Off to the Races
PARTE 2
ʅ
“¡Kyungsoo!” Zitao grita feliz cuando lo ve abriéndose paso entre la multitud. No está lo suficientemente cerca a estar ebrio para estar haciendo esto pero había tenido que quedarse en el hospital hasta tarde y no quiere perderse las peleas por completo. “¡Por fin! Tu amigo y yo nos preguntábamos cuando vendrías.”
“¿Amigo?” Kyungsoo pregunta distraídamente, ojos dirigidos hacia el cuadrilátero donde Wu Fan está asfixiando a un tipo rubio que Kyungsoo no logra reconocer. El tipo rubio pisa a Wu Fan en el pie, haciendo que afloje su agarre lo suficiente para que el hombre volteé y envíe un rodillazo a la ingle de Wu Fan. La audiencia grita en simpatía.
“Sí, ese tipo. Olvidé su nombre, lo siento,” Le dice, señalando al otro lado del cuadrilátero. Kyungsoo sigue la dirección que está señalando hasta que se encuentra directamente con los ojos de Jongin. Jongin eleva un cigarrillo de su boca y sopla una nube de humo, sonriendo con tanta suficiencia que Kyungsoo está seguro de que él acaba de matar a uno de sus peores enemigos.
“¡Vas a matarte como a esas moles!” grita, cuando está lo suficientemente cerca de Jongin para ser escuchado por él, Zitao pisándole los talones.
“Ajá, médico,” Jongin le envía una distorsionada sonrisa, tirando el cigarrillo al suelo y moliéndolo con el talón de su gruesa bota negra.
“¡Ja! ¿D.O. un médico?, ¡Ésa está buena!,” Zitao ríe, y Kyungsoo ve los ojos de Jongin ampliarse brevemente antes de que una sonrisa de autosatisfacción se situé en él.
“¿Qué estás haciendo aquí?” Kyungsoo sisea, observando alrededor para asegurarse de que Zitao esté distraído por la lucha que se suscita a sus espaldas. La audiencia estalla en un coro de abucheos y burlas. Wu Fan debe estar perdiendo -a todos les agrada ver a Wu Fan ganar. Personifica la figura de un buen ganador; aterrador e intimidante, apuesto incluso, con el cabello empapado de sudor, puño sangriento en alto en señal de triunfo.
“Su número fue uno de los que llamas con mayor frecuencia,” dice Jongin, señalando con el pulgar en dirección a Zitao. “Imaginé que sería un amigo, novio, alguien quien pudiera culparme por lo de anoche. Nunca hubiera esperado… esto.”
Y aquí es donde Jongin barre una mano abarcando el exterior, como para disfrutar de la audiencia, el cuadrilátero, el sucio callejón -tan diferente del pulcro y esterilizado hospital. Kyungsoo aún no puede creer que Jongin haya deslizado del bolsillo su teléfono en plena luz del día y que ni siquiera se haya percatado.
“Nos vamos,” Kyungsoo dice escasamente, envolviendo sus dedos alrededor de la muñeca de Jongin, ignorando la forma en que su piel se enciende al rojo vivo por el contacto.
“Pero aún no he visto al gran D.O. pelear,” Jongin protesta, tratando de liberar su brazo del agarre. Y Kyungsoo no ha peleado todo este tiempo en vano. Deslizando su otro brazo alrededor de los bíceps de Jongin, gira duramente y Jongin jadea de dolor, ojos agrandados por la sorpresa parpadeando hacia arriba para encontrarse con los de Kyungsoo.
“Y nunca lo verás, si depende de mí,” Gruñe, arrastrando a Jongin hacia delante a pesar de sus pequeños gemidos de dolor. No lo suelta hasta que han llegado al final del callejón, y Jongin está golpeando fuertemente su hombro con la mano que tiene libre.
“¡Estás loco!” Jongin dice cuando Kyungsoo finalmente lo deja libre, masajeando su muñeca.
