Nada es lo uqe parece: Capitulo 12 "Historia a Retazos"

Dec 18, 2008 09:26


AL FINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!Siguiente capítulo del fic que llevaba nmil sin actualizas (al igual que el Journal...)

Resumen (por si alguien no se acuerda) House le cuaneta a Wilson lo uqe hizo en el verano (de la 3ra a la 4ta temporada)
Notas: Hay referencias a algunos capis y tenerlos frescos en la mente vendria bien. Los capitulos de la Cuarta temporada a los que me refiero son:

-1 Alone
-3 97 seconds
-5 Mirror Morror
-7 Ugly
-8 You don't want to know
-10 It's a wanderful lie
-11 Frozen

Bueno sin mas ni mas...
Historia a Retazos

-        Buenos días Brenda- saludó un inusualmente sonriente House. Ya había pasado casi una semana desde que la vuelta a la normalidad supusiera la vuelta a un hastío insufrible. Sin subordinados de los que mofarse.

No podía evitar el pensar que al menos debería haberse quedado con Foreman, nadie se picaba como él... Chase prefería la estrategia de oídos sordos y Cameron, no sabía cómo, pero cada burla dirigida contra ella, la transformaba magistralmente en un alago que ocultaba su verdadero e incondicional amor por ella. Pero Foreman, aaahh, Foreman, él sí que era bueno para mofarse...

Meterse con Wilson era otra opción...pero o las clases de yoga debían dar muy buen resultado o ese viajecito veraniego le había recargado las reservas para aguantarle, si no, no sabía cómo explicar su aguante...le desesperaba.

Cuddy, ella sí que era una buena contrincante. Nunca bajaba la cabeza y justo cuando la tenía contra las cuerdas, el baile de san Vito le corría por las venas y cual Hulk Hogan, le lanzaba un derechazo verbal que lo tumbaba en la lona. Pero claro, después de lo sucedido en verano... a ver quién era el guapo que se enfrentaba a ella...demasiado que perder....

-        ¡MENTIRA!- gritó sulfurado House- Yo jamás pensé eso

-        Pues dame otra razón por la que llevaste la guitarra eléctrica al hospital.

-        Me aburría.

-        Has trabajado en este hospital durante... ¿cuánto tiempo? Y nunca has necesitado ningún pasatiempo

-        ¿Y cómo le llamas a la psp?

-        Nunca tan grande como para que yo me diese cuenta. Buscabas llamar mi atención claramente.- sentenció

-        Así que me viste- se dejo caer en el sofá y se cruzó de brazos satisfecho.

-        Es difícil no verte cuando pasas frente mi despacho con un carrillo de niño que porta un bulto más grande que tu cabezón-

-        eh! lo del cabezón sobraba.

-        Y en el otro hombro la funda de la guitarra.- siguió hablando sobre sus palabras.

-        Me viste y no protestaste- dijo pensativo- ¿quién tenía miedo de afrontar a quién?

-        Simplemente pensé que necesitabas tiempo...- dijo en voz baja.

-        Vale..., vale..., lo dejaremos en empate. Tu llevaste un trasto descomunal a tu despacho que causa un ruido de más de mil demonios- interpuso un Wilson conciliador- y ni por asomo fue para llamar su atención y tú- dijo volviéndose a Cuddy- no le mandaste a metérselo por el culo nada más entrar por el hospital, como hubieras hecho cualquier otro día, porque le estabas dando tiempo a que se recuperara de...

-        Perder al equipo- dijeron apresurados ambos al unísono.

-        Claaaaaro, por eso. ¿por qué iba a decir otra cosa?- pregunto descreído.- ¿podemos continuar?

-        Afortunadamente, un caso llego justo a tiempo de que me volviera loca y le hiciera...

-        Promesas, promesas...- comento House.

No había ido tan mal, su primer encuentro no había quedado tan raro como esperaba. Todo seguía igual.

-        Si claro, igual. Casi me quita la camisa con los dientes- le susurro a un divertido Wilson.

Cuddy decidió hacer oídos sordos y siguió con el relato.

