Off to the Races
PARTE 1 (2/2)
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“Whoa, ¿Estás bien?” Junmyeon pregunta, gimiendo en lo que Kyungsoo choca directamente en él, tirando de sus brazos una pila de sábanas cuidadosamente dobladas.
“¡Oh Dios, lo lamento!” Kyungsoo resopla, agachándose rápidamente y ayudando a Junmyeon a recoger la tela tirada junto al frío piso.
“Perdido en los pensamientos, ¿eh?” Pregunta alegremente, como si no se diera cuenta del preocupado ceño fruncido grabado en el rostro de Kyungsoo. Kyungsoo está agradecido de ello. Junmyeon siempre ha sabido cómo ser discreto.
“Lo siento, no es nada, debería ser más cuidadoso,” Resopla en respuesta, pasando cansadamente una mano por su cabello. Pero entonces oye una ruidosa voz detrás de él.
“Oye, Junmyeon, no creerás esto -acabo de ver a Jongin salir de la oficina de Minseok porque parece que -Oh. Hola, Dr. Do.”
Chanyeol, la viva imagen de la indiscreción, se detiene rápidamente mientras Kyungsoo se endereza y voltea, Junmyeon va hacia delante rápidamente como si tratara de reparar el daño.
“Estamos yendo por más sabanas,” Junmyeon dice firmemente, sujetando la muñeca de Chanyeol y jalándolo por el pasillo. “Ahora.”
“Pero yo -pero yo no -¡oye!” Chanyeol chista, pero finalmente se rinde y deja que Junmyeon lo lleve lejos de allí, lanzando sobre el hombro una preocupada mirada a Kyungsoo antes de desaparecer. Kyungsoo suspira, revisando su reloj para ver cuantas horas faltan para su cambio. Se pregunta si tendrá tiempo para ir al bar antes de dirigirse a casa.
Está absorto en su teléfono mientras realiza su recorrido hacia su auto al final del día, revisando e-mails que había perdido y respondiendo a los mensajes de Minseok, asegurándole que se deshizo de Jongin, que no era nada importante. Esta es probablemente, la razón por la cual salta violentamente cuando está abriendo la puerta del coche y de repente oye una voz en su oído.
“¿Aún ocupado?”
“Mierda, Jongin,” Kyungsoo jadea, pegando una mano sobre su acelerado corazón. “¿Qué es lo que estás haciendo aquí?”
“Tratando de hablar contigo, obviamente,” Responde, en realidad está usando la chaqueta de motociclista ahora, y huele a humo, calor e imprudencia. Kyungsoo ha visto más accidentes en motocicleta de los que puede recordar. “Ya que al parecer no estoy autorizado de preguntar por ti en tu lugar de trabajo.”
“¿Qué es lo que quieres?” Kyungsoo pregunta, cayendo sobre la puerta de su auto en derrota. No tiene ni la menor idea de qué es lo que Jongin quiere de él, porqué siquiera está aquí, solo sabe que no será capaz de darle lo que sea que quiera.
“¿Por qué eres un médico?” Jongin pregunta, y Kyungsoo lo observa, sorprendido por la pregunta.
“¿A qué te refieres?”
“Ya sabes, por qué decidiste convertirte en un médico,” Jongin dice alentadoramente, recostándose con gracia contra el auto de Kyungsoo, brazos cruzados sobre el pecho.
“Quería marcar la diferencia,” Responde honestamente, suspirando. “Y yendo a la escuela de medicina parecía una buena forma de hacerlo.”
“Escuela de medicina,” Jongin dice lentamente, como si saboreando el gusto de las palabras en su lengua. “Realmente suena malditamente aburrido.”
“De alguna manera lo era,” Kyungsoo concuerda, una pequeña sonrisa arrastrándose involuntariamente en sus labios. “Pero valió la pena. Porque ahora tengo la oportunidad de hacer esto todos los días.”
“¿No te cansas?” Jongin pregunta con el ceño fruncido el que Kyungsoo quiere suavizar.
“Por supuesto que sí,” Le dice. “Pero eso no importa. Y tú realmente deberías dejar de fumar.”
“¿Me acabas de delatar?” Jongin ríe, el sonido claro y brillante nada que ver con el graznido ronco que había sido la primera vez que lo escuchó.
“Adiós, Jongin,” murmura abriendo rápidamente la puerta del auto, deslizándose adentro, y cerrando de golpe. Tiene cuidado de no mirarlo mientras retrocede y deja el estacionamiento, permitiéndose solo una rápida mirada desde el espejo retrovisor cuando Jongin no es más que punto negro en la distancia, una mota de polvo en la ancha pared blanca del hospital.
