Indecision - Kai/Sehun/Kyungsoo (Trad. en español) CAPITULO 2

Aug 14, 2014 22:36

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Dos. (parte 2/2)



Melodía AQUÍ

Sehun nunca antes ha estado en un lugar como éste, donde las aguas son de un hermoso azul cristalino y el aire es confortablemente cálido con la esencia del océano en el viento. Nunca imaginó que tendría la oportunidad de ver un lugar como éste en toda su existencia, pero la vida está llena de sorpresas.

Lo último de su equipaje es llevado desde el aeropuerto de la isla más grande, hasta una de las más pequeñas. A juzgar por el criterio del sr. Kim, ésta isla es la menos concurrida, puesto que las barandas del filo la playa aún están en construcción, por lo que no hay muchos turistas que acudan a ella todavía.

Hay cientos de destinos tropicales alrededor del mundo sin embargo, su compañía se las arregló para encontrar éste nuevo lugar antes que la competencia lo hiciera. Sehun todavía está aprendiendo cómo es que este tipo de negocios funcionan. Frente a sus ojos, todo parece ser un poco imposible. De cualquier forma, las empresas Wu tienen un don para lograr hasta lo imposible.

“Aquí tiene su equipaje, jovencito.” Dice el piloto. Tiene un acento que Sehun no reconoce y usa una camisa de flores parcialmente desabrochada.

“Oh. Gra… cias.” Pronuncia lentamente, ya que no está acostumbrado a hablar en inglés. Pese a dominar la lengua, siempre cecea un poco al hablar.

“¡Bien! ¿Estás listo?”  El sr. Kim aparece de un salto. Si Sehun no lo conociera mejor, diría que lo está disfrutando.

Sehun está nervioso sobre este viaje pero mucho más nervioso por los acontecimientos de su vida. Al final, decide dejarse llevar y no pensar demasiado en ello porque, ¿qué tan seguido puedes conseguirte unas vacaciones pagadas?

“Sí. Estoy listo. ¿Qué es lo que sigue?”

“El hotel nos enviará nuestro transporte. Una vez que llegue aquí, podremos descansar antes de empezar a trabajar.”

“Cierto. El trabajo.” Sehun suena decepcionado. ¿Cómo puede una persona pensar en trabajar en un lugar como éste? No tiene sentido.

El sr. Kim nota el tono descorazonado de su empleado y se ríe suavemente con la brisa, las hebras de sus cabellos oscuros yendo hacia atrás y revelando una perfecta línea de mandíbula acompañado de un cuello definido.

Rápidamente, Sehun deja de mirarlo y observa un carro negro dirigiéndose hacia ellos. Está agradecido por la distracción porque todos los días anda notando cosas que no debería. Si este comportamiento de admiración continúa, no traerá consigo algo bueno, está seguro de ello.

“¡Whoa! ¿Éste es nuestro cuarto?” La quijada de Sehun se fue hasta el suelo cuando atravesó la puerta. Aunque pintoresco, tiene una sensación de amplitud, especialmente por el pequeño balcón que da una gran vista al océano.  Deja su equipaje tirado junto a la puerta y se dirige hacia el balcón, inhalando la salada brisa con una sonrisa satisfecha. Playas doradas y aguas resplandecientes se extienden todo lo largo que sus ojos pueden ver. Parece que el sr. Kim había tenido razón respecto al tema de los turistas, porque el área luce del todo despoblado.

Mientras tanto, Jongin está por su lado, ocupado con sus propios pensamientos. Está agradecido por las dos camas en la habitación. Después de todo, las requirió específicamente así. Hubiera sido demasiado personal y extraño tener que compartir la misma cama., sin mencionar que se sentiría culpable después de todo.

Ya había omitido aquella información para el momento en que Sehun preguntó si tiene esposa. Esposa, no¸ compañero, sí. Aunque bien podrían ser lo mismo. Jongin todavía se golpea a sí mismo por su pequeño desliz y está decidido a comportarse como se debe en todo el viaje.

“Esto es asombroso, sr. Kim.” Voltea y sonríe con la misma sonrisa que Jongin vio durante el vuelo. Piensa que dicha sonrisa es letal. Te hechiza hasta hacerte olvidar todo lo demás, incluido él mismo.