“No se suponía que vieras esto,” Lo suelta, mirando fijamente a los desafiantes ojos de Jongin. “Se suponía que nadie debía ver esto.”
“¿Por qué? ¿Por qué no quieres que nadie se entere del calmado y confiable Dr. Do pasando sus noches golpeando personas en ilegales peleas callejeras entre borrachos y luchadores de Smack Down?” Le dice con burla, y Kyungsoo ya no puede seguir soportando esa sonrisa por lo que, extiende la mano hacia arriba y luego, su puño aterriza potentemente entre las costillas de Jongin. Todo el aire escapando de sus pulmones en un jadeo emitido por Jongin.
Inmediatamente da un paso hacia delante, las disculpas brotando de su boca como el agua de una tubería rota, pero Jongin lo ignora, se abalanza y colisiona sus bocas. Jongin no está siendo gentil, mordiendo y tirando de los labios de Kyungsoo, pero de todas formas el corazón de Kyungsoo está haciendo la misma impresión que hace un auto cuando se embala sobre una carrera a toda velocidad. Jongin tiene sabor a nicotina, a sudor, a metal y a terribles decisiones porvenir y Kyungsoo quiere más.
“Ven conmigo,” Jongin dice. Y Kyungsoo, bastante seguro de que está cometiendo un terrible error, lo sigue.
Terminan en un club, la música tan alta se puede escuchar a varias cuadras de distancia, pesadas notas graves hacen a la vereda ondularse y tiritar. Hay una larga fila de espera para ingresar, pero Jongin se dirige hasta el hombre de cabellos de oro parado junto a la puerta-Luhan el cantinero medio tiempo, Kyungsoo se da cuenta con sorpresa-cuando Jongin se apoya muy cerca y susurra a su oído, seductoramente. Inmediatamente, Luhan asiente y se hace a un lado, haciendo señas adelante. Kyungsoo siente un agudo revoltijo de algo parecido a los celos antes de recordar que Jongin no le pertenece.
Lo sigue en medio de la oscuridad y la vibrante música, sin sorprenderse está vez cuando alguien llama el nombre de Jongin, abriéndose paso entre el gentío para llegar hacia ellos.
“Sehun,” Jongin dice juguetonamente, y el chico ríe, oscuros círculos alrededor de sus ojos lo hacen lucir terriblemente pálido y demacrado bajo las sombrías luces del club. Kyungsoo se sorprende un poco cuando ambos se unen en un abrazo y Sehun atrae sus bocas juntas. Jongin gime en voz alta, y Kyungsoo siente otro arranque de posesividad, como si deseara partir la linda quijada de Sehun y así poder sacar su lengua fuera de la boca de Jongin.
“Entonces,” Sehun dice fuertemente, separándose finalmente hasta que solo mantiene un brazo alrededor de los hombros de Jongin.
“¿Quién es este?”
“Este,” Jongin dice, lamiéndose los brillantes labios de manera tan lenta que es casi pecaminoso, “Es D.O.”
“Lindo nombre,” Sehun dice, registrando el cuerpo de Kyungsoo de arriba abajo. Kyungsoo tiene la clara impresión de estar siendo evaluado.
“¿Qué puedo decir?” Jongin dice, llevando un dedo hacia el lóbulo de la oreja de Sehun para trazarlo y riendo cuando la respiración de Sehun sube. “Tengo buen gusto.”
“No lo dudo,” Responde con una risita, llevando su propia mano hacia la de Jongin para alejarla de su rostro. “¿Recuerdas a Jongdae?”
“Pensé que estabas cogiéndolo,” Jongin dice con el ceño fruncido, como si siempre estuviera pendiente de los encuentros sexuales de Sehun. Para el conocimiento de Kyungsoo. Tal vez es así.
