kmiya
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witch_kiss
Plumas blancas, plumas negras
¤ Comunidades: piffle_fanfic [Ficathon] y quinesob.
¤ Título: Plumas blancas, plumas negras.
¤ Fandom: Clover.
¤ Claim: Suu.
¤ Prompt: "Alas".
¤ Palabras: 365.
¤ Advertencia: Spoiler de todo Clover (??).
¤ Notas: Aún no me acostumbro a escribir sobre éste fandom *gota*.
¤ Resumen: Para Suu, las alas significaban esa libertad que tanto añoraba.
Suu tenía una pequeña costumbre a la que nadie parecía prestarle atención: Cada día, al despertar, y cada noche, antes de irse a dormir, miraba fijamente el techo de su jaula. Se imaginaba así misma, un tanto embelesada, volando en aquel basto cielo, sin limitantes ni ataduras que la mantuvieran contra su voluntad en tierra.
El resto del día, a veces, lo dedicaba a observar el vuelo de las pocas aves con las que compartía su cautiverio. Notaba cada movimiento que hacían con sus alas, aprendiéndoselo de memoria, como si con ese simple hecho sus deseos de libertad estuvieran a punto de hacerse realidad.
En las noches, cuando su cuerpo descansaba y su mente se permitía esa libertad negada, se soñaba a si misma surcando los cielos, viendo todo el mundo desde las alturas. Reía con verdadera alegría, sintiendo el viento acariciar su rostro cuando giraba sobre su propio eje. Sus alas no eran metálicas, sino tenían una extraña textura blanquecina, suave al tacto. Plumas, le susurraba una voz a su oído. Cuando volteaba a ver quien le hablaba, se encontraba al lado a su única amiga, aquella que nunca conoció en persona, pero que aún así quería. No sabía cómo, pero la veía fijamente, con sus rulos negros y traje del mismo color. Ella también volaba, extendiendo unas preciosas y grandes alas de plumaje negro. Oruha le sonreía y le animaba, «Pronto serás libre», le decía, tomándola de la mano, «Pronto volaras con tus propias alas».
Y Suu le creía, pues Oruha nunca le había mentido. Pero cuando quería decirle eso, la mujer se deshacía entre sus plumas negras y el ‘resplandor’ de un nuevo día la sacaba de su precioso mundo de fantasías, regresándola a su jaula, a lo que era su realidad.
Pero nunca se entristecía. Cuando llegaba a sentirse oprimida por extraños sentimientos que no lograba comprender, la voz de Oruha volvía a susurrarle aquellas palabras de promesas que algún día se cumplirían. Y eso bastaba para la pequeña Suu.
Al fin y al cabo, si un trébol de una hoja pudo encontrar sus alas y volar hacia su libertad, ¿por qué ella, un trébol de cuatro hojas, no podría hacerlo?
¤ Título: Plumas blancas, plumas negras.
¤ Fandom: Clover.
¤ Claim: Suu.
¤ Prompt: "Alas".
¤ Palabras: 365.
¤ Advertencia: Spoiler de todo Clover (??).
¤ Notas: Aún no me acostumbro a escribir sobre éste fandom *gota*.
¤ Resumen: Para Suu, las alas significaban esa libertad que tanto añoraba.
Suu tenía una pequeña costumbre a la que nadie parecía prestarle atención: Cada día, al despertar, y cada noche, antes de irse a dormir, miraba fijamente el techo de su jaula. Se imaginaba así misma, un tanto embelesada, volando en aquel basto cielo, sin limitantes ni ataduras que la mantuvieran contra su voluntad en tierra.
El resto del día, a veces, lo dedicaba a observar el vuelo de las pocas aves con las que compartía su cautiverio. Notaba cada movimiento que hacían con sus alas, aprendiéndoselo de memoria, como si con ese simple hecho sus deseos de libertad estuvieran a punto de hacerse realidad.
En las noches, cuando su cuerpo descansaba y su mente se permitía esa libertad negada, se soñaba a si misma surcando los cielos, viendo todo el mundo desde las alturas. Reía con verdadera alegría, sintiendo el viento acariciar su rostro cuando giraba sobre su propio eje. Sus alas no eran metálicas, sino tenían una extraña textura blanquecina, suave al tacto. Plumas, le susurraba una voz a su oído. Cuando volteaba a ver quien le hablaba, se encontraba al lado a su única amiga, aquella que nunca conoció en persona, pero que aún así quería. No sabía cómo, pero la veía fijamente, con sus rulos negros y traje del mismo color. Ella también volaba, extendiendo unas preciosas y grandes alas de plumaje negro. Oruha le sonreía y le animaba, «Pronto serás libre», le decía, tomándola de la mano, «Pronto volaras con tus propias alas».
Y Suu le creía, pues Oruha nunca le había mentido. Pero cuando quería decirle eso, la mujer se deshacía entre sus plumas negras y el ‘resplandor’ de un nuevo día la sacaba de su precioso mundo de fantasías, regresándola a su jaula, a lo que era su realidad.
Pero nunca se entristecía. Cuando llegaba a sentirse oprimida por extraños sentimientos que no lograba comprender, la voz de Oruha volvía a susurrarle aquellas palabras de promesas que algún día se cumplirían. Y eso bastaba para la pequeña Suu.
Al fin y al cabo, si un trébol de una hoja pudo encontrar sus alas y volar hacia su libertad, ¿por qué ella, un trébol de cuatro hojas, no podría hacerlo?