Capítulo 15 (parte 1)
“Más te vale decirme, o te irá mal… si tú sabes dónde está, ¡abre tu maldita boca ahora mismo!”
Las duras palabras y el amenazador tono eran de esperarse, pero Jongin no estaba precisamente encantado de escuchar a Mino sonar tan enfurecido del otro lado de la línea. No fue el primer intento del hombre esa mañana, pero el joven había ignorado deliberadamente sus llamadas. Contemplando sobre el mostrador de la cocina, donde su mejor amigo esperaba con ojos temerosos, Jongin se sintió aterrado. No podía imaginar las horribles cosas que podrían pasar a Luhan si Mino llegaba a verlo de nuevo.
“Ya te lo dije. No sé dónde está Luhan.”
“Te lo juro, Jongin, si me estás mintiendo, será mucho peor para ti. No olvides que te tengo en mi anzuelo, sin mencionar a tu dulce hermano también.”
Era una de las miles de amenazas que Mino había hecho durante años, pero ahora, la apuesta era muy alta, haciendo que el peligro fuera mucho más palpable.
“¿Cómo podría estarte mintiendo, Mino?” Jongin trató de sonar tan razonable y entero cómo fue posible. “Estaba trabajando anoche. Aún estoy en la casa del Sr. Do. ¿Cómo podría contactar a Luhan cuánto tú tienes su celular?”
“¡Él pudo haberte llamado!” Mino siseó desde su lado, con resentimiento esparcido en su voz. “¿crees que soy tan estúpido como para creer que él sólo desapareció sin darle a su mejor amigo de siempre alguna noticia?”
“¡Bueno, él no me llamó!” Repitiendo su negación aún más enfáticamente, esperaba que Mino le creyera, de alguna manera. “No tengo idea qué demonios pasó entre ustedes dos anoche, y no tengo ninguna pista de dónde está Luhan. Sólo estoy tan preocupado como tú.”
“¡Pues deberías estar muriéndote de miedo desde el principio, idiota!” Mino seguía escupiendo su veneno. “¡Tú estuviste ayudando a ese cabrón, bajo mis narices! Tú tendrás que trabajar doble turno para compensar su ausencia, hasta que él regrese. Y créeme, lo hará.”
Después de ese nada sutil mensaje, el otro hombre decidió solo dejar a Mino escupir sus insultos y amenazas sobre su pecho. Mientras siguiera jugando el papel de despistado correctamente, Jongin podría ser capaz de desviar la atención del hombre hacia otro lado; después de todo, lo más importante era mantener a Luhan a salvo durante su recuperación, y mientras tanto, idear una manera de salir de este dilema.
La rabia de Mino duró mucho más de lo necesario, pero eventualmente, se rindió con Jongin, notándose satisfecho con su declaración de ignorancia. Durante todo ese tiempo, Luhan prestó atención al lado de la llamada de su amigo con una triste y preocupada expresión en su cara; una vez que el más joven se sentó a su lado, era momento de hablar las cosas.
Luhan estaba devastado, como se esperaba. Primero, por todas esas palabras dolorosas que tenido que escuchar de Minseok, tan sorprendido que no había sido capaz de defenderse apropiadamente. Segundo, por el dolor físico que tenía después del asalto con Mino. Y por último, pero no menos importante, había una amenaza colgando de su terrible destino, sólo evadida por suerte y un poco de ayuda de su amigo.
“Él me vendió a un comprador en Rusia.” Luhan confesó a su amigo, mostrando humillación. “Este hombre billonario con un harem de esclavos. Mino iba a ponerme en un avión y mandarme con mi nuevo dueño. Él dijo que ellos me recogerían en el aeropuerto una vez que llegara, solo para que no tuviera oportunidad de escapar.”
Una pesada señal de preocupación escapó de los labios de Jongin. El que se involucrara un billonario comprador ruso eran malas noticias para Luhan, porque significaba que posiblemente más gente además de Mino y sus jefes estarían tras su rastro.
“Mino quedó muy satisfecho por el trato.” El más grande fue recordando los eventos de la noche anterior. “dijo que compró un auto deportivo con el dinero ruso que le había pagado. Y que yo recibiría el trato que merecía, por andar a sus espaldas.”