Jongin se aclara la garganta antes de proceder “Estoy feliz de que lo creas. Para ser honesto, estoy acostumbrado a éste tipo de cosas, así que tu fresco aporte es muy valioso. Sé que es fácil dejarse atrapar por todo el esplendor de aquí, pero ten en mente que vinimos por trabajo, ¿de acuerdo?”

“Sí, señor. Voy a hacer lo mejor. Si me vuelvo una molestia, siéntase libre de abofetearme.” Replica el más joven en tono serio.

Jongin arquea una ceja “¿Abofe... tearte?”

“Yo, Oh Sehun, le doy a usted, sr. Kim, la autoridad para abofetearme si tomo el viaje a La-La-Landia y olvido la definición de lo que significa la palabra trabajo. También confío en que me sacará de este lugar y me llevará de vuelta a casa una vez que todo esto acabe.” Toma un respiro antes de terminar con un leve asentimiento. “Cuento con usted, señor.”

Jongin se ríe ante la petición de su empleado. “Lo juro... Todavía no decido si eres el mejor o el peor secretario que alguna vez tuve.”

“No insistamos en eso. Me gustaría mantener mi trabajo. Al menos lo suficiente como para disfrutar del viaje.”

“Es bueno saber dónde están tus prioridades.”

“¿Recién te diste cuenta?”

Jongin deja la habitación con la excusa de que tiene que hablar con el dueño del hotel sobre algunas cosas. Aunque en realidad, siente que necesita distanciarse bastante de Sehun.

Estar con el chico en un ambiente personal, está demostrando ser un todo un reto. Hay tensión en el aire - como si se extendiera una banda elástica hasta su límite y mientras más se va extendiendo, más va asustando a Jongin. Solo Dios sabe qué pasará una vez que esa tensión se rompa.

¡Oh! Jongin se golpea a sí mismo en la cabeza. Se supone que tendría que haber llamado a Kyungsoo después de aterrizar. ¿Cómo pudo haberlo olvidado? Presiona el botón del ascensor y camina hacia adentro. Sintiendo la contracción descender,  la pesada sensación en su pecho se hunde junto a ella.

“Soy el peor novio sobre la faz de la Tierra. Sabía que esto sería un reto, pero ahora es ridículo.” Vocaliza su estrés en voz alta. “Estás dejando que unas pequeñas cosas te molesten. Sé profesional, enfócate, haz tu trabajo, y todo estará bien.”

Su monólogo pareció ayudar con la situación, sin embargo, mientras iba saliendo del ascensor hacia el gran lobby, parecía que su fortaleza empezaba a desmoronarse.

Descansar es una fantástica idea, ¿pero al menos es posible? Sehun se pasea por la habitación, emocionado y nervioso.  Es su primer gran viaje en la compañía (y quiere hacer un gran trabajo), pero su corazón no deja de latir por la idea de compartir habitación con el sr. Kim.

¿Qué tan raro tiene que ser dormir en la misma habitación de tu jefe? ¿Qué pasaría si él haría cosas vergonzosas mientras duerme? Hay solo un baño en su habitación, lo que significa que tendrán que bañarse en el mismo lugar. Mira su maleta y muerde su labio. Necesita tomar extra-precauciones para asegurarse de que el sr. Kim no vea su ropa interior.

Sehun suspira y decide mejorar la situación. Está en una isla tropical y todo está pagado. Oportunidades como éstas, no se ven muy seguido. Así que corre el zipper de su mochila logrando sacar un par de shorts y un polo manga corta, cambiando su ropa por ellas. No tiene intención de pasar todo su tiempo tirado en la cama.

Garabatea una nota sobre el cuadernillo del hotel y la deja en el vestidor. Añade a su vestimenta, unas sandalias y un par de elegantes gafas de sol y luego, más tarde, ya está en su camino hacia la desconocida playa.

