Aprovechando las vacaciones he decidido terminar lo que he empezado así que, ¡aquí va la segunda parte del fic! Y en breve subiré también la tercera :D
Autor:
yokana_yanovickFandom: Battlestar Galactica
Pairing: Adama/Roslin, Lee/Roslin, Kara/Roslin
Spoilers: 3ª Temporada
Tema: #23 - Cartas - 2ª Parte (
Tabla)
Contenidos: Apuestas y comedia de la mano de Kara Thrace.
Palabras: 5.244
Cartas
(2ª Parte)
-Así que, una reunión ¿eh? -dijo Bill mientras se servía un vaso de agua.
Laura asintió.
-Lo cierto es que me sorprendió, no me dieron información urgente para merecer una reunión improvisada, y ambos actuaban de una manera extraña -dijo mientras se acercaba a la mesa de Bill y se apoyaba en ella.
-No sé porqué me da que la ridícula apuesta tiene algo que ver -dijo Adama mientras se masajeaba el puente de la nariz -De todas formas hablaré con ellos por si acaso.
Cuando levantó la vista Laura le miraba a la espera, lo cierto es que no pretendía hacerlo en ese mismo instante, pero estaba claro que ella sí esperaba que lo hiciera, así que cogió el teléfono, pidió que le localizaran a Kara y a su hijo y les enviaran a su habitación.
La espera no fue precisamente larga, a los pocos minutos ambos se presentaron en su puerta con cara de culpabilidad, estaba claro que esperaban un toque de atención.
-¿Me podéis explicar porqué tenéis una reunión con la Presidenta sin informarme de ello? -dijo con toda la seriedad de la que era capaz, y no era precisamente poca. Habló con voz fuerte y profunda, y aunque lo dijo con tranquilidad, vio como sus subordinados se tensaban ante sus palabras.
Lee miró fugazmente a Kara con un deje de reproche. Eso le dio la respuesta, de que aquello solo había sido una mera excusa para estar con Laura sin que él estuviese presente, y de algún modo eso le irritó.
-Solamente queríamos informar de unos cambios sin importancia en las tácticas de vuelo -contestó Lee intentando hablar con convicción pero sin conseguirlo.
-¿Tácticas de vuelo “sin importancia”? -hizo hincapié en las últimas dos palabras-. ¿Tácticas que debe de conocer la Presidenta antes que el Almirante a cargo de la flota militar? -dijo con sorna.
Lee se puso rojo, pero no contestó, estaba claro que aquello no tenía ningún sentido.
-No volverá a pasar, Señor -atajó Kara, que a esas alturas sabía de sobra que una disculpa a tiempo podía sacarla de cualquier atolladero, así ganaba tiempo para luego hacer lo que le viniese en gana.
Bill durante unos segundos no dijo nada -Eso espero -añadió por fín.
-Lo siento -dijo Lee con voz suave, y realmente parecía arrepentido. Eso le ablandó un poco y suspiró.
-Ahora bien, ¿nos podéis decir cuál era el verdadero motivo de la reunión? -Laura habló por primera vez desde que habían entrado en la habitación y lo hizo tratando de no sonreír, con una voz curiosa y conciliadora al mismo tiempo. Cuando Kara la miró, vio que ya sabía la respuesta y lo mejor era que encima le divertía, eso hizo que inevitablemente se le escapara una sonrisa a ella.
-Creo que usted ya sabe porqué -le dijo Kara aún con la sonrisa en el rostro.
Aquellas palabras hicieron que la ira de Bill resurgiera de nuevo, pero justo cuando fue a hablar, la mano de Laura se apoyó en su brazo suavemente para detenerle de volver a amonestar a los chicos.
-No podéis convocar una reunión solo para eso, Kara -dijo Laura con suavidad, como si hablara con dos niños.
Kara suspiró y asintió -Lo sentimos -esta vez lo dijo con sinceridad- prometemos que no volverá a pasar y sentimos haberla molestado -desvió la mirada a Bill- a ambos.
Laura asintió con una sonrisa, aceptando la disculpa de la travesura, porque al fin y al cabo eso era lo que había sido.