Jongin solo podía imaginar la clase de atrocidades podrían haberle pasado a Luhan si hubiera llegado a manos de ese nuevo dueño.
“Nunca había estado tan asustado de él.” La confesión vino tan débil y adolorida, Luhan ni siquiera podía mantener contacto visual. “Él ni siquiera me golpeó, sólo los otros hombres lo hicieron. Pero él estaba mirando y hablando muchas cosas, tan, tan enojado. Acerca de mis padres, lo que les hicieron… y cómo iba a vivir el mismo dolor por el resto de mi vida.”
“No lo harás, Luhannie.” El joven estiró su brazo para tomar la mano de Luhan con la suya. “No dejaremos que eso pase.”
Por el gesto reconfortante, Luhan alzó sus ojos llorosos para mirarlo.
“Tú estás en tanto peligro como yo, Jonginnie.” El presentimiento del mayor provocó escalofríos en la espalda de Jongin. “Si Mino descubre que me ayudaste, te matará, o peor. Él podría usar a Jongdae para castigarte.”
La mención del mayor miedo de Jongin hizo que se lamentara, por un fugaz segundo, por ser tan irresponsable por poner a su hermano en esa delicada situación. Pero luego, cuando su amigo se puso frente a él, roto por dentro y por fuera, sabía que realmente no había otra opción más que salvar a ambos.
“Tal vez no sea capaz de llegarle a Kyungsoo, por su status.” Luhan continuó, dándole una vista a la cocina. “Un hombre como este debe venir de dinero. Tal vez eso pueda intimidar a Mino y a los jefes, de alguna manera.”
Jongin pensó en traer a la luz el hecho de que Kyungsoo de hecho venía de la nada, con un jodido pasado, pero se contuvo de hacerlo. Porque Kyungsoo había revelado espontáneamente mucho acerca de su pasado, que Jongin sentía que era justo respetar la confianza que puso en él. Además, aunque Kyungsoo no exactamente “había venido de dinero”, ahora cosechaba los beneficios de casarse con una poderosa y soez familia rica.
“Pero Mino se aseguró de insistir en que debería estar agradecido porque iba a salvar la vida de Minseok.”
Inmediatamente, Jongin pensó en el peligro en el que se había puesto Minseok también, si se le cruzaba por la mente de Mino que él tuviera algo que ver con la desaparición de Luhan. Pero como esa realización parecía llegarle tarde aún, el más joven continuó con la boca cerrada.
“Ellos nos han seguido por semanas… desde que me vio subirme al carro de Minseok, afuera de tu edificio. Ese día que tuvimos nuestra pelea.”
Los recuerdos de Luhan dejando su departamento después de su confrontación, y Mino arribando no mucho después emergió en la cabeza de Jongin. Aparte de la usual actitud de mierda, el prostituto no había notado ningún cambio en el comportamiento de Mino esa noche; el hecho de que el viejo hombre hubiera podido disfrazar su conocimiento desde entonces muestra cuán frío y calculador puede ser.
“Y él fue quien le dijo a Minseok, ¿sabías?” La voz de Luhan fue ahogada por un nudo en la garganta, lleno de dolor. “En el mismo día que ya le había roto su corazón, Mino fue a él personalmente, sólo para revelar que tú y yo somos prostitutos. Se aseguró de decirle el lugar y la hora para que Minseok me encontrara, justo a mitad de un trabajo.”
Jongin sostuvo fuertemente la mano de su amigo, tratando de alguna manera de darle fuerza a través de sus caricias.
“Funcionó como un hechizo.” Dos lágrimas saliendo de los ojos de Luhan, fueron atrapadas por el vendaje debajo de ellos. “Minseok se veía más destrozado de lo que estaba en la mañana. Se veía tan engañado y traicionado, se convirtió en otra persona. No pude reconocerlo en esas fuertes y enojadas palabras, en esos ojos llenos de resentimiento… él me odiaba. Me odia ahora.”
“Podemos intentar y llamarlo, explicarle toda la historia… él ni siquiera sabe quién eres, Luhannie, de dónde vienes.” Jongin argumentó, sintiéndose absolutamente devastado por ver cuán miserable era el mayor. “él debe de entender que tú no elegiste esta vida. Ninguno de nosotros lo hizo. Él tiene que saber cuánto lo amas, y si él te ama tanto, encontrará una manera de perdonarte.”