“Ofrecemos gran número de servicios aquí,” declara la propietaria del hotel, Sherry. “Por favor, asegúrese de visitar nuestro lujoso Spá, el bar junto a la playa y el restaurante mientras dure su estancia. Si quieren tratar con algo diferente, nuestro Casino del crucero sale a flote a las 8:00 pm cada noche. Hasta ahora, hemos recibido un montón de maravillosos comentarios. Espero ansiosa oír sus maravillosos aportes, sr. Kim.”

“¿Casino en el crucero? Mi asistente y yo nos encargaremos de chequearlo. Planeamos cubrir todos los lugares mientras estemos aquí.” Responde Jongin con un perfecto inglés.

“Fantástico. Si necesitan alguna otra cosa, por favor, hágannoslo saber. Queremos que nuestros huéspedes pasen un buen tiempo mientras estén aquí.”

“Gracias, Sherry. Eso suena muy prometedor. Me gusta el establecimiento y el personal es bastante cortés. Estoy seguro de que no habrán algún problema.”

“Que lo disfrute, sr. Kim.”

Jongin aprieta su mano con una sonrisa profesional y hace su camino de vuelta al dormitorio. Cuando llega allí, Sehun no aparece por ningún lado.

“¿Dónde puede estar? Creí haberle dicho que se tomara un descanso.”

Y por el rabillo del ojo, Jongin ve el cuadernillo en el vestidor y lo recoge para leer una escritura familiar:

Sr. Kim
Lo siento, pero el océano estaba llamando a mi nombre.
No me perdí. Así que siéntase libre de golpearme cuando regrese. ^^
-Atentamente, su secretario de pacotilla.

“Oh Sehun, ¿qué voy a hacer contigo?” Jongin ríe suavemente. Su sonrisa cae y se elevan sus cejas cuando capta algo brillante y rosado asomar de la parcialmente apretada maleta de Sehun. “¿Qué es esto?” Levanta un pie y con la punta mueve la esquina para ver el objeto que sobresale de ella para luego reír a carcajadas antes de sacar su teléfono y enviar un mensaje
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Entiendo que salieras a dar un paseo pero, rosado… ¿usas interiores rosados?
>>ENVIAR

Sehun está sentado en la playa, observando cómo las olas se agitan en la playa cuando su teléfono vibra en su bolsillo. Su rostro se pone rígido tras leer el texto. Le tomó aproximadamente 30 segundos volver volando a su habitación, cerrar la cremallera y salvar lo que le quedaba de dignidad mientras el sr. Kim rodaba sobre la cama con un ataque de risa inigualable. Aparentemente, la operación Esconde-Tu-Ropa-Interior-De-Tu-Jefe se fue al tacho.

Sehun no quiere saltar del balcón, pero piensa en ello.

La mayor parte del viaje es bastante normal. Jongin y Sehun chequean cada parte del hotel y todas sus comodidades, hacen preguntas y toman notas cuando lo necesitan. Jongin le designa como fotógrafo y pide que tome una que otra foto realista del establecimiento. Así es como su última noche en el hotel llega y Sehun no siente nada sino decepción, puesto que nada ha jugado a su favor.

Acaban de visitar el spa dónde Sehun se niega a un masaje. No hay forma ni en el infierno, en que vaya a estar desnudo en la misma habitación que el sr. Kim. Sea su jefe y le ordene o no, simplemente no va a pasar. Se las arregla para aceptar un tratamiento facial y esquiva lo otro. El restaurante pasó de forma agradable con una relajante atmósfera y una asombrosa experiencia por la cena. Ninguno de ellos es experto en degustar pero aun así, se llenaron hasta los cachetes. Un par de horas más tarde, Sehun estaba encerrado dentro del baño, devolviendo los últimos tres postres que había devorado durante la cena (a pesar de su buen juicio). Y no ayudó en nada a su moral el que el sr. Kim empezara a reírse al otro lado de la puerta. Esos tres no sabían muy bien.

Las esperanzas de Sehun se vieron incrementadas cuando Jongin lo llevó al bar cercano de la playa. Desafortunadamente, ni siquiera pudo probar la peor bebida. “Estamos aquí por negocios”, había dicho el sr. Kim. “No sería profesional el que nos embriaguemos.”  Ninguna esperanza sobre disfrutar la vida tropical fue borrada después de eso. A menos que el sr. Kim consintiera tener al menos “uno o dos tragos” en el crucero del Casino a la noche siguiente.