-¿Qué era lo que queríais? -dijo esta vez con curiosidad.
Kara sonrió.
-Eso es un secreto, ya sabe cómo fue la apuesta -se encogió de hombros. Si hubiese sabido que la apuesta de Lee era tocar a Laura, es probable que les diera algo más que una simple reprimenda.
Laura chascó la lengua pero no insistió.
-Espero que no sigáis con esa tontería -la voz de Adama resonó con autoridad.
-Oh, por supuesto que sí, Señor.
Kara lo dijo tan seria y convencida al mismo tiempo que a Laura se le escapó una risita cuando vio la confusión en el rostro de Bill ante la respuesta, que obviamente no era la que esperaba.
-¿Cómo? -dijo Bill con una voz que amenazaba con volver a ponerse de mal humor.
Laura levantó la mano y le cortó de nuevo -Déjalos, Bill, mientras no soliciten reuniones formales, no le hacen mal a nadie -dijo en tono conciliador mientras le dedicaba una sonrisa.
Esto último aflojó el ánimo de Bill considerablemente y Kara no pudo evitar darse cuenta de ello y sonreír internamente. Aquel día todavía no le había dado a la Presidenta el nombre de la persona a la que tenía que besar.
Y en ese momento tenía muy claro quién iba a ser.
-Presidenta, si me permite -Kara dio un paso al frente para dirigirse a ella.
Laura asintió sin más.
-Aún no le he dado un nombre -dijo mirándola con una media sonrisa.
-¡Kara! ¿En serio..? -la increpó Lee sin poder creerlo. Estaban a punto de salir indemnes de la metedura de pata que había ocasionado aquella apuesta y ella se la estaba jugando de nuevo.
-Kara… -su padre también dijo su nombre en tono amenazante. Y eso le hizo querer huir de aquella habitación lo antes posible.
Sin embargo, la habitación volvió a quedar en silencio cuando Laura habló dejándolos a todos sorprendidos.
-Ha tardado en decidirse, llevo todo el día esperando por él -dijo devolviendole la media sonrisa que Kara le había mostrado tan solo unos segundos antes.
Esto incluso sorprendió a la propia Kara que lo cierto es que tampoco esperaba salirse con la suya. Definitivamente tenía que llevarse a esta mujer de copas alguna vez.
-¿Y bien? -insistió Laura frente a ella con aire divertido.
Kara sonrió maliciosamente.
-Adama.
Laura estaba girándose hacia Bill cuando volvió a hablar.
-Lee Adama -concretó mientras paladeaba el nombre en sus labios con satisfacción.
Cuando se giró hacia su CAG este estaba blanco y tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para que no le diera una ataque de risa. Oh, aquello era demasiado divertido, no sabía cuánto le iban a dejar continuar con ello, pero desde luego que lo iba a disfrutar mientras pudiera.
-Señora Presidenta, yo no… -Lee tartamudeaba cuando Laura se acercó a él con una sonrisa, le cogió la cara entre las manos y le besó.
Kara tuvo que reconocer que fue un señor beso, como el que ella había recibido el día anterior. Estaba tan absorta mirando a Lee y a Laura que solo se fijó en el Almirante cuando le vio moverse por el rabillo del ojo.
Este se había girado hacia su mesa para dar la espalda a la escena que estaban presenciando, sin embargo, en su mano tenía un vaso de cristal. Un vaso que estaba apretando con tanta fuerza que los nudillos se le habían vuelto blancos y por un momento pensó que estallaría en mil pedazos.
-Bueno, hecho -Laura la sacó de sus pensamientos.
Cuando volvió a fijarse en ellos, Laura sonreía y Lee tenía cara entre atontado y sorprendido. Se ve que el beso de la Presidenta tampoco le había dejado indiferente.
Antes de que nadie pudiera decir nada más la fría voz del Almirante resonó en la habitación.
-Es la última vez que utilizais mi cuarto para esta clase de estupideces, ahora si haceis el favor tengo trabajo que hacer -dijo mirándoles impasible.
