RUNNING UP THAT HILL - Kaisoo (Traducción en español) Capítulo 16

Apr 24, 2016 23:02


Capítulo 16

Fue un viaje más que tranquilo hasta el apartamento de Kai, por un sinfín de razones. La más obvia de ellas era Luhan tendido en el asiento trasero del auto de Kyungsoo; quien había caído rápidamente dormido debido a la fuerte medicación. A pesar de que la posición no fuese la ideal para una persona herida, Kyungsoo insistió en esconderlo de cualquier potencial espía que pudieran encontrar en el camino. Por la misma razón, ya estaban fuera de la casa apenas amanecía, intentando minimizar el riesgo de ser atrapados.

Cuando Jongin despertó con Kyungsoo envuelto entre sus brazos, estaba oscuro todavía. Por un breve instante creyó estar en medio de un sueño, uno de esos raramente buenos; hasta que todos los recuerdos creados en esa cama sólo un par de horas antes, volvieron a él como un destello. Dos cuerpos ondeándose, flotando juntos, creando un tipo de energía simbiótica que no había experimentado con nadie antes. Temblando, tensándose, ardiendo de deseo... lanzándose en una carrera frenética hacia el clímax, como si la vida misma dependiera de ello.


Y después de la recompensa final, un vistazo dentro del alma de aquél hombre, un reflejo de la suya propia. Antes de que la noche terminara, un soñoliento Kyungsoo le preguntó si alguna vez había sido feliz. Una pregunta simple, sin una respuesta simple. Tal vez, Jongin estaba comenzando a alcanzar el verdadero significado de esa palabra.

La figura más pequeña del hombre se acomodaba perfectamente contra la suya, sus cuerpos desnudos adheridos cómodamente el uno al otro. Dolía tener que romper ese enlace pero así tenía que ser. Pronto amanecería, debían levantarse de todas formas. Además, no podía arriesgarse a que Luhan notara sus actividades nocturnas. No sólo haría a su amigo añadir una cosa más a su lista de preocupaciones, sino que generaría preguntas que el propio Jongin no sabría responder.

Logró alejarse de la cama y su propietario sin despertarlo. Desde el suelo, recogió sus bóxers y pantalones abandonados, descartados poco ceremoniosamente en algún punto de sus movimientos.  La luz de la luna ayudaba iluminando su camino a través del cuarto oscuro, y le concedió un recuerdo final para atesorar en su memoria: las sábanas desordenadas por todo el lugar, un testamento de sus esfuerzos y en medio de la cama, un muy desnudo Kyungsoo, completamente sumido en un pacífico sueño, perfeccionando la composición.

Si tan sólo pudiera quedarse.

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Fue el primero en levantarse, ya que realmente nunca llegó a dormir en la cama de huéspedes. Su mente estaba demasiado ocupada, reproduciendo las imágenes de hace un par de días atrás y preocupándose por el futuro. Cuando llegó el momento, diligentemente ayudó a Luhan aducharse, vestirse y tomar sus medicinas, aliviado de encontrar a su amigo mejor que el día anterior, aunque todavía un poco mareado. Luego de alistarse también, dejó la habitación con dirección a la cocina, tratando de conseguir algo para desayunar. No tenía idea de que alguien más ya estaba explorando dentro del refrigerador para el instante en que llegó.

Se planteó seriamente volver sobre sus pasos una vez vio a Kyungsoo, vestido con su traje de oficina, inclinado frente al refrigerador abierto. Pero luego concluyó que era ridículo huir ahora, luego de todo lo que habían hecho unas cuantas horas atrás; por mucho que el hombre afectará su juicio tenía que recordarse que sólo era sexo, a fin de cuentas. Nada porqué ponerse nervioso.

"Buenos días."

Era la primera vez que su presencia sobresaltaba a Kyungsoo, aunque la sorpresa tuvo un tinte trágico. Por reflejo, el mayor estiró la espalda y terminó golpeándose la cabeza con la parte superior del refrigerador, con la puerta abierta a la mitad.

"¡Oh, mierda!" Corrió rápidamente a ayudarlo, mientras el otro frotaba el lugar del golpe frunciendo el rostro en dolor. "Hey, hey, ¿estás bien?" le preguntó ansiosamente, alcanzando a tocar el punto doloroso con ambas manos, como si de alguna forma pudiera aliviar el sufrimiento así.