Luhan calló por unos momentos, pensando en las palabras llenas de sentimiento del menor. Una vez que abrió su boca para volver a hablar, la decisión había sido tomada.
“No. Se acabó.” Su veredicto fue sombrío e inquietamente calmado. “Él dijo que no me perdonaría. Él dijo que no me quería volver a ver. Y no lo culpo.”
Jongin vio el show de su amigo sin esperanza, sinceramente le hizo temer más por el futuro.
“Además, no soportaría saber que ningún daño fuera hacia él o su familia por mi culpa.” Luhan declaró sobriamente. “Ya he hecho mucho mal hasta ahora. Quiero que se olvide de mi y que solo sea feliz… lo merece.”
No había nada que Jongin pudiera hacer aparte de ofrecerle a su amigo un abrazo de consolación, de la mejor manera que sus múltiples heridas le permitían. Durante todo el día, el más joven se hizo cargo del mayor como un padre lo haría con su hijo, ofreciéndole un hombro para llorar mientras intentaba envolver su cabeza ante su predicamento. A pesar de toda la ayuda que Kyungsoo estaba ofreciendo, no podían quedarse en su departamento por mucho tiempo. Tampoco podían regresar a sus casas, ya que Mino seguramente tendría un ojo en esos lugares día y noche. De hecho, era de esperarse que Mino fuera la sombra de Jongin de ahora en adelante, para descubrir si estaba mintiendo y ayudando a Luhan a esconderse. La coartada provista por Kyungsoo no podía durar para siempre.
Ellos tampoco tenían ningún amigo o familia a la cual acudir, ningún lugar hacía donde correr. Luhan incluso consideró regresar con Mino y rogar por su perdón, al no encontrar otra salida. Jongin instantáneamente descartó la sugerencia hecha por los efectos de los fuertes analgésicos, lo cuales se llevaban el buen juicio de su amigo, mientras se iba quedando dormido después de la comida. A pesar de que veía al mayor cerrar sus ojos y escapar de la tormentosa realidad una vez más, su corazón se achicó, sabiendo que no podía ofrecer una mejor alternativa que esas drogas inducidas.
Los analgésicos y los otros medicamentos habían sido entregados en su casa antes, en la tarde. Jongin se había sorprendido cuando el mensajero reveló un segundo y más grande paquete, y no pudo creer lo que veían sus ojos cuando vio su contenido: una carga masiva de comida para llevar, más que suficiente para alimentar a los dos hombres por tres días. No era una solución para ninguno de sus problemas, pero si les ofrecía comodidad. Luhan optó por la sopa de ramen y curry, mientras Jongin devoró un plato de deliciosos noodles.
Mientras su amigo descansa seguro en la otra cama junto de él, un par de horas después de la comida, era hora para Jongin tratar y tomar una siesta también. Pero incluso aunque durmió unas escasas 4 horas en la mañana, su mente estaba completamente alerta, llena de pensamientos de preocupación. Fuera de la cama de huéspedes, decidió llamar a Jongdae una segunda vez en ese día, sólo para asegurarse que el niño estaba bien. Lo estaba, gracias al cielo, poco curioso acerca de las repetitivas preguntas de su hermano mayor acerca de cómo estuvo su día en la escuela. La idea de llamar a Minseok también saltó en la mente de Jongin, pero rápidamente la mató. Debía respetar los deseos de Luhan, después de todo, aunque eso significara mirar al mayor sufrir en silencio.
Y por último pero no menos importante, Jongin se preguntó si debía llamar a Kyungsoo y agradecerle una vez más por todo: el refugio, los medicamentos y la comida. Mostrarle agradecimiento parecía lo correcto por hacer, él pensó; él tampoco podía negar que escuchar esa voz de chocolate, incluso dentro en el teléfono, podría alivianar las preocupaciones de su cabeza, aunque fuera por un momento. Cuán valiente había sido la noche anterior, sus acciones de alguna manera impulsivas y locas, la única razón por la que Luhan estaba a salvo ahora mismo. Era casi imposible de creer el pensar que este era la misma persona desalmada y sin sentimientos que Jongin había conocido en ese mismo cuarto, sólo un par de meses atrás.