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“No puedes seguir haciendo esto, Kyungsoo.” Yixing dice cuando Kyungsoo se lanza a sí mismo sobre la barra, desplomándose con la cabeza recostada en los antebrazos. “Voy a empezar a decirle a Zitao que traiga a Wu Fan para echarte cada vez que muestres la cara por aquí. Puede que tenga poca moral, pero sentarme en compañía de alguien que veo auto-destruyéndose, es algo que realmente no puedo tolerar, no puedo, enserio.”
“Entonces ignórame,” Kyungsoo protesta, antes de salir fuera del taburete y tropezando mientras se dirige a la puerta trasera.
“¡Lo digo en serio!” Yixing grita después. “¡Estoy llamando a Zitao justo ahora!”
Y Kyungsoo en serio considera voltear y mandar a Yixing a estrellarse contra su bien dispuesta colección de licores, pero tan pronto como la idea se forma es aplastada. No puede herir a Yixing. Yixing es frágil, amable, y puede que Kyungsoo algunas veces olvide que juró no dañar pero en momentos como estos, lo recuerda.
Con un cansado suspiro, da la vuelta y avanza hacia la barra, lanzando una mirada al severo rostro de Yixing y se va hacia la puerta principal. Cree escuchar a Yixing gritándole algo sobre llamar a un taxi justo antes de salir, pero Kyungsoo lo ignora. Por el momento, no le importa realmente el peligro. Sujeta el volante con fuerza esperando a que cambie la luz, y se pregunta por un momento sobre la emisión de noticias que vio esta mañana -un auto conducido a alta velocidad fue lanzado en la carretera, cristales y metal esparcidos en el asfalto como lluvia. Kyungsoo se pregunta qué se sentirá al caer tan fuerte.
“Has estado muy tranquilo últimamente,” Seohyun dice mientras están sentados en silencio clasificando papeles. Kyungsoo la mira con curiosidad, pero ella está abnegadamente observando los archivos, evitando sus ojos.
“¿Qué quieres decir con ‘tranquilo’?” pregunta, bajando la mirada a sus manos, mecánicamente pasando las hojas en dos filas.
“No lo sé,” Seohyun responde pensativamente, posando su mentón en una mano mientras trata de leer las pequeñas palabras garabateadas en la página en frente de ella. “Solo tranquilo. Me recuerda a cuando mi madre falleció. Mi padre estuvo muy tranquilo por un tiempo.”
“No lo sabía -lo lamento,” Kyungsoo dice suavemente, preguntándose por qué Seohyun le está contando esto. Hasta ahora han trabajado juntos por cerca de un año y medio, pero nunca se han hecho particularmente cercanos.
“Solo digo, no te preocupes,” Responde levantando una delicada mano para revisar su reloj. “Sé que es como decirle a un pintor que deje de pintar, pero si algo está destinado a ser, lo será. Cualquiera que diga que no existen las coincidencias simplemente no está observando lo suficiente.”
Kyungsoo no responde, pero por alguna razón su pecho repentinamente se siente un poco más ligero.
“Hum… ¿Kyungsoo?” Minseok dice, abriendo la puerta de la oficina de Kyungsoo y asomando la cabeza tentativamente. “¿Tienes un minuto?”
“Por supuesto,” Le dice con una sonrisa, haciendo señas para que Minseok entre. Está un poco sorprendido de ver que Minseok tiene una seria mirada en el rostro. Minseok siempre es tan agradable y alegre. “¿Qué necesitas?”
“Tengo una pregunta,” Minseok murmura dudosamente, y Kyungsoo se cuestiona porqué le toma tanto para preguntar. “Si eso está bien contigo.”
“Por supuesto,” Kyungsoo responde, cruzando sus manos en la carpeta en frente de él.
“Es… sobre Jongin,” Minseok dice, bajando la mirada hacia sus zapatos, y Kyungsoo se paraliza, una fácil sonrisa aún pegada en sus labios.
“¿Qué pasa con Jongin?” pregunta, forzando su expresión a una indiferente.
“Yo solo -Tú no -“ Minseok tartamudea, un sonrojo trepando en sus mejillas. “Nada pasó, ¿cierto?”
“Minseok,” Kyungsoo dice fríamente. “¿Estás acusándome de mantener una relación con un paciente?”