Ring Ring

Justo cuando Cuddy llegaba a casa de su carrera diaria, el chico de los periódicos tocó el timbre de su bici indicando su presencia. Ella se volteo a coger el periódico en el aire, pero se quedó a medio camino dejando que el periódico le golpeará en la cabeza.- Auch- se quejó- ¿qué demonios...? - se dijo masajeándose la frente dolorida-¿qué...?- confundida se dirigió a la ducha aun pensando en qué demonios le había ocurrido para confundir a ese niño con House.

A lo lejos el pequeño Nick seguía sonriente su camino. ¿5 pavos por tan solo llevar una careta puesta mientras repartía los periódicos...? ¿Cuántas tartas les daría la señora Carrew por 5 pavos? ¿O sería mejor solo un pastel pero bien grande?

-        Tranquila Lisa... seguro que era un disfraz que...- se decía a sí misma.

-        Wooooo. ¿quién está obsesionado con quién?- dijo sonriente House

-        Gracias- La camarera se acercó con el pedido de Cuddy humeante.

-        10.50- le indico está.

-        Aquí...- al alzar la vista, su mirada se perdió un segundo en la barra-

-        ¿Señora? Faltan las 50. ¿Se encuentra bien?

-        Ehhh...- esto iba de mal en peor, primero el niño y ahora en el bar. Cuando volvió a mirar House, o quien ella creía que era House, había desaparecido, dejando en su lugar a un hombre que ahora... ¿le hacía ojitos?

-

-        Eres toda una ligona, mucho verme por todos lados y le tiras los tejos al primero que ves. Eres una ninfómana del amor.

-        No me lo imagine ni fue una visión

-        Bueno Cuddy...- interpuso Wilson- ver a alguien que no está en el lugar se puede entender como...

-        Esa es la palabra clave...estar. No es una alucinación porque House estaba allí- se explico desesperada.

-        Claro... ¿y desde cuando soy tan rápido que puedo desaparecer en un parpadeo? Y no digo que mida más que Pau Gasol, pero creo que a un niño de 10 años le saco un al menos tres cabezas...

-        Eres un rácano. Deberías de crear un fondo para sufragar tus tonterías. ¿Sobornar con 10 pavos a una pobre camarera? Sólo tuve que preguntarle amablemente a Jelly y me dijo que efectivamente, habías llegado poco antes que yo y que estabas en la barra. Nik, él fue más fácil. Solo tuve que comprarle un pastelito para que confesara que la máscara se la diste tú. A no ser que, un señor bastante desaliñado, con malas pulgas y con pata de palo defina a alguien más.- House le miraba fastidiado y advirtiendo a Wilson que más le valía quitar esa cara bobalicona si no quería acabar mal.- lo que aun no me explico es...

Perfecto...si no era el quinto semáforo que pillaba de camino al hospital, no había cogido ninguno. Golpeaba nerviosa el volante, moviendo los labios al compás de la música.

Mock Mock- trono el claxon del coche contiguo.

Curiosa por conocer el motivo del estruendo, miró a su derecha. La boca casi le golpea en el volante ante la sorpresa. ¿Greg House? Atónita, volvió a cerrar los ojos y contó hasta tres y los volvió a abrir una vez terminada la cuenta.

-        Hola guapa- le saludo el conductor, que por supuesto ya no era House, lanzándole un besito con la mano. Ella correspondió con una sonrisa nerviosa y acelerando con tal fuerza que los neumáticos quedaron marcados en el asfalto.

Nerviosa, bajo del coche y se dirigió a la entrada del hospital

-        ¿De dónde sales?- le pregunto entre asustada y molesta a un Gregory House mas contento de lo normal.

-        Según los demócratas, del mono- contesto con chulería.

-        Te asusté, ¿eh? Ahí estuve bien- dice orgulloso de sí mismo.

-        Hay que admitirlo Cuddy, es bueno, es muy bueno.

-        Oh...adulador- dijo haciendo ojitos a Wilson.

-        Me alegro de que no niegues tu obsesión.- Les cortó- así todo se explica mas fácil.

-        ¿Todo?- lentamente, Wilson giro la cabeza hacia Cuddy intrigado.

-        Sip. TO-DO- dijo gesticulando cada silaba.