Pero la verdad era que, de un tiempo para acá, los ojos de Kyungsoo se veían llenos de vida.
Su casa, sin embargo, estaba tan muerta como una vez él lo fue. Blanco, negro y escala de grises cubrían todo el paisaje; no había adornos, ni pinturas, ni fotos a la vista. Ni siquiera objetos personales olvidados el algún lado, permitiendo vislumbrar algunos hábitos del dueño. Los muebles esparcidos estaban en sus respectivos lugares; en el bar, las botellas pulcramente organizadas, y los accesorios de la cocina parecían casi sin uso. Apenas había comida en el refrigerador, permitiendo a Jongin guardar las cajas de comida sin ningún problema.
Siguiendo su instinto de curiosidad, continuó recorriendo el departamento, a sabiendas de que él estaba, de alguna manera, abusando de la hospitalidad de Kyungsoo. Sin embargo, tampoco había mucho que encontrar en los otros cuartos. El segundo cuarto de huéspedes era una perfecta réplica del primero, y la biblioteca tenía filas y filas de libros académicos, la mayoría de finanzas y economía, pero no mucho más. Eventualmente, su exploración lo llevó a la habitación principal, y Jongin cuestionó sus motivos por querer caminar por esas puertas cerradas. No solamente estaba mal, invadir el espacio personal de Kyungsoo de esa manera, sino que también no parecía haber un propósito real: como recordaba, el lugar era tan monótono como el resto de la casa.
Pero aun así, algo inexplicable lo instó para dar un paso dentro, y así lo hizo. Frío y sin vida, se parecía a una habitación ejecutiva de un hotel. Como si no lo supiera, Jongin podía adivinar que nadie dormía ahí todas las noches. Pero Kyungsoo lo hacía. Pasó un buen pedazo de su vida ahí, aunque no había vestigios de él ahí, aparte de la cama sin hacer. Las cortinas estaban cerradas, tal como en los otros cuartos; incluso aunque el joven no pensaba que estaba correcto abrirlas, sintió la necesidad de traer algo de luz al lugar. La vista provista por la habitación de Kyungsoo era hermosa, y entristeció a Jongin el pensar que seguramente; él rara vez la disfrutaba.
En unos minutos, Jongin se encontró a sí mismo sentado en la cama de Kyungsoo, con sus manos acariciando la lujosa superficie de lino mientras su mente viajaba para encontrarse con la de su dueño. La imagen de un fresco y bañado, parcialmente desnudo Kyungsoo estaba aún muy arraigada en su cabeza; y cuando Jongin se acostó, acomodándose entre las sábanas desarregladas y las suaves almohadas, en esa inequívoca fragancia atractiva, pudo finalmente detectar una pista escondida que dejó detrás.
“Es mejor no llamarlo.” Jongin musitó, antes de dejarse llevar en un pacífico sueño.
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La primera cosa que sintió fue el roce de unos dedos en una caricia, y luego recorriendo suavemente su cabello. Después, un aliento cálido en su oído, y un íntimo susurro de “Jongin”, finalmente lo trajeron de vuelta a la realidad. Kai solamente abrió sus ojos para encontrarse con los enormes y negros ojos de Kyungsoo, antes de que la realidad lo golpeara como un camión.
MIERDA.
Saltó Fuera de la cama, tan rápido como un rayo, aunque el daño ya estaba hecho. ¿Cómo demonios se permitió quedarse dormido en la cama de Kyungsoo?
“Lo siento, de verdad lo siento…” Mortificado, Kai comenzó a mascullar en un intento de disculpa. “No quería... no debí-“
“Hey, hey.” Kyungsoo posó una mano sobre el hombro del contrario, “está bien, Jongin. No hiciste nada malo.”
Escuchar su nombre real fluir tan fácil de los labios de Kyungsoo fue extrañamente tranquilizador, cuando no debería ser. Pero Kai aún se sentía avergonzado, por haber sido atrapado en el pequeño allanamiento de la propiedad que hizo; no sabía cómo salir de esa incómoda posición, y terminó por abrir su tonta boca de nuevo.