“¡No! Quiero decir, Yo solo… ni siquiera era realmente tu paciente, era mío…” Se desvanece, incapaz de mantener la mirada con Kyungsoo. “Yo solo tenía que preguntar porque… y él…”
“Nada pasó,” Responde severamente. “Estoy un poco molesto ya que al parecer, no confías en mí y tienes que preguntar esto, pero ambos somos profesionales aquí y lo entiendo. ¿Eso es todo?”
“Entonces creo que el realmente debe tener un problema,” Minseok frunce el ceño, y Kyungsoo lo observa, confundido. “Quizás deberíamos enviarlo a una evaluación psicológica.”
“¿De qué estás hablando?” Pregunta curiosamente, sorprendido cuando Minseok comienza violentamente ante la pregunta.
“Oh, demonios,” murmura, antes de enderezarse y mirar directo a los ojos de Kyungsoo. “Creo que deberías acompañarme.”
“¿Por qué?” Kyungsoo pregunta, pero Minseok solo se pone de pie y abre la puerta, manteniéndola así para que Kyungsoo pase. Caminan por el pasillo en silencio, y Kyungsoo nota que se están dirigiendo hacia la sala de emergencias.
“¿Ocurre algo?” pregunta mientas se acercan a los sonidos de llanto y las voces se vuelven cada vez más fuertes con cada paso.
“Bueno, no estaba seguro, pero ahora estoy bastante seguro de que es así. Por lo menos con Jongin,” Minseok dice crípticamente, abriendo la puerta a la sala de espera e indicándole a Kyungsoo que pase.
Kyungsoo detesta el área de la sala de emergencias. Es tan bulliciosa y agitada, y la larga fila de gente es tan deprimente para el que casi no puede soportarlo. Pero en ese momento, ni siquiera nota el ruido o el olor, o los desesperados rostros esperando por atención.
“Hey,” Jongin dice débilmente, esa misma sonrisa de complicidad empañado por una mueca de dolor que no puede contener, y Kyungsoo siente como su estómago se ha caído de repente a sus pies.
Girando sobre sus talones, da zancadas hacia la puerta, yendo al pasillo del hospital y Minseok sigue confusamente sus pasos.
“¿Estás b-“ Minseok comienza, pero ni puede terminar porque Kyungsoo está gritando por razones que no alcanza a entender.
“¿Qué demonios está haciendo él aquí?” Kyungsoo suelta, rodeando a Minseok que se le queda mirando con ojos preocupados. Su mente está girando, tocando un carrete interminable de imágenes de sangre goteando de la esquina de la boca de Jongin mientras sostenía su muñeca contra su pecho, moretones oscuros ya florecidos a lo largo de sus brazos.
“Va a estar bien, sólo un golpe leve y algunas fracturas”, dice Minseok, un poco rápido, y Kyungsoo se le queda mirando. “Bueno, está bien, tiene un riñón perforado y una hemorragia interna. Va a necesitar cirugía”.
“¿Pero qué está haciendo aquí?” Kyungsoo pregunta desesperadamente, golpeando sus puños contra la pared en frustración. “¡¿Qué carajos pasa con él?!”
“Eso es… un poco por lo que quería preguntarte,” Minseok dice en voz baja, colocando una mano sobre el hombro de Kyungsoo. “Chocó su motocicleta contra una pared.”
“¿Estaba ebrio?” Kyungsoo pregunta, con la voz amortiguada por la pared en la que apoya la frente.
“No, ese es el punto,” Minseok continua. “Llamó a la policía para reportar un accidente antes de que en realidad pasará -ellos llegaron justo a tiempo para verlo chocar la moto contra el divisor en medio de la carretera. Fue una locura.”
“¿Por qué…” Kyungsoo susurra, más para él mismo, pero Minseok parece creer que le pregunta directamente.
“Quizás tenga un problema,” Responde. “No creo que debas verlo mientras esté aquí. su lesión no es tan mala como la de la última vez, se curará en pocas semanas. Solo… permanece fuera de su camino. Yo me ocupare de él. Quizá solo busca herirte.”
“Herirme,” Kyungsoo ríe con dureza, antes de enderezarse y sacudir la mano de Minseok. “Gracias Minseok, me largo.”
Y voltea para ir en zancadas por el pasillo, sintiendo la mirada de Minseok hasta que dobla la esquina y sale de su vista.
*
“¡Despejen!” Kyungsoo grita y todo el cuerpo del chico se eleva de la cama, la columna arqueándose casi con gracia. El plano sonido de la pantalla hace eco en los oídos de Kyungsoo como un enjambre de abejas, tratando de pincharlo.