Cuándo dicha noche llega, Sehun está tan emocionado que a duras penas logra contenerse. Una vez que el reloj marca las 7:30 pm, hacen su camino al muelle y abordan al muy anticipado crucero. El barco es realmente toda una maravilla, es fantástico, está decorado como un Atlantis bajo el agua con intrincadas fuentes de piedra y grandes peceras llenas de vida marina a lo largo del buque. El casino está lleno de gente para cuando llegan y Sehun se pregunta, de dónde han venido todos ellos. Está casi seguro de que no hay muchos turistas en la isla. Una buena porción de ellos deben ser pasajeros locales que pasan a dar un paseo por la ciudad.

“Wow. Ni siquiera sé por dónde empezar,” dice un Sehun boquiabierto.

“Por primera vez, no eres el único que se siente así. Nunca antes estuve en un Casino. Esto luce interesante, pero no creo que debamos dejarnos atrapar además, por la mirada llena de intensidad en los ojos de todos, debo decir que este lugar es como el lugar perfecto para despilfarrar dinero.” Añade el sr. Kim, pasándose una mano sobre su cabello secado por brisa del mar.

Sehun todavía no se ha acostumbrado a ver a su jefe usando ropa casual. Se atrevería a decir que el sr. Kim luce mucho más atractivo con unos jeans ajustados y una camiseta. No es de extrañar que no use ropas como aquellas a diferencia de otros altos mandos en la empresa. Todo el mundo estaría demasiado ocupado mirándolo como para preocuparse de hacer un buen trabajo.

“¿Qué es esa mirada?” Pregunta su jefe, mirándose a sí mismo.

“No es nada, señor. Estaba preguntándome por dónde deberíamos comenzar.”

“Ah. Buen punto. Creo que primero hablaremos con el personal del Casino para tomar algunos detalles del lugar y asegurarnos de que estamos cubriendo todo. Tal vez también, debamos hablar con uno que otro turista para que nos digan qué tal han sido sus experiencias aquí.” Jongin sonríe ante la lamentable expresión en los ojos de su secretario. “Y sí, Sehun, podremos tomarnos un par de tragos después de acabar con todo.”

“Usted es un buen hombre, sr. Kim.” Sehun pausa antes de poner sus manos juntas y morderse el labio. “¿Está la empresa Wu pagando por los tragos? Quiero decir… porque… no queremos clientes tomando bebidas de pésima calidad. Es lógico que nosotros las probemos primero, ¿verdad?”

El sr. Kim se ríe fuertemente y en voz alta mientras mueve su cabeza. “No tienes vergüenza, ¿o sí?”

Sehun se encoge de hombros. “Puedo encontrar la lógica en casi cualquier cosa.”

Un par de horas más tarde, ellos terminan con su trabajo. Sehun llega hacia el bar y exige ver su premio sobre el taburete. Jongin ríe por lo bajo y se desliza hasta sentarse junto a él, secretamente agradecido por ese tiempo y la oportunidad de disfrutarlo antes de ir a dormir en la noche.

Sehun pide un Martini de manzana y Jongin se decide por un mojito queen. Uno de los empleados le sugirió que lo probase. Jongin está tomando su quinto sorbo para cuando Sehun pide su segundo Martini. “¿Ya terminaste? ¿Qué rayos haces? ¿Inhalarlo?” Jongin no puede creerse lo rápido que Sehun se ha tomado la cargada bebida.

“¿Qué? ¿No puedo?” El otro es tan ciegamente inocente que es casi divertido. “¡Estaba muy bueno!”

“Si no vas más lento, el suelo empezará a sentirse bien para ti… porque terminarás durmiendo encima de él.”

“Eso no pasará. Puede que no parezca, pero soy bastante resistente al licor, sr. Kim.”

“Ciertamente, eso espero.”

“Está dicho. Me estaba preguntando… ¿puedo tener tres tragos en lugar de dos? ¡No le diré a nadie, lo juro!” Sehun infla sus mejillas y Jongin casi escupe su trago. No puede creerse que su empleado esté jugándose las cartas tiernas ahora.
“¿Hm? Yo… um… Bien, supongo.” Tropieza con sus palabras y se rinde antes de poder pensar realmente en ello.