Su voz no dio lugar a réplica, ni siquiera la Presidenta lo intentó, ya que el Almirante reservó su mirada más dura para ella.
Lee y Kara pensaron al mirarse que aquel era un buen momento para retirarse y así lo hicieron.
-¿En serio te lo vas a tomar de este modo, Bill? -Laura habló apoyando una mano en su cadera cuando la puerta se hubo cerrado tras los dos pilotos.
-No estoy para tonterías de esta índole, por si lo has olvidado estamos en guerra -dijo volviendo a mirarla con una frialdad que la sorprendió.
Laura le sostuvo la mirada durante unos segundos sin decir nada, sin mediar palabra recogió su chaqueta y su maletín y se disponía a irse.
Sin embargo, antes de salir por la compuerta se acercó a él de nuevo.
-Una vez me dijiste que no era suficiente con vivir, sino que debíamos encontrar una razón por la que vivir -se inclinó un poco más sobre él. -A veces las pequeñas cosas marcan la diferencia, deberías probarlo -finalizó.
Cuando ya estaba de camino a la salida escuchó la voz de Bill a sus espaldas.
-¿Lo que te mantiene con vida es tontear con mi hijo?
Laura se quedó congelada en el sitio y tras unos instantes se giró muy despacio para enfrentarle.
La pregunta estaba claramente destinada a hacer daño. Y tras la mirada que le dedicó Laura supo que lo había conseguido.
Se hubiese arrepentido de sus palabras de no ser por la ira que le carcomía por dentro tras el espectáculo que acababa de presenciar.
La mirada de Laura fue gélida como el hielo así como su voz cuando contestó a su pregunta.
-Es posible que necesite algo más que tontear con él para sentirme viva.
Y sin añadir nada más, salió de su habitación, dejándolo atónito ante lo que acababa de escuchar, con la rabia vibrando en su pecho y con un sentimiento que se negaba a reconocer como celos.
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- Esta vez te has pasado.
Kara miró a Lee como si le viese por primera vez.
-No, esta vez ha sido perfecto -dijo convencida mientras caminaban por los pasillos hacia sus respectivas habitaciones.
-¿Tú has estado en la misma habitación que yo? -le preguntó sorprendido sin entender nada.
-Sí, y va todo según lo previsto -le dedicó una sonrisa misteriosa.
-¿Lo previsto? -Lee la miró confuso -Ah, ¿que había un plan detrás de toda esta pantomima? -preguntó.
-Por supuesto, siempre hay un plan, pequeño Adama -dijo con sorna.
-Pues muy bien -dijo ofendido- ¿y serías tan amable de explicarmelo ya que formo parte de él? -la cogió del brazo y la detuvo.
-¿Acaso no es obvio? -y Kara le miró como si le acabara de preguntar una estupidez. Antes de que pudiese responder volvió a hablar. -Antes de nada, ¿qué tal besa la Presidenta?
La pregunta le tomó por sorpresa y el recuerdo del beso hizo que se le subieran los colores.
-Así de bien, ¿eh? -le dio un codazo y le guiño un ojo antes de retomar la marcha por los pasillos.
-No ha sido precisamente desagradable -contestó Lee al tiempo que se ponía de nuevo a caminar a su lado.
-Estupendo, porque mañana te toca otra vez -dijo Kara.
-¿Me vas a explicar qué pretendes con esto? -Lee volvió a pararla. -Porque mi padre está a punto de tirarnos por una escotilla a ti y a mí.
-A quién le hace falta un empujón es precisamente a él -dijo cogiéndole por un brazo y avanzando de nuevo -¿No has visto como mira a la señora Presidenta?
Vio como a su compañero le cambiaba la cara.
-No puedes estar hablando en serio, ¿ahora vas a hacer de casamentera? -la miró con los ojos muy abiertos.
-Sí, y tú vas a ayudarme -dijo señalándole el pecho con el dedo índice.
-¿Y por qué en nombre de los dioses de Kobol iba a hacer eso? -dijo Lee cruzándose de brazos, desafiante.
