Los diferentes "consuelos" para Renji [3/6]

[kmiya]

¤ 3º Consuelo: ¿Sake? ¿Té? ¡Nada! ¡¡A pelear!!
¤ Fandom: Bleach.
¤ Claim: Renji (principal) + Ikkaku y los colados (secundarios).
¤ Palabras: 544.
¤ Advertencia: Spoiler de la saga SS (después del capítulo 181 y el episodio 63).
¤ Notas: Creo que Renji debe de hacerse extrovertido, no decir lo que siente, porque sino luego le va peor xD

Renji tomó posición de ataque, extendiendo a Zabimaru (sellada) de tal forma que dejaba ver su filo de manera amenazante. Ikkaku sonrió, haciendo lo propio con Hōzukimaru.

―¿Preparado? ―preguntó el calvo.

―Siempre ―Le contestó muy seguro el de cabello largo.

Yumichika los miró a ambos, para después asentir y hacer la señal que daba comienzo al combate. Las Zanpakutōs no tardaron en chocar entre si, logrando crear pequeñas chispas por la fuerza que implementaban sus dueños. Renji podía sentir la adrenalina correr por sus venas y, por primera vez desde que dejó de ser el alumno de Ikkaku, tuvo que darle la razón: pelear era la mejor forma de olvidar sus problemas.

Lo que pasó fue que, cuando Ikkaku se enteró del patético intento de Kira y Hinamori por intentar ayudar a su antiguo compañero de escuadrón, él decidió tomar riendas en el asunto. Así que, la siguiente vez que vio a Renji se aseguró de darle un buen golpe, dejándole muy en claro lo que pensaba: ¡Deja de llorar! ¡Sé hombre y pelea! El sake viene después de eso, no antes.

En un inicio Renji tenía la intención de rechazar la oferta, pero se dio cuenta de que con intentarlo no perdía nada. Ahora, tras varios minutos de combate, se sorprendió un poco al darse cuenta de que Ikkaku podía tener buenas ideas.

Los choques de las armas eran cada vez más feroces, ambos shinigamis dejándose llevar por su deseo de demostrar quien era superior, por lo que no tardaron mucho en realizar cada uno el Shikai.

―¡Aúlla, Zabimaru!

―¡Crece, Hōzukimaru!

La espada divisible y el nunchaku de tres partes se hicieron presentes, demostrando que, como siempre, aquella pelea iba en serio.

Estaban a punto de realizar su siguiente ataque, cuando un fuerte ruido los interrumpió y algo llegó corriendo, destrozando la pared del dojo del Onceavo Escuadrón.

―Oh, oh. Al parecer si llegó ―murmuró Yumichika, mirando nervioso como el humo comenzaba a esfumarse, dejando distinguir una silueta perfectamente reconocible. Volteó su rostro hacia los contendientes― Será mejor que se marchen.

―¡Mira Ken-chan! Ahora si no nos perdimos ―exclamó una sonriente Yachiru, quien había brincado del hombro del Capitán y ahora miraba a Ikkaku y Renji con alegría.

―Je, así parece, además de que están muy animados ―dijo el terrorífico capitán Zaraki― ¿Y bien? ¿Quién de los dos peleará contra mí? No, mejor peleen ambos, así será mucho más divertido ―Terminó la frase desenvainando su zanpakutō.

Renji e Ikkaku se miraron, llegando a un acuerdo mutuo (y mudo). Luego voltearon a ver a Kenpachi e hicieron una profunda reverencia.

―Gracias por el entrenamiento de hoy ―gritaron al mismo tiempo, para instantes después salir corriendo por el hoyo de la pared.

―Eh... Ken-chan, se escapan.

―No por mucho tiempo ―Yachiru rió divertida por esa respuesta y saltó hacia la espalda de Zaraki en el momento justo en que éste salía corriendo tras los otros dos.

Yumichika suspiró al darse cuenta que estaba solo, decidiendo que era mejor marcharse antes de que lo pusieran a limpiar aquel desorden. Salió despreocupadamente del lugar, eso sí, dándoles sus condolencias a Ikkaku y Renji, por si su capitán los llegaba a encontrar.

Mientras tanto, a unos cuantos kilómetros de ahí, Renji pensaba que definitivamente no tenía buena suerte.