“¿Crees que puedes guardarme el secreto?”

“¿Es en serio?”

“Oh cierto, lo olvidaba…” Sehun sonríe. “Grandes jefes como tú no pueden lidiar con grandes cantidades de licor.”

Jongin se burla. “Tendrías que saber que puedo beber hasta llegar a la tumba si quisiera.”

“Acepto el reto.”

Jongin acababa de ser engañado para tener una competición de bebidas con su asistente. Si se acobarda, pasará a los libros de records; como el más debilucho de todos los jefes en la historia y no puede permitir que eso ocurra. Disgustado, Jongin vacía su vaso y pide otro.

Tendrá que encontrar una forma de explicarle a la compañía la horrorosa cuenta del bar para cuando regresen al trabajo. Pero qué diablos, piensa, nunca sale a divertirse. Kyungsoo nunca quiere salir y hacer cosas como las que solían.

Es en este momento cuando Jongin se da cuenta de que no ha pensado en su esposo en lo absoluto. Lo llamó una vez para avisarle que había llegado a salvo, e incluso la conversación fue corta y concisa. Ni siquiera sonó como si Kyungsoo lo extrañara.

Esto solo hace que la metafórica daga en el corazón de Jongin lo atraviese aún más. “A la mierda”, piensa, “has trabajado muy duro y te mereces un poco de diversión. Disfruta solo esta vez. No te hará daño.”

Tres horas más tarde y una innumerable cantidad de bebidas, Jongin está exactamente dónde quiere estar -apartado del mundo y tropezándose sobre el muelle con un secretario igual de ebrio en su camino. Ambos deciden caminar de vuelta al hotel por la playa (si se puede llamar tropezar el colgarse, el uno del otro) en lugar de pedir el transporte del hotel.

“¿Sabe algo, sr. Kim?” Sehun arrastra las palabras mientras recoge una gran concha marina y la estudia. “Usted es algo así como esta concha. Duro por fuera y áspero en los bordes… pero si miramos el lugar correcto…” Sehun la voltea para mostrar el lado liso por debajo “Usted es increíble, como el interior de ésta concha.”

Hay un período de silencio antes de estallar en odiosas carcajadas, abrazados a sus estómagos con lágrimas asomando por las esquinas de sus ojos. “¿De dónde diablos sacaste eso?” Dice Jongin. “Sabía que eras especial pero…”

“¡Hey! ¡No te burles de mí! Mi lógica ha sido co-com-compro…”

“C-Compro… mierda… ¡Comprometida!” Ofrece Jongin.

“¡Sí!” Sehun señala a Jongin y lo palmea en la espalda. “Eso es lo que dije.”

Jongin le gruñe al viento. “¡Ahhhhh! ¿Por qué esto es tan duro? ¿Qué tan lejos está?”

“Creo que ya casi llegamos.”

Por algún milagro, Sehun está en lo correcto. Encuentran su camino hasta la entrada y avanzan al ascensor sin ser descubiertos. Les toma un siglo de tropiezos con la tarjeta de acceso antes de finalmente abrir la puerta. Al momento que están dentro, Sehun cae sobre la cama más cercana mientras Jongin tropieza con el borde de la alfombra sobre los azulejos en su camino al baño.

“De acuerdo. Esto no está bien.” Se queja Jongin desde la puerta del baño.

“¿Qué?” Murmulla Sehun entre las mantas.

“Se atascó.”

“¿Qué se atascó?”

“Mi cremallera.”

Sehun levanta su cabeza y la dirige en dirección al baño. “¿En serio?”

“Esto sonará realmente extraño, pero piensa en esto como un honor de alto mando. ¿Puedes ayudarme? Yo… No puedo ver dónde se atascó ésta maldita cosa.”

Sehun suspira sobre el colchón antes de hacer su camino y suspirar sin querer. Efectivamente, cuando entra al baño, Jongin está parado allí con sus manos sobre su entrepierna, luciendo completamente mortificado. “No puedo ayudarte si estás cubriendo tu… eso…allí.”