“Yo… gracias... quiero decir, ¡lo siento! Apretó sus ojos cerrándolos con fuerza, Kai sólo deseó que pudiera solo desaparecer de ahí inmediatamente. “Voy a… buscar a Luhan.”
“Él aún está dormido.” Declaró Kyungsoo, y cuando Kai abrió sus ojos para hablar con él, lo que encontró fue su sonrisa arrogante. “Chequé para ver si te podía encontrar en el cuarto de huéspedes primero. Sincero error.”
Después de ese pequeño y gracioso comentario, Kai dejó caer su mirada y, tratando de salvarse, caminó alrededor de Kyungsoo, para salir de la habitación lo más rápido posible.
“Los encontraré a ustedes dos allá en un minuto.” Esa última frase hizo que el menor se detuviera en su lugar, antes de salir por la puerta. “Hay algo de lo que quiero hablar.”
“E-está bien. Entonces adiós.” Cuatro simple palabras, y Kai no podía hablar sin sonar como un idiota. Una vez fuera de la habitación, con las puertas cerradas detrás de él, suspiró con frustración. ¿Cómo pasó que Kyungsoo tuviera tanto efecto sobre él?
En su aturdimiento, sólo notó que ya eran las 8pm una vez que sacó el teléfono de su bolsillo. La cama de Kyungsoo ciertamente lo hizo dormir más que su siesta normal.
Dentro de la habitación de huéspedes, encontró a Luhan recién despierto, y procedió a ayudarle y lavarse y limpiarse, renovando su vendaje y tomando sus medicinas. Una vez que el paciente fue atendido, Jongin fue rápido a tomar una ducha para él mismo. No sabía que había una sorpresa esperándolo cuando saliera del baño.
Luhan estaba aún en la cama, recostado sobre unos almohadones pulcramente acomodados, justo como el menor lo había colocado; pero, ahora, Kyungsoo yacía sentado en la misma cama, a su lado. Los dos obviamente se veían cómodos en presencia del otro, Kai pensó de inmediato, si su lenguaje corporal fuera alguna indicación. Completamente diferente a su torpe interacción con Kyungsoo hace solamente unos minutos atrás.
La conversación del par fue interrumpida por Kai reincorporándose en la escena, aún desnudo de la cintura para arriba. Por un breve momento, todo lo que hicieron los 3 hombres fue intercambiar miradas perplejas: envidia por Kai, deseo por Kyungsoo, y total desconcierto de Luhan.
“Jonginnie,” el último habló, “ven y siéntate aquí. Kyungsoo quiere hablar con nosotros.”
“Eso escuché.” Kai no podía ocultar su irritación, no solamente porque Kyungsoo y Luhan aún mantenían el mismo arreglo demasiado-amistoso, sino que también porque su amigo eligió utilizar su apodo cariñoso en un momento inconveniente. Caminando hacia la cama, se sentó, encarando a Luhan y Kyungsoo, aún un poco mojado, sin camisa.
“¿Quieres terminar de vestirte?” Luhan le preguntó, completamente ajeno a su estrategia. “Podemos esperar.”
“Nah, estoy bien.” Kai hizo un esfuerzo para parecer despreocupado, pero la sutil burla de Kyungsoo fue un indicador de que había fallado miserablemente.
Era el hombre el que hablaría ahora, mirando de Kai a Luhan. “Así que, ya están al corriente de los detalles de lo que pasó anoche.”
“Sí, como dije, Mino tenía todo planeado. Él arregló que Minseok me encontrara, para que yo aprendiera mi lección.” La débil voz de Luhan era un indicador de su bajo espíritu. “Él iba a mandarme a mi nuevo dueño en Rusia en ese momento, si ustedes dos no hubieran venido a rescatarme.”
“¿Mino dijo algo más acerca de este tipo ruso?” Kyungsoo le preguntó a Luhan directamente.
“Sólo que él es un billonario que posee un harem de esclavos. Y que el dinero que pagó por mi fue suficiente para comprarse un coche deportivo.”
Kyungsoo consideró por un momento la información que Luhan estaba dando, antes de volver a hablar. “Asumiendo que Mino estaba diciendo la verdad, él ahora está en deuda con este billonario criminal. No solamente no cumplió con su parte del trato, sino que el dinero ya ha sido gastado. Debe estar en grandes problemas ahora.”