"Sí..." le respondió, entre risas, abriendo los ojos para encontrar los de Kai, ahora que sus narices rozaban convenientemente. "Buenos días a ti también."

El más joven no pudo reprimir su propia sonrisa y mientras tanto, Kyungsoo no desperdició tiempo en posar ambas manos en sus caderas, acercándolos más, a lo que Kai permitió gustosamente.

"Escapaste." El mayor súbitamente mencionó, los restos de risa desvaneciéndose de sus rasgos.

Se sintió obligado a explicarse inmediatamente, al percibir aquellos intimidantes ojos oscuros buscando los suyos. "Luhan... No quería que se entere..."

Por unos cuantos segundos Kyungsoo no dijo nada, dándole sólo un pequeño asentimiento con la cabeza por respuesta; pero permanecieron en los brazos del otro, los dedos de Kai jugando cómodamente con las hebras del cabello del más bajo.

"Gracias."

Las palabras del contrario le impactaron, no tenía idea de lo que había detrás de ellas. Todo lo que pudo notar fue un rastro de tristeza en el semblante del hombre, demasiado evidente para ser ignorado. Inseguro de qué decir al respecto, siguió sus deseos inclinándose para robar un pequeño beso de los labios ajenos; pero antes de poder siguiera tocar su objetivo, Kyungsoo lo empujó bruscamente hacia atrás, apartándose él mismo, rápido como un gato.

"Buenos días."

El saludo de Luhan proviniendo desde detrás fue toda la explicación que necesitaba; cuando se volvió a ver a su amigo, su expresión de 'inocente' ya estaba dispuesta en su rostro.

"¡Hey! ¡Saliste de la cama!"

Era turno de Kyungsoo para aparecer en escena y robar la atención del mayor también. "¿Cómo te sientes?"

Si su amigo captó algo de la posición comprometedora de la pareja, no lo mencionó, para alivio de Kai. No se quedaron mucho tiempo en el departamento tampoco; Luhan bebió una botella de jugo mientras los otros dos se saltaban la comida más importante del día. Antes de partir, Kyungsoo se aseguró de darles a ambos teléfonos prepago: según explicó, de esa forma podrían comunicarse frecuentemente, libres de la vigilancia de Mino.

Así que se pusieron en camino, cada uno perdido en sus propios pensamientos. A mitad del trayecto, Kai notó que Luhan se había quedado dormido en el asiento posterior del auto; parecía calmado, de alguna forma resignado a su incierto destino. A su lado, Kyungsoo mantenía el rostro impasible, los ojos fijos en la carretera. Atreviéndose a echarle una mirada de reojo, trató de descifrar el enigmático cambio de humor que había sufrido desde su encuentro nocturno: de juguetón a melancólico, y ahora, serio. ¿Podría ser que estaba arrepintiéndose de toda esa situación? ¿O tal vez incluso lamentaba el sexo que tuvieron, luego de tantísimos intentos fallidos?

Aun manejando, Kyungsoo volteó la cabeza y le dio un vistazo rápido a Kai, quien reconociócon pesaralgo de la antigua tristeza escondida en esos orbes oscuros. Pero el mayor pronto devolvió su atención a la calle.

"¿Está todo bien?" Kai reunió el coraje para preguntar, casi en un susurro, luego de unos momentos de silencio incómodo.

Era como si pudiera verlo pensarse la respuesta. Kyungsoo parpadeó un par de veces, antes de asentir débilmente, sin mirarlo a los ojos esta vez

Llegando casi a la esquina de su edificio, se les acababa el tiempo. Tenía que darle un último intento, o de otra forma, se iría a casa con la duda carcomiendo su mente.

"¿Hey, qué sucede?" el más joven insistió, posando una mano sobre el muslo de Kyungsoo, tratando de confortarlo.

Sólo entonces, el auto se detuvo, pero Kyungsoo no reaccionó hasta un par de segundos más tarde, cuando su mano derecha se movió desde el volante hasta aterrizar sobre la mano de Kai. El hombre siguió acariciando la mano del otro, ahora mirándolo inmensamente.