Para el alivio de Sehun, la hombría de Jongin todavía está oculta en sus calzoncillos. Sin embargo, nota que la ropa interior de su jefe es de un color verde limón con pequeñas ranitas en él. Sehun se cae al piso, riéndose lo bastante fuerte como para romperse una costilla.

“¡Y tú te burlaste porque yo tengo unos rosados!”

“Estás despedido,” chasquea Jongin.

“No, no lo estoy,” refuta Sehun.

“Oh, ¿en serio?”

“No si quieres tu cremallera en su sitio.”

“Bien. Solo apúrate y acaba con esto.”

Sehun se arrastra hacia Jongin y se arrodilla. Inicia liberando la tela atrapada de la terca cremallera. Es algo bueno que Sehun esté enfocado en lo que debería, cree Jongin, porque ésta situación se siente mucho más erótica de lo que debería.

En su embrollado estado, Jongin se pregunta cómo se sentiría recibir éste tipo de atención -con Sehun sobre sus rodillas y él dejándose llevar por sus deseos. Ha pasado demasiado tiempo desde que tuvo algún tipo de contacto íntimo y la forma en la que el húmedo cerquillo de Sehun se pega a su frente no está ayudando.

Justo cuando los signos de deseo empiezan a moverse hacia el sur, su cremallera se libera y Sehun vocaliza su victoria: “¡Cuántos secretarios pueden hacer eso!” Grita orgullosamente.

Jongin aclara su reseca garganta. Está agradecido cuando Sehun decide levantarse y salir del baño. Demasiada angustia, incluso después de haber vaciado su vejiga. Todavía no puede desechar el pulsante deseo que corre a lo largo de sus venas. Es inapropiado, ilógico y horrible. Pero no importa qué tanto quiera apartarse, la sensación no se detiene.

“¿Todo está intacto?” Bromea Sehun desde la cama, echado de forma inapropiada con una pierna cayendo a un lado.

Jongin asiente antes de echarse a su lado. Están en silencio durante muchos minutos. Iluminados por el suave brillo de la pequeña lámpara cercana.  Jongin no está seguro de qué es lo que lo obliga a hacerlo. Tal vez son esas miserables semanas pasadas las que lo hacen mover la boca de forma involuntaria. “¿Está mal que ya no sepa cómo se siente el amor?”

Espera que Sehun ignore la pregunta, pero está atónito cuándo el otro parece genuinamente interesado en lo que ha dicho. “Supongo que es algo malo. Pero al menos lo has experimentado. Yo traté una vez y no funcionó.”

Jongin voltea sobre su lado y le da la cara a Sehun, “¿en serio?”

“¿Qué? ¿Muy sorprendente?” Se burla Sehun.

“Pues sí.” Y Jongin realmente lo siente así. Recibe una incrédula expresión y yendo de nuevo contra su buen juicio, decide continuar: “Eres listo, trabajador, divertido y atractivo. No se ve bien el que no hayas encontrado a alguien a estas alturas.”

“¿Crees que soy… atractivo?” La esperanza en los ojos de Sehun es suficiente para sacar de un tirón el cuchillo incrustado en el corazón de Jongin. Su pecho se acelera, pero por una razón completamente diferente, y lo asusta. Jongin no está seguro de qué decir, así que vuelve al silencio, perdiéndose en la calidez y el vaho de licor en la respiración de Sehun.

De pronto, la temperatura en la habitación se eleva varios grados.

“Esto es peligroso. Estar así, junto a ti.” El alcohol en su sistema lo hace lo bastante audaz como para decir lo que en otra situación se aguardaría para sí mismo.

Sehun traga ante su cercanía. Puede sentir el calor corporal del sr. Kim irradiando y jalándolo hacia lo prohibido. “Podría decir lo mismo de usted,” confiesa.

Una pregunta silenciosa se mantiene en el aire -algo que los dos han pensado, pero no son capaces de decir. Jongin es tan solitario que esto está perjudicando su sentido común. Quiere sentir que únicamente le importa a alguien y que ese alguien se preocupe por él.