Kai y Luhan intercambiaron miradas de desconcierto, mientras Kyungsoo continuaba con su charla. “Tenemos que ser extra cuidadosos de ahora en adelante. Si Mino tiene lazos con la policía, ahora deben saber que estás perdido.”
Mientras Kyungsoo miraba en la dirección de Luhan con una expresión seria, Kai se preguntaba si el hombre estaba reconsiderando su peligroso plan. Y por la respuesta de Luhan, esa duda cruzó la mente de él también.
“Estoy siendo demasiada carga.” El mayor declaró, visiblemente desconcertado. “Para ustedes dos. No puedo quedarme escondido por siempre, tengo que regresar ahí y enmendar mis errores-“
“Tú no hiciste nada malo, Luhan.” Kai lo interrumpió inmediatamente, con el corazón partido de ver a su amigo ponerse a sí mismo tan debajo de esa manera. “Mino, todos ellos… sólo son monstruos por hacerte esto, después de todo lo que nos han hecho.”
Tan pronto como pronunció esas palabras, Kai deseó poder retractarse. Por alguna razón, la idea de discutir su pasado enfrente de Kyungsoo era demasiado inquietante. Y los ojos del hombre ahora puestos en él, inspeccionándolo; no ayudaron para nada.
“No eres una carga.” Kyungsoo dijo eventualmente, mirando primero a Kai antes de voltear hacia Luhan. “Y tú no te esconderás por siempre. Encontraremos una manera de salir de esto.”
“No puedo quedarme en tu casa.” El mayor argumentó una vez más, sacudiendo su cabeza. “Esto no está bien, tú tienes tu propia vida que vivir.
“No te quedarás aquí.” Kyungsoo dijo en respuesta. “Te trasladaré a un lugar seguro, a primera hora de la mañana.”
Kai y Luhan se miraron de nuevo, ahora más nerviosos que antes; sin embargo, Kyungsoo comenzó a contestar sus preguntas no dichas.
“Este lugar queda aislado al borde de la ciudad, donde ciertos huéspedes pueden tener completa confidencialidad en su estadía.”
“Oh, es el mismo lugar donde nosotros-“ La pregunta de Luhan fue cortada a la mitad por la confirmación de Kyungsoo.
“Sí. Ya hemos estado ahí.”
Una vez más, Kai fue confrontado por la dolorosa realidad de la historia de Luhan y Kyungsoo. Su relación cliente-prostituto durante un año, y nunca se vio que tuvieran problemas de química entre ellos, todo lo contrario. Aunque la razón le aconsejaba que no lo hiciera, el sólo pensamiento de ellos dos teniendo sexo fue suficiente para irritar a Kai.
“Me aseguraré que su escondite esté completamente protegido, ni siquiera la policía será capaz de rastrearlos hasta ahí.” Kyungsoo continuó hablándole a Luhan como un instructor. “Es sólo por un par de días, mientras trabajamos en qué hacer después.”
Mientras explicaba su plan a un Luhan estupefacto, Kai no pudo evitar estar confundido con sus emociones. Claro que estaba sorprendido por la generosidad del hombre, gastando tanto dinero e incluso poniéndose a él mismo en riesgo para ayudar a su amigo. Pero, al mismo tiempo, se sentía tan fuera de lugar, una tercera rueda que había pasado entre ellos por accidente.
“No sé qué decir.” Luhan confesó eventualmente, con un leve ceño fruncido persistente en su cara. “No sé cómo te podré dar las gracias.”
“No estás a deuda conmigo.” Replicó sobriamente, frotándose sus ojos; era evidente cuan cansado se veía el hombre. “Sólo estoy pagando mi cuota.” Sus indisputables palabras salieron mientras de repente se levantaba de la cama y comenzaba a caminar hacia la puerta de la recámara, tomando a ambos, Kai y Luhan por sorpresa.
“Los dejo a ustedes dos solos ahora.” Kai podía percibir el cambio de tono en la voz de Kyungsoo. “Deberíamos levantarnos con el amanecer mañana. Te llevaré a casa primero,” el hombre declaró, viéndolo directamente, entonces llevaré a Luhan al escondite. Iré a la cama. Tengan buena noche.”
