Titulo: Ménage à trois
Fandom: Axis Powers Hetalia
Claim: Hong Kong/Taiwán/Macao
Tabla: Reacciones
Prompt: Complacencia
Advertencias: Incesto, lime, poliamor
Palabras: 571
Disclaimer: Axis Powers Hetalia no me pertenece, es de Hidekaz Himaruya. Hago esto por mera diversión.
Resumen: "Hogar de tres", eso era lo que el hogar del maestro significaba para los tres. Un día, Macao condujo a Taiwán hacia el menor de sus hermanos para que los tres se conviertieran en uno solo.
Notas Adicionales: [3/3],
aquí las notas de la autora.
3-. Complacencia
Taiwán no entendía por qué Macao le había cubierto los ojos mientras la conducía hacia algún lugar. Le dijo “tengo una sorpresa para ti”. Entusiasmada, aceptó ver lo que era, pero cuando él le pidió que le dejara vendar sus ojos, se sintió un poco nerviosa. Era un miedo infundado, se decía, porque su hermano nunca haría algo que fuera desagradable para ella. Nunca le haría daño.
- ¿Es necesario que me cubras los ojos?
-Totalmente.
Taiwán se relamió el labio inferior con impaciencia. Tenía las manos delante del cuerpo tocando el aire para prevenir chocar con algo. Y cada paso que daba era más lento y más torpe que el anterior. Era una suerte que Macao estuviera tras ella, porque de otra forma no sabría dónde ir y se sentía más segura estando con él. Claro, si obviaba por un instante que caminaba a ojos cubiertos por culpa de él.
- ¿Ya?
-Ya casi.
Dejó de sentir el viento chocar contra sus mejillas y revolverle el pelo, lo que significaba que habían entrado al hogar donde vivían con el maestro. Taiwán pensó: no podía tratarse de una sorpresa de cumpleaños porque todavía faltaba para el suyo, así que no tenía idea de qué tramaba su hermano.
Lo que ella no sabía era que su otro hermano también estaba implicado. Pero no iba a saberlo hasta que Macao le destapara los ojos.
Taiwán sintió que Macao se detuvo. Pronto advirtió que su hermano tomaba sus manos desde atrás de ella y las guiaba hacia adelante como si fuera incapaz de hacerlo por sí sola. Fue una sensación extraña el sentir las manos de Macao deslizándose por sus brazos y reduciendo sus mangas, pero eso no significaba que fuera desagradable. Le gustaba esa sensación de hecho.
El sonrojo en sus mejillas fue suficiente prueba para Macao de sus habilidades. Sonrió por la inocencia de su hermana mayor que, tanteando en el aire, no tenía idea de lo que pasaba. Ella no podía ver lo que estaba en frente suyo y era una imagen graciosa en cierto sentido. Hizo una seña que obviamente ella no vio hacia su hermano.
La respiración de Taiwán se cortó en el preciso instante en que sintió las manos de alguien tomando las suyas, además de sentir las manos de Macao aún en sus antebrazos, sosteniéndola. Una respiración profunda contra su rostro la llenó de nervios y se encargó de apresurar su propia respiración. Abrió la boca, porque el aire que recibía de su nariz no era suficiente. Sus labios fueron profanados por una boca tan ansiosa y dulce a malvavisco. No supo cuándo cerró los ojos y no notó que los brazos de quién la besaba desataban la venda de sus ojos mientras seguía en su boca, porque cuando los abrió, vio a su hermano menor frente a ella. Hong Kong. No el pequeño niño que recordaba de hace años, sino el joven que se estaba convirtiendo en hombre al cuál quería.
-Taiwán…-sostuvo sus manos fuertemente, temiendo que se alejara-. Te amo…
Los besos en su cuello le hicieron recordar que la otra persona que amaba tanto también estaba ahí con ellos, escuchando, viendo y sintiendo como ellos. Una mirada cómplice entre ambos hermanos y ella supo en medio de ellos que esta noche iban a complacerla como nunca antes.
Hoy dejarían de ser tres. Serían uno. Uno.
El infierno pesaría sobre ellos después.