¤ Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
¤ Claim: *Señala las tags*.
¤ Advertencia: De todo un poco... y spoilers de. prácticamente todo '-'.
¤ Notas: Parte del maratón Liosyu. Srsly, o este maratón terminará traumándome o será un gran paso para regresar a ser la máquina de escribir de antes |'D.
+ Todas las frases fueron tomadas de las tablas de
mundo_caotico |D.
+ A-Ahahaha...... *va y se esconde bajo tierra*.
+ Adelheid/Enma - "Sólo hay una forma de enfrentarse al miedo: tener miedo. Tener miedo, y seguir adelante y hacer lo que tienes que hacer."
Cuando terminó esa reunión organizada por el Guardián de la Tormenta de los Vongola, Adelheid se aseguró de no quitarle la mirada de encima a Enma en todo lo que restaba del día. Sabía que comenzaba a dudar, lo notaba claramente en su rostro. Al parecer comenzaba a tenerle aprecio a Sawada y eso no era bueno.
No quería ser ruda con él, pero tenía que recordarle cuál era su misión, el motivo por el que habían ido a Namimori. Enma la escuchó en silencio, con la mirada baja, como siempre lo hacía cuando hablaban de ese tema. Y, a pesar de lo mal que se sentía cuando lo hacía, en ese momento estaba agradecida de que no la estuviera viendo. Porque así no notaría la tristeza en su mirada, sus ganas por abrazarlo y alejarlo de todo eso, de quitarle el fuerte dolor que yacía en su alma y que sus ojos rojos no sabían ocultar. Pero, sobre todo, así no notaría su propio miedo, ese que ella misma intentaba ignorar con todas sus fuerzas. Miedo a que las cosas salieran mal, miedo a que se terminaran separando. Miedo a que no pudiera volver a verlo si eso sucedía.
Colocó su mano sobre su hombro, haciendo que Enma alzará por fin la vista y le mirara confundido. Adelheid solo le sonrió, con ternura.
―Ve a dormir un poco, lo necesitas.
Enma la miró por largo rato, pero terminó asintiendo y dirigiéndose a su habitación. Adelheid sabía que estaría más tranquilo luego de dormir un par de horas. A diferencia de ella, que llevaba ya tres días sin dormir.
«Mejor yo que él», pensó al darse cuenta que esa noche tampoco podría conciliar el sueño.
+ G/Gokudera - "No puedes ganarlas todas. Pero eso no significa que te rindas. Nunca."
Se mordió el labio con fuerza, ahogando el gemido que había nacido en su garganta al sentir como esas manos expertas se dedicaban a acariciar sus muslos con firmeza, rozando tentativamente (y apropósito, sabía que el maldito bastardo lo hacía apropósito) su entrepierna, pero sin llegar a tocarla realmente. No le daría el gusto de demostrarle lo mucho que todo eso le estaba afectando.
Empujó hacia atrás, en un vago intento de querer quitarse de encima al otro hombre, pero esa acción sólo logró que le dejara de morder la oreja por un momento, para reírse de manera burlona contra la misma, provocándole un ligero cosquilleo.
―¡Q-Quítate de encima o... nnhgn! ―Volvió a morderse el labio, aunque no pudo disimular el escalofrío que recorrió todo su cuerpo cuando el pelirrojo se recargó más contra él, haciendo que pudiera sentir claramente su hombría contra su trasero.
G lamió su oreja, posando finalmente su mano sobre la entrepierna del más joven, logrando por fin arrancarle un tenue, pero claro gemido.
―¿O qué? ―preguntó, con ese tono ligeramente superior que sabía tanto detestaba el otro chico.
Para sorpresa de G, quién había esperado como respuesta otra de las quejas del chico, en lugar de eso notó como éste había logrado voltearse ligeramente para morderle el labio, mientras lo miraba desafiante. El Primer Guardián sonrió ante eso. El chico era terco y al parecer no se dejaría ganar en ese pequeño juego que él había comenzado.
Bien. Si quería guerra, él se la daría. Y Gokudera lo sabía, o al menos logró sentirlo por la manera en que el pelirrojo había comenzado a besarlo, a la vez que, finalmente, colaba su mano dentro de su pantalón.
Esa sería una larga noche y ninguno estaba dispuesto a perder contra él otro.