-Porque quieres ver feliz a tu padre -dijo sin más.
Kara no obtuvo respuesta y supo que había ganado la discusión.
Lee suspiró vencido.
-¿Qué habías pensado?
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Lo cierto es que no había pensado nada, el plan había tomado forma en su cabeza al ver los pequeños indicios de que el Almirante tenía cierto interés en la Presidenta. Bueno, eso, y que chinchar a Lee y a Bill era muy divertido, no lo iba a negar.
-¿Otra cena? ¿Te parece que hemos tenido poco con la última? -le preguntó Lee. -Tal como están los humos no creo que sea una buena idea, Kara.
-Precisamente, es un acto de conciliación, para disculparnos -Kara abrió los brazos como si fuese un movimiento obvio. Por toda respuesta Lee puso los ojos en blanco.
-Pues no sé cómo vas a convencer a mi padre de eso.
-Es que no le voy a convencer yo -dijo mientras asomaba una sonrisa ladina en su rostro.
-¡Pues yo tampoco pienso hacerlo! -atajó Lee con determinación, no tenía ninguna gana de otro enfrentamiento directo.
-Relájate, tampoco vas a ser tú -Kara movió una mano con actitud cansada. -Lo dejaremos en manos de la Presidenta, que está visto que está más implicada en esto que ninguno de vosotros dos.
Escuchó a su compañero bufar.
-Eso sí, serás tú quien se lo diga a Roslin -le dijo Kara en un tono que no admitía discusión.
-¿Yo? ¿Por qué yo?
-Porque viniendo de ti, hay una mínima posibilidad de que se trague que esta cena es un acto de conciliación. ¿O crees que si se lo digo yo colará? -preguntó alzando las cejas.
Lee no podía negar que tenía razón en eso. Nadie en su sano juicio lo haría viniendo de Kara.
-Tú limítate a comentárselo y a poner cara de niño bueno -dijo dándole un par de palmadas en el hombro -que se te da muy bien -añadió divertida..
-No me va a quedar cara que enseñar cómo todo esto termine mal -dijo al tiempo que se masajeaba la sien.
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A la mañana siguiente Laura estaba repasando los documentos de la última reunión cuando su ayudante la informó de que tenía visita.
Cuando levantó la vista se encontró a Bill Adama en el umbral de su puerta.
Aún no se le había pasado el enfado de la noche anterior, así que se limitó a saludarle con una inclinación de cabeza.
-Almirante, ¿qué se le ofrece?
Bill carraspeó pero no habló en seguida.
-He venido a presentarle mis disculpas, señora Presidenta -dijo en tono formal.
Laura le miró fijamente sin decir nada.
-Ayer.. -suspiró- lo que le dije estaba fuera de lugar -finalizó.
Laura se levantó de la silla y rodeó su mesa para apoyarse en ella y mirarle más de cerca, se cruzó de brazos y esperó, como una maestra espera a que su alumno vaya por el camino adecuado sin necesidad de corrección.
Podía ver como eso ponía nervioso a Adama.
-¿No piensas decir nada? -añadió Bill tenso.
Laura suspiró por fin -Ya que el ataque había sido hacia mi persona y no mi cargo, esperaba una disculpa un poco más personal, Bill.
Esta vez fue él quien suspiró -Laura, lo siento -dijo negando con la cabeza. -No se me dan bien estas cosas, no estoy acostumbrado a disculparme.
-¿No me digas? -dijo ella en tono cómico, lo que le arrancó una leve sonrisa.
-Soy consciente que mi reacción fue exagerada y mis modales.. bueno, demasiado tiempo en una nave militar -dijo a modo de disculpa.
A aquellas alturas Laura le conocía lo suficiente para saber que el mero hecho de presentarse en su puerta para decirle aquellas palabras, le habían tenido que costar un triunfo. Como él mismo había dicho, no acostumbraba a tener que hacerlo y se ve que había perdido cierta práctica.
Antes de que continuara ella le puso una mano en el pecho y habló en tono suave -Disculpas aceptadas, Bill. -En cuanto se le pasó el enfado y pudo pensar con claridad, sabía más que de sobra que Bill no pensaba lo que le había dicho.