"Ten mucho cuidado, ¿sí?" Nuevamente le susurró inesperadas palabras que lo tomaron por sorpresa. Sus dedos entrelazados, descansando cómodamente juntos. Tocado por el gesto, sabía que debía responderle algo de inmediato,aunque no entendía realmente el verdadero significado detrás de su comentario.

Sin embargo, antes de poderse figurar una respuesta adecuada, Kyungsoo tomó la mano de Kai y la llevó de vuelta al regazo del último, rompiendo el contacto.

"Ve." Dio la orden, regresando a tomar el timón. "Los hombres de Mino pueden estar cerca."

Inmediatamente volvió a su modo de alerta, echando una ojeada a través de la ventana hacia los alrededores, como si pudiera descubrir un espía en cualquier momento.

"Te llamaré después" Kyungsoo reafirmó. "Ve."

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No percibió nada diferente al inicio, pues sus libros siempre estaban en constante caos. Pero cuando llegó a su habitación, para hallar todas sus escasas pertenencias esparcidas sobre el suelo y su cama, suspiró cansado. Mino y sus hombres habían estado allí, y ni siquiera habían hecho el mínimo esfuerzo por ocultarlo.  De todos modos, eso lo hizo sonreír sarcásticamente, a pesar de la molestia de tener que poner todo de vuelta en su lugar: seguro no tenían ni la más mínima ideasobre el paradero de Luhan, de otro modo, no hubieran tenido que ir a buscar pistas a su apartamento.

Arrinconó el desorden en el suelo, prefería lidiar con eso más tarde. Primero necesitaba comer alguna cosa (sobras de la estadía de Jongdae aún quedaban en su refrigerador, no todas adecuadas para un desayuno) y descansar. Así que lo hizo, no sin antes hacerle a su hermano la primera llamada del día, para asegurarse de que todo estuviera bien por allí; cuando finalmente cayó en la cama, su mente estaba abrumada con un millón de  pensamientos; por experiencia, sabía que  un escape a la realidad era el remedio. La elección de hoy era Un asesinato se anuncia- una de sus favoritas.

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Horas después, era momento de que esa realidad tocara su puerta, literalmente. Jongin había hablado ya con Luhan, enterándose de que estaba muy bien acomodado y cuidado por el staff de su escondite. En vista que el mayor no había hecho mención del nombre de Kyungsoo, optó por no sacarlo a colación ni levantar ninguna sospecha. La llamada fue terminada pronto, pues iba oscureciendo, lo que significaba que era hora de enfrentarse a la ira de Mino personalmente. No habían tenido más contacto aparte de la llamada del día anterior, y no sabíaque esperar de su inevitable encuentro más tarde esa noche.

Vestido y maquillado en tiempo récord, el prostituto estaba listo para ir a Exodus más temprano de lo usual (una razón menos para molestar a Mino, pensó). Fue cuando oyó el golpe en la puerta, sobresaltándolo: podría ser Mino, aunque la probabilidad de él actuando tan cortésmente como un invitado era bastante baja; podría ser uno de sus vecinos, a pesar de la falta de interacción social  en su edificio; también podría ser Kyungsoo. Sólo por casualidad.

Pero ninguno de esas tres posibilidades era la correcta.

"¡Oh, gracias a Dios que estás aquí!" Minseok lloriqueó, inmediatamente tomándolo por los brazos y mirándolo de pies a cabeza, como chequeando si estaba bien. Aunque él mismo no pareciera nada bien. Tenía un corte abierto en su frente, y un moratón muy visible en su mejilla izquierda, sus ropas estaban arrugadas; su cabello, despeinado.

"¿Dónde estuviste? ¿Dónde está  Luhan?" el mayor le preguntó ansiosamente, y Jongin fue consciente del peligro de ser vistos juntos, mucho más de tener una conversación allá afuera, donde todo el piso podía oírlo. Así que arrastró a Minseok para dentro de su apartamento, asegurándose de un vistazo final, en busca de potenciales testigos.

"¿Alguien te vio subir aquí?" preguntó luego de cerrar la puerta principal.

"No...no. ¿Pero por qué? ¿Qué sucede?" Estaba claramente muy agitado. "¿Dónde está Luhan? ¿Está aquí?"

"No, no está aquí."