“No está funcionando,” Junmyeon dice suavemente, pero Kyungsoo lo ignora. Volviendo a posicionar las almohadillas contra la desnuda piel del chico.
“De nuevo.”
*Un horrible sentimiento de déjà vu golpea a Kyungsoo en el momento al que ingresa a la habitación, aunque nunca había visto a Jongin así - casi curado, sin vendajes manchados de rojo. Ya había trasladado la atención de Jongin a Minseok para ese momento.
“Creí que no ibas a venir,” Jongin dice, y su voz es un poco demasiado fría.
“No iba hacerlo,” Kyungsoo responde, saboreando la sensación de tener la delantera, por una vez. “Pero aquí estoy.”
“Pareciera la cosa más fácil de lograr,” Jongin se encoge de hombros. “No sabía de qué otra manera podría volver a verte.”
“Quieren ponerte en terapia," Le dice casualmente, aunque dentro de él, está temblando. El cabello de Jongin está cayendo suavemente en sus brillantes ojos y su cuerpo es esbelto y suave bajo las mantas, Kyungsoo siente la abrumadora necesidad de protegerlo, recogerlo y esconderlo dentro de su pecho para siempre. Pero eso no es lo que querría Jongin. Jongin odia los espacios pequeños, odia estar confinado.
“No iré,” Jongin advierte. “No tengo un problema. Solo quería verte otra vez.”
“Eso va contra las normas,” Kyungsoo dice, sin estar seguro de por qué le sigue el juego a su ridícula declaración, está fingiendo que quiere ver a Jongin nuevamente, preferiblemente en algún ligar sin blancas paredes y blancas sábanas y parpadeantes monitores.
“¿Por qué?, tú no eres mi médico,” Jongin gruñe. “Y de todas formas, tu no pareces ser un seguidor de las normas para mí.”
“Soy médico,” Kyungsoo dice con una cansada sonrisa. “Todos somos seguidores de las normas.”
“Tú no,” Jongin dice con firmeza, como desafiando a Kyungsoo a oponerse otra vez, así que Kyungsoo sólo sonríe. “Pero está bien, puedo seguir las normas cuando tengo que hacerlo. Al igual que la norma donde dice que puedo soportar pasar más tiempo en este horrible lugar con comida horrible y atractivas enfermeras vendrán a visitarme.”
“Estoy bastante seguro de que esa no es una norma,” Kyungsoo dice desplomándose en la silla, al lado de la cama de Jongin.
“Y aun así, aquí estamos,” Jongin sonríe.
“Ni me lo recuerdes,” Le responde y Jongin ríe. “Ellos creen que eres alguna clase de acosador demente.”
“Nah, No tengo tanta dedicación,” Jongin dice, a pesar que deja de reír.
“Estrellaste tu motocicleta contra una pared solo para terminar aquí,” Kyungsoo remarca y Jongin inclina la cabeza pensativamente.
“Mi mano se resbaló,” dice. “Además, se estaba poniendo aburrido. Dame tu dirección.”
“¿Qué? ¿Por qué necesitas mi dirección?” Kyungsoo pregunta, retrocediendo con incredulidad.
“Eh, déjame ver,” Jongin dice con fingida confusión, acariciando una barba imaginaria. “Oh, ¡claro! ¿Para ir a visitarte?.”
“Ni lo sueñes,” Le contesta, poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta.
“¿Realmente quieres verme aquí otra vez?” Jongin pregunta detrás de él, y Kyungsoo se detiene.
“Tienes que estar bromeando.”
“En realidad no tengo nada mejor que hacer con mi tiempo, tan triste como suena.”
Kyungsoo se mofa con incredulidad y sigue su camino hacia la puerta.
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“Se ha ido,” Minseok dice, una vez más asomando la cabeza por la oficina de Kyungsoo. “Jongin, se ha ido.”
“Oh, Está bien,” Contesta; sin saber porqué Minseok decidió venir para decirle eso. Claro, ayer se enteró de que Jongin se iría pronto, pero no se había percatado de que sería tan pronto. No es que realmente le importara. “¿Gracias?”
“Solo creí que debías saber,” Dice observando a Kyungsoo de una manera un poco demasiado intensa como para ser cómoda. “Le recomendamos que vaya a terapia, pero solo rió. Además, preguntó por ti pero le dije que estabas ocupado.”