-Pero, con una condición -añadió Laura y volvió a cruzarse de brazos, aunque esta vez le miraba con una sonrisa.
Bill la miró interrogante.
-Lee acaba de llamarme, para organizar una cena y disculparse por su comportamiento y el de Kara. Se ve que la familia Adama se ha puesto de acuerdo incluso para pedir disculpas -amplió su sonrisa. -Les he dicho que iríamos los dos.
Él suspiró de nuevo y asintió. Al fin y al cabo se lo debía.
-¿Dónde has quedado con ellos? -preguntó.
-En tu habitación -contestó Laura.
Bill se sorprendió.
-¿Cómo sabías que iba a aceptar? -dijo incrédulo. Tan sólo hacía dos minutos que se había disculpado, hasta entonces pensaba que ella no volvería a hablarle si no hacía algo al respecto.
Laura sonrió despacio y se inclinó un poco sobre él -Porque le conozco mejor que usted mismo, Almirante -y se levantó de la mesa para rodearla y volver a su silla mientras Bill se quedaba hipnotizado por el balanceo de sus caderas al andar.
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-Esta noche tienes que centrarte, ya sabes cual es el objetivo -le dijo Kara a Lee mientras se dirigían al cuarto de su padre para cenar.
-Sí, el objetivo es que mi padre me tire por una escotilla, lo tengo claro -dijo resignado.
Kara puso los ojos en blanco -Deberías hacerte mirar esa obsesión por las escotillas.
-Deberías hacerte mirar esa obsesión por trastornar la vida de los que te rodean -contestó Lee poniendo una mueca.
Por toda respuesta Kara se echó a reír.
-Pero, ¿qué sería entonces de vuestras aburridas vidas? -contestó fingiendo preocupación.
Llegaron a la puerta del Almirante y llamaron.
La voz de Adama les instó a pasar.
Cuando abrieron vieron que no estaba solo, Laura Roslin ya estaba en su sofá. Kara no pudo evitar fijarse que no llevaba sus tacones, y en consecuencia no pudo contenerse en darle un pequeño empujón a Lee con su hombro para que él también lo notara.
-¡Ha llegado la fiesta! -dijo Kara alzando una botella de Ambrosía.
-¿Esa es su manera de disculparse, Teniente? -preguntó Bill, alzando una ceja.
-¿Acaso hay otra mejor? -Kara alzó las cejas como si realmente creyera que aquella era la mejor opción, lo cual hizo reír a Laura.
-Conociéndola, que Kara Thrace comparta alcohol con vosotros es posiblemente una de las mejores disculpas que os podría ofrecer -dijo Lee en tono de burla, lo que hizo que se ganara otro empujón de su compañera.
No tardaron en brindar los cuatro por la salud, el final de la guerra, sí mismos y por todos los motivos clásicos por los que brindaba la gente.
Cuando terminaron de cenar la botella estaba casi vacía, lo cual convirtió la noche en una noche mucho más animada que las habituales. Incluso el Almirante Adama bromeaba de tanto en cuando.
Tras una de las divertidas historias de “Starbuck”, Kara le hizo un movimiento casi imperceptible a Lee, para hacerle saber que había llegado el momento.
Lee carraspeó -Papá -dijo llamando la atención del Almirante -¿aún guardas el gramófono que te regalé? -le preguntó.
A Bill le pilló un poco por sorpresa la pregunta pero asintió -Sí, claro, está en la estantería -lo señaló con la mano.
Lee se levantó para inspeccionar si todavía funcionaba y rebuscar entre los discos que tenía su padre.
Mientras el resto seguía con su animada conversación, Lee puso el aparato a funcionar y una música animada inundó la habitación.
-Bien -dijo Lee frotándose las manos- ¿quién va a ser mi primera víctima?
A excepción de Kara, el resto había pensado que su pretensión era poner música de fondo, no utilizarla para bailar y por un momento se quedaron callados.
