¤ Fandom: Teen Titans.
¤ Claim: Robin/Raven.
¤ Advertencias: Sin betear.
¤ Palabras: 658.
Aves y Murciélagos
El atardecer hacía su aparición sobre Jump City, dando un bello espectáculo de luces a la tranquila ciudad puesto que al parecer existía algún tipo de tregua ya que ningún villano se había dado el lujo de aparecer en aquel día, permitiéndole a los jóvenes súper-héroes un merecido descanso.
Todos estaban afuera jugando... bueno, en realidad Cyborg, Chico Bestia y Starfire se encontraban jugando en la orilla del lago mientras que Raven los observaba o mejor dicho leía sentada en una roca, aprovechando para estrenar el nuevo regalo que le había dado Cyborg, una lámpara en forma de esfera que le seguía a todos lados, era pequeña y portátil, pero aún así alumbraba de manera que podía leer perfectamente sin que la luz le molestara.
El ambiente de aquellos momentos era estupendo, ya había mucho tiempo que no podían disfrutar de un día como aquel, aunque claro esta, todos tenían maneras muy distintas de pasar el rato.
El petirrojo había decidido descansar un rato en su habitación, idea que sus amigos habían aceptado ya que últimamente se esforzaba de más, pero no había tenido éxito alguno, al parecer el sueño había decidido ir a dar una vuelta, por lo que ahora se encontraba en la azotea mirando a los demás entretenerse, aprovechando aquel momento de soledad para analizar lo que tenía en las manos.
Hace tiempo que había hecho las "pases" con su antigua vida y desde entonces Batgirl se había dedicado a enviarle una que otra carta, las cuales no siempre eran contestadas, pero eso ya lo sabía de antemano la pelirroja. Aunque en esta ocasión, la chica había escrito algo que llamó demasiado la atención del joven maravilla.
Cuando era muy pequeño (y tal vez aún ahora), siempre había admirado al caballero de la noche, más porque había adoptado en su estilo y nombre a uno de sus animales favoritos, los murciélagos.
La verdad nunca imagino que algún día se convertiría en el protegido, discípulo y compañero de aquel hombre y mucho menos que él mismo utilizaría un sobrenombre como aquel, ya que también se había influenciado en otro de sus animales favoritos y, técnicamente, era el que representaba a su familia... los petirrojos.
Pero había algo que no se había esperado y que Bárbara le había remarcado sutilmente muchas veces... aunque no tanto como ahora.
"Te gustan mucho los murciélagos por que son seres nocturnos y también te gustan las aves, por esa libertad que tienen de volar a donde quieran... dime... ¿Qué opinas de las aves nocturnas? ¿De casualidad ellas siguen siendo los que más te gustan? ¿Las favoritas de tus favoritos?"
-Esa chica... -Con el ceño fruncido y algo molesto apretó la carta frustrado, como si quisiera que aquella sensación le llegara a la chica Gordon, aunque una suave voz que pronunciaba su nombre lo saco de sus pensamientos de venganza y posible vudú, al ver quien era la dueña no pudo evitar que aquel calor en sus mejillas aumentara.
-¿Vienes? -Le volvió a preguntar ya algo exasperada la gótica al no recibir respuesta de su líder, logrando esta vez llamar la atención de los demás, quienes también comenzaron a llamar al petirrojo para que se les uniera, lo que termino aceptando, lanzándose desde la azotea y bajando con la ayuda de la pelirroja, quien, por petición del chico, lo dejó al lado de la gótica.
Así estuvo un tiempo, observando jugar a los demás desde aquella posición mientras que Raven estaba enfrascada en su lectura.
-Creo... que también me gustan los cuervos.
-¿Dijiste algo? -La chica de cabello violeta dejó su libro para observar extrañada al chico, logrando que este volviera a sonrojarse, aunque su antifaz le ayudaba a ocultarlo.
-Nada, pensaba en voz alta.
Se levantó y se unió a los demás en el juego, dejando un poco confundida a la gótica, aunque después de unos instantes cerró su libro y sonrió divertida.
-Y yo creo que a mi los petirrojos.
Fin de la historia.