"¿Entonces dónde?" el hombre se veía al borde de las lágrimas. "Fui a su apartamento y estaba cerrado, él no estaba allí. Lo llamé y no me contesta el teléfono. Y luego esos hombres vinieron a preguntarme dónde estaba, diciendo que me matarían si lo estaba escondiendo -"

Jongin sintió escalofríos en la columna vertebral al oírlo. "¿Cuándo sucedió eso?"

"¡Hoy, hoy, cuando regresé a casa!" declaró, sonando un poco desesperado. "Irrumpieron en mi apartamento, destrozarontodo el lugar. ¡Estaban esperándome!  Me había quedado en la casa de mis padres desde esa noche en el club..."

Recuerdos de la escena que Minseok montó en Exodus regresaron a Jongin, y la gran variedad de crudas palabras dirigidas a Luhan y a él mismo.

"Se llevaron mi teléfono, no pude llamarte... Sólo recordaba el número de Luhan,  y lo llamé, pero no respondía su teléfono. Fui a su departamento, tampoco estaba allí. Y entonces los mismos hombres aparecieron allí, me golpearon en la calle y se llevaron mi auto--"

"¡¿Se llevaron tu auto?!" el más joven exclamó.

"¡Sí, lo hicieron! Dijeron que no volvería a ver a Luhan jamás y que más me valía dejar de tratar de encontrarlo, o irían tras de mí y mi familia…"

"¿Estás seguro de que no te vieron allá abajo?" Le preocupaban seriamente las consecuencias de esta visita sorpresa. "Mejor vete, es demasiado peligroso que estés aquí--"

"¡No, no, no, no me hagas esto!" Minseok rogó, colgándose de su brazo de nuevo. "¡Necesito verlo, necesito hablarle!"

"Creo que ya le has dicho todo lo querías." Siseó, recordando todo el dolor que había pasado su amigo. "Ya sabes que él y yo somos prostitutos. Ya ha sufrido lo suficiente."

"¡Lo sé, lo sé! ¡Pero me equivoqué! Estaba tan enojado y resentido, luego de que aquel hombre me contó que estaba siendo engañado, traicionado --"

"¿Te contó la historia completa?" Jongin respondió de vuelta, ofendido en nombre de Luhan. "¿Te contó Mino que no somos prostitutos por voluntad propia?  ¡Es él quien nos ha obligado a vivir así por años!"

Un profundo ceño fruncido creció en el rostro ya angustiado de Minseok. "¿Q-qué? ¿Porqué?"

"¡Porque somos esclavos sexuales!" La furia en la voz de Jongin estaba menos dirigida al otro hombre que hacia el mundo entero. "Fuimos forzados a entrar a esta miserable vida, ¡éramos unos adolescentes! ¿Luhan? ¡Luhantenía doce años cuando fue secuestrado, joder!"

Minseok estaba tan shockeado, su respuesta compuesta de murmullos. "¿Secuestrado? Yo no...yo no lo sabía..."

Inmediatamente trató de recomponerse, con temor de revelar más de lo que debería. "Lo sé. Y sé también que Luhan te mintió, pero jamás quiso herirte. Te ama demasiado."

Lágrimas caían ahora por sus mejillas. "Necesito verlo... ¡Lo amo también, con todo mi corazón, necesito verlo! ¿Dónde está? ¿Por qué huyó?"

"Porque Mino lo ha vendido a alguien más." El joven suspiró, haciendo un poco de espacio en el sillón para que su invitado se siente. "Un ruso millonario. Como castigo, por atreverse a enamorarse de ti."

"¡Oh por Dios!" el mayor exclamó, congelado en su lugar. "¡Tenemos que ir con la policía!"

Jongin resopló sin querer. "No funcionará. A la policía le importa un carajo los prostitutos. No se entrometenen nuestros asuntos, porque todos están comprados." Explicó, ofreciéndoleun poco de agua al pobre hombre. Minseok tomó el vaso en sus manos pero no se molestó en beberlo ni en sentarse, obviamente demasiado impresionando luego de todo lo que había oído.

"Luhan está a salvo, por ahora." Posó una mano en el hombro del otro, tratando de ofrecerle un poco de apoyo. "Se está escondiendo, porque Mino y los demás lo buscan. Nosotros estamos ideando una forma de ayudarlo a huir."

Los ojos de Minseok brillaron con esperanza al escuchar eso. "¿Nosotros? ¿Quiénes nosotros?"