“Oh, por supuesto que lo hago,” Responde alegremente, el brazo deslizándose hacia abajo para tomar a Jongin de la cintura y poder acercarlo más a él. A Kyungsoo realmente le agradaría romper su muñeca también. “Pero estoy odiando cada minuto de ello. Eso es lo que lo hace tan bueno. Jongdae es jodidamente escandaloso, juro que algunas veces me preocupo de que los vecinos se den cuenta que no soy el joven graduado inocente estudiante que todos creen que soy.”
Kyungsoo resopla burlonamente y Sehun dirige sus vacíos ojos hacia él, labios curvándose en una sarcástica sonrisa.
“¿Te parece gracioso?” cuestiona, enhebrando su brazo alrededor de Jongin y sonriendo perversamente a cualquier emoción que ve aleteando en el rostro de Kyungsoo.
“No, nada en absoluto,” Bufa en respuesta y Jongin golpea a Sehun en la nuca.
“Deja de intimidar a cada persona nueva que traigo,” Jongin ríe, y Kyungsoo trata de no pensar en cuanta gente Jongin ha “traído.” Se pregunta si presenta a todos a Sehun de esta manera. Pero entonces el brazo de Jongin está alrededor de su cintura, tomándolo consigo hacia la pista de baile, y para el momento en que Kyungsoo mira sobre su hombro, Sehun ya ha desaparecido entre la multitud.
“¿Sabes bailar?” Le pregunta en medio de la palpitante música y Kyungsoo realmente nunca ha hecho esto antes -no desde la universidad de todos modos, e incluso en ese entonces no era que saliera mucho. Pero Jongin no le da verdaderamente una oportunidad para responder antes de que ya esté presionándolo tan estrechamente a su cuerpo que Kyungsoo puede sentir la piel de Jongin arder bajo la delgada tela de su camiseta, Jongin rueda su cadera hacia abajo y Kyungsoo gime, su mano volando hacia su boca y ruborizándose por la vergüenza. Pero Jongin es todo un desvergonzado, su mano deslizándose entre ellos para palpar el cierre de los pantalones de Kyungsoo, y Kyungsoo definitivamente no ha hecho esto nunca antes, de todos modos no puede quejarse porque solo necesita algún tipo de fricción y sus jeans están repentinamente, demasiado apretados.
Jongin desliza ambas manos en los bolsillos traseros de Kyungsoo, sujetándolo suavemente, y Kyungsoo está bastante seguro de que no debería estar haciendo esto, pero mientras Jongin está restregando fuertemente contra él -tan caliente, ágil cuerpo dejando a Kyungsoo sin aliento, con el corazón flameando en su pecho, se niega en pesar que está mal. Sabe que debería estar avergonzado porque Jongin prácticamente se lo está cogiendo aquí en la pista de baile, oscuro y húmedo y la música es lo suficientemente alta como para ahogar todos los entrecortados gemidos de Kyungsoo. Jongin luce naufragado total -la cabeza inclinada hacia atrás, el cabello pegado a su rostro por el sudor, con una increíblemente seductora mirada salvaje profunda. Kyungsoo no puede quitar los ojos de él.
No está seguro de cómo llegaron a su departamento, pero no se preocupa de ello porque ahora, Jongin es suyo, esos oscuros ojos y boca roja, esos delgados dedos, todo es suyo. Y Jongin es precioso, yaciendo en la cama frente a él, con su respiración acelerándose mientras Kyungsoo embiste su miembro dentro y fuera, aumentando la velocidad cuando lo escucha gemir, inundándolo del sonido, calentando sus venas más rápido que cualquier alcohol.
“Por favor, ya, mierda -Kyungsoo -“Jongin tartamudea, y a Kyungsoo le encanta ser el único quien ha hecho a Jongin tan incoherente, sus normalmente sarcásticos comentarios han sido evaporados totalmente por jadeos de placer y Kyungsoo se inclina para presionar sus bocas juntas, sus lenguas enredándose suavemente alrededor de la otra. Jongin huele a colonia y alcohol, envueltos en una fragancia de flores, y Kyungsoo aspira profundamente, tratando de engullir cada centímetro de él, de sus temblorosos muslos a sus resbaladizos labios, inclinándose tan urgentemente contra su hermoso ser.
