Enero

Feb 03, 2015 11:10

Enero ha sido la cosa más ocupada que he podido tener. De un modo inesperado y ansioso conseguí trabajo. Empezaba el día 3 y continuó sólo en fines de semana hasta el 31. Seguramente lo mejor que me ha pasado porque a día de hoy ya tengo el dinero ingresado en mi cuenta. Me he divertido y estoy encantada con mis compañeros. Eso sí se me presenta difícil llegar a las metas diarias que me tiene todo el mundo, ventas y tiempos y todo eso. Pero espero ir mejorando.

Ahora, el problema vino cuando a la tía se le ocurrió la maravillosa idea de que trabajara de nuevo en aquella empresa de venta directa por teléfono al mismo tiempo. SÍ, COÑO, ESTOY BUSCANDO OTRO TRABAJO DE SEMANA PERO NO ÉSE. No pude odiar más mi salida de ese trabajo que me desgastaba a niveles épico y dejó mi poquito ego por el suelo. Trabajé tres días y al tercero ya me dolía inmensamente la cabeza. ¿Lo peor? Es que era por compromiso. El jefe es familiar de la tía y me dieron otra oportunida. Con grandes ventajas de cercanía a mi casa, confianza, familiaridad y estabilidad. ¿El problema? No es cierto.

La última vez que estuve, estuve un mes y medio tratando de que me dieran un puesto de trabajo. Tras eso, me pagaron 200€ de mierda que, sí, me ayudaron muchísimo en la situación en la que estaba, pero ya no estoy en aquella posición. Y no puedo permitirme trabajar tecnicamente gratis por lo que me estén dando una genorosísima oportunidad de trabajar. Y nótese el sarcasmo porque aunque la primera vez que entré parecía una oportunidad de verdad de trabajar, tras dejarlo comprendí que es una empresa que estará en la quiebra tarde o temprano. Es una empresa sin cartera de clientes, sin fidelización y sin nombre. Quiero decir que las tiendas de barrio tienen nombre, ¿ok? No sólo las multinacionales. Vas a donde Pili, o María y te vas a encontrar un trato agradable. Ellos no y no se vale decir que sólo es una empresa de venta directa porque la venta directa suele ser una de las secciones no la empresa entera.

Pero sobre todo, lo que me fastidió fue que al tercer día el jefe me venía con el mismo cuento de la primera vez. Tú inténtalo y ya veremos. Perdona, eso está muy bien si es la primera vez que estamos en esta posición pero si me has aceptado no es para que pierda el tiempo, ¿no? Ni una sola vez me has hablado de dinero. Además, uno de los problemas de los jefes en familia es que te acabas enterando de cosas que no tienes por qué enterarte, como que es un jeta de cuidado y la generosidad es sólo una apariencia.

Mucho menos me iba a quedar con esas grandes palabras: Siempre hay que tener puertas abiertas en época de crisis. Ésta es la última oportunidad, si no quieres, no se volverá a abrir mi puerta. Son palabras demasiado grandes para una persona que está llevando su empresa a la ruina.

Además, me he pasado un año encerrada en un curro de mierda para poder hacer lo que estoy haciendo ahora, tener un trabajo a tiempo parcial y tener cosas como el carnet de conducir. Ya me ha apuntado. Y quiero sacarme el puto bachiller y tener más oportunidades laborales. La venta no es mi trabajo de por vida, gracias.

Otras cosas que han pasado ha sido la pelea con la tía por la herencia, con el resultado de Mante cambiándose de casa. No tengo muy claro si fue por su decisión. En realidad, no me afecta, pero no dejo de notar que lleva todo el tiempo que llevo en esta casa cómo no entiende la manera en que se comporta mi madre, que no me visita ni se preocupa por cómo estoy ni dónde. Y que si Mante se le marchase alguna vez iría a donde fuera para traerlo de vuelta. Entiendo que se ha ido a la casa de al lado, en serio, pero no dijo no intentó hablar con él ni una sola vez, ni hizo gesto alguno de detenerlo. Por no hacer, no nos dirigió ni una mirada.

Pero esto lleva a otras cosas, como a la madre de Mante a mantener su orden exacerbante. Me recuerda a las principales razones por las que mi madre me gritaba. Lo odio, de verdad, pero ésta no es mi casa después de todo. Pero no pienso vivir con unas normas como éstas. No me fui de casa para pelearme con una madre que no es la mía.

Lo que cansada me tiene es la semana de idioteces de esta señora. Se le dijo, oiga, su hijo tiene estos días libres para organizar sus cosas y ella dicidió tenerlo todo ordenado en los días en que él no podía. Ahora hay un montón de cosas que él necesita que tiene a su alrededor. Aunque sus estudios y su ordenador están aquí.

La habitación que alquilé ahora es de los dos. Lo cual es una molestia. Y la razón principal es que su madre se cree con derecho a entrar y cambiar las cosas de sitio. Estoy planteándome muy seriamente llamar a la policía o cambiarme de casa.

Las buenas noticias son que me han renovado en el trabajo de Enero y que estoy avanzando en mis conocimientos para conseguir otro trabajo.

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