Al notarlo, Jongin quiso golpearse a sí mismo en las bolas por ser un maldito hablador. "Yo y...  alguien. Alguien dispuesto a ayudarlo también."

"¿Quiénes?" Minseok insistió, preocupación pintándose gradualmente en sus rasgos una vez comenzó a atar cabos. "¿Es ese tipo, el del club?"

El más joven le dio un vacilante asentimiento, temiendo a las preguntas que podrían seguir a continuación.

"¿Te está...pagando?"

"¡No! Quiero decir, algo así..." estaba confundido sobre su situación actual. "Él ya no es mi cliente." No lo era, estaba seguro de eso. Al menos en su mente.

"¿Entonces son pareja?"

Esa pregunta fue de alguna forma todavía más difícil. "No. No... Oficialmente.” ¿O no en lo absoluto?

Minseok parecía insatisfecho con aquellas respuestas. Sin embargo, siguió haciendo preguntas. "¿Es el cliente de Luhan?"

Jongin se abstuvo de maldecir en voz alta. No tenía corazón para mentirle ahora. El pobre tenía que conocer la verdad, por horrible que fuera. "No, no lo es. Lo fue en el pasado."

El otro negó con la cabeza en incredulidad antes de volver a abrir la boca. "¿Cómo puedes decir que ese sujeto quiere ayudar a Luhan, cuando se ha aprovechado de ustedes dos? ¿Cómo puedes siquiera confiar en él? Es un abusador, tan responsable por tu sufrimiento como todos los demás -"

"No es... de esa forma." interfirió, incómodo con las acusaciones contrarias, aunque inseguro de cómo refutarlas.  “Sin él, sólo Dios sabe dónde estaría Luhan ahora... Fue él quien ideó rescatarlo, quien le ofreció un refugio y quien paga una gran suma de dinero para mantenerlo escondido mientras se recupera."

"¿Se recupera?"  Se alarmó en un segundo. "¿Por qué? ¿Está enfermo? ¿Herido?”

"Está mucho mejor ahora." se aseguró de aclarar eso primero, y destacarlo. "Pero Mino y sus hombres lo golpearon bastante feo.  Le rompieron la nariz y le facturaron dos costillas.

"¡Oh, no!" Minseok dejó salir su frustración y agonía, dando vueltas por la minúscula sala como un animal enjaulado. “Necesito verlo. Por favor, necesito verlo y hablar con él."

"No puedes." Con el corazón roto, debía negarle ese deseo. "Es demasiado arriesgado para cualquiera de los dos ver a Luhan ahora. Ya sabes, los hombres de Mino están detrás tuyo, y detrás mío también.  No pueden descubrir dónde está Luhan,bajo ninguna circunstancia.  No sospechan de Kyungsoo, para ellos es sólo otro cliente rico... Fue por eso que pudo llevárselo al escondite de forma segura."

"Lo que dices es que el destino de Luhan está en las manos de este Kyungsoo, alguien que normalmente paga por sexo con gente como tú y Luhan, ¿como si ordenara comida por delivery?" Le expresó sus pensamientos bastante directamente, atrapándolo con la guardia baja. "¿Esa es la clase de persona a la que le estamos confiando la vida de Luhan?" Jongin no pudo encontrar nada falso en lo acaba de decir, y tampoco pudo darle una respuesta diferente.

"Sí."

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Minseok no se quedó mucho más luego de eso, porque el otro insistió en el peligro que había en ellos dos sosteniendo un encuentro, justo bajo las narices de Mino. Se aseguró de darle al mayor su nuevo número telefónico, más cuando éste le preguntó si había alguna forma de contactar con Luhan, mintió, diciendo que sólo Kyungsoo podía hacer eso por el momento. Imaginó que la mejor manera de hacer las cosas era preguntarle primero a Luhan, dejar que su amigo decidiera si quería hablar con él o cuando quería hacerlo, después de todo lo que habíanatravesado.

