kmiya
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witch_kiss
¡Vivir con un Don!
¤ Comunidad: devil_fruit y quinesob.
¤ Título: ¡Vivir con un Don!
¤ Fandom: One Piece.
¤ Claim: Iceburg+Tom-san.
¤ Tabla: Children.
¤ Prompt: Miedos.
¤ Palabras: 556.
¤ Advertencia: Spoiler de Water Seven.
¤ Notas: Tom-san ;^;
¤ Resumen: Sientes miedo del futuro incierto. Pero no te dejes dominar y vive tu vida de tal modo que nunca te arrepientas de lo que has hecho. ¡Vive con un Don!
Cuando la gente de la Marina se había marchado, Iceburg salió a dar un paseo por la ciudad, queriendo aclararse la mente para poder comprender que es lo que había sucedido ese día. Caminó durante varias horas, hasta que se detuvo al otro lado de la ciudad, en un gran terreno vacío.
Miró el lugar con atención, escudriñándolo todo lo que podía. Dejó vagar a su mente, imaginando que algún día los Tom’s Workers crecerían tanto que comprarían ese terreno y pondrían un gran astillero, dándole trabajo así a muchos, permitiendo que fabulosos barcos vieran la luz gracias al esfuerzo de los carpinteros. Barcos que serían reconocidos por el mundo y la gente al verlos susurrarían emocionados "¡Es uno de los Tom’s Workers!", "¡Miren que maravilla!".
Iceburg se permitió reír en voz alta, alzando las manos y dando una pequeña vuelta sobre su eje, dejándose embargar por la dicha de trabajos aún no creados.
Pero regresó a la realidad de golpe. Querían encarcelar a Tom-san, posiblemente ejecutarlo. Lo consideraban un criminal, sólo porque creó el barco más fabuloso que hubiera existido, hasta el momento, en la historia. El Oro Jackon. El barco de Gold Roger, el Rey de los Piratas. Por el momento lo habían dejado libre, con la promesa de crear el Umi Ressha para ayudar a Water Seven, ¿pero quién le aseguraba que fueran a cumplir su palabra?
Caminó hasta donde se acababa la tierra e iniciaba el mar. Se quitó los zapatos y se sentó, dejando que la fría y salada agua mojara sus pies, esperando que esa sensación le quitara esos terribles pensamientos.
Así estuvo un tiempo, la noche encontrándose avanzada, con la luna puesta sobre el firmamento. Unos pasos llamaron su atención, al voltear hacia atrás, pudo ver una gran silueta que reconoció al instante. Se encogió en su lugar, regresando su vista al mar.
Tom-san se acercó a Iceburg, sentándose a su lado.
―Si vas a ausentarte por tanto tiempo avisa, que nos tenías preocupados ―dijo, en su voz notándose ese tono paternal que siempre usaba para sus queridos niños.
―Sólo quería pensar un poco ―contestó Iceburg, algo reacio. Tom-san no ocupo que le explicara nada, lo conocía desde que era un bebé, sabía que le pasaba.
Sin decir nada, colocó su brazo alrededor de los hombros de Iceburg y este se dejó abrazar, ocultando su rostro en el amplio pecho.
―Tom-san, tengo miedo ―aceptó en un susurró el chico. El gyojin estrechó más el abrazo.
―¡Tahahaha! ―comenzó a reír, con los ojos cerrados y pequeñas lágrimas de alegría escapando de los mismos, contento de saber que Iceburg le quería al sentir miedo por él― ¡No debes de preocuparte! De todos modos, si aquel hombre no cumple su promesa, no hay nada de malo. ¡¡Estoy orgulloso del modo que he vivido con un Don!!
Iceburg se secó las lágrimas que habían comenzado a recorrer sus mejillas. Mostró la cara a Tom-san y sonrió.
―¡Prometo vivir sin lamentaciones! ¡Como tu!
―¡¡Tahahaha!! ¡¡Así se dice!! ¡Vivamos para ser hombres dignos de hacer todo con un Don! ―El gyojin se puso de pie, siendo seguido por Iceburg. Éste, antes de alejarse por completo de aquella zona, volteó a verla por última vez, prometiendo que, algún día, haría que muchos carpinteros trabajaran ahí en pro de Water Seven, enorgulleciendo así a Tom-san.
