Lagrimas con un poco de chocolate...

Sep 15, 2015 02:56

Hoy me levanté de dormir una siesta y me puse a llorar desconsoladamente. Si, ya se que esto no tiene un comienzo muy alentador, pero es lo que pasó. No es que tenga problemas graves del estilo de vida o muerte. No tengo cobradores esperando a que atienda la puerta para cortarme un dedo o romperme las piernas por no tener el dinero a tiempo. Tampoco peligra la vida de alguien cercano, familiar o amigo y mucho menos la mía. Así que se preguntaran (si es que alguien lo hace o siquiera esta leyendo esto) ¿Cuál es el problema entonces? Graciosamente, si esto fuera una charla entre amigos, contestaría; La vida es mi problema. Aun así creo que esta contestación es la que más se acerca. Todos tenemos pequeños problemas, algunos más importantes o que denotan mayor atención para nosotros, estamos de acuerdo que los problemas están como quien diría, a la orden del día. Cosas cotidianas como la cara de culo de tu madre - vaya dios a saber por que - o algo como que porque tu profesor de filosofía te desaprobó si habías contestado todas las preguntas del parcial o porque el colectivero no te paró a la mañana si iba prácticamente vacío dicho transporte o porque tu jefe te empieza a romper las pelotas a penas llegas para terminar un informe que se entrega la semana siguiente… así puedo seguir enumerando, pero bueno esos momentos son los momentos clave y luego cuando uno se encuentra en su habitación se quiebra. La presión pasa a ser angustia pura y uno siente la imperiosa necesidad de llorar, 5 minutos o 2 horas, lo importante es desahogarse para seguir sonriendo y poder seguir acumulando - ¡ha! el circulo de la vida…- así me desperté hoy a las 4:30 de la tarde, me levanté, tomé mi chocolate de emergencia- siempre hay que tener uno lo recomiendo- y enfrascada en mi martirio personal de mis defectos, virtudes, deseos y añoranzas lo comí no sin antes darle la mitad a mi hijo de 1 año y medio que lo comió incluso con mas gusto que yo, ajeno a todo aquello que a mi me afligía llenando su cara de dulce, dejando rastros en las sabanas blancas y en mi, mientras reía feliz y se bajaba de la cama torpemente para ir a jugar. Terminé mi chocolate y me reí pensando: tanto espamento y reflexión para que este enano se lleve mi chocolate y mi depresión de un plumazo.

Nybras -XR-

cosas, originalwriter

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