Los dos amigos vieron perplejos mientras Kyungsoo dejaba la habitación, cerrando la puerta tras de él, y no esperaron ni siquiera un suspiro. Fue Luhan quien rompió el silencio, manteniendo su voz razonablemente baja.
“No sé qué demonios es todo esto, pero ese hombre no es el Kyungsoo que yo conocí.”
Ahora era el turno de Jongin de mirar en la dirección del mayor, no muy seguro de si estaba listo para escuchar sus impresiones de Kyungsoo de antes y ahora.
“¿Cómo pudo hacer un giro de180° en sólo unos pocos meses?” Sin embargo, Luhan continuó, y todo lo que el menor podía hacer era escuchar. “El hombre era siempre un egoísta, arrogante idiota… ¿ahora ha cambiado a alguien que podría hacer de todo por un prostituto como yo?”
Jongin realmente no tenía una respuesta convincente para eso. Sus cejas alzadas y mala cara debieron haber servido como una señal de su falta de respuestas, pero eso no detuvo a Luhan.
“¡Tú puedes decirme! Tú tienes esta cosa andando entre ustedes ahora…”
“No hay tal cosa entre él y yo, de verdad.” Jongin trató de convencerse a sí mismo tanto como quería convencer a Luhan. “Aparte de atracción sexual, por supuesto. Estoy atraído por él, pero eso es todo. Pero, en serio, nosotros solamente tuvimos sexo una vez, hace mucho tiempo.” Ese hecho era desafortunadamente cierto. “Así que no es la tórrida historia de amor que estás imaginando en tu pequeña creativa mente.”
“¿Sólo una vez?” Luhan pregunto, viéndose genuinamente sorprendido.
Jongin simplemente asintió, prefiriendo no revelar que su primera y única cogida de hecho había tenido lugar fuera del trabajo. O de que repetidamente habían intentado hacer una segunda vez desde entonces.
“Bueno entonces, si no es por ti, no puedo entender que lo trajo a esta transformación.” Un signo de derrota escapó, pero Luhan no iba a dejar ir este tema. “Te estoy diciendo, él ahora se comporta completamente como otra persona. Él nunca era alguien que pudiera describir como altruista, y genuinamente buena persona.”
Incluso aunque las palabras de Luhan no eran otra cosa más que la verdad, escuchar esa profunda crítica de la personalidad de Kyungsoo, incluso en el pasado, dolió un poco. Sí, era un idiota, pero la vida le había jugado una muy mala mano desde el principio.
“No es como si el hombre fuera un santo, por supuesto.” Luhan continuó su desfogue, inconsciente de cualquier sentimiento real de su amigo con respecto al asunto. “El hombre tiene un carísimo enorme anillo de compromiso en su dedo, y continúa solicitando prostitutos.”
No había manera de defender a Kyungsoo de eso, pensó Jongin. Más de una vez, él realmente había odiado ese maldito anillo.
“¿Dónde está su prometida, de todas maneras?”
“Fuera de la ciudad.” Jongin contestó la pregunta de Luhan en un chasquido, levantándose y yendo hacia la puerta de inmediato; discutir a Kyungsoo con su mejor amigo, tristemente, era algo que no estaba preparado para hacer. “Iré a buscar algo de comer para nosotros. Espera aquí y ve algo de televisión.” Jongin se aseguró de encender el dispositivo, poniendo el control remoto en la cama al lado de Luhan. “Ahora vuelvo.”
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Optando por repetir el menú del lunch, Jongin fue a calentar la comida en el microondas, permitiéndose a él una doble porción (porque estaba hambriento). El tiempo para la sopa de Luhan estaba puesto en la marca de 4 minutos, y luego recogió la primera porción caliente de sopa; con su primer bocado, cerró sus ojos en deleite soltando un sonido de aprecio: aún era tan sabrosa como recordaba.
“¿Realmente tienes que murmurar así mientras estás comiendo?”
