La tristeza existe para que podamos superarla

Jun 18, 2008 16:38

¤ Comunidades: piffle_fanfic [Ficathon].
¤ Título: Un sentimiento confuso.
¤ Fandom: xxxHOLiC.
¤ Claim: Watanuki.
¤ Prompt: "Watanuki y la Dama que perdió a su hijo, manos frías".
¤ Palabras: 430.
¤ Advertencia: Spoiler hasta el tomo 8 (¿era el 8?).
¤ Notas: Me gustó como me quedó, heee.
¤ Resumen: Watanuki lo sabía. De hecho, lo supo desde el primer instante. Y aún así no le importó.

Se ha sentido cansado, más débil de lo que podría llegar a considerar. Su rostro está pálido y su voz suena cada vez más débil. Aún así, nunca falta a su cita. Siempre llega puntual y nunca se olvida de sonreír al verla. Sabe muy bien que ella esta preocupada, que comprende el porque su estado actual y que parece no entender porque él sigue yendo. Pero Watanuki no puede faltar, no se lo permite.

Ha pasado mucho, demasiado tiempo sin sentirse querido, al menos de esa forma. Para él, ella es una grata compañía, como si le diera algo que siempre ha querido pero que no puede tener, sea cual sea la razón. Esta decidido a estar a su lado, a no perder aquella relación tal valiosa y no le importa el precio o lo que tenga que dar a cambio.

Ella sonríe de manera tierna, a pesar de que sus ojos muestran algo de tristeza siente alegría porque él siga viniendo. Platican de todo y de nada al mismo tiempo. Esta segura de que sabe más cosas sobre él de lo que nadie llegó a saber. Y se siente viva otra vez. Verlo contengo, a gusto con su compañía hacen que el sentimiento de culpa se desvanezca momentáneamente, hasta el momento en que tose y la fiebre le regresa.

Toma las manos de él entre las suyas, tratando de aliviarle un poco el dolor. Es en esas ocasiones cuando él la mira, como confundido, pero nunca dice nada.

Watanuki, desde el comienzo, se ha hecho la ilusión de que ella es una persona común y corriente. Una Dama que ha perdido un hijo y tiene mucho cariño para dar. Él ha perdido a su madre y necesita afecto. Por eso no puede odiarla, porque ella esta dispuesta a dárselo. Pero siempre que aquellas manos frías lo tocan, el pensamiento de que si esta haciendo lo correcto lo inunda. Recuerda las miradas preocupadas de Maru y Moro. Le atormenta el enojo en Doumeki cuando ella sale a relucir entre sus platicar. La opresión en su pecho aumenta con cada segundo que esta con ella. Sabe que le hace daño, esta consiente de eso. Y, aún así, no puede dejarla. No puede apartarse de su lado o dejar de ir a aquellas citas. Él la hace feliz a ella, pero lo más importante es que ella también le hace feliz.

De todos modos, un sólo pensamiento le alivia y logra apartar aquella confusión que insiste en mantenerse en su mente. Y es que ¿a quién le importará que él desaparezca?

¤ Comunidades: piffle_fanfic [Ficathon].
¤ Título: El toque de Midas.
¤ Fandom: xxxHOLiC.
¤ Claim: Himawari + Doumeki.
¤ Prompt: "Toque de Midas".
¤ Palabras: 555.
¤ Advertencia: Spoiler hasta el tomo 9, creo.
¤ Notas: Ignoren mi gran habilidad para los títulos (coff).
¤ Resumen: Ella ha estado maldita por mucho tiempo, pero es ahora cuando se da cuenta del daño que su 'don' atrae realmente.

Él está en el suelo, sentado. Puedes notar que se encuentra débil, aunque no te extrañas puesto que ha tenido que pagar con su sangre. Te tocas el hombro con cuidado y las lágrimas quieren volver a escapar de tus ojos, pero te reprimes. Consideras que tu llanto no ayudara en nada. Por eso ambos se mantienen en silencio, sin decir nada, esperando que la Bruja haga su trabajo y les diga que todo estará bien, que él vivirá.

―¿Cómo sucedió? ―preguntó Doumeki para tu sorpresa. Volteaste a verlo, pero él no te miraba a ti, simplemente seguía con los ojos cerrados.

Tú suspiras, tratando de tranquilizarte y de recordar todo con detalle. Aunque esto último no te cuesta trabajo, porque puedes recordar perfectamente bien como sucedió. Te estrujas el hombro y tu cuerpo se estremece mientras el único pensamiento que has tenido en esos instantes regresa: «Soy la culpable. Todo esto es mi culpa».

―Conoces... ―comienzas, pero te detienes al instante. Respiras profundamente, evitando que la voz te vuelva a temblar. Doumeki te está mirando, dándote toda su atención, pero tú no puedes verlo. Miras hacia el techo―. ¿Conoces la historia del Rey Midas?

Doumeki alza una ceja, como no entendiendo a que viene eso. Pero tú lo miras y él parece comprender que no estas bromeando, así que asiente, esperando a que continúes.

―Digamos que tengo un don similar, sólo que en vez de convertir las cosas en oro traigo la mala suerte.

Ahí esta. Ya lo has dicho y ahora esperas tu reacción. Cierras los ojos, esperando su veredicto. Sientes que te dirá que te alejes de ellos, sobre todo de Watanuki y tú aceptaras, porque no te permitirás cometer un error como ese nuevamente. No te perdonaras hacerle nuevamente daño. Pero Doumeki no grita, no alega, ya ni siquiera te mira. Pasan unos segundos en silencio y una fuerte opresión domina tu pecho.

―Bien, sería raro que fueras del todo normal ―dice y abres los ojos, volteando a verlo sin entender del todo lo que esta diciendo―. Él atrae fantasmas. Yo los repelos. Tú traes mala suerte. Yuuko-san cumple deseos ―Enumera con tranquilidad, provocando en ti un gran desconcierto―. Nadie es normal aquí.

―Pero... casi provoque que Watanuki-kun muriera ―Te lamentas, pero la expresión de Doumeki no cambia.

―Pero no murió ―afirma de manera decidida, dejándote sorprendida―. Y no te juzgaré. Él tampoco lo hará ―Y guarda silencio, llevándose una mano a la cabeza, al parecer mareado.

Te sorprende el que haya dicho aquello (más que el hecho de que haya hablado tanto) y una extraña, pero pequeña paz te domina en ese momento. Te vuelves a abrazar y estas segura que todo estará bien. Porque tiene que estarlo.

En ese momento Yuuko-san sale de la habitación y les dice que Watanuki esta consiente, es cuando un gran peso se te quita de encima. Pregunta quien quiere pasar a verlo y tú miras a Doumeki, pero él se niega, por lo que te sede ese privilegio. Te paras frente a la puerta y suspiras completamente. Ha llegado el momento de decirle la verdad, de contarle sobre tu don. Abres la puerta y lo miras entre las cortinas, él te mira y un nuevo temor te surge: «¿En verdad me perdonaras?».

―Himawari-chan ―te sonríe y tú sólo esperas que Doumeki tenga razón.

;xxxholic, holic: kimihiro watanuki, .genre: angst, holic: himawari kunogi, holic: shizuka doumeki, .genre: hurt/comfort

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