-        Puff- bufó House-

-        Todo...Todo es muy relativo...- intentaba sonsacar Wilson.

-        Digamos que esa obsesión explica el repentino interés por mi ropa interior...

-        ¡SI! lo sabia- grito feliz Wilson- Lo de las bragas tenía una razón. Debía tenerla.

-        Oh calla ya Wilson- protestó House.

-        Pero para saber cómo llegamos a la caza de la braga, debemos remontarnos unas semanas más allá...

-        De acuerdo- espetó House entrando de sorpresa en su despacho.

-        Y yo me pregunto... ¿para qué habré puesto puertas?

-        Al menos dame tus bragas- sentenció estirando la mano que le quedaba libre a modo de demanda.

-        Está bien.- con energía se levantó y se dirigió con paso firme a donde le esperaba un sorprendido House.

-        ¿De verdad?

-        NO- dijo dándole un golpe con rudeza en la mano.

-        Vamos, necesito un objeto de transición.

-        ¿Objeto de transición? Te quedaste estancado en el instituto, no en el parvulario.

-        Ja. Si quieres puedo traer aquí a Wilson para que te llene la cabeza con miles de datos que corroboraran mi dificultad con los cambios y mi odio a los cambios bruscos y este, precisamente, es uno de ellos. Así que, dame tus bragas.

-        Tsk. Me has convencido, - llevo las manos a la cremallera trasera de la falda- lástima, acabo de acordarme que hoy no llevo- dijo moviendo las piernas de forma juguetona.

-        ¿Eh...?

-        No, pero para el caso es lo mismo. No te las pienso dar House y punto.

-        Mala madre. En todo libro que se precie dicen que para ayudar al niño con la separación traumática de la madre...- su discurso iba bajando el volumen según Cuddy recorría su despacho mientras parecía ignorar a House.

-        Aquí tienes. - con un golpe seco planto en el pecho de House la figura de un pájaro. - Ya tienes tu objeto de transición.

-        ¡Oh! vamos. Los bebes necesitan que el objeto en cuestión huela a su mama, no a... puag- dice con cara de asco oliendo a la figura.

-        Yo me paso la vida en esta oficina- dice sonriente- por lo tanto esta oficina huele a mí, o yo a ella, ya no lo tengo muy claro- susurro sentándose en su sillón- y por lo tanto, ese pájaro huele como yo. Por muy triste que eso pueda sonar.

-        Pero esta frio- lloriqueo. Cuddy cogió la figura de mala gana, y se la coloco bajo la axila por unos instantes.

-        Ala, ahí llevas.- dijo devolviéndosela con una sonrisa de plástico.

-        Si, y con olor incorporado. Muchas gracias.- dice mal humorado.

De camino a la puerta se volvió hacia Cuddy, y con mirada resabiada y sonrisa de medio lado entono un “Volveré” que le hizo a la decana temerse lo peor.

Unos días mas tardes, como de costumbre, House se encontraba en el aula con los supervivientes de su juego.

-        Quiero las bragas de Lisa Cuddy.

-        Primero las pedí educadamente- se defendió House.

-        House, admítelo, era una escusa para seguir “rondándome”- le acusó indicando las comillas con los dedos.

-        ¿Si? Pues tú tampoco ponías mucho de tu parte para que yo dejara de “rondarte”- copió los movimientos de Cuddy. -Si cada vez que “llamo” a tu puerta me abres, las señales son un poco complicadas de leer.

-        ¿Tú llamando a la puerta? No suena muy House que digamos.- interrumpió Wilson.

-        Y volvemos con la audición selectiva. Escuchas que llamo a la puerta y no la parte que dice que ella me deja pasar una y otra vez.

-        ¡Eh! metáfora a metáfora, no me metas prisa.

-        No hay metáfora Wilson. Cuando digo que me dejaba entrar, es que me dejaba entrar.

-        ¿Cuddy?- preguntó sorprendido Wilson.

-        Bue...pe... - con cada tartamudeo la sonrisa de House se hacía mas y mas grande.- Todo tiene una explicación.