Algún día.
¤ Título: ¡Vivir con un Don!
¤ Fandom: One Piece.
¤ Claim: Iceburg+Tom-san.
¤ Tabla: Children.
¤ Prompt: Miedos.
¤ Palabras: 556.
¤ Advertencia: Spoiler de Water Seven.
¤ Notas: Tom-san ;^;
¤ Resumen: Sientes miedo del futuro incierto. Pero no te dejes dominar y vive tu vida de tal modo que nunca te arrepientas de lo que has hecho. ¡Vive con un Don!
Cuando la gente de la Marina se había marchado, Iceburg salió a dar un paseo por la ciudad, queriendo aclararse la mente para poder comprender que es lo que había sucedido ese día. Caminó durante varias horas, hasta que se detuvo al otro lado de la ciudad, en un gran terreno vacío.
Miró el lugar con atención, escudriñándolo todo lo que podía. Dejó vagar a su mente, imaginando que algún día los Tom’s Workers crecerían tanto que comprarían ese terreno y pondrían un gran astillero, dándole trabajo así a muchos, permitiendo que fabulosos barcos vieran la luz gracias al esfuerzo de los carpinteros. Barcos que serían reconocidos por el mundo y la gente al verlos susurrarían emocionados "¡Es uno de los Tom’s Workers!", "¡Miren que maravilla!".
Iceburg se permitió reír en voz alta, alzando las manos y dando una pequeña vuelta sobre su eje, dejándose embargar por la dicha de trabajos aún no creados.
Pero regresó a la realidad de golpe. Querían encarcelar a Tom-san, posiblemente ejecutarlo. Lo consideraban un criminal, sólo porque creó el barco más fabuloso que hubiera existido, hasta el momento, en la historia. El Oro Jackon. El barco de Gold Roger, el Rey de los Piratas. Por el momento lo habían dejado libre, con la promesa de crear el Umi Ressha para ayudar a Water Seven, ¿pero quién le aseguraba que fueran a cumplir su palabra?
Caminó hasta donde se acababa la tierra e iniciaba el mar. Se quitó los zapatos y se sentó, dejando que la fría y salada agua mojara sus pies, esperando que esa sensación le quitara esos terribles pensamientos.
Así estuvo un tiempo, la noche encontrándose avanzada, con la luna puesta sobre el firmamento. Unos pasos llamaron su atención, al voltear hacia atrás, pudo ver una gran silueta que reconoció al instante. Se encogió en su lugar, regresando su vista al mar.
Tom-san se acercó a Iceburg, sentándose a su lado.
―Si vas a ausentarte por tanto tiempo avisa, que nos tenías preocupados ―dijo, en su voz notándose ese tono paternal que siempre usaba para sus queridos niños.
―Sólo quería pensar un poco ―contestó Iceburg, algo reacio. Tom-san no ocupo que le explicara nada, lo conocía desde que era un bebé, sabía que le pasaba.
Sin decir nada, colocó su brazo alrededor de los hombros de Iceburg y este se dejó abrazar, ocultando su rostro en el amplio pecho.
―Tom-san, tengo miedo ―aceptó en un susurró el chico. El gyojin estrechó más el abrazo.
―¡Tahahaha! ―comenzó a reír, con los ojos cerrados y pequeñas lágrimas de alegría escapando de los mismos, contento de saber que Iceburg le quería al sentir miedo por él― ¡No debes de preocuparte! De todos modos, si aquel hombre no cumple su promesa, no hay nada de malo. ¡¡Estoy orgulloso del modo que he vivido con un Don!!
Iceburg se secó las lágrimas que habían comenzado a recorrer sus mejillas. Mostró la cara a Tom-san y sonrió.
―¡Prometo vivir sin lamentaciones! ¡Como tu!
―¡¡Tahahaha!! ¡¡Así se dice!! ¡Vivamos para ser hombres dignos de hacer todo con un Don! ―El gyojin se puso de pie, siendo seguido por Iceburg. Éste, antes de alejarse por completo de aquella zona, volteó a verla por última vez, prometiendo que, algún día, haría que muchos carpinteros trabajaran ahí en pro de Water Seven, enorgulleciendo así a Tom-san.
Algún día.