-Ya sabes que el baile no es lo mío -dijo Kara encogiéndose de hombros y dando un sorbo a su copa.
Con paso seguro, o todo lo seguro que podía estar, dadas las circunstancias y el objetivo que tenía en mente, se acercó hasta la Presidenta y le ofreció su mano con una enorme sonrisa. - ¿Haría el favor de hacerme los honores, señorita Roslin? -dijo con excesiva educación inclinándose hacia ella.
Laura se sorprendió pero aceptó gustosa la invitación con una sonrisa.
Kara miró por el rabillo del ojo al Almirante, que de repente estaba fascinado con el líquido que tenía en su vaso, ya que lo miraba fijamente mientras movía su contenido de un lado a otro.
Lee, haciendo acopio del poco valor que le quedaba, rodeó la cintura de Laura con su brazo derecho y la atrajo contra sí.
-Vaya, Capitán, ¿no estará intentando seducirme, verdad? -Laura habló con tono zalamero.
Lee miró a Kara fugazmente y ella hizo un asentimiento igual de fugaz.
-¿Habría algún problema en que así fuera? -dijo en un tono tímido que no dejaba claro si la pregunta era en serio o en broma.
Kara no supo qué cara de sorpresa fue mayor, si la de la Presidenta o la del Almirante, y tuvo que hacer un esfuerzo hercúleo por no soltar una carcajada y romper el momento. Le gustaría saber cómo iba a salir la señorita Roslin de aquella.
-Oh, problema ninguno -dijo fingiendo despreocupación-, pero no me gustaría ser el motivo por el que dejara de prestar atención a ciertas mujeres de la tripulación -y esta última frase la dijo desviando la mirada levemente hacia Kara.
Kara tosió, desde luego aquella mujer sabía contraatacar.
Antes de que Lee pudiese contestar nada, Kara habló.
-Por cierto -dijo mirando la hora-, tengo un nombre para usted -dijo señalando a Laura con su copa y guiñandole un ojo.
-Pensé que ya se había olvidado -contestó Laura mientras Lee la hacía girar sobre sí misma.
Kara miró de reojo a Bill, que parecía ajeno a toda la conversación, aunque había notado que se había puesto tenso ante la mención de la apuesta. Parecía como si se hubiese propuesto no tomar partido ni hacer comentarios de ningún tipo. Se preguntaba si Roslin le habría regañado por la noche anterior.
-¿Y bien? -preguntó Laura mientras seguía girando con Lee por la habitación.
Kara miró un momento a Lee y decidió que por las buenas o las malas, Bill Adama iba a despertar de aquel letargo en el que se había imbuido aquella noche.
-Adama -hizo una pausa para darle efecto a su respuesta- el Almirante Adama -Y consiguió lo que quería. Bill Adama la miró con sorpresa mientras ella se encogía de hombros en la otra punta del salón.
-Eres el que queda -dijo antes de tomar un sorbo de su copa- es lo justo -añadió.
La respuesta de Kara hizo que el baile de Laura y Lee se detuviera, y Laura comenzara a avanzar descalza hacia donde estaba sentado el Almirante ante los ojos atónitos de este.
-No es necesario -dijo Bill levantándose de su asiento casi como un resorte. Se acercó a la mesa para servirse otra copa.
Laura se paró a mitad de camino y en su cara se dibujó una mueca, como si de repente hubiese recibido una punzada de dolor, fue tan solo un segundo antes de recuperar una cara neutral, pero Kara sabía lo que había visto.
-Necesario no es, Almirante -comentó Kara- Lo que es, es divertido, por eso lo hacemos -y le dedicó una sonrisa cuando este se giró.
-Quizá para algunos -hizo una pausa para beber-, no para mí.
Su cara se mostraba totalmente impasible, como si la idea de besar a la Presidenta no le atrajera lo más mínimo. Obviamente todos en aquella sala sabían que era mentira, incluido él.
La mirada de Laura se desvió hacia el suelo y durante un segundo con aire de tristeza, pero rápidamente recuperó la compostura y se fue a sentar al sofá.