Sehun frunce el ceño ante el evidente dolor en los ojos de Jongin. Es difícil de mirar, y no puede hacer más que preguntarse, cuál sería la razón para que su jefe se sienta de esta manera. Y pensar que el sr. Kim parece un ente carente de defectos todo el tiempo…

No se sienten como co-trabajadores ahora. Solo son dos personas descansando en la misma cama, confesándose cosas el uno al otro en busca de comodidad. Sehun es el primero en moverse y llevar una de sus manos hasta el cabello de Jongin.

“No estoy seguro de lo que te haya pasado, pero de verdad, lo siento.” Fuerza una sonrisa, esperando que de alguna manera, esto mejore al sr. Kim. No es mucho, pero es lo único que puede hacer ahora.

Jongin cierra sus ojos y se enfoca en los delicados dedos de Sehun moviéndose a lo largo de sus hebras, tirando suavemente de los hilos, causando hasta el mínimo escalofrío recorriendo su espina dorsal. Este tipo de compañía se siente bien, pero hace que su corazón duela aún más.

Jongin mantiene sus ojos cerrados, temeroso de la reacción que obtendrá una vez que lo pida. “Sé que esto es una cosa espantosa de pedir, pero puedes quedarte… aquí a mi lado… ¿esta noche? Sería bueno recordar lo que es estar así con alguien. Solo eso y nada más, lo juro.”

Todo está en silencio antes que Sehun conteste con un suave “Ok”, y apague la lámpara. La oscuridad en la habitación hace más fácil situarse bajo las frazadas sin tener que mirarse el uno al otro. No le toma demasiado tiempo a Jongin el dormirse con los dedos de Sehun acariciando sus cabellos.

Aún está oscuro en la habitación cuando Jongin se despierta para cambiar de cama, pero siente un peso sobre su regazo, presionándolo. Su mente sigue nublada por el alcohol y no es hasta que un cálido aliento acaricia su piel y se da cuenta que Sehun estaba inclinado sobre él.

“S-Sehun… qué estas…” Jongin murmulla con urgencia antes de sentir dos dedos presionando sus labios para cerrarlos.

“No iremos lejos.” Susurra en sus oídos. “Solo pídeme que me detenga y me detendré. Lo siento, yo solo… necesito saber algo.”

De alguna manera, Jongin entiende a lo que Sehun se refiere. Esto no es ninguna casualidad. Ambos están rotos de alguna forma, es natural que dos piezas rotas quieran juntarse entre ellas. Tal vez no encajen a la perfección, pero es mejor que estar solos.

Suaves labios se arrastran por el cuello de Jongin y plantan un pequeño beso por encima de la clavícula. Jongin trata de detenerlo, pero al instante en que su piel comienza a quemar, jadea sobre el cabello de Sehun, apretando sus manos en las sábanas para evitar que éstas se muevan por sí solas.

Su reacción debe de haberlo sorprendido, porque Sehun detiene sus movimientos y permanece paralizado, sin saber qué más hacer a continuación. Jongin no se preocupa y rueda sobre Sehun, para que éste quede debajo. Y es ahora cuando sus ojos ya se acostumbraron a la oscuridad y pueden verse perfectamente bien el uno al otro. La vulnerabilidad que ve en Sehun casi lo hace sentirse culpable de no ser por notar una emoción plasmada en sus ojos y es inevitable -es deseo.

El corazón de Sehun late tan rápido que casi parece que explotará en su pecho. Ni siquiera está seguro de qué lo hizo empezar con esto. En un momento estaba descansado allí, pasando sus dedos a lo largo del cabello del sr. Kim, y luego estaba encima de él, preguntándole por algo que no requería experiencia laboral.

Piensa que debería detenerlo ahora, pero esa idea se ve rápidamente extinguida cuando Jongin clama por sus labios, ardiente y febril como la sangre corriendo a través de sus venas. Sehun deja escapar un jadeo cuando una parte de la lengua de Jongin entra en su boca y son capaces de saborearse el uno al otro por primera vez.  Se pierde en la caliente sensación sintiendo una mano haciendo su camino a la camisa de Sehun, uñas recorriendo a lo largo de su estómago dejando un rastro de besos a su paso. Sehun siente la exacta presión de la excitación de Jongin. El creciente dolor es tan fuerte que a duras penas, puede soportarlo. Está desesperado por algún tipo de fricción y se mueve, logrando que se rocen.

