Fan Fic : "Vaqueros sobrenaturales" Capitulos 7 y 8

Mar 21, 2009 22:54

Titulo : Vaqueros sobrenaturales.
Autor : Vulpix de Vulpecula, osease yo.
Calificacion : mayores de edad y mente abierta.
Advertencias : a parte de que es wincest?? No hay spoilers, creo.
Resumen : Los Winchester van a investigar un caso en el rancho de un amigo de Bobby... (me quede pilladisima la primera vez que los vi en fotos con sombreros vaqueros... mi prima dice que tengo fetiche con eso... )



Capitulo 7.

Sam esta sentado en su cama mirando a Dean dormir y considerando la idea de despertarlo o no. Lleva un buen rato pensandolo porque no ha podido dormir. Nada, absolutamente nada. No ha podido dormir desde que se echo en su cama a pesar de estar completamente agotado tras la nochecita en blanco que pasaron buscando al bicho. Asi que, harto de dar vueltas en la cama inutilmente, se levanto, se ducho y se vistio. Y ahora no sabia si despertar a Dean para proseguir trabajando en el caso o no. Porque, a ver… si lo despertaba tendria que enfrentarse a la mirada burlona de su hermano y a su sonrisita estupida y a que le preguntara con esa voz tan sexy de enteradillo que si le habia gustado lo que le hizo unas horas antes. Y, joder si le gusto. Pero mejor no pensar en eso, no ahora. Porque si lo hacia, si pensaba en eso, se colaria en la cama de Dean, a despertarle a mordiscos y a exigirle que le vuelva a hacer sentir asi. Que le hiciera sentir otra vez esas ganas locas de no querer salir de su cama y de amarrar a Dean al cabecero para que no se le volviera a escapar y poder hacer lo que le diera la gana con el. En esa cama… esa cama de la que su hermano le habia echado unas horas atrás. Sam bufo ofendido. Vamos… eso no se hacia. No se echaba a tu hermano pequeño de tu cama cuando le habias dado el beso de su vida. Totalmente intolerable. Mierda. Estaba jodido. Se dio cuenta de que estaba jodido porque queria joder con su hermano. Genial. Que poetico le habia salido.
Y mientras Sam desvariaba solo en su mundo, Dean se habia despertado al fin. Abrio un ojo primero, sin ningunas ganas de hacerlo y vio a Sam, que estaba en pleno ataque de panico. Pero como aun andaba medio dormido y Dean no es adivino, pues no se dio ni cuenta. Bostezo sonoramente y se sento en la cama, con la ropa arrugada y mal puesta, el pelo despeinado y frotandose los ojos con una mano en un vano intento de alejar el sueño. Imposible. Tenia demasiado sueño y estaba cansado. No habia dormido bien dandole vueltas en su mente a unos labios suaves que queria volver a probar y no sabia como. Volvio a alzar la vista para mirar a Sam y este estaba con la cara apoyada en una mano y una expresion de preocupacion en el rostro. Va… algo no iba bien. Estupendo. Y aun seguia dormido.
- ¿Sam? ¿Sammy? ¿Estas bien? - el otro dio un respingo, como si saliera de un trance.
- Er… no… si… digo, no se. Tenemos que ir al bosque otra vez a buscar a esa cosa. - Dean fruncio el ceño y le atraveso con la mirada. Sam carraspeo nervioso y se levanto huyendo de los ojos verdes que trataban de leer en el. - Te espero abajo.
Dean maldijo mentalmente por decimo segunda vez en el dia mientras cabalgaba junto a su hermano rumbo al bosque, otra vez. Cuando desperto hace un rato, no se dio cuenta porque aun andaba por el reino de Morfeo. Pero ahora si. Sam no solo estaba raro. Nop. Estaba preocupado y asustado. Y no era por el bicho. Su hermano no estaba si por el caso, ni mucho menos. Claro que la culpa era suya. Tenia que haberselo imaginado. Deberia saber ya que el pequeño siempre le daba mil vueltas a todo hasta racionalizarlo y era obvio lo que le ocurria. Que se habia dado cuenta de que queria acostarse con el. Dean lo noto cuando le beso y casi canta el “Aleluya” porque el tambien queria.