Increíble cuan escurridizo podía a llegar a ser un cojo cuando se lo proponía. Ni por asomo era el mas de los silenciosos, pero su tenacidad, cabezonería y obsesión con lo que quiere le hacían imparable.

En un principio no iba a hacerlo, ¿para qué querría él saber lo que un estúpido programa iba a decir sobre él? Pero tras el vapuleo a su ego a manos de la Ex-Agente de la CIA, le movieron, casi sin notarlo, ante la puerta de la habitación de edición.

Por hoy ya había tenido suficientes emociones, así que decidió que le dolería el estomago y se marcharía a casa a curarse. Eso iba pensando cuando vio el despacho de Cuddy libre de alcahueta. Hecho una mirada al CD que llevaba en la mano y luego volvió la vista la despacho. El sparring con Cuddy siempre le volvía a poner en la brecha, así que cambio sus planes y se dirigió a la oficina de la decana. Y quien sabe...si jugara bien sus cartas y sabia hurgar en la herida, podría olvidar el fracaso de la CIA mojando y no precisamente las penas en alcohol.

-        Tú pones las palomitas- dijo mientras daba vueltas al  CD con un bolígrafo.

No solo no había jugado bien sus cartas. Ni siquiera había llegado a repartir las manos. El video le había puesto de mal humor y la sorna y el cachondeo con el que ella se había tomado algo tan serio para él, hizo recaer a su autoestima, dejándolo por los suelos. Así que tomo la opción de ir a casa a lamerse las heridas.

-        ¿Y la parte en la que le abres la puerta?- le pregunto molesto Wilson a Cuddy.

-        Sabía que esa era la razón- dijo Cuddy obviando la pregunta de Wilson.

-        Así que le abriste...

-        Puessssssss- intentaba explicarse Cuddy mientras House sonreía.

-        ¿Un día duro? No quieras saber el mío.- saludó House.

-        Oooh- Intentando ocultar la sonrisa, Cuddy se limitó a abrir más la puerta indicándole que pasara.

-        ¡NO NO NO NO!- gritó alarmado Wilson tapándose los oídos y cerrando fuertemente los ojos- ¡NO QUIERO SABER NADA MÁS!- Cuddy miraba intrigada a House, buscando una explicación a la reacción de Wilson, pero este se limito a quitarle importancia con unos aspavientos con la mano.

Tras unos segundos, Wilson volvió a tranquilizarse y lo suficiente seguro como para abrir, no sin cuidado, un ojo.

-        Ejem- Wilson se aclaro la garganta- así que le dejaste pasar.- continuó como si no hubiera pasado nada.

-        ¿Por qué no?- intentaba parecer casual, sin darle importancia.

-        ¿Por qué dijiste que después del verano ni hablar del peluquín?

-        Soy la jefa, yo pongo las normas y yo las puedo doblar un poquito también.

-        ¿Que tu eres la jefa? ¿Desde cuándo?

-        Admítelo House. Tú viniste, pediste y yo accedí- decía con soberbia.- Yo soy la hembra dominante- entonó mística.

-        Bien- sonrió maléficamente House- ¿y qué me dices de Navidad?

-        ¿25 de diciembre Fun fun fun?- contestó intentando enmascarar el nerviosismo.

A veces se sorprendía a si mismo. Era genial. Era increíble. Era... ¿era Lisa Cuddy la que se acurrucaba en su abrigo a los pies de su casa?

-        ¡Vaya! Muchos me lo dijeron, pero nunca les creí. Si no pones chimenea, Papá Noel no tendrá por donde entrar decían...

-        Ya era hora, tengo el trasero congelado.

-        ¡Oh! Perdona, pero estaba salvando la vida a mi paciente.- contesto obviando su visita a la iglesia.

-        ¿Salvándole? ¿No le diagnosticaste una enfermedad terminal?

-        Sip. Eso es hasta que tuve una conversación reveladora con el gran oncólogo james Wilson.

-        Wilson. Es mi historia y la estoy contando yo. Deja de meterte en ella- le reprendió House.

-        Valeeee.

-        No estabas en la fiesta.- sentencio intentando ocultar su interés.

-        ¿Es uqe me buscaste?