Además, ya iba tarde para su turno en Exodus, a pesar de que no quería mencionárselo a Minseok (si es que el hombre no lo había imaginado por si mismo al verlo tan bien vestido en su propia casa). Una vez logró finalmente enviarlo a su hogar, llamó a Luhan usando su nuevo teléfono, aunque inútilmente. Luego se una docena de timbrazos y ninguna respuesta, pensó que debería estar tomando una ducha o durmiendo; de cualquier forma, no podía evitar sentirse intranquilo y dado que no podía llevarse su teléfono, la sensación no se disolvería en todo el resto de la noche.

Solamente había una persona que podía vigilar en que situación andaba su amigo. Alguien que prometió llamarlo, ¿verdad?

El corazón de Jongin latía rápido dentro de su pecho, esperando de nuevo que Kyungsoo contestara; aunque para el cuarto tono sin respuesta, sabía que había sido una mala, mala idea.

"¿Hola?"

La voz que escuchó del otro lado de la línea no era la de Kyungsoo.

"¿Hola?"

Tendría que responder algo de inmediato, o finalizar la llamada, rápido.

"Hola. ¿Kyungsoo está por allí?"

"No puede responder ahora, acaba de entrar a la ducha." Ji -Woo sonaba casual y chispeante. "¿Puedo tomar su mensaje?"

¿Cómo es que una oración tan común como esa podía lastimar tanto?

"No, no puede." finalmente respondió Jongin, a punto de colgar la llamada. "Fue un error."

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La noche en Exodus pasó misteriosamente sin novedad; Mino estaba ausente, aunque no era como si le importara. No tenía clientes asignados, así que el prostituto salió en su regular caza por presas. Tres horas después, se halló en la  penthouse de un lujoso hotel, admirando la impresionante vista del cielo de Seúl, cortesía de sus dos clientes bi-curiosas quienes casi lo arrastraron desde club hacia allá, para una noche de diversión.

Las dos jóvenes mujeres eran muy solventes, muy estúpidas y muy borrachas; le pidieron primero sentarse en un sillón y observarlas hacer su acto primero, asumiendo que eso lo excitaría como nunca en la vida. Tristemente, el show lo aburrió bastante. No es que fueran especialmente sensuales, y él tenía mucho por lo que preocuparse ya. Pero debía brindar un servicio, así que actuó excitado para ellas; nada que una pastilla y un poco de estimulación con su mano no pudieran lograr.

"¿Te gusta esto?"  Una de las clientas preguntó, mientras torpemente cambiaban posiciones en la cama. "¿Quieres follarnos?"

"Joder, no puedo esperar." Respondió en una voz ronca y seductora. "Mi polla está dura deseándolas a ustedes dos."

"Déjanos verla," la otra clienta sugirió, "Tócatela para nosotras."

Kai tuvo que obedecer, a pesar de que el juego entero ya iba durando demasiado. Estaba seguro de que se quedarían dormidas como troncos luego de que acabara con ambas, dado su estado de ebriedad; como habían pagado por adelantado, significaba que podría irse directo a casa luego del trabajito. Pero al parecer las mujeres eran un poco voyeuristas, y no les podía negar ese placer, dentro de las horas contratadas.

Así que se levantó y comenzó a seducirlas, empezando por el botón y el cierre de sus jeans ajustados, abriéndolos luego al mismo tiempo, revelando sus bóxers blancos y su gran erección bajo ellos.  Justo cuando estaba a punto de lanzar los jeans a un costado, su teléfono vibró en el bolsillo posterior. Usualmente no tomaba llamadas durante las horas de trabajo, pero su mente inmediatamente voló hasta Luhan. Ya que este asunto no se pondría interesante hasta en un buen rato, decidió echar una mirada al remitente.

Era el nombre de Kyungsoo parpadeando en la pantalla. Kai cerró los ojos y suspiró con exasperación.

"¿Todo va bien?" oyó la voz de una de sus clientas, bajo sus propios conflictivos pensamientos. ¿Qué de bueno tendría cualquier conversación con Kyungsoo en ese punto? Estaba molesto con él, tan simple como eso. ¿Irracional? Tal vez, pero no podía evitarlo. De todas formas, quería escuchar la voz del hombre y hacerlo enojar también. Era como si la erección que cargaba finalmente hallara un buen propósito para siquiera existir.