Y Jongin es tan estrecho y caliente que Kyungsoo sabe que no será capaz de seguir soportando por mucho tiempo, la sensación de Jongin debajo y encima y en sí, todo alrededor de él era por mucho, demasiado embriagador, así que extendió su mano y envolvió con ella, su dolorosamente duro miembro, su respiración se detuvo tan súbitamente que parecía como si se estuviera asfixiando y entonces se vino sobre la mano de Kyungsoo, aun deslizando sus caderas fuertemente hacia abajo para encontrarse con las embestidas de Kyungsoo hasta que este sienta las paredes de Jongin apretándolo alrededor suyo. Y luego se vino así, puntos estallando alrededor de las orillas de su visión mientras se derrumba sobre la cama, atrayendo el abrasador cuerpo de Jongin apretado contra su torso desnudo.
Cuando despierta en la mañana, aún desnudo, sábanas sucias y arrugadas, Jongin ya se había ido.
“¡Espera -algo está pasando!” Minseok grita con asombro, y Kyungsoo dirige su cabeza rápidamente lejos de la inmóvil figura de Jongin, con los ojos fijos en los tentativos repuntes danzando en la pantalla. Primero uno. Luego otro. Y otro. Al igual que aves, Kyungsoo piensa descabelladamente. Al igual que aves volando a través del amplio firmamento.
*
“¿Puedes verlas?” Jongin pregunta desde donde está recostado con la cabeza en el regazo de Kyungsoo, apuntando hacia el cielo.
“¿Ver qué?” Kyungsoo pregunta sin mucha atención, más interesado en la manera que la luz otoñal cae en el sedoso cabello de Jongin.
“Las aves,” Jongin dice, apuntando nuevamente, y está vez Kyungsoo eleva la mirada para encontrarse con varios puntitos volando en forma de una oscura línea contra las pomposas nubes. “Creo que se están dirigiendo al sur por el invierno.”
“No estoy seguro de si esa clase de aves migran hacia el sur,” Responde pensativo. “Ellas lucen muy pequeñas como para poder volar hasta allá.”
“Buen punto, señor sabelotodo,” Jongin resopla, pero no molesto porque está sonriendo. “Me agrada creer que son aves migratorias. Eso las hace parecer más misteriosas. Ya sabes, siempre en movimiento, nunca asentadas en un solo lugar.”
“¿Algo así como tú?” Kyungsoo ríe, y Jongin se sienta lo suficiente como para mirarlo.
“No soy un ave,” Jongin lloriquea antes de volver a estirarse sobre el regazo de Kyungsoo.
“Cierto, no lo eres,” Le responde con dulzura, deslizando sus dedos suavemente a través de sus cabellos. Pero por dentro, cree que Jongin es muy parecido a las aves. Hermosas, misteriosas, curiosas, con pequeños huesos tan frágiles que pueden romperse bajo la más mínima presión inadecuada. Kyungsoo corre una mano por el costado de Jongin y trata de no pensar en lo profundas que son las hendiduras en sus costillas, oscuras como moretones en medio de la lúgubre luz en el departamento de Kyungsoo. Vacío.
“¡Siento como si no te hubiera visto en mucho tiempo!” Minseok dice alegremente, sentándose al lado de Kyungsoo en la cafetería. Usualmente, Kyungsoo no va a la cafetería del hospital para el almuerzo -prefiriendo por mucho la comodidad de su oficina y la comida que trae de casa, pero Jongin ha estado hambriento la noche anterior, sollozando a las 2am hasta que gruñó y se fue a la cocina para prepararle huevos y arroz, casi dejando quemar todo porque Jongin decidió que la mejor manera de pasar los minutos era empujándolo contra el mostrador para besarlo con fuerza, una y otra vez hasta que Kyungsoo ni siquiera podía recordar su propio nombre. Desde luego que gracias a eso, no había recordado empacar comida para sí mismo hoy.
