¤ Comunidad:
reto_diario ¤ Número: 006/
012.
¤ Título: Cuando el delfín quiso morder al tiburón.
¤ Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
¤ Claim: Squalo/Basil.
¤ Extensión: 573 palabras.
¤ Advertencias: Spoiler del Future Arc, yaoi, ubicado un año antes de Future Arc en sí. OOC.
¤ Notas: Creo que esto no tiene mucho sentido que digamos, heeeee.... orz. Esta pareja fue la que había elegido Ligo (la 8). Mis títulos cada vez son peores, sob.
+ "Si nada arriesgas, llegarás al final de tus días y nada habrás ganado."
Squalo se encontraba malhumorado en la sala, esperando al miembro del CEDEF que iba a entregarle una información importante sobre la familia Millefiore. La razón de su mal humor se debía a que tenía que ser su jefe imbécil quién recibiera al informante y no él. Pero, como siempre, Xanxus le relevaba todo el papeleo, sin importar lo mucho que se quejara. Y para empeorar, el sujeto del CEDEF ya llevaba una hora retrasado.
―¡VOOOOOOOOOOOOOOOOI! ¡ES LA ÚLTIMA VEZ QUE VOY A HACER ESTO! ¡SI NO LLEGA ESE BASTARDO DE MIERDA VOY A BUSCARLO Y A MATARLO! ―gritó totalmente irritado, para después dejarse caer cuan largo era en el sillón, para evitar así ponerse a destruir lo que hubiera en la habitación.
Cinco minutos después, el sonido de alguien tocando la puerta llamó su atención.
―¡Ya era hora! ¡Entra de una maldita vez! ―gritó, sin moverse de su lugar.
La puerta se abrió y un hombre joven de cabellera castaña se asomó.
―¿Squalo-dono? Soy Basil, le traigo los...
―¡Lo sé, basura! Tengo esperándote más de una hora ―gruñó Squalo, sentándose en el sillón para poder ver al chico, alzó la mano cuando vio que el otro tenía intenciones de explicarse―. No quiero oír ni una maldita palabra. Deja los putos papeles en el escritorio y lárgate, si no quieres que te corte.
Basil asintió y entró en la habitación, cerrando la puerta tras de él. Hizo lo que el Varia le había indicado, mientras observada de reojo como volvía a recostarse en el sillón. Se dio la vuelta, dispuesto a retirarse. Pero se detuvo de pronto al pasar al lado del sillón, sin poder evitar un escalofrío al ver al de cabello largo.
No se había tardado apropósito, ni tampoco porque no conociera el camino a la mansión de los Varia (su maestro siempre solía elegirlo a él cuando se trataba de enviarles información importante). Sino porque, desde hace varios meses, un extraño pensamiento (y deseo) le atormentaban y había querido encontrar cualquier excusa para no estar frente a ese hombre. Pero su maestro lo había notado y por eso no le permitió cambiar de lugar con Oregano.
Respiró profundamente. Si iba a hacerlo, lo mejor sería sin pensarlo demasiado, o se arrepentiría.
―Squalo-dono...
Squalo abrió los ojos y miró en su dirección.
―¿Ahora qué quieres? Si ya dejaste los papeles, ahora lar... ―calló de repente cuando los labios del más joven se posesionaron sobre los suyos. Había notado que se inclinaba, pero no pensó que lo hacía con esa intención.
Fue un beso torpe y corto, Basil tenía los ojos fuertemente cerrados y se notaba a leguas su nerviosismo. Eso hizo sonreír a Squalo, ya que no había considerado que la pequeña basura tendría el valor suficiente para hacer eso algún día. Así que colocó su mano sobre la nuca del miembro del CEDEF cuando sintió que se separaba y lo jaló con fuerza, moviéndose en el sillón para quedar sobre de él.
―¿S-Squalo-dono? ―La voz de Basil temblaba, pensando que el Varia estaba molesto y ahora sí iba a matarlo.
―Si vas a hacer algo, hazlo bien, basura.
Y volvió a inclinarse, devorando los labios del pequeño delfín, a la vez que presionaba su cuerpo contra el de él, obligándolo a gemir contra su boca.
Sí eso se repetiría cada vez que la CEDEF les mandara información importante, entonces tal vez valdría la pena ser quién recibiera a ese chiquillo.