"A las señoritas no les importa si comparto la maravillosa noche que estoy teniendo, ¿verdad?" Preguntó en un tono persuasivo, sosteniendo el teléfono hacia ellas para que lo vieran y asegurándose de agarrarse fuertemente el miembro mientras se sentaba de nuevo en la silla. Las mujeres comenzaron a reír, aparentemente de acuerdo con la idea de añadir de un testigo más a su espectáculo, y Kai lo tomó como una señal de aprobación. "Sigan." Les ordenó, antes de presionar el botón verde en la pantalla de su teléfono.

"¿Hola?"

"Hola a ti también." Puso su voz más sarcástica. "Largo tiempo sin saber de ti."

"Siento no haber podido llamar antes." De cualquier modo, el hombre sonaba mucho más serio en respuesta.

"Lo sé, lo sé, la futura señora Do pasó a darte una visita, ¿no?" Podía sentir la ira burbujeando dentro suyo. "¿Hicieron el amor muy, muy dulcemente? ¿Está ella durmiendo a tu costado ahora mismo?"

El mayor se tomó unos minutos antes de responder. "Salimos a cenar con sus padres. Acabo de llegar a casa. Solo."

"Ah, pobre de ti." Comentó con desprecio. "Pero estoy seguro que puedes llamar a tu futura señora y pedirle que venga para un rapidito, ¿no es así?"

De nuevo, Kyungsoo se quedó en silencio por un par de segundos. "Mira, no sé lo que te dijo por teléfono para enojarte tanto-"

"¿Enojado yo? No estoy enojado." Kai se aseguró de sacar su miembro desde dentro de sus bóxers en una manera más que descuidada, sosteniéndolo por la base y dejando salir un gruñido calculado. "¿Cómo podría estar molesto cuando hay un par de hermosas mujeres desnudas follando entre ellas delante mío, esperando por mí para que me las coja después de colgar el teléfono?"

Por tercera vez, el hombre se tomó su tiempo en responder a la provocación. "No se qué intentas lograr diciéndome todo esto."

"La única cosa que quiero lograr esta noche es el mayor número de orgasmos compartidos entre nosotros tres." Se iba haciendo más atrevido a medida la comunicación proseguía, sin prestar atención realmente a las mujeres hasta que una de ellas gimió alto. "¿No las oyes? Tan jodidamente sexy. Espero que no te importe si empiezo a jalármela."

"¿Qué es lo que quieres? ¿Ponerme celoso?" Kyungsoo finalmente mostraba señales de ser afectado por su instigación. "Listo, lo conseguiste joder. Estoy celoso. Estoy furioso, Jongin."

Era imposible permanecer inmune a las palabras del mayor.  Oírlas fue mucho mejor afrodisíaco que cualquier otra cosa sucediendo en ese cuarto. Sin embargo, ya había ido demasiado lejos como para rendirse ahora, eligiendo contestarle con otro comentario provocador. "No sé porqué sigues llamándome por ese nombre."

"¡Porque Jongin es tu nombre, maldición!" ahora Kyungsoo sonaba tan molesto como decía estar, siseando a través del teléfono. "Eres Jongin cuando besas mi boca, cuando chupo tu polla. Eres Jongin cuando me entierro dentro de ti. Así que no te comportes como una mierda conmigo, ¿okay?"

Sinceramente, podría gruñir de placer y odio debido a esa explosión de ira. En algún punto, en medio de la llamada, había empezado a acariciarse a sí mismo lentamente, sin siquiera notarlo. Pero aún tenía municiones suficientes para disparar. "¿Soy Jongin cuando le estás haciendo el amor a tu princesita del Banco? Apuesto a que en ese momento solamente soy Kai, ¿hm?"

"¿Cuántas veces tengo que decírtelo?" el hombre estaba literalmente botando humo. "No es lo mismo. ¡Sólo me la cojo porque tengo qué! ¡Punto!"

"¿Entonces qué tal si me dejas hacer lo mismo, querido?" declaró, decidido a terminar con esa ridícula discusión. Se levantó para llamar la atención de las clientas. "¿Señoritas, están listas para mí?" mientras las mujeres reanudaban las risitas tontas, reptando por la cama para tratar de alcanzarlo, Kai volvió al teléfono. "Tengo que irme ahora... ¿Quieres que continúe la llamada? Si gustas puedes oírnos."

Kyungsoo se mantuvo un par de segundos más en la línea, callado como un muerto antes de cortar totalmente irritado.

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Capítulo 17 →

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