“Últimamente todo a estado un poco alocado,” Kyungsoo responde, posiblemente el eufemismo del año. Alocado (agitado) ni siquiera describe una parte de Jongin -la manera en que aparece en su departamento a todas horas, por lo general con olor a humo o licor, la manera en que arrastra a Kyungsoo a pistas de baile repletas de gente y a oscuros parques vacíos donde se sientan a observar las estrellas y Jongin preguntándole cuándo va a morir, la manera en que nunca se queda hasta la mañana siguiente. La manera en que deja a Kyungsoo sintiéndose tan lleno pero al mismo tiempo tan vacío.
“Tienes toda la razón,” Responde con simpatía, palmeando a Kyungsoo en el hombro quien se sorprende al darse cuenta que alguna vez, no se siente dolorido y golpeado. No ha vuelto al bar donde Yixing desde la primera noche con Jongin. No ha tenido porqué.
“¿Y cómo te va?” Kyungsoo pregunta, porque Minseok no luce cansado pero sí agobiado, como si el mundo lo estuviera siguiendo a pocos pasos tras él.
“Oh, estoy bien,” Responde con rapidez. “Solo se vuelve un poco solitario, ¿sabes?”
“Lo sé,” Kyungsoo dice, porque aún siente el peso del vacío, cuando despierta por la mañana y Jongin se ha ido, sin ningún rastro dejado que pruebe que fue real, que fue más una brisa etérea fusionándose en forma de un sueño. “Creo que sé de alguien que quiero que conozcas.”
“¿A qué te refieres?” Minseok pregunta con cautela, y Kyungsoo sonríe.
“Su nombre es Luhan,” dice, y puede ver el casi imperceptible brillo en los ojos de Minseok, aunque su boca mantiene el gesto de preocupación. “Creo que ustedes dos se llevarán realmente bien.”
“¿Quién es este tipo?” Yixing susurra con sutileza en lo que Kyungsoo camina hacia la barra, ubicando antes en una mesa a Minseok para luego dirigirse por unas bebidas. “Pensé que estabas con el otro chico. No me digas que eres ese tipo de persona jugadora.”
“Cállate,” Kyungsoo dice con buen humor. “Es uno de mis amigos del trabajo. Quiero presentarle a Luhan.”
“Del trabajo, ¿eh?” Yixing dice pensativamente, una hambrienta sonrisa formándose en sus labios.
“Ni pienses en preguntarle sobre lo que hago,” Kyungsoo advierte. “Ya le advertí no hablar sobre a lo que se dedica porque no se puede confiar en ninguno.”
“Aww, ¿No confías en nosotros?” Yixing ríe disimuladamente, mirando alrededor de Kyungsoo para tener otro vistazo de Minseok. “Parece demasiado agradable para ser un vendedor de seguros.”
“¿Piensas que soy un vendedor de seguros?” Kyungsoo ríe, y Yixing levanta las manos en un lindo gesto.
“Es el trabajo más frustrante y agobiante que se me pudo ocurrir,” Yixing explica. “Bueno, estás de suerte, Luhan está aquí hoy por un cambio. Al parecer, ha tenido que tomar otro trabajo a medio tiempo, así que tengo suerte si viene algunas veces a la semana. Pobre chico.”
“¿Por qué, qué pasó?” Kyungsoo pregunta con interés. Tal vez por eso Luhan aún estaba trabajando en el club en el que Jongin le pidió el favor.
“No lo sé, mencionó algo sobre pagar unas cuentas del hospital,” Le responde, dándole a Kyungsoo algunas botellas. “Ahora anda a sentarte con tu colega y me aseguraré de que Luhan pase a limpiar.”