Pero Dean era mas simple para esas cosas. El no se paraba a pensar si estaba mal visto, si era algo antinatural o si era incorrecto. Y le importaba una mierda de rata si escandalizaba al mundo entero con esos pensamientos. El queria. Punto. No necesitaba nada mas. Pero Sam no era tan simple. El pensaba y pensaba, como una chica, hasta que acababa arrepintiendose incluso de pensarlo.
Miro de reojo a su hermano, que parecia completamente en su mundo, ni siquiera estaba atento al camino. Maldijo una vez mas y ya era la decimo tercera y… ¿eran imaginaciones suyas o el caballo de Sam le acababa de mirar con reproche? El sol le estaba empezando a afectar, sin duda alguna.
Su caballo paro de golpe, sacandolo de sus pensamientos. Extrañado miro a su alrededor para darse cuenta de que estaban en el primer claro. Bufo y vio a su hermano desmontar.
- Me parece que habra que seguir a pie. Estos no quieren andar mas. - comento el pequeño forzando una sonrisa.
- Pues van a tener que querer. Aunque sea llevandolos a rastras. - sacaron las armas de la mochila que llevaban y empezaron a caminar, llevando a los caballos de las bridas. El de Dean colaboraba. Con reticencia y a regañadientes, pero lo hacia. El de Sam simplemente se ponia en plan mula y se negaba a andar en algunos tramos, obligando al pequeño a dar rodeos y a sortear obstaculos invisibles. Dean gruñia cada vez que eso ocurria y cuando el caballo paro por quinta vez en seco delante de un arbusto que aparentemente no tenia nada raro, amarro el suyo a una rama baja y se acerco a Sam frunciendo el ceño.
- ¡Tio! ¿Es que no eres capaz de controlar a ese bicho o que? - pregunto enfadado. Sam le encaro, molesto tambien.
- Si no quiere andar, ¿qué quieres que haga? ¿Le empujo? Esta asustado, Dean. Medio bosque es tierra maldita. - el mayor gruño.
- ¡Pues obligale! Estamos perdiendo un tiempo muy valioso por su culpa. - Sam puso los ojos en blanco y solto sin darse cuenta las bridas.
- Es tu culpa por obligarle a venir. Deberiamos haberlos dejado en el claro. - mientras los dos hermanos descargaban su frustracion, su cansancio y la tension de las horas anteriores discutiendo tonterias, el caballo de Sam se habia estado moviendo discretamente, como si no quisiera que se dieran cuenta, colocandose detrás de Dean. La discusion (ridicula por cierto…) ya estaba en su apogeo y los dos estaban mas que dispuestos a darse de puñetazos. Y lo habrian hecho, de no ser porque al dichoso caballo le dio por darle un fuerte cabezazo a Dean en la espalda haciendole caer de bruces encima de Sam que, como no se esperaba eso, acabo de espaldas en el suelo, con su hermano encima. Dean respiro profundamente tratando de recuperar el aire perdido por el golpe en su espalda. Iba a matar al puto caballo, sin duda alguna. Haria filetes de caballo a la brasa. Y de camino mataria al suyo tambien, porque juraria que el relincho que escucho del maldito animal le habia sonado a carcajada equina. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando noto el cuerpo tenso de Sam debajo de el. Exageradamente tenso.
- Tio… quitate de encima mia. - la voz de su hermano le llego rara. Ronca y angustiada. Oh… vaya… vaya… que bien… Dean arqueo una ceja, divertido.
- Uhm… creo que no. - respondio acomodandose mejor sobre el cuerpo de Sam y atrapandole aun mas. - Aquí se esta bien. - Sam ahogo una maldicion.
