Título: Tentación
Fandom: Caja de música (Original)
Comunidad:
menteoriginal Tabla:
Romance | Prompt: #01 - Cita.
Claim: Anthony/Charlotte | Personajes: Anthony Hayes, Charlotte Hayes.
Rating: PG ~ 13 | Advertencias: Incesto.
Nota: Antes se llamaba Incorrect & Imperfect.
Tentación
Es casi como una cita.
Casi.
(Sólo que nunca se llamará cita porque los hermanos no tienen de eso.)
Sólo van a ir al cine, van a hablar de estupideces, van a tirarle palomitas a la pareja melosa y falsa que se siente dos asientos frente a ellos. ¿Cuál es el problema?, se pregunta Anthony, mordiéndose la boca. Que ahora no va a ser como siempre, se responde. Ahora no va a ser como siempre porque él quiere a Charlotte igual que un hombre quiere a una mujer. Y sabe que eso está mal y a veces se odia por ello, sólo que no sabe como dejar de sentirse mareado cuando ella y su olor a menta se acercan.
(Tampoco sabe si quiere, la verdad.)
Se apoya contra la pared y deja que el pelo con el que su madre luchó prácticamente toda su vida caiga descuidadamente sobre sus ojos. Es la versión masculina de Charlotte para todo aquel que lo mire, pero para el que le hable sabrá de inmediato que son dos persona completamente opuestas. Quizá por eso le gusta tanto, quizá por eso ella lo vuelve loco, quizá por eso ha llegado a romper un tabú, de esas reglas de las que nadie habla nunca pero que todos saben que son intocables.
(De vez en cuando se pregunta como sería todo sino fueran hermanos.)
-¡Menos de veinte minutos, Anthony! ¡Gané esta vez!
Él se gira, una sonrisa insinuándose en sus labios delgados, y durante unos seis segundos se olvida de respirar. Ella se ve tan guapa, con su cabello tan negro que a ratos, bajo la luz, parece azul cayendo despreocupadamente sobre sus hombros, uno de sus tantos vestidos (hoy es verde, nota, y se le aceleran aún más los latidos en el pecho) jugando a rozar sus pálidas (e infinitas) piernas.
-¿Qué? ¿Me veo demasiado mal? -Charlotte duda, mirándose como si acabara de darse cuenta de lo que lleva puesto-. Pensé que me vería...
-Te veces preciosa.
(Seguro que si le dice que se ve divina de algo se dará cuenta.)
Está jugando a imaginar que son novios, está tentando a su suerte: Charlotte puede darse en cualquier momento que de la última manera que la está mirando era fraternal. Y se pregunta que pasaría si ella lo supiera, se pregunta como se sentiría, qué diría. Se pregunta si le regalaría un beso, se pregunta si dejaría de meterse en su cama siempre que había oportunidad, si ya no lo acariciaría más en esos momentos tan íntimos (y tan ambiguos) con sus manos, siempre frías.
Se pregunta si ella no se asquearía, se pregunta si no consideraría el repudiarlo o el decírselo a su padre.
No puede arriesgarse.
Charlotte lo es todo. Ella lo puede volver la nada, es su balance, su equilibrio, su mundo. Sin ella se muere, si ella llegaba a decirle que era repugnante lo que sentía por ella, no iba a poder seguir respirando.
(Nunca, no sin Charlotte. Simplemente no.)
-Supongo que has mejorado tus gustos en ropa -Añade como si nada, sonriendo malignamente.
Charlotte frunce el ceño, y hace ese mohín con la nariz tan gracioso y adorable. Baja el resto de las escaleras de un salto, y llega a su lado justo para pegarle en la nuca como desquite.
-Idiota. Ahora, vamos antes de que lleguemos tarde -Le toma de la mano y lo obliga a andar más rápido.
Anthony se ve obligado a preguntarse si puede sentir su pulso alocado. No le costaría mucho, sólo rozar levemente su muñeca y darse cuenta de que cuando lo toca, es demasiado para él. Una y otra vez se repite que es imposible, una y otra vez se dice que nunca va a pasar.
Respira hondo y se mete las manos en los bolsillos; es la viva imagen de la despreocupación y, piensa con una sonrisa irónica, también la de la hipocresía. Charlotte no para de hablar de la película, de lo que sus amigas le han dicho. A Anthony vuelven a acelerársele los latidos del corazón cuando se pregunta (casi sin darse cuenta) sino parecerán novios o algo así. Porque son dos adolescentes tomados de la mano y el resto del mundo no sabe que hay dos papeles casi idénticos que tejen su condena, no saben que hay un apellido que los une y a la vez impide que se aten.
¿Por qué tiene que pensar ése tipo de cosas cuando sabe que es imposible, que nunca sucederá? Charlotte no tiene idea de que la ama desesperadamente, tampoco de que sueña con ella, de que más de una vez ha necesitado una ducha fría antes de dormir cuando ella se pasea con aquellos pijamas tan cortos, con toda la confianza del mundo.
De vez en cuando cae en la tentación de imaginar muchas cosa que no debería, de vez en cuando se olvida de que su realidad nunca va a ser como quiere, pero a veces sólo le gusta imaginar aquello que más desea en el mundo; lo único que lo hace feliz.