“Gracias,” Sujeta las botellas y vuelve a la mesa donde está sentado Minseok, luciendo un poco incómodo. Kyungsoo no puede evitar el enfermizo revoltijo en su estómago al recordar la manera en que Jongin se acercó tanto a Luhan la primera noche, la manera en que todavía se apoyó en su cuerpo como si fuera un ancla contra las corrientes salvajes que fluyen a través de la vida de Jongin.
“Entonces,” Minseok dice con una ligera sonrisa, “aquí es donde pasas tu tiempo libre.”
“Oh, no seas tonto,” Kyungsoo ríe, esperando que no se dé cuenta de la preocupación y angustia que parece no poder borrar de sus ojos. “Solo he venido aquí un par de veces y pensé que sería agradable traer a alguien más alguna vez.”
“Bueno, estoy contento de que finalmente hayas decidido ser sociable,” Minseok dice alegremente, y Kyungsoo le da una irritada mirada. “Todos estamos algo preocupados de que murieras sin amigos y solo con tus dispositivos”.
“Sí, sí, preocúpense por mi bienestar emocional en otro momento, ¿ok?” Resopla y Minseok ríe.
“¿Qué puedo decir? Me preocupa -oh.”
Kyungsoo lo mira para ver qué es lo que ocasiono que Minseok dejara de hablar tan repentinamente y sonríe cuando ve a Luhan caminando hacia su mesa, Luciendo un poco confundido. Minseok parece no poder despegar sus ojos, incluso cuando Kyungsoo aclara su garganta en señal de que tal vez debería dejar de observarlo.
“¿Yixing me dijo que limpiara esta mesa?” Luhan dice con duda cuando se acerca. Entonces reconoce a Kyungsoo, sonríe. “¡Oh, hola! No me di cuenta que eras el que estaba sentado aquí.”
“Hola, Luhan,” Dice suavemente, aunque todo lo que quiere es encontrar a Jongin y estrangularlo si es que él es la razón de que Luhan luce tan cansado. “Uh, este es mi amigo Minseok. ¿Quieres unirte a nosotros?”
“Bueno, realmente debería estar trabajando,” Responde con tristeza, ojos deslizándose de Kyungsoo a Minseok. Pero cuando voltea hacia la barra, Yixing le da un pulgar hacia arriba seguido por un obsceno gesto de mano que Kyungsoo se alegra de que Minseok no pueda ver. Luhan rueda los ojos, pero no pierde el tiempo en deslizarse en la cabina al lado de Minseok, quien salta y se escabulle lo más distanciado posible, con los ojos muy abiertos.
Después de más o menos una hora -alrededor del punto en el que Luhan empieza a ponerse muy delicado, recostando su cabeza en el hombro de Minseok y colocando una amistosa mano en su muslo -Kyungsoo se disculpa y se despide de Yixing con un gesto mientras sale por la puerta. Casi llega a su auto cuando ve una oscura forma disiparse cerca a la pared del edificio de al lado, fuera de los círculos de luz emitidos por las farolas. Espera a que Jongin se acerque, que se acerque lo suficiente como para envolver sus brazos alrededor de su cintura, presionando su mejilla contra la coronilla de Kyungsoo. Pero entonces, Kyungsoo es volteado violentamente e impactado contra el auto, Jongin ignorando su jadeo de sorpresa y dolor.
“¿No trabajas?”, Kyungsoo sisea, y Jongin eleva una ceja.
“Claro que sí,” Le responde, aunque Kyungsoo no tiene ni idea de cuál podría ser si es que está diciendo la verdad. “¿Qué, de repente estás preocupado por mi bienestar?”
“No, estoy preocupado por el de Luhan,” Kyungsoo suelta, y Jongin acalla, ojos brillando peligrosamente en la sombría luz amarilla. “Luce medio muerto, Jongin.”
“Todo lo que recibí de Luhan lo voy a devolver,” Jongin resopla, manos enrollándose en los antebrazos de Kyungsoo. “Y eso no es asunto tuyo.”