“Gracias, Minseok,” Kyungsoo dice con una pequeña sonrisa. Es tierna la manera de cuánto se preocupa por él. Debería empezar a buscar el modo de devolverle el favor. Está 98% seguro de que Minseok es gay, tal vez debería tenderle una trampa con ese camarero que reemplaza a Yixing en sus días libres. Luhan ¿verdad?
“Eh… ¿Kyungsoo?” Minseok le dice y este lo mira, dándose cuenta de que sigue en la habitación. “¿Estás bien? Pareces un poco desorientado”
“Oh, sí, todo bien,” Kyungsoo sonríe, y está vez se expande por todo su rostro. “Gracias por todo, Minseok.”
“Cuando quieras,” Sonríe en respuesta. “Solo no quiero que tengas más cosas por las que preocuparte.”
“Sí,” Kyungsoo dice con un tono de tristeza. “Creo que ya tuve suficientes emociones en mi vida.”
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“Yixing,” Kyungsoo dice, arrastrándose hacia su taburete habitual. “Necesito ayuda.”
“Wow, ¿En serio? ¿El gran Do Kyungsoo tiene un problema?” Resopla, dejando de pulir los ya limpios vasos para acercarse. “Tú dirás, ¡No sabes cuánto he esperado este momento!”
“Bueno, en primer lugar, una persona realmente atractiva no deja de intentar hablar conmigo pero yo sigo negándome. ¿Por qué sigo negándome? Además, Perdí mi teléfono,” Kyungsoo suspira, palpando sus bolsillos tristemente. Luego se da cuenta de que está palpando el taburete que está a su lado, no sus propios bolsillos, y se detiene inmediatamente.
“Realmente necesitas revisar lo de beber,” Yixing dice con ironía. “Estoy muy seguro de que lo llaman un ‘problema’ cuando estás ebrio a las siete de la noche en un jueves.”
“Sí, sí, cállate,” Responde con fastidio. Hoy no se siente ebrio, aunque cree que hizo una parada en la licorería camino aquí. “Ayúdame.”
“Sí te conozco,” Yixing dice pensativamente, entrecerrando los ojos hacia Kyungsoo, “Y creo que lo hago, considerando hace cuánto has estado viniendo aquí, es probablemente porque estés siendo estúpidamente noble o algo.”
“No soy noble,” Kyungsoo resopla, lanzando su mano contra el mostrador con diversión -el fuerte ruido sobresaltando a algunos veinteañeros que están sentados cerca.
“Está bien, está bien, cómo quieras, solo deja de ahuyentar a los clientes,” Le dice apresuradamente. “¿Pero recuerdas la vez en que un idiota seguía tratando de buscarle pelea a Baekhyun e intentó pegarle en la cabeza cuando Baekhyun estaba de espaldas y tu saltaste metiéndote en el camino? Eso fue muy noble.”
“No soy un puto noble,” Kyungsoo repite, más amargamente está vez. “Y un día vas a ser arrestado por haber acogido jodidas peleas callejeras en el callejón y yo me voy a reír.”
“Ten cuidado,” Yixing advierte, y suena tan serio que Kyungsoo para de reír, mirando directamente al rostro de Yixing el cual sale y entra de foco. “Necesitas ser cuidadoso, no tengo ni la menor idea de qué es lo que haces para vivir pero estoy bastante seguro de que es algo realmente respetable y estoy bastante seguro de que no quieres perder eso.”
“Jódete,” Kyungsoo gruñe, empujando la silla y apresurándose hacia la puerta. No sabe por qué las palabras de Yixing lo han puesto de tan mal humor, solo sabe que odia ser ‘respetable,’ odia tener miedo de no ser ‘respetable.’
De un golpe abre la puerta de su departamento, apenas recordando de cerrarla detrás de él, y se desploma en el sofá, pensando en si llorar o en preparar algo de comer -cree que aún hay algo de arroz. Pero luego hay un golpe en la puerta.
“Hey,” Jongin dice, y Kyungsoo se acerca con tanta violencia que se golpea dolorosamente el codo con la perilla de la puerta.
“¿Jongin?” Es todo lo que alcanza a pensar para decir mientras Jongin le dedica una amplia sonrisa, pasando por él y entrando a su departamento, deslizando un celular en las manos de Kyungsoo en lo que pasa.
“En serio deberías ser más cuidadoso con tus pertenencias,” Jongin suspira, posicionándose cómodamente en el sillón como si fuera su sillón, y Kyungsoo realmente no entiende de qué está hablando hasta que examina el teléfono en sus manos y se da cuenta de que es su teléfono. El que pensó que había perdido hace un par de días.
