Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Edward/Winry.
Tabla:
Vicios.
Prompt: #20 Escribir.
Palabras: 374.
Advertencias: advierto que el formato de fic es un poco "extraño". Debe leerse junto a Leer. Pre-manga.
Arrugó el décimo borrador de carta y lanzó la bolita de papel a la esquina, sin lograr encestarla en la papelera. Farfulló algo, apretó los dedos contra el bolígrafo y se reclinó, apoyando la silla en la patas traseras.
Habían llegado a las nueve al hotel y, desde entonces, Edward no se había movido del escritorio. Alphonse le había insistido en aprovechar el último día en Central para escribir a Winry y a la abuela, y Edward no había visto nada malo en ello. Hasta que se dispuso a redactar la endemoniada carta. Recordó por qué no solía escribir tan a menudo como las Rockbell deseaban.
Tomó otra hoja, de color amarillo pálido, y la punta del bolígrafo voló por encima, dubitativa. Y supuestamente el comienzo debía ser la parte sencilla del asunto.
Sí, ésa sería la mejor forma de empezar. Aunque el ridículo rubor acudía a sus mejillas, y se sentía como un bobo cualquiera.
Sacudió la cabeza y alejó futuros pensamientos que pudieran distraerle.
Respiró profundamente. Después de todo, no había resultado tan difícil y ya tenía la misiva completa. La fotografías descansaban al lado del sobre y mostraban a Edward con cara de pocos amigos y a Al saludando a cámara, con la impresionante estructura de hierro forjado de la estación de New Optain como fondo. Volvió su mirada al papel. Frunció un poco el ceño; tenía que poner una despedida algo más cariñosa.
Ahora sí respiró de verdad.
Aliviado, tras dedicarle cerca de dos horas a una carta que no alcanzaba ni un folio entero, cogió el papel y lo dobló. Después, lo metió en el sobre junto a las dos fotografías y pegó el sello en la parte delantera. Su trabajo había acabado.
Se giró sobre sí mismo y volvió la mirada hacia su hermano, que había estado leyendo toda la noche mientras él sudaba la gota gorda.
―Ahora te toca trabajar a ti ―indicó, señalando el envoltorio sin cerrar―. Lo echas mañana al primer buzón que veas, ¿vale?
Alphonse se levantó y aceptó el sobre, que guardó dentro de la armadura.
―Por supuesto, hermano ―respondió, sin poder evitar una risilla sospechosa que a Edward no le inspiró nada bueno.
Crossposteado en
30vicios y
fma_esp.