“Lo es si voy a estar asociado contigo,” Kyungsoo gruñe, obligándose a ignorar la forma en que los ojos de Jongin se ensanchan ante sus palabras. "No quiero tener que mirar a Luhan y saber que es mi culpa que esté tan cansado, sería también mi culpa."
“Nada de ello es tu culpa,” Jongin dice con amabilidad, Elevando una mano y colocándola suavemente en su mejilla. “Kyungsoo, nada de esto es tu culpa. Es mi culpa. Y estoy arreglándolo, no te preocupes.”
Y Kyungsoo quiere estar enojado, quiere gritarle por tomar ventaja de sus amigos, por ser tan estúpido como para montar una maldita motocicleta, por continuamente encontrar nuevos modos de matarse así mismo de la manera más lenta y dolorosa que fuera posible, por hacerlo preocupar hasta que crea que va a temblar debido a la fuerza de su miedo y deseo. Pero no puede parar de tirar de Jongin y besarlo apasionadamente, solo porque luce tan hermoso bajo la vaporosa luz, brillando oscuramente en el agarre de Kyungsoo, y él nunca ha sido fuerte, siempre ha sido tan débil. Jongin es suave y flexible bajo su toque, enroscando sus dedos en sus cabellos y gimiendo de manera tan suave que suena a sollozo, y Kyungsoo es tan débil y sumiso.
Kyungsoo ha visto a tanta gente caminar en el hospital teniendo que envenenarse voluntariamente, enviándose a propósito a sí mismos en un espiral vertiginoso de desenfreno y agradeciendo a la amnesia, siempre se preguntó qué clase de persona, qué clase de mente, elegiría a ceder ante esa atracción. Con Jongin, cree que está empezando a comprenderlo.
“Aquellos realmente van a matarte,” Kyungsoo dice con un toque de tristeza, saliendo junto a Jongin al balcón y tosiendo mientras el humo de cigarrillo reviste el interior de sus pulmones.
“Menos mal que no tengo miedo de morir,” Jongin ríe, delicados dedos deslizándose de arriba hacia abajo, brillante punto ámbar fulgurando como una luciérnaga en la oscuridad de verano.
“¿Por qué no?” Le pregunta, colocando una mano encima de la de Jongin que descansa en el barandal del balcón, delineando cada vena y frágil hueso. “Todos tenemos miedo de morir. Es evolutivo.”
“No lo creo,” Responde pensativo, soplando otra nube de humo. El brillo de la luna cubre su piel con un extraño patrón de luz y sombra y Kyungsoo piensa que si no lo estuviera tocando no podría creer que Jongin realmente está parado aquí, hablándole. “No creo que tengas miedo de morir.”
“Lo tengo,” Kyungsoo dice con rapidez. “De verdad, de verdad, lo tengo. Sé exactamente cómo muere la gente, Jongin. Lo he visto. Y no es dramático como en las películas. Sus familiares y conocidos no están allí gritándote en la sala de operaciones para que los salves. En realidad es tranquilo y algo triste, y luego tienes que salir a donde los familiares están en realidad y no importa que suceda, ellos ya lo saben. La muerte es como una enfermedad, Jongin. Deja una cicatriz que simplemente no se borra.”
“Algunas personas quieren esas huellas” Jongin dice, y Kyungsoo ríe suavemente, recordando la vez en que le preguntó a Jongin porque no tenía ningún tatuaje y Jongin le dijo que tenía miedo a las agujas.
“No es esa clase de huellas,” Kyungsoo dice y Jongin mueve su mano hasta que sus dedos quedan totalmente entrelazados, el frío metal del barandal contra la piel de Kyungsoo. “Nadie quiere cicatrices como esas.”
“Bueno pues, las que tienes a causa de tus peleas, me gustan en ti,” Jongin dice. “Te hacen lucir peligroso.”
“Me imaginaba que te gustaría algo como eso,” Kyungsoo dice, sonriendo cuando Jongin lo mira, con los ojos iluminados por la luz lunar. Nunca se ha visto tan hermoso. “¿Por qué siempre te atraen las cosas peligrosas? Estás tan demente.”