- ¿Bien para que? - pregunto, tratando de sacarse a Dean de encima.
- Para que me digas que demonios te pasa hoy.
- No me pasa nada. - el mayor solto una risita seca.
- Ya… se ha notado. - Sam se revolvio de nuevo y el mayor se mordio el labio. - Tio… como sigas haciendo eso voy a dejar lo de la charla fraternal para mas tarde y te quitare la ropa a mordiscos. - el pequeño le miro con los ojos muy abiertos de puro asombro. - Es en serio. Te juro que vas volver al rancho en pelotas como no dejes de hacer eso y me contestes de una puta vez. ¿Qué coño te pasa?
- No me pasa nada. Ya te lo he dicho. - Dean arqueo una ceja y sonrio con burla.
- ¿Tu quieres que te quite la ropa, verdad? - pregunto aguantando la risa. Sam se puso blanco… luego rojo… y Dean no pudo reprimir una carcajada. - ¡Lo sabia! - por un minuto Sam se quedo congelado mientras su hermano se carcajeaba a gusto. Con la risa, el cuerpo del mayor se movia sobre el del pequeño, haciendo que se empezara a endurecer con tanto roce.
- ¡Quitate de encima, joder! - gruño. Dean dejo de reir y le sujeto mas fuerte que antes.
- ¿Por qué?
- Pues… porque… porque… - tartamudeo el pequeño intentando inventarse una excusa convincente. La verdad… la verdad no podia decirla, era demasiado vergonzosa. Dean sonrio burlon, arqueando las cejas.
- Que elocuencia, Sammy. ¿Lo hacias igual en la uni?
- ¡Vete a la mierda! - el mayor chasqueo la lengua y rio.
- Nop. Esa no es una razon valida. Asi que me quedo donde estoy. - Sam gruño y entrecerro los ojos. - Quieres que te lo diga yo, Sam? - le susurro con voz sugerente. - ¿Te digo porque quieres que me quite? Porque te estas empalmando. - el pequeño le miro con espanto y rojo como una amapola. - Pues bienvenido al club, hermanito, porque yo estoy igual. - gruño Dean, haciendole sentir su propia ereccion arrancandole un gemido a su hermano.
Dean noto el momento exacto en que sus palabras calaron en el pequeño. Era una suerte para el que Sam fuera mas expresivo, demasiado incluso, y que nunca aprendiera del todo a poner caras de poker como su padre y el mismo. Y… ¡Dios! ¿Se lo estaba pensando? ¿Por qué cojones no podia Sam dejar de pensar un poquito? Joder.
- Pero… - cuando Sam abrio la boca para replicar, Dean se la cerro con un beso. Uno largo, profundo, caliente que los dejo a ambos sin aliento. Lo beso para que no dijera una estupidez del calibre de “No deberiamos hacer esto” o algo por el estilo. Pero el puñetero mocoso no pensaba dejarse intimidar. - Dean… no… - el mayor le volvio a besar de nuevo. Con mas ahinco, dejando de sujetarle para poder recorrer su cuerpo con las manos, acariciandole sobre la ropa, metiendolas bajo su camisa, apartandole el pelo de la cara y rozandosela con dulzura, haciendole temblar mientras le agarraba de la cintura y bajando la mano por su estomago, bajando, bajando… - ¡Oh, a la mierda! - gruño Sam, claudicando al fin y aferrando a Dean de la cintura para acercarlo aun mas a su cuerpo. El mayor solto una risita victoriosa. Risita que se acabo convirtiendo en gemido cuando Sam le empezo a besar el cuello.
- Joder, Sammy… ahí no… en el cuello no… - gimio de tal manera que a Sam se le calento la sangre y lo que no era la sangre del tiron.
