Necrophobic @ Moritzbastei, Leipzig, 21.10.2016

Nov 04, 2016 02:51

Gracias al boletín de noticias de la Moritzbastei me enteré, con sólo dos días de antelación, de que en ese lugar destacado de la escena musical leipziguense iba a tocar un grupo tan señalado como Necrophobic. No me lo pensé dos veces y allí me personé a una hora decente, sorprendiéndome a mí mismo al llegar puntualísimo y ver a todos los grupos de principio a fin (me estoy haciendo viejo, aunque el hecho de estar solo en casa durante todo el finde también debió de influir). El ambiente animado y pintoresco de la antigua fortaleza reconvertida en macrosala para eventos era muy propicio para este tipo de conciertos, y los precios populares para las bebidas, acordes con los de la mayoría de bares de la ciudad, fueron otro elemento a favor para disfrutar de aquella larga noche de metal.



Los primeros en aparecer sobre el escenario fueron los locales Goatfuck (sic), un grupillo de black metal casero y más bien modesto que rentabilizó el jugar en casa para empatizar con el personal, a pesar de los recurrentes problemas técnicos. Siguieron los también canteranos BitchHammer, un poco más estructurados y capaces, aunque demasiado encasillados en el viejo estilo del Agent Orange de Sodom como para resultar realmente interesantes. Tras ellos tomó el relevo el que pareció ser el primer grupo relevante de la noche, los italianos Caronte, una formación de doom metal en la estela de Saint Vitus y Pentagram, excesivamente rockeros y shoegaze para mi gusto, aunque con un sonido bastante personal.

El último de los teloneros fue sin duda el más reseñable: bajo el nombre Nocturnal Witch, que a un servidor no le sonaba absolutamente de nada, se presentó un grupo surgido de un pueblo en mitad de la Turingia profunda, que practica un black/thrash metal básico y primitivo al estilo de los primeros discos de Bathory y al parecer goza de tanto beneplácito entre el respetable que hasta sus canciones fueron coreadas (!). En directo funcionaron indudablemente bien y terminaron de caldear definitivamente la atmósfera, aunque en disco tengo serias dudas de que puedan suponer una seria alternativa a una simple reescucha de Bathory o The Return.



Recién pasada la hora bruja tocó el turno a Necrophobic de sentenciar aquel sarao metálico, tan variado como interesante, y por el módico precio de 18 euros. Mis dudas sobre si el antiguo cantante, regresado tras veinte años de ausencia, estaría a la altura se disiparon en cuanto agarró con firmeza el pie de micro para ejecutar una de las canciones de The Nocturnal Silence, disco mítico del grupo e hito del death metal de todos los tiempos, del que tocaron la friolera de cuatro temas. El resto de sus canciones no me pareció tan sobresaliente, pero fueron interpretadas con solvencia, a pesar de que Fredrik Folkare a la guitarra sea mucho más funcional y rígido que el estilo original, imaginativo y fluido, de David Parland. No sé si la formación actual será capaz de sacar en algún momento nuevo material que merezca la pena, pero sí se basta sobradamente para sacar lustre a su pasado esplendoroso, y en base a ello fueron bien disfrutados.

música

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