-        Si, me pase un rato. Ya sebes bebida gratis…

-        ¿Tú? ¿En la fiesta de navidad?- pregunto descreída Cuddy. ¿Departiendo con tu iguales? ¿siendo amable con los demás?...

-        Sisisisisi, muy raro, ya lo tengo. Pero lo que es más raro aun, es que LA GRAN DECANA desertara de su reino en plena fiesta. Estuve al menos media hora buscándote.

-        Mientes.

-        Es navidad. Finjamos que por un momento puedo ser amable y preocuparme por los demás.

-        Aja.

-        ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?- pregunta nervioso señalando a la nada con su bastón.

-        Un tío gordo de rojo...

-        Si has venido a contarme una penosa historia de ligue en un bar...

-        Un tío vestido de rojo- continuo en un tono que le indicaba a House que mejor le dejara terminar- gordo y de pelo blanco me dejó caer de su trineo...

-        Papa Noel, no existe Cuddy. Y tú eres judía. Por más señas.

-        Hagamos un trato. Yo me trago que me buscaste en la fiesta, y tú lo del viejo gordo.- House pareció pensárselo un momento. Cojeo hasta la puerta y tatareando “All I want for Christmas” dejo pasar a una sonriente Cuddy.

-        ¡HA! - rio House- y ahora di quien manda aquí.

-        YO...

-        Ya basta. Dejad las tonterías de quien manda, quien es más fuerte o quien tiene el poder. Si fuerais tíos propondría u concurso de a ver quien mea más lejos, peor dado que no es posible, aconsejo que os dejéis de niñerías. Lo único que pasa es que ninguno quiere dar le brazo a torcer. Ninguno quiere dar ventaja al otro.- decía Wilson enfadado y cansado ya de tanta tontería- ¡pues poneros de acuerdo y dar el paso los dos a la vez! - Eso si, tened cuidado no os vayáis a dar un cabezazo el uno contra el otro...- comento en voz baja- ¿O Es que ya no os acordáis de las consecuencias de la última guerra de poder? House, que casi te caes por el retrete- de repente a House se le ilumino el rostro. Todo encajando en su sitio. Todo perfecto. Todo donde debía estar. Se levantó con agilidad pasmosa y salió de la habitación.

-        ¿Qué era eso? - Preguntó una sorprendida Cuddy.

-        Bah. Una epifanía. Sin darme cuenta habré resuelto el caso del paciente.

-        ¿Paciente? ¿Qué paciente? House no tiene ningún paciente. Al último se le dio el alta esta misma mañana.

-        Pues no se...esto sólo lo hace cuando...- dijo un pensativo Wilson- Dios, ya lo sabe. ¡Ya lo sabe!

-        ¿Sabe el que?

-        Sabe cuando y como te dejo preñada. Perdona la expresión- dijo Wilson al ver la cara de estupefacción de Cuddy.

-          Y yo se cuando mi vicodina no es vicodina, ¿Tu sabes cuándo tus anticonceptivos son anticonceptivos?

Esa escena se repetía una y otra vez en su mente. La discusión con Cuddy y la posterior rabieta que le llevo a colarse en su casa para cambiar el blíster de pastillas anticonceptivas de Cuddy por placebos y por supuesto, sus posteriores visitas unas semanas después o incluso las visitas que ella le hacía...

-          Mierda- lo más rápido que su pierna le permitió, de un salto se levanto de la cama despertando a Cuddy con el movimiento repentino.

-          ¿Se puede saber dónde vas? Hace frio- dijo acurrucándose entre las sabanas.

-          Trabajo.

-          Eso me pasa por liarme con un adicto al trabajo. ¿Los pantalones?- preguntó incorporándose.

-          Es video conferencia y así en el segundo round iremos directos a lo interesante.

-          Promesas, promesas…- contestó recogiendo su ropa y dirigiéndose al baño.

Una vez terminó de prepararse, con cuidado de no ser captada por la webcam, se escabulló silenciosamente.

Pero no podía ser, no podía ser. Él le había avisado. Él la advirtió. Ella sabía que las había cambiado… ¿o no?

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 HoY tOy:

nada es lo que parece, fic, housemd. huddy

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