- Oh, si… el cuello si… - rio el pequeño dandole un mordisco, mientras tironeaba de la camiseta del mayor para poder tocarle. Dean se estremecio entero cuando Sam le volvio a morder en el cuello. Odiaba a ese crio… el muy maldito tenia que acordarse de lo sensible que tenia el cuello, joder. Cuando dejara de temblar iba a matarlo… si es que dejaba de temblar… oyo un profundo gruñido y abrio los ojos, frunciendo el ceño. Eso no habia sonado a Sam precisamente. El pequeño le miro tambien. - ¿Tu no…?
- No. ¿Tu tampoco?
- No. Mierda. - con extrema cautela Dean movio su mano y saco su pistola. Sam le imito. Con un entendimiento que solo tienen los que se han pasado la vida juntos, ambos se giraron a la vez apuntando hacia donde habian escuchado el gruñido. A Sam casi se le cae la pistola de la impresión y Dean tenia los ojos abiertos como platos. - ¡Joder! ¿Qué coño es eso?
- No tengo ni idea… pero… parece un perro, ¿no?
- Hombre… si tu has visto muchos perros que sean igual de grandes que un caballo y tengan dos cabezas, pues… si, podria ser un perro. - el bicho o el perro o lo que fuera les miraba fijamente sin dejar de gruñir amenazadoramente. Era una criatura realmente estremecedora. Tan grande como una vaca, con el pelo negro, brillante al que el sol sacaba reflejos azulados. Las patas y los colmillos enormes y los ojos completamente negros. Y… dos cabezas que no dejaban de gruñir, con las orejas tiesas y el pelo del cuello erizado. Dean desvio un segundo la vista de la criatura para mirar a los caballos. Los pobres animales se habian quedado congelados en el sitio, temblando de miedo. La hierba y cualquier planta alrededor de la criatura se iba secando y muriendo lentamente.
- Bueno… ¿Qué hacemos? - pregunto Sam sin dejar de apuntar al animal.
- Pues… no se… lo de ir a por los caballos y salir por patas esta jodido… y no creo que el chucho este salga corriendo detrás de un palito si se lo tiramos, ¿verdad?
- Er… no creo. Y tampoco creo que las balas normales le vayan a hacer algo mas que cosquillas.
- Mierda. Las escopetas estan en los caballos. Joder. - Sam tambien echo un vistazo a los caballos.
- Pues los caballos estan al borde de un infarto y nosotros a punto de ser comidos… ¿sugerencias?
- ¡No quiero ser la cena de un chucho infernal! - sin venir a cuento y para sorpresa de los chicos que ya se veian de aperitivo del bicho, este levanto sus dos cabezas y olisqueo el aire. Volvio a gruñir y salio corriendo hacia la espesura del bosque, desapareciendo.
- Er… ¿Qué ha pasado? - Dean se incorporo y se sacudio la ropa.
- Ni puta idea. Pero empieza a agradecer lo que fuera que pasara, porque nos ha salvado el culo.

Capitulo 8.

- ¡Te lo juro, Bobby! ¡Era enorme! ¡Y tenia unos colmillos afiladisimos!
- Si, si. Era negro… y grande… ¡y con dos cabezas!
- Tan grande como… er… como Sam.
- ¡No era tan grande, Dean! No seas exagerado.
- A mi me lo parecio.
- Claro…
Bobby oia a los chicos hablar casi a la vez, por el telefono, emocionados y nerviosos. Era una suerte que Jeff les hubiera dejado usar su despacho y hubiera conectado el altavoz para que pudieran hablar los dos, sino fijo que les estaria escuchando pelear por quien cogia el telefono en vez de oir la extraña descripcion que los chicos le estaban haciendo del bicho. ¿Dos cabezas?
- ¿Dos cabezas? ¿Decis que ese bicho tiene dos cabezas? - pregunto extrañado.
- ¡Si! ¡Dos enormes cabezas! Con dos enormes hocicos llenos de enormes dientes. Tio, casi no lo contamos. - el tono de voz de Dean era como el de un niño al que le dan un regalo. Bobby puso los ojos en blanco. Mira que era raro el crio este…
- Bobby… era un perro… y tenia dos cabezas… corrigeme si me equivoco, pero yo solo conocia un perro de dos cabezas y, que yo sepa, era un mito. - el viejo cazador sonrio.