Bueno, quizá Laura ahora se lo estuviese plantendo, pensó Kara, pero desde luego era la única.
-No pasa nada, como bien ha dicho usted Teniente, la idea es que resulte divertido, si no es así, no hay motivo para hacerlo -Laura habló de manera despreocupada, pero Kara podía escuchar la decepción en sus palabras aunque esta no fuese obvia.
El hecho de que el Almirante fuese tan testarudo la irritó, casi fue como un gesto de desafío.
Y nadie desafiaba a Kara Thrace.
Se iba a asegurar que el Almirante se arrepintiera de aquel rechazo. Ya no solo por ella, sino por Laura, no le había gustado ver aquella tristeza en los ojos de la Presidenta, y desde luego no le había gustado que se desviase del plan que tenía trazado para él, cuando, al fin y al cabo, era por el bien de ambos.
-Está bien -concedió Kara, como si no le molestase que Bill no quisiera jugar a su juego. -Entonces a partir de hoy, los días que le quedan, a no ser que haya novedades -puntualizó-, le asignó al pequeño Adama como víctima -le dijo a Laura con una sonrisa.
Sonrisa que se amplió cuando vio la cara del mayor de los Adamas, tratando que no se notara que estaba apretando la mandíbula.
Tú te lo has buscado, pensó con malicia.
-Bueno, Lee, sin duda te ha tocado la lotería, no te puedes quejar -bromeó Kara- ahora tienes a la Presidenta toda para ti.
Bill volvió a fijar su mirada en el vaso y Lee, que se había sentado en la otra punta del sofá donde estaba Laura, relucía como una manzana roja recién pulida.
-Señorita, Roslin, ¿puede hacer los honores? -y Kara hizo un ademán hacía Lee.
-Faltaría más -sonrió divertida.Y en lugar de levantarse del sofá de nuevo para acercarse a Lee, gateó un poco sobre los cojines para llegar al reposabrazos contrario, donde estaba apoyado este.
Kara no sabía si aquella maniobra fue a propósito o no, pero de repente parecía un elegante felino acechando a una presa. Sus movimientos eran tan fluidos que hasta a ella le encandiló, realmente esta mujer podía ser muy sexy si se lo proponía.
Echó un vistazo Bill que estaba tan absorto en los movimientos de Laura que ni se fijó en que ella le miraba. Sonrió para sus adentros, se preguntaba si el Almirante se estaría arrepintiendo de no haber aceptado la apuesta.
Cuando miró a Lee, petrificado en su rincón del sofá mientras Laura se acercaba mirándole con una sonrisa, le dieron ganas de reír. Tenía la boca ligeramente abierta y estaba segura de que probablemente estaba seca ya que le veía tragar con dificultad.
-Tranquilo, Capitán, no le voy a morder -dijo Laura en un tono que multiplicó por mil lo erótico de la escena. Y sin más, le besó.
Le besó con tantas ganas y se recreó tanto en el beso que incluso Kara se sonrojó. Sin embargo, aquella fue la prueba irrefutable de que Laura también se había sentido dolida ante las palabras de Bill y esa era su venganza tras el rechazo.
Cuando Laura se separó, ella estaba alucinada, Lee estaba blanco y sin aliento y Bill…, miró hacia su butaca y la vio vacía.
Kara no se había dado ni cuenta de que Bill se había levantado de su asiento y se había ido al baño en algún momento del beso.
-Me voy a replantear eso de que tengas a la Presidenta toda para ti -dijo Kara para distender el ambiente, ya que Lee no había conseguido articular palabra todavía y Laura volvía a su sitio y se alisaba las arrugas de su camisa como si tal cosa.
Laura soltó una pequeña risita ante el comentario de Kara, pero pudo ver que estaba más ensimismada en sus propios pensamientos que en aquella sala con ellos dos. Tampoco pasó por alto la mirada de reojo que le dio a la butaca vacía de Bill.
Kara aprovechó el momento para dedicarle una mirada significativa a Lee, como recordatorio de que le tocaba una escena del guión que le había trazado.
Lee se recompuso como pudo y tosió para aclararse la garganta seca.