“Es porque te dejan saber cómo se sentiría morir,” Jongin dice con simplicidad, recostando su cabeza en el hombro de Kyungsoo. “Sólo que después, tienes que hacerlo de nuevo porque no llegas a ese punto.”
“Wow, te ves muy molesto,” Dice Yixing, en lo que Kyungsoo empuja su cuerpo hacía la barra e inmediatamente se desploma, frente apretada contra sus antebrazos. “Casi creí que no te vería por aquí otra vez. Ese chico tuyo parecía estar haciéndote bien.”
“Cierto. Bien,” Kyungsoo murmura con una risa áspera, y las vibraciones hacen que le duela la garganta. Se pregunta si podrá calmarlo con algo.
“Déjame adivinar, tuvieron una pelea,” Pregunta deliberadamente, y Kyungsoo quiere lanzarse sobre la barra, riendo histéricamente ante la exageración. Porque en realidad no puedes pelear con alguien si no están en una relación. Y si no estás en una relación no sé supone que hiera tanto. No se supone que hiera de esta manera cuando una noche está dejando que Jongin lo penetre sobre su colchón, corazón acelerado salvajemente mientras trata de absorber cada una de sus pequeñas bocanadas, memorizando la sensación de su piel contra la suya, y a la siguiente noche está solo, sin saber cómo todo se vino abajo.
Zitao parece darse cuenta que no está de humor para charlas, porque simplemente se para junto a él y lo deja pasar al cuadrilátero, y Kyungsoo ni siquiera escucha a quien se está enfrentando, no escucha el nombre del delgado pero fuerte hombre que está de pie frente a él, con los puños en alto cerca del rostro de manera protectora. El hombre se mueve como un bailarín, todos los afilados huesos de la cadera y los agiles dedos, se estampan de varios golpes en el estómago de Kyungsoo antes de que esté se dé cuenta de que su contrincante se ha movido. Kyungsoo retrocede torpemente, los brazos subiendo para evitar varios golpes más, y luego apunta hacía el frente, puño chocando contra el pecho con la fuerza necesaria para derrumbarlo. La multitud ruge pero Kyungsoo jadea con dolor, cayendo de rodillas sobre el duro suelo.
Sus dedos duelen propiamente pero no le importa. El hombre se había sentido mucho como Jongin, pecho ligeramente hundido y firmes músculos flexionándose ante el toque de Kyungsoo de la misma manera de la noche en que Jongin fue a ver a Kyungsoo pelear. Y de repente, no tiene idea de por qué está aquí saliendo y lanzándose furiosamente entre la multitud, y es solo cuando está corriendo por el callejón, jadeando con respiración irregular que rasga sus pulmones, que se da cuenta que no tiene nada para beber. La brisa nocturna es fría, y envuelve alrededor de los brazos de Kyungsoo como un velo, tirando de sus manos y cabello, tratando de llevarlo hacía atrás.
Kyungsoo se desploma sobre la oscura hierba y mira las estrellas, anhelando que le den algún tipo de respuesta, anhelando que hagan otra cosa aparte de estar brillando millones y miles de millones de segundos a distancia, el tiempo fluyendo vacío junto a él en la oscuridad. Él siempre fue adicto a lo dulce, saboreando las suaves palabras y cálidas miradas, el azúcar derritiendo afablemente en su lengua, y se sorprende de no poder cubrir las paredes de su mente con un brillo confitado. Algunos pensamientos siempre corroen, como ácido quemando más brillante que la luna, reflejado en sus propios ojos y es consciente de estar dejando que todo esto vaya demasiado lejos -nunca tuvo la intención de dejarse consumir por más que el puro y cristalino deseo, pero este sentimiento es más que eso. Esto es algo más brillante, un contaminado fuego hirviendo en su sangre tan caliente que podría poner su piel en llamas, sin dejar nada más que pequeñas cenizas.
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