- ¿Te refieres al Cancerbero? Según tengo entendido yo, no es solo un mito. Y no es un especimen unico. - casi podia imaginar las caras de los chicos. Seguramente Sam estaria con la boca abierta y se dirigiria hacia su portatil/diario de su padre/libro de turno y Dean frunciria el ceño y replicaria su tipico “¡Te estas quedando conmigo!”
- ¡Te estas quedando conmigo! - en serio… que predecibles llegaban a ser. Bobby tuvo que contener la risa cuando el sonido de las teclas del portatil le llegaron con claridad por el telefono. - ¿Cerbero? ¿El chucho del infierno? ¿Cómo sabes tu que eso existe, a todo esto?
- Un demonio me lo dijo. - respondio encogiendose de hombros. - Por lo que consegui sacarle a ese bastardo en su momento, no solo hay un cancerbero. Es una raza de perro comun en el infierno. Aunque recuerdo que me dijo que solian medir unos tres metros de alto… por lo que contais, el vuestro no mide ni los dos metros.
- ¿Tres metros? Wow… pedazo de bicho… entonces… ¿el nuestro que es?
- Pues… como no sea un cachorro… - contesto Bobby despues de pensarselo un poco. Era una idea descabellada y probablemente estupida, pero era la unica que se le ocurria.
- ¿Eso era un cachorro? ¿Y como lo matamos? - ah… la pregunta clave.
- Hijo… no tengo ni idea…
Sam se enjuago por ultima vez los dientes y se seco la cara con una toalla. Joder. Un cancerbero. Joder. Lo que Bobby les conto antes habia sido sorprendente y muy preocupante. Sam aun estaba alucinado. Una raza de perros infernales. Hombre, conocia a los hellhounds pero esto… esto era… wow… impresionante. Salio del baño con el pijama puesto y se sento en su cama. Dean dormia como un tronco en la suya. El problema, siguio pensando el chico, era que no tenian ni idea de cómo acabar con el. Que fuera un cachorro no le hacia un blanco mas facil. Uh… que mal lo llevaban esa vez… a lo mejor… si a los demonios les afectaba el agua bendita y la sal de roca, podrian…
- Tio… ¿Qué crees que haces? - Sam dio un bote en su cama del susto.
- Joder… ¿a parte de morirme de un infarto por tu culpa? Pues meterme en mi cama a dormir. - respondio con sarcasmo. Dean se incorporo quedandose con la cara apoyada en una mano.
- A eso me referia, Samantha. ¿Qué haces metiendote en TU cama? - el pequeño parpadeo confundido.
- ¿Dormir? Tio, es muy tarde y han pasado demasiadas cosas hoy. Ahora no tengo neuronas para tus adivinanzas.
- En serio, no se como la gente se cree que eres el inteligente de la familia… ¡Que te vengas a mi cama, joder! - Sam abrio los ojos como platos y luego solto una risita.
- Ah… ¿era eso? ¿Qué pasa, Dean? ¿Tanto te ha asustado el bicho que no puedes dormir solo?
- Me da mas miedo de que te hagas pis en la cama del susto. Mas bien me ha interrumpido cuando mejor me lo estaba pasando y quiero retomarlo por donde lo dejamos. - replico el mayor arqueando las cejas y con una sonrisa picara. Sam bufo.
- Pues lo siento por ti, Casanova, pero estoy cansado y quiero dormir. Y tu no me dejarias dormir tranquilo.
- Aguafiestas… pues tu te lo pierdes. Te vas a helar en esa cama. La mia ya esta calentita. - el pequeño arqueo una ceja y reprimio una carcajada al ver la expresion totalmente pervertida de Dean.