-De eso nada, no te puedes echar a atrás ahora -dijo en tono de broma. En aquel momento su padre salió del baño secándose las manos con una pequeña toalla y añadió -Es una suerte que a mi padre no le gusten este tipo de juegos. Así disfruto de sus atenciones por partida doble -le dijo a Laura en tono dulce.
Laura sonrió y sacudió la cabeza -No es para tanto, ya lo tengo muy olvidado -dijo encogiéndose de hombros.
-Pues menos mal, porque si “eso” es tenerlo olvidado, si lo llega a tener reciente, a mi es probable que me diera un síncope. Y soy un hombre muy sano, créame -dijo apoyando la palma en su corazón y fingiendo una cara seria que hizo que a Laura se le escapara una carcajada.
-Papá, suerte que has dicho que no -le dijo a Bill divertido. Entonces giró a Laura de nuevo y fingió un tono confidente -él no hubiese sobrevivido -lo que hizo que Laura volviera a reírse con ganas.
Kara vio como Bill volvía a apretar la mandíbula y contestaba en un tono que trató de que sonara en broma pero errando estrepitosamente en el intento.
-Quizá te hubieras sorprendido -e intentó componer una ligera sonrisa, pero solo le salió una mueca.
-Desde luego nos hubiésemos sorprendido todos -comentó Laura en un tono que no tenía claro si hablaba en serio o no.
Kara podía ver por su actitud que seguía dolida, probablemente era la única de la sala que lo veía, ya que Lee seguía centrado en cumplir su propósito y Bill estaba demasiado ocupado en controlar su ira.
Tras el comentario de Laura, el Almirante y ella se miraron fijamente con rostros impasibles durante unos segundos que se le hicieron eternos. De repente en la habitación se respiraba un aire más denso. Aquella era la señal de que era mejor dar la noche por finalizada.
Kara fingió un bostezo y Laura aprovechó el momento para disculparse ya que al día siguiente debía madrugar y levantarse del sofá para ponerse los tacones.
La despedida fue escueta y entre sonrisas a medias. Estaba claro que el ambiente se había enrarecido y era mejor dejarlo descansar.
Pero solo hasta mañana, pensó Kara para sí, mientras salía por la puerta de la habitación de Adama seguida por Laura y Lee.
♥♥♥
Como dos subordinados diligentes, acompañaron a la Presidenta a su raptor y se despidieron de ella con afecto. Ella había sido con mucho lo mejor de la noche.
Cuando el raptor partió y se quedo a solas con Lee en el hangar, le dijo muy emocionada -Mañana tengo el plan perfecto.
-Kara, yo aprecio lo que haces por mi padre pero, ¿has visto lo que ha pasado hoy? Ha tenido la oportunidad de besarla y la ha desaprovechado. Ya no tengo tan claro que esto sea una buena idea… -dijo pensativo.
-Dios santo, no tienes ni idea de estos temas, ¿verdad? -le miró sorprendida.
Lee no dijo nada porque claramente era cierto.
-De hecho, ni siquiera te has fijado en que tu padre ha estado celoso toda la noche.
-¿Cómo puedes saberlo? Yo solo veía rayos saliendo de sus ojos, y no sé si por celos, pero sé que este tipo de juegos y comportamientos, no son de su agrado. Nunca ha sido muy dado a bromear, ¿sabes? Yo lo sé bien… -y estas últimas palabras las dijo casi con pena.
-Quizá precisamente porque tú ves empañada la imagen de tu padre no puedes ver lo que yo veo, pero creeme, hace tiempo que mira a Laura con otros ojos.
Lee la miró sin estar seguro de si creerla o no.
-Mira, lo único que sé, es que esta situación se va a desbordar de un momento a otro y la ira de mi padre nos va a explotar en la cara -suspiró.
-Cuento con ello -dijo Kara.
-¿Perdona? -la miró Lee con las cejas alzadas.
-De hecho, cuento con que sea con la Presidenta con quien explote -especificó Kara con una sonrisa mientras tomaba rumbo a la salida del hangar.
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