[fic] #15 Leer | Edward/Winry | Fullmetal Alchemist
Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Edward/Winry.
Tabla: Vicios.
Prompt: #15 Leer.
Palabras: 355.
Advertencias: advierto que el formato de fic es un poco "extraño". Debe leerse junto a Escribir. Pre-manga.
Normalmente la llegada del cartero no era muy emocionante.
Quizás una breve carta de un familiar muy lejano de la abuela Pinako, algún recibo del banco, el boletín de noticias de Resembool. Cosas que no despertaban un especial interés en Winry, que se dedicaba a contemplar con ojos adormilados a su abuela mientras abría cada sobre.
Aún así, había pequeños momentos en los que Winry sí saltaba de alegría cuando el cartero tocaba el timbre: siempre que una carta tenía en el remitente el apellido Elric.
Aquella mañana fue uno de esos escasos momentos. Incluso Den parecía saber quién había escrito esa carta, pues ladraba y revoloteaba entre las piernas de Winry mientras ésta la desplegaba. En la otra mano sujetaba con fuerza las dos fotografías, como si tuviese miedo de que fuesen a desaparecer por sí solas.
A pesar del leve temblor de manos, terminó de leer la escueta misiva de Ed. No le extrañó el tono casi aséptico, pero sabía que Edward no era muy diestro a la hora de reflejar emociones sobre el papel. Estaba demasiado contenta por tener noticias de los dos hermanos, y sobre todo por saber que estaban bien y continuaban con su viaje. Mientras ellos mantuvieran el ánimo, Winry dormiría tranquila.
Iba a dejar la carta sobre la mesa de la cocina para que la abuela la leyese cuando regresase del pueblo, pero una diminuta nota al final de la hoja llamó su atención. No coincidía con el tipo de letra de arriba, y adivinó al instante quién había escrito la posdata.
Esbozó una sonrisa y deseó haber tenido a esos dos cerca para darles un fuerte abrazo.
Dejó el sobre en la cocina y dando saltitos caminó hacia el corcho del salón, repleto de decenas de fotografías que la abuela había acumulado con los años. En muchas, tres niños rubios sonreían nerviosos a la cámara.
Mientras tarareaba, Winry clavó las dos fotografías de los Elric en el tablón con chinchetas.
Tendría que esperar a esa próxima visita, y los echaría de menos; pero al menos la imagen lo haría todo más llevadero.
Crossposteado en 30vicios y fma_esp.
Pareja: Edward/Winry.
Tabla: Vicios.
Prompt: #15 Leer.
Palabras: 355.
Advertencias: advierto que el formato de fic es un poco "extraño". Debe leerse junto a Escribir. Pre-manga.
Normalmente la llegada del cartero no era muy emocionante.
Quizás una breve carta de un familiar muy lejano de la abuela Pinako, algún recibo del banco, el boletín de noticias de Resembool. Cosas que no despertaban un especial interés en Winry, que se dedicaba a contemplar con ojos adormilados a su abuela mientras abría cada sobre.
Aún así, había pequeños momentos en los que Winry sí saltaba de alegría cuando el cartero tocaba el timbre: siempre que una carta tenía en el remitente el apellido Elric.
Aquella mañana fue uno de esos escasos momentos. Incluso Den parecía saber quién había escrito esa carta, pues ladraba y revoloteaba entre las piernas de Winry mientras ésta la desplegaba. En la otra mano sujetaba con fuerza las dos fotografías, como si tuviese miedo de que fuesen a desaparecer por sí solas.
A pesar del leve temblor de manos, terminó de leer la escueta misiva de Ed. No le extrañó el tono casi aséptico, pero sabía que Edward no era muy diestro a la hora de reflejar emociones sobre el papel. Estaba demasiado contenta por tener noticias de los dos hermanos, y sobre todo por saber que estaban bien y continuaban con su viaje. Mientras ellos mantuvieran el ánimo, Winry dormiría tranquila.
Iba a dejar la carta sobre la mesa de la cocina para que la abuela la leyese cuando regresase del pueblo, pero una diminuta nota al final de la hoja llamó su atención. No coincidía con el tipo de letra de arriba, y adivinó al instante quién había escrito la posdata.
Esbozó una sonrisa y deseó haber tenido a esos dos cerca para darles un fuerte abrazo.
Dejó el sobre en la cocina y dando saltitos caminó hacia el corcho del salón, repleto de decenas de fotografías que la abuela había acumulado con los años. En muchas, tres niños rubios sonreían nerviosos a la cámara.
Mientras tarareaba, Winry clavó las dos fotografías de los Elric en el tablón con chinchetas.
Tendría que esperar a esa próxima visita, y los echaría de menos; pero al menos la imagen lo haría todo más llevadero.
Crossposteado en 30vicios y fma_esp.