Kai saltó del susto por el sonido de la voz de Kyungsoo detrás de él, casi chocando con la comida en consecuencia. Se volteó para mirar al otro hombre, fresco salido de una ducha, usando una camiseta negra y pantalones deportivos a juego; y había tomado una botella de agua del refrigerador, procediendo a traerla a su boca y tomar de ella ávidamente. En el proceso, no solamente su manzana de Adán estaba completamente a la vista, sino también su flexionado bícep derecho, dejando a un perplejo Kai mirando y añorando.
Kyungsoo miró al más joven por el rabillo del ojo mientras seguía con su bebida. “¿Quieres un poco?” Preguntó una vez que terminó, sus labios estaban completamente rojos por la temperatura del agua.
“¿No ibas a dormir?” La densa pregunta de Kai salió antes de que se diera cuenta lo estúpido que sonaba.
“Lo haré. Sólo me dio sed.” El mayor hizo su característica sonrisa chueca. “A mí también me da sed, ¿lo sabías?”
El recuerdo de su desliz temprano ese día hizo a Kai encogerse internamente, pero no se permitió mostrarlo; en su lugar, hizo una falsa cara de simpatía y continuó, tomando otro bocado de su cena, tan casual como pudiera.
“Luhan parece estar mejorando.” El hombre habló de nuevo, poniendo la botella de agua medio vacía en el mostrador. “Sabes que no vas a estar allí con él tan seguido, ¿verdad? Si yo te reservo todos los días, Mino sospechará.”
“Lo sé. Él será mi sombra de ahora en adelante.”
Kyungsoo asintió, tomando las palabras de Kai en consideración. “Pero te reservaré, en un par de días. En todo caso, habrá alguien ahí para asistirlo y cuidar de sus heridas también.” Explicó luego, casi disculpándose. “Y yo iré allá a checarlo tan seguido como me sea posible.”
“Ya que los dos se conocen tan bien… eso hará las cosas más fáciles.” Kai declaró la verdad, tratando de no sonar amargado por ello.
“Nos conocimos por un tiempo.” Kyungsoo contestó muy sobriamente. “Pero sólo teníamos sexo, nada más.”
Fue especialmente irónico para Kai el cómo se sentía celoso por una estricta relación de sexo, siendo él un prostituto. Pero lo estaba. Estaba celoso de su mejor amigo y su… bueno, lo que quiera que fuera Kyungsoo para él.
“Es increíble lo que estás haciendo por él.” El joven esperaba que, diciendo algo que era absolutamente verdad, pudiera salvarse un poco y esconder cualquier rastro de amargura para que no apareciera.
El hombre lentamente caminó por el mostrador, acercándose a la posición de Kai, del lado opuesto. “Como dije, sólo estoy pagando mis deudas.” Kyungsoo evadió el contacto visual una vez más, mirando sus propios dedos dibujar una línea en la superficie.
“Estás siendo demasiado generoso.” Kai insistió, “poniéndote a ti mismo en la línea de Luhan y gastando tanto dinero en él…”
Kyungsoo estaba ahora enfrente de él, pero aun así no lo miraba directamente a la cara. “Lo usé. Contribuí a la situación tanto como Mino. Solamente es justo que haga una compensación.”
Escuchar esa nada placentera verdad viniendo de Kyungsoo, hizo que Kai no encontrase las palabras para contrarrestar su argumento.
“Esto no es acerca de generosidad, Jongin.” El hombre continuó expresando sus ideas, al mismo tiempo levantó su mano derecha del mostrador y llevó sus dedos hacia la expuesta piel de Kai, paseándolos desde sus abdominales, y subiendo. “Soy tan egoísta como siempre.”
Cuando la provocativa caricia llegó al labio inferior de Kai y sus ojos se encontraron, cerca y llenos de crueles intenciones, este último se rindió ante la tentación.”
“Espera por mí.” Susurró contra el obstinado pulgar de Kyungsoo. “Luhan se quedará dormido pronto. Te veré allá.”
La respuesta no verbal de Kyungsoo no podía ser más elocuente: primero, su pulgar se movió del labio inferior al superior, limpiando una pequeña mancha de salsa que quedó allí; después, el hombre llevó su pulgar a su propia boca, y lo lamió hasta limpiarlo.
Luego, sin una sola palabra, giró en sus talones y se fue. Solo con el sonido del microondas terminando los 4 minutos, Jongin fue arrastrado fuera de su trance.
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