“Esto es mío” Dice estúpidamente y todavía ebrio pero cree que Jongin también podría estarlo ya que sus ojos están tan brillantes además de su risa ruidosa que cuando Kyungsoo se derrumba en el sillón junto a él, solo un poco demasiado cerca, Jongin no se aleja.
“Sip,” Jongin dice, colocando sus brazos detrás de la cabeza y estirándose.
“Tenía una contraseña,” Kyungsoo insiste, preguntándose por qué su cerebro no puede pensar en algo más interesante para decir, como ¿Por qué demonios estás en mi departamento y cómo lo encontraste?
“Sip,” Jongin dice nuevamente. “Conozco a un tipo.”
“Estoy bastante seguro de que es ilegal,” Kyungsoo dice con un bufido, porque de repente se da cuenta de cuan ridícula es toda esta situación y lo enormemente divertida que es.
“Nop,” Responde, acercándose más a Kyungsoo y mirándolo intensamente, ojos disfrazados, oscuros y profundos. Kyungsoo puede oler el vodka en su aliento y debe de estar ebrio porque de repente desea saber qué sabor tiene en su lengua.
“Eso suena justo como un ladrón de bancos en una mala película diría después de ser atrapado,” Kyungsoo suspira y Jongin se acerca aún más -prácticamente ahora está sentado en el regazo de Kyungsoo, y Kyungsoo trata de deslizarse hacia atrás, pero no hay ningún lugar al que ir.
“Creo que ya no hace falta hablar más,” Jongin dice, y entonces se está inclinando adelante, besando a Kyungsoo ansiosamente, sus labios entrelazados una y otra vez hasta que se siente mareado.
El cerebro de Kyungsoo parece haberlo abandonado por completo, dejándolo mantenerse al ritmo de Jongin, manos acercándose para atraerlo más cerca, su lengua deslizándose por la parte posterior de los dientes de Jongin, quemándose suavemente con el alcohol e incredulidad. Y Kyungsoo hace unos años se había resignado a una vida sin este tipo de pasiones pero ahora, su cuerpo entero está ardiendo y Jongin es una chispa que quema, aún más brillante que él, añadiendo más leña al fuego.
“Jongin,” Kyungsoo jadea mientras Jongin muerde su labio inferior, casi lo suficiente para extraer sangre, antes de deslizar su lengua en tono de disculpa por la húmeda piel. “Jongin, Jongin, Jongin.”
“Aquí estoy,” murmura, enroscando sus dedos en el cabello de Kyungsoo y pasando rápidamente hacia delante de tal forma que en realidad, está sentado sobre su regazo, piernas situadas a ambos lados de sus caderas.
Desafortunadamente, en ese preciso momento, el cerebro de Kyungsoo decide retornar de sus inesperadas vacaciones y jadea. Ojos abriéndose repentinamente mientras se da cuenta de lo que está sucediendo justo ahora.
“Jongin,” dice, la palabra más clara esta vez, y Jongin lo mira con eso oscuros, oscuros ojos, haciendo eco desde la profundidad de los soles estallados, y Kyungsoo pierde el aliento por todo y en especial, por la ardiente piel de Jongin, está demasiado, demasiado cerca. “No podemos hacer esto.”
“A la mierda con eso,” Jongin gruñe, apretando los dedos que aún tiene clavados en el cabello de Kyungsoo haciéndolo gemir. “Puedo hacer lo que yo quiera.”
“Pero yo no,” Le responde y lo empuja tan fuerte que Jongin cae al piso con un golpe sonoro. Kyungsoo se estremece y trata de disculparse, pero antes de que tenga la oportunidad, Jongin ya está de pie, sacudiéndose, y caminando hacia la puerta, tirándola para abrir y saliendo por ella sin mirar atrás.
Kyungsoo posa su mareada cabeza en sus manos, y piensa en la forma en que sus labios aún cosquillean. Repentinamente, se siente dolorosamente lúcido, la pulsante electricidad circula en sus venas en lugar de sangre, el corazón transformado en un afinado motor de 700 caballos de fuerza ronroneando en la línea de salida de una pista de carreras como un buen educado Ferrari. Y Kyungsoo no puede ver nada noble en lo que está haciendo, sin importar lo que diga Yixing. Él no es más que un cobarde. Está asustado. Asustado de desear. Asustado de necesitar a alguien, asustado de adorar el placentero sabor en la boca de Jongin. Siente mucho miedo.
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