Jongin gime y saca de un tirón la camisa de Sehun, exponiendo la belleza de una inmaculada piel de porcelana. Tiene la urgencia de marcarla como suya, besa lentamente parte por parte, llevándose así mismo, pedacitos de la piel de Sehun, provocando que el otro suelte una serie de palabras ilegibles. Es como la música del alma que los alinea juntos, arreglando lo que estaba previamente destrozado.

La fricción entre ellos continúa subiendo al tiempo que su paso incrementa. Sehun tira del cabello de Jongin y empuja una mano bajo su camiseta, arañando la piel a su paso, no lo bastante fuerte como para romper su carne, pero sí lo necesario para hacerle saber que no era suficiente.

“Por favor… J-Jongin.” Suplica Sehun. A Jongin le toma bastante no llegar a su orgasmo ahí mismo, por oír su nombre salir de forma tan sexual de los abusados labios.

La desesperación asciende como lava ardiendo hasta que se dejan conducir por ella. Sus labios moviéndose al mismo tiempo de sus caderas, hasta que Sehun arquea su espalda y clama, con sus uñas arañando la espalda de Jongin mientras la electricidad explota bajo sus párpados. Jongin no está demasiado lejos tampoco, respiración cortada, músculos contraídos y alcanza su clímax al mismo tiempo.

Se quedan allí, jadeando por aire cuando Jongin decide descansar su cabeza sobre el hombro de Sehun, disfrutando del calor una última vez antes de rodar cada uno por su lado.

Ninguno de ellos habla hasta que la gravedad de lo ocurrido los golpea. No pueden negarlo, no después del desastre que acababan de hacer. Jongin trata de justificar sus acciones. No fue sexo. Ellos no tuvieron sexo. Todo está bien. Él no ha hecho nada malo. Pero sabe que eso no es cierto.

Oh Dios, Kyungsoo. Todo este tiempo han estado juntos, prometiéndose ser siempre honestos y leales sin importar lo que la vida les trajera y Jongin acaba de romper esa promesa sin pensárselo dos veces. ¿Qué va a hacer ahora? ¿Cómo va a explicarle esto a Kyungsoo? ¿Debería siquiera decírselo?

Y para colmo de males, ni siquiera le ha dicho a Sehun que tiene a alguien esperando por él en casa. Si se entera de Kyungsoo, la situación puede evitarse. Todo lo que Jongin ha hecho es cometer un error tras otro. Complaciendo sus deseos para obtener lo mejor de ellos, siguiendo un camino que nunca creyó que tomaría. Sin embargo, helo aquí -un mentiroso, tramposo y falso. Y se odia por eso.

Sehun está perdido en sus propios pensamientos, preguntándose si esto no ha sido sino un error desde el inicio. No ha tenido sexo con su jefe, pero bien que pudo haberlo hecho. No sabe demasiado sobre Jongin. ¿Quién sabe qué tipo de vida tiene fuera del trabajo? ¿Qué pasa si pierde el suyo propio? Tendría que empezar todo desde el inicio después de lo que pasó para llegar hasta allí.

Se siente como si fuera a llorar cuando se da cuenta de que se ha convertido en esa clase de persona -el tipo que duerme con su jefe. Ahora, sin importar el resultado, deberán mantenerlo en secreto. Mantener oculto algo como eso es vivir una mentira y Sehun no está seguro de poder hacerlo.

La noche es serena y el único sonido que entra, son las olas rompiéndose a distancia. El reloj de pared marca las 3:44 am.

Tienen que estar despiertos en menos de tres horas. Ninguno de ellos duerme, al igual que ninguna palabra es dicha, ni siquiera cuándo Jongin se levanta y coge un par de ropa limpia para encerrarse en el baño y no tener que mirarse el uno al otro.

Son unas largas tres horas, e incluso aún más largo el vuelo de regreso a casa, el día siguiente.

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No lo sé,, quiero llorar ASDKJFHASDKHFASDKJFHAJKSD este Jongin!! ;----;
Gracias por comentar~



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