Breve comentario musical

May 19, 2008 14:51

Estamos cercanos a que se cumpla la primera mitad del año 2008 y por ahora poco reseñable ha acontecido en el panorama musical. Anque claro, entre lo poco que ha ocurrido está el tercer disco de estudio de la banda de Bristol que empieza por P. No sé si ese disco será o no el mejor disco del año, pero a mí me ha satisfecho lo suficiente. Pero no venía yo a hablar de Portishead, por si aún no habían caído en la cuenta. Tenía en mente hablar de tres discos que por ahora me parecen de lo más reseñable del año, no sólo porque sean buenos discos, también porque vienen firmados por tres nombres de esos que todos deberíamos conocer.

American Music Club
, banda californiana liderada por Mark Eitzel, editaron en Febrero The Golden Age, un disco en el que la banda recupera casi por completo la gloria alcanzada en el periodo 1988-1991, época en la que editaron sus dos obras maestras: California y Everclear. Sin llegar nunca a arrastrarse a Eitzel y los suyos les ha costado encontrar de nuevo la inspiración que ha hecho de  The Golden Age la pequeña maravilla que es. Lo adoro, principalmente porque me ha hecho disfrutar de nuevo de la maravillosa voz de Eitzel, la más cercana a la de Paddy McAloon que se puede encontrar, con las mismas dosis de sensibilidad, tanto de forma como de contenidos.

Por otro lado, Stuart Staples y sus Tindersticks regresan también tras la aventura en solitario de Staples. The Hungry Saw vuelve a ser un disco melancólico, que tiene un arranque espléndido y que se disfruta en soledad. No consigue colarse entre las cimas compositivas de Tindersticks porque superar Curtains se me antoja complicado, pero es un álbum muy digno. Staples tiene una de las voces más sugerentes del panorama musical y es oirle cantar el primer verso de cada canción y ya te tiene hipnotizado. Si a eso le sumamos unos músicos espléndidos y capaces de crear los arreglos más interesantes del rock de cámara actual, dificilmente podemos pensar en decepción. Lambchop son capaces de hacerlo más lento pero no mejor.

EL tercero en discordia es Mark Kozelek que regresa por partida doble, en solitario y con Sun Kil Moon. El ex-líder de Red House Painters nos deslumbra de nuevo al frente de Sun Kil Moon con April, un disco a la altura de uno de los genios más grandes que norteamérica ha dado en las últimas dos décadas. Soy un enfermo de su música, espero que me comprendan. April es un disco al que es difícil acercarse. Es largo, muy largo. Algunas de las canciones se extienden más allá de los 8 minutos y eso en un disco suele ir en contra de la accesibilidad. La gente necesita canciones de 3 o 4 minutos, con estructura clásica y que no requieran de esfuerzo extra para ser disfrutadas. Sin embargo, la creatividad de Kozelek en muchas ocasiones no puede detenerse y sí el necesita 10 minutos para decir todo lo que tiene que decir, nadie debe frenarle. Ahora mismo me vienen a la cabeza dos ejemplos, los dos de Dylan: 'Desolation Row' en el disco Highway 61 Revisited y 'Sad Eyed Lady of the Lowlands' en Blonde on Blonde. Palabras mayores. Dos de los cinco mejores discos de la historia. Kozelek no puede compararse con Dylan, porque como Dylan no hay dos, pero sirve para ilustrar lo que comentaba. De hecho Kozelek está más cerca de Neil Young, se mire por donde se mire, y Young es otro de esos que son capaces de expresarse cantando durante grandes cantidades de minutos sin que sobre ni una sola palabra. Escuchen Chrome Dreams II, su último disco, y me entenderán. Y todo esto porque April es una auténtica joya.

discos, música, 2008

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