Título: Lo que nunca te diré
Categoría: Hetalia
Personajes: UK
Género: Drama
Clasificación: Ligero shonen ai
Advertencias: Ninguna
Rating: Para todos los públicos
Nº palabras: 860
Beta:
akanemiyano Notas: Fic inspirado en la canción
"You are my sunshine". POV de UK.
Los personajes de Hetalia no me pertenecen, son propiedad de Himaruya, yo sólo los utilizo sin ánimo de lucro y algo de perversión u.ú
“Lo que nunca te diré”
“Llueve.”
Mis ojos verdes llevan comprobándolo desde hace horas. Cuando habían comenzado las primeras gotas me había acercado hasta la ventana, apoyando la mano en el frío cristal, viendo y sintiendo como repiqueteaban las gotas de agua contra éste.
En otro momento no le habría dado la más mínima importancia. Era normal que lloviera en mi casa. Sin embargo hoy la lluvia tenía un regusto amargo. Era como un reflejo de mi estado de ánimo, de mi melancolía, de mi tristeza…
Me siento gris, como las nubes que encapotan el cielo. Aunque por cómo son éstas no descarto que pronto el día se despeje. Sin embargo, aunque las nubes marchen…
“En mi casa hace tiempo que no brilla el Sol.”
Suspiro. Siempre es igual todos los años, aunque haga cualquier cosa para olvidar que día es, aunque trabaje hasta caer agotado de cansancio, aunque esconda cualquier calendario para no contar los días…mi cuerpo lo recuerda. Tiene marcado con lágrimas que día es hoy.
“El día que me abandonaste.”
Tan iguales y tan distintos que somos. Iguales en carácter, un carácter que yo te inculqué, unas creencias que yo te enseñé mientras te criaba…y sin embargo este día significan cosas tan distintas para ambos.
Para ti es día de orgullo y felicidad. El día que el gran héroe nació, deshaciéndose del yugo de su hermano. Para mí…
“La herida más grande que me han infringido en todas mis batallas.”
Parecen tan lejanos aquellos días en los que yo era tu apreciado hermano, y tú un chiquillo alegre que esperaba mis visitas. Aquel mocoso de ojos azules que se iluminaban al verme llegar, al que cargaba entre mis brazos, cuya pequeña mano asía contra la mía, más grande y fuerte, cuando íbamos a pasear.
Puede que aquella época fuera difícil, que debiera estar siempre alerta para que ni mi casa, ni la tuya, fueran atacadas por cualquier oportunista. Algunas veces las cosas en Europa estaban tan tensas…pero sentía que al llegar a tu casa podía olvidarme de todos mis problemas y relajarme. Porque…
“Tú eras mi rayo de Sol.”
Ahora suena casi tan patético de mi parte el que una sonrisa tuya consiguiera hacerme tanto bien…Estaba orgulloso de ti. No, aún lo estoy, a pesar de todo. Te crié lo mejor que supe, y te has convertido en un país fuerte y poderoso, quizás a veces demasiado descuidado, pero igual sigues siendo mi orgullo.
Te protegí de todos el tiempo que me fue posible, para que esa sonrisa tuya nunca desapareciera. Intenté por todos los medios que nadie me arrebatara mi rayo de Sol.
“Y acabaste siendo tú mismo el que me abandonó.”
Fue tan doloroso estar frente a ti, pero no como otras veces, no como hermanos, sino como enemigos en el campo de batalla. Dio igual cuanto orgullo tuviera, no pude evitar las lágrimas que rodaron por mis mejillas, ni la tristeza y el sentimiento de traición que quebraron mi voz.
Al final conseguiste tu libertad, lo que tanto ansiabas, pero no tienes ni idea del precio que tuve que pagar por ello.
“No sabes lo roto que me dejaste.”
Porque en aquellos momentos quería odiarte, o creer que te odiaba, cuando nos peleamos aún hoy finjo estar enfadado contigo, aunque en verdad sólo estoy dolido.
Mientras aceptaba que habías vencido, no podía evitar recordar…todas esas tardes, todos esos años juntos, lo rápido que creciste. Si lo hubiera sabido habría estado más tiempo a tu lado, para verte crecer con más detalle, para guardar más recuerdos en mi memoria. Los que tengo ahora me parecen tan pocos.
A veces sueño con esos días, sueño que vuelvo a abrazarte por las noches cuando dormías junto a mí. Costaba tan poco rodearte con mis brazos, eras tan pequeño e indefenso. Pero al despertar no estás conmigo, mis brazos no te acogen…
“Porque todo fue un sueño.”
Un sueño que se repite con más frecuencia a medida que este día se acerca…
Vuelvo a suspirar. Está parando de llover, y mi mano ha quedado algo entumecida debido al frío del cristal. Estaba tan absorto recordando que ni cuenta me he dado.
“Maldito mocoso, hasta recordarte pone en peligro mis regiones.”
Dentro de varios días debemos reunirnos todos para debatir. Eso significa volver a verte. Volver a ver tu sonrisa despreocupada, escuchar tus descabelladas ideas para ser el gran héroe, notar ese gran ego que portas siempre contigo. Y yo volveré a mostrarme igual de egocéntrico que tú. Volveré a gritarte, a pelearme contigo por cualquier cosa, a disfrazar de enfado esto que siento.
“Porque nunca sabrás cuanto te quiero.”
No, nunca. Mi orgullo me impide siquiera decirlo en voz alta para mí. Sería quedar en desventaja, desprotegido…a merced de tus caprichos. Y te conozco lo suficientemente bien como para saber que tomarás ventaja. No por nada te he criado yo.
Pero da igual que no lo sepas nunca, lo sé yo y eso basta. Lo supe con dolorosa intensidad cuando marchaste de mi lado, lo sé ahora, y lo seguiré sabiendo dentro de otros tantos años, pase lo que pase. Porque tú…
“Siempre serás mi rayo de Sol.”