- ¿Qué esta calentita? ¿Tu cama u otra cosa? - el mayor rio.
- Las dos.
- Eres un salido, tio. - replico Sam riendo y metiendose en su cama.
- Y a ti bien que te gusta, princesita. Bueno… si la montaña no va a Mahoma… - antes de que Sam pudiera decir algo en protesta, Dean se habia colado en su cama. - ¡Joder, que frio! ¡Tio, te odio! En la mia se estaba mejor. - el pequeño se dio la vuelta, quedando cara a cara con su hermano cuando este metio las manos por debajo de su camiseta.
- Pues vuelvete a tu cama. - Dean rio y le empezo a besar con suavidad en los labios.
- Ni de coña. - los besos se intensificaron y una de las manos de Dean fue bajando los pantalones del pijama del pequeño.
- Dean… - gimio Sam contra los labios del mayor.
- ¿Qué?
- Que yo queria dormir…
- Oh… y vas a dormir… cuando acabe contigo vas a dormir como un angelito… - al pequeño se le escapo un jadeo. Dean le masturbaba sin prisas y sin dejar darle besos que le robaban el aliento. Sam estaba disfrutando tanto de las caricias de su hermano que no se dio cuenta de que Dean le cogia las manos y se las colocaba por encima de la cabeza, ni de cuando…
- Tio… ¿me has atado? ¿Con el cinturon? ¿Estas majara? - Dean rio divertido. Que facil habia sido distraer a Sam lo suficiente y que este se dejara atar al cabecero de la cama con su cinturon. Inocente criatura… en algunas cosas, Sam seguia siendo demasiado Sammy. Al pequeño le recorrio un escalofrio cuando Dean se inclino hacia el y le lamio el cuello. - ¿Qué… que se supone que haces? - el otro solto una risita.
- Estoy de rodeo.
- ¿Estas de coña, verdad? - pregunto Sam con cara de alucine.
- Nah… ya tengo al becerro atado… ya solo me queda marcarlo como de mi propiedad.
- Me estas asustando, Dean…
- Y haces bien en asustarte… yo que tu estaria muy muy asustado. - Sam se relajo a pesar de las palabras de su hermano. El tono que habia usado era pura risa. Mientras hablaban Dean le obligo a darse la vuelta, quedando bocaabajo en la cama. Le beso en la nuca, en los hombros, en la espalda, alternando besos con mordiscos suaves que hacian a Sam arquearse para sentir mas a su hermano, maldiciendo y suplicando por soltarse porque queria tocarle. Pero Dean se mostro inflexible, preparandole con los dedos, masturbandole cuando se introdujo en el, deleitandose del gemido, mezcla de dolor y placer, que se le escapo a Sam al empezar a moverse en su interior. Le beso, bebiendose el grito de placer de su hermano cuando le llego el orgasmo y para ahogar el suyo propio. Dean se desplomo encima de la espalda de Sam, jadeando en su cuello. El pequeño se removio.
- Dean…
- ¿Qué?
- Desatame o te mato. - silencio. Sam gruño. - Tio… te juro que como te duermas antes de desatarme te matare, lenta y dolorosamente. - el mayor solto una risita.
- Me lo estoy pensando.
- ¡Dean!
- Ya voy, ya voy. - cuando Sam se vio libre del cinturon, se revolvio y, de un golpe, se coloco encima de su hermano, inmovilizandole. Este se carcajeo a gusto. - Que mal perder tienes, Samantha. - el pequeño fruncio el ceño y le beso con rudeza.
- Dean… como me vuelvas a llamar Samantha, te mato. Si vuelves a darme una sorpresita como esta, te mato.
- ¿Y si vuelvo a hacer esto? - pregunto el mayor con picardia, rozando con su rodilla la entrepierna de su hermano. Sam gimio.
- Si no vuelves a hacer eso, si que te matare.
- Lo imaginaba…

Continuara...

vaqueros sobrenaturales, mis fics, adorado wincest...

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