Fandom: Fullmetal Alchemist.
Personajes: Roy-tachi.
Tabla:
Fanfic 100.
Prompt: #067 Nieve.
Palabras: 573.
Advertencias: pre-manga.
El este de Amestris se caracterizaba por ser la zona más calurosa del país, probablemente por la cercanía con el Gran Desierto. Los veranos eran horribles y los inviernos pasables; sin embargo, para su sorpresa, Fuery encontró un paisaje perlado al abrir la ventana de su habitación. Una ola de aire frío entró y se llevó consigo la modorra de quien se acaba de despertar, helándole todo el vello del cuerpo.
Más despierto, Fuery contempló atónito la nieve blanca que cubría la ciudad. Apenas era una fina capa y los copos caían del cielo a cuentagotas; pero, aún así, seguía siendo impactante. La misma sonrisa boba que adoptaría un niño se formó en los labios del sargento, que recibió un subidón de energías y salió corriendo al pasillo de la residencia militar.
-¡Falman! ¡Havoc! ¡Breda! -llamó a gritos, traqueando en cada una de las puertas de los dormitorios de sus compañeros.
Debieron de tardar varios minutos en salir, desperezarse y acordarse de la madre de Fuery, pero éste ni siquiera lo notó, absorto y maravillado por la imagen de una East City nevada.
-¿Se puede saber qué pasa, Fuery? -bufó Breda, que salió de su habitación con lo puesto y rascándose la barba.
El sargento le indicó con la mano que mirase por el cristal de la ventana. Breda, con el ceño fruncido y murmullando, se acercó hasta el alféizar.
-¡La madre que…! -exclamó, con la mandíbula desencajada.
-¡Es nieve, en East City!
Havoc y Falman aparecieron de repente, arrastrando los pies y gruñendo. Fuery les instó a que mirasen también, con ojos brillantes, y se apartó para hacerles hueco. Falman abrió los ojos de par en par y Havoc, que ya estaba encendiendo su primer cigarro de la mañana, se ahogó con el humo y empezó a toser.
La nieve fue el tema del desayuno. Algunos soldados se atrevieron a salir en pijama a la intemperie, tirándose por el suelo blanco y formando pequeñas guerras de bolas de nieve. De hecho, cuando el grupo de subalternos del coronel Mustang salió de la residencia de camino al cuartel, las guerras estaban al pie del cañón y se cruzaron en medio del fuego de algunos grupos. Havoc, que era el más alto con diferencia, recibió más bolas de nieve que nadie; y antes de llegar a la oficina ya había gastado medio paquete de tabaco, sin haberse fumado ni uno solo entero.
-Seguro que el coronel se ha escaqueado del trabajo para ir a jugar con la nieve -bromeó Breda mientras abría la puerta del despacho.
Cuando entraron, para sorpresa de todos, el coronel Mustang firmaba afanosamente la pila de documentos que cubría su mesa. A su lado, la teniente Hawkeye sorbía con tranquilidad su taza de café y se deleitaba con las vistas desde la ventana.
-¿Coronel?
-¿Qué mosca le ha picado? Nunca lo había visto trabajar tanto -masculló Havoc al oído de sus compañeros.
-¡Ja! Lo dicho. Se habrá ido a jugar con la nieve como los críos y la teniente lo habrá pillado por banda -dijo con una risotada Breda, sin esperar que de verdad hubiese sucedido tal cosa.
Sin embargo, la mirada llena de odio que les lanzó Roy desde su escritorio y el gesto complacido de la teniente Hawkeye, con una media sonrisa, resultaron significativos y reveladores.
En ese momento, los subalternos de Mustang aprendieron a no subestimar la infantilidad y capacidad para escaquearse del trabajo de su coronel.
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