las manos enterradas en sus cabellos mientras se besaban, olvidaría las piernas atadas a su alrededor mientras hacían el amor, la sonrisa tímida, o la que formaba cuando hacia chistes tontos compartiendo tiempo juntos.
Olvidaría a Tao.
Con el tiempo.
Tal vez nunca.
Pero, ¿quién podría asegurarlo?
Kris parpadeó para contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, agradecido por las gafas que lo cubrían plenamente. Suspiró por los recuerdos vividos y trató de calmarse, sin embargo, no pasó desapercibido por Suho quien ocupaba el asiento de al lado.
"¿Estás bien?"
Kris asintió rápido. "¡Sí! Solo fue alergia. No te preocupes."
"Si tú lo dices." Suho giró en su asiento para mirar atrás. "¿Todo bien, chicos?"
Los más jóvenes le dieron guiños corteses. Sus uniformes de soldado quedaron un poco extraños, demasiado flojo en el más pequeño y demasiado apretado en el más alto. Sus cascos caían sobre sus ojos, sus armas se aferraron a sus pechos y el sudor corría por sus rostros. Suho les sonrió asegurando el recorrido. "No estén nerviosos, muchachos. Lo han hecho muy bien en la práctica. Todo saldrá bien."
El recolector de basura (Chanyeol, ¿verdad?) Volvió a asentir. "Gracias por esta oportunidad, señor."
Xiumin, el barrendero, forzó una sonrisa en su rostro. "Uh-huh Gracias."
Luego, Suho miró al cadáver atado al capó trasero del coche. Lay le dio una mirada incómoda gruñendo en la parte posterior de Kris, odiando el hecho de que se había visto obligado a participar también de ésta misión.
"Lo siento, Lay," Suho declaró. "Sé que me desprecias ahora mismo, pero te necesito en caso de que algunos cadáveres vengan a atacarnos. Prometo que te dejaré ir después. Usted no tendrá que volver a la aldea."
Lay sacudió la celda y dejó escapar un gemido. El corazón de Suho prácticamente se rompió ante el sonido, y odiaba a Kris por haber sugerido traerlo con ellos, igual corría peligro. El soldado al volante gruñó con desaprobación. "No se disculpe con él. Muy pronto estará feliz cuando deje su jaula de mierda."
Lay gritó furioso para Kris, y una vez más, sus manos sujetaron a Xiumin y Chanyeol lo ayudó a que se zafe. Kris miró a través del espejo, sonriendo al vano esfuerzo de Lay.
"Estira ese cuerpo, nene."
Suho cruzó los brazos sobre su pecho. "Por Dios, ¿Hace cuánto aprendiste a hablar así?"
"Hace mucho tiempo." Llegaron a la valla donde se había separado de Sehun. "¿Es nuevo para ti?"
Suho no respondió. Su atención había sido capturada por el grupo de cadáveres que se dirigían a ellos. Habían logrado traspasar la valla (por encima o por debajo de ella o lo que sea) y caminaban en dirección a La Villa.
Desde su posición, Suho no podía ver con claridad además del giro que hizo Kris con el jeep, pero pudo contar un total de siete cadáveres. Era imposible que pudieran contra ellos.
Kris detuvo el jeep lentamente, sin hacer mucho ruido. Los cadáveres parecieron darse cuenta mientras uno de ellos se acercaba rápidamente, prácticamente corriendo hacia ellos.
Lay observaba la figura que se aproximaba, y conociendo que un cadáver se movía suave y escasamente rápido, dejó escapar un grito desesperado, tratando de quitar el arma de Kris de su hombro.
Suho volvió a mirar al zombi encarcelado. "Quédate quieto, Lay."
"¡N-no dispare!" Lay miró a Chanyeol y Xiumin. "¡N-no!"
"Oh, ya cállate." Kris se puso de pie en su asiento y preparó la pistola, fijó la dirección antes de jalar del gatillo diciendo un "Woops~"
Y cuando tiró del gatillo, Kyungsoo no supo qué fue lo que le golpeó.
